¿CUATRO AÑOS O REELECCIÓN?

Por Alfredo Bielma Villanueva



No debiera extrañar la propuesta que hace el gobernador Herrera Beltrán al Congreso estatal para que los ayuntamientos veracruzanos permanezcan cuatro y no tres años en su responsabilidad. No sorprende no necesariamente porque sea una buena idea, sino porque la constitución lo faculta para iniciar leyes, y adicionalmente porque esa es una característica de su estilo personal de gobernar. No porque sea un buen estilo, sino porque simplemente esa ha sido su manera de conducirse al frente del gobierno estatal, respecto de esta actitud habrá muchos que la aprobarán, mientras otro tanto no estaremos de acuerdo, cosas de la democracia.

Precisamente, a estas alturas de su mandato, cuando solo faltan tres meses para concluirlo en medio de una auténtica crisis financiera; cuando ya se debiera estar en los pormenores de la entrega - recepción (que ojala incluya la lista de pendientes financieros y sociales que hereda), al gobernador se le ocurre anunciar una iniciativa que agrega un año más al término constitucional de la gestión municipalista. Si son mejores cuatro años a los tres establecidos para el mandato municipal es un asunto de elevada trascendencia que necesariamente habría que ponerlo en el tapete de la discusión ciudadana, antes de convertirlo en iniciativa de ley, porque es inminente el riesgo de que se apruebe debido a la tradicional obsecuencia del Congreso local, sin importar los alcances de su implementación.

Aprovechando la nota, es propicia la oportunidad para otear la seria problemática en la que se debate la gestión municipal veracruzana, inmersa en una elevada deuda pública, fuertemente condimentada con ribetes multicolores de corrupción. Al margen de las suposiciones acerca de si la iniciativa es producto de un maduro análisis y no de una simple ocurrencia, la deuda pública municipal no guarda precedentes en nuestra historia. Nunca como ahora un gran número de ayuntamientos sobrevive sumido en la penuria financiera, con enorme deuda que refleja a la perfección lo que en el nivel estatal ocurre y que bien confirma el aserto de que la suerte de lo principal la corren las partes. Lo peor es que no se encuentra en el escenario estatal algo que se parezca a lo que el discurso oficial presume: “en este sexenio, con recursos estatales y municipales se ha hecho obra pública que en 50 años no se había llevado a cabo”.

Por el panorama financiero en los ayuntamientos veracruzanos bien pudiérase hablar de un antes y un después del ciclo 2004-2010. Xalapa, Veracruz, Coatzacoalcos, Minatitlán, San Andrés Tuxtla, Poza Rica, Cosamaloapan, Pánuco, etc., figuran entre las decenas de municipios fuertemente endeudados, esto sin considerar la “deuda indirecta” concertada por 199 ayuntamientos para bursatilizar su correspondiente 20% del impuesto a la tenencia de vehículos.

Xalapa, por ejemplo, es el más endeudado de todos y no podrá contratar préstamos con Banobras durante los próximos 15 años, debido a que figura como aval de la CMAS en un crédito por 470 millones de pesos para el Programa Integral de Saneamiento. Adicionalmente, junto con la alcaldesa de Minatitlán, el alcalde xalapeño ha incurrido en daño colectivo y al erario municipal por la liquidación económica ante la rescisión de contratos de concesión de servicios públicos, un asunto que la opacidad que priva en el servicio público estatal restringe de su conocimiento a la ciudadanía, que finalmente es la que cubrirá la ineficiencia de sus “servidores”. Curiosamente, el potencial sucesor en la alcaldía minatitleca conoció en su función de diputado local que el Tribunal de lo Contencioso ordenó a aquel ayuntamiento pagar a la empresa Cibernética 160 millones de pesos por concepto de indemnización.

El escenario municipal veracruzano es tétrico, pues casi todos los ayuntamientos dejarán deudas superiores al 30% de sus presupuestos anuales, independientemente de los recursos para la bursatilización que supuestamente estaban etiquetados exclusivamente para hacer obras; en este sentido, bueno sería que la ciudadanía de cada municipio investigue qué se hizo con los recursos adelantados de la operación bursátil que dejará a por lo menos cuatro administraciones subsiguientes sin ese ingreso. La falta de transparencia es un hecho comprobable; en Minatitlán, por ejemplo, nada se sabe acerca de los recursos (80 millones de pesos) que se destinarían para el Boulevard Ávila Camacho, por lo que supuestamente se había hecho una auditoría, de cuyo resultado no hay noticia alguna.

Según las cuentas, mediante la bursatilización se obtuvieron mil 207.9 millones de pesos (hay quien calcula mil 333 millones), distribuidos entre 199 municipios. No obstante, Ayuntamientos como el de Hueyapan de Ocampo, por caso, obtuvieron autorización para obtener adicionalmente un crédito por 15 millones de pesos a 15 años y no se ve obra pública que explique la aplicación de ese dinero, ni del de la bursatilización. El municipio de Veracruz obtuvo un crédito por 200 millones de pesos con Banobras pagadero a 10 años; el de Minatitlán solicitó dos crédito, uno por 10 millones pagadero en el término de esta administración y otro por 69 millones a 10 años, más un adelanto de participaciones por 10 millones de pesos. A Coatzacoalcos se le autorizó un crédito por 238 millones a 48 meses, lo que viola el Código Hacendario del Estado pues supera el 30% de su Ley de Ingresos anual.

Colateralmente, existe un daño patrimonial por casi 300 millones de pesos en 83 ayuntamientos, según se deduce del dictamen de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado sobre la cuenta pública de 2008. La deuda pública municipal pudiera ascender a los mil 500 millones de pesos. En el apartado de desvío de recursos por lo menos 100 alcaldes enfrentan problemas que resolver (Blanca Batalla, de Álamo, Juan Antonio Lavín, de Córdoba, Ricardo García Guzmán, de Pánuco, Nelson Votte de Ixtaczoquitlán, entre ellos). No fueron aprobadas las Cuentas Públicas del 2008 correspondientes a 83 alcaldes; hay 36 denuncias penales radicadas en la Fiscalía Especializada para Delitos cometidos por Servidores Públicos, son alcaldes acusados por peculado, abuso de autoridad e incumplimiento de un deber legal.

Todo eso, más lo que indudablemente se acumulará, forma parte del desastre financiero municipal de Veracruz. Un tema que no será resuelto sino pagando y el pagador será el pueblo de Veracruz porque se duda que se haga efectiva la aplicación de la ley, en este Estado en el que se pregona: “el que la hace, la paga”.

Es viejo el cuento ese de que “En el primer año se están enterando de los problemas, en el segundo empiezan a planear qué hacer y en el tercero ya se acabó la administración, porque no se pudo realizar lo que otra vez vuelve a comenzar como algo interminable que no merece la sociedad” y trae aparejado otro que dice “si en tres años no los aguantan cómo será en cuatro”. Con lo aquí someramente expuesto, tres años para una administración municipal parecerían muchos. Si la gestión de un alcalde es honesta, eficiente y productiva, entonces ¿porqué no reelegirlo? No es asunto de adelantar vísperas, pero es conveniente que la ciudadanía esté alerta a lo que acontece en el ámbito político y de gobierno para actuar en consecuencia. No todo es culpa de la clase política cuando sus acciones no convienen a la población; corresponde al ciudadano opinar a favor o en contra cuando lo que se propone lesiona el interés público. ¿Podrá el autoritarismo de siempre contra la apática voluntad ciudadana? Sería preocupante y lamentable que en el Bicentenario del Grito de Dolores y en el Centenario de la Revolución Mexicana la ciudadanía siga sometida al voluntarismo gubernamental.

alfredobielmav@hotmail.com

Septiembre 2010





LA INUNDACIÓN DE 1969

Por Alfredo Bielma Villanueva





Era septiembre del año 1969, un fuerte temporal que acarreó abundante lluvia elevó la corriente del río Papaloapan y de sus afluentes inundando las poblaciones situadas en las márgenes del caudaloso río. Aquello se asemejaba a un auténtico mar, no se veía tierra salvo techos de casas y árboles sumergidos. La presa Cerro de Oro aún no se construía, ya funcionaba la presa de Temascal, en Oaxaca. La única carretera que conectaba con el sur veracruzano y de la república era la Alvarado-Los Tuxtlas, todavía no se construía la carretera “federal” Tierra Blanca-Sayula, mucho menos la autopista La Tinaja- Acayucan. Apenas cinco años atrás había entrado en servicio el puente que cruza sobre el Papaloapan en Alvarado, dejando sin efecto a la vieja panga que trasladaba a pasajeros y vehículos de uno al otro lado del espectacular río.

Árboles arrancados como de tajo con animales aún vivos sobre sus ramas eran arrastrados por la poderosa corriente hacia el mar; cadáveres inflados de grandes reses flotaban en el torrente del río salido de madre. Una visión impresionante. En la bocana el poderoso empuje del río manchaba el anchuroso mar varios quilómetros adentro.

Gobernaba al Estado de Veracruz el licenciado Rafael Murillo Vidal (1968-1974), quien situó su centro de operaciones en el Puerto de Alvarado, desde donde se desplazaba por helicóptero o lancha hacia las poblaciones de la cuenca. La carretera a Lerdo de Tejada se anegó, obligando a los viajeros a transbordar a través de lanchas que los conducían de uno al otro lado de esa vía de comunicación.

No había entonces la diversidad y versatilidad de medios de comunicación que ahora existen, lejos de pensar en la Internet, y aún los noticiarios televisivos y de radio que se veían y escuchaban se transmitían desde el centro del país; la prensa diaria narraba la historia del día anterior, no había la noticia instantánea de ahora. Las fotografías publicadas en la prensa mostraban a las poblaciones de Isla y Villa Azueta sumergidas en las aguas del Río Tesechoacan, eran la expresión de una naturaleza enojada.

Como siempre, los gloriosos, Ejército Mexicano y la Armada, hacían su noble labor de auxilio y salvamento; sus lanchas, helicópteros y avionetas distribuían la ayuda, agua y alimentos enlatados, medicinas, principalmente; cobertores, botas e impermeables eran repartidos por cuerpos de auxilio eventualmente formados para atender la emergencia.

No había entonces cultura de protección civil, la salvación eran todos, quienquiera que quisiera participar. Mujeres, jóvenes, formaron brigadas de rescatistas voluntarios. El servicio de información meteorológica era muy precario, no dejaba de llover, las fuerzas de la naturaleza estaban desatadas recordándole al habitante de aquellos Lares cuán peligrosa podría comportarse contra quienes acercaban demasiado sus viviendas al bondadoso curso del espléndido río.

La fragilidad del hombre ante los embates de la naturaleza era aún más evidente al observar al gobernador del Estado transitar en las poderosas lanchas de la naval surcando el caudaloso torrente del Papaloapan que parecía no respetar las jerarquías convencionales de la sociedad. Al lado del gobernante participaba activamente el profesor Rafael Arriola Molina, entonces presidente del Comité Directivo Estatal del PRI. No se le podía atribuir intención política o electoral a su presencia; realmente no necesitaba hacerlo porque electoralmente no tenía competencia al frente. Su ingerencia se debía, independientemente de su solidaridad con su amigo, el gobernante, a su condición de cuenqueño distinguido, él era uno de los mayores abastecedores de caña al Ingenio San Cristóbal y con su actitud demostraba un irrestricto respaldo ante aquella contingencia natural.

Desde 1944 no se recordaba una inundación igual o parecida, solo que ahora, en 1969, los daños eran incalculables porque había más población, mayor número de casas afectables, miles de nuevas hectáreas sembradas con diversidad de cultivos que la feracidad de aquellas tierras permite. Aunque destacaba el monocultivo de la caña, también había milpas, mangales y platanares que fueron afectados por la inundación.

El gobierno federal presidido por Gustavo Díaz Ordaz se solidarizó con el gobernante estatal enviando inmediata ayuda, principalmente víveres alimenticios que ya escaseaban. El responsable de la política agrícola, ganadera e hidráulica del gobierno federal soltó la infaltable frase de aquellos tiempos: “Los daños materiales han sido incalculables, pero la inundación traerá para los próximos años mejores cosechas”. Se refería al cieno fecundante que toda creciente deja cada vez que los ríos se salen de su curso.

Después, salvo las pérdidas irrecuperables de quienes sufrieron menoscabo en sus bienes, la vida continuaba. No había Fonden al cual recurrir para recuperar algo de lo perdido. Los albergues, como ahora, eran los edificios escolares. Se ponía mucho empeño en que las generosas aportaciones de auxilio recabadas entre la sociedad civil fueran efectivamente entregadas a los afectados y no se quedaran en las pecaminosas manos de algunos encargados de su distribución. También como ahora, en aquellos tiempos hubo quienes abusaron de su condición de repartidores para quedarse con la mejor parte.

El gobierno del Lic. Murillo Vidal enfrentó otro desastre, el provocado por el terremoto de septiembre de 1973 que estremeció buena parte de la porción centro del territorio veracruzano. El epicentro del sismo se situó en Ciudad Cerdán, pero derrumbó innumerables edificios de Orizaba, Ciudad Mendoza, Nogales y Río Blanco, provocando varias muertes y heridos. Xalapa resintió el brusco movimiento de tierra, afortunadamente no pasó del susto.

Pasaron varias inundaciones más en el centro, norte y sur del Estado de Veracruz y fue hasta el gobierno de Patricio Chirinos cuando empezó a tomarse en serio la necesidad de incorporar a las políticas públicas las referentes a la Protección Civil. Un comienzo incipiente pero que prosiguió con bastante eficiencia el gobierno de Miguel Alemán, que en el primer año de su administración enfrentó a la catastrófica inundación provocada por los ríos Tecolutla, Bobo y el de Misantla. Mucho que ver en aquella inundación tuvo el desatinado e inoportuno desfogue de la presa Necaxa; ahora al menos Conagua ya avisó que abriría las compuertas de las presas río arriba del Papaloapan. Aquella experiencia sirvió para que en el gobierno alemanista se impulsara la cultura de Protección Civil, elaborando el Atlas de Riesgo que ha proseguido con éxito, la actual administración encabezada por Fidel Herrera Beltrán.

La cultura de protección civil sin duda sirve para salvar vidas y procurar por todos los medios evitar daños mayores. Los fríos, los intensos calores, las inundaciones, los sismos, los desgajamientos de cerros, etc., son fenómenos naturales con los que el hombre ha convivido desde siempre. Son ahora más notables porque su ocurrencia se nos comunica casi al momento en que suceden y porque el hombre ha invadido áreas impropias para la habitación. La naturaleza solo recupera sus espacios violentados, los ríos tienen memoria.

Ahora, a la avanzada cultura de protección civil deberá adjuntarse la cultura del manejo correcto y honesto de los recursos que entregan organismos públicos como el Fonden, de tal manera que lleguen y a tiempo a los necesitados, pues está visto, comprobado, que, por ejemplo, en Veracruz hay perjudicados por el huracán “Stan” que aún esperan lo que en su momento se les ofreció. Con el tiempo y un ganchito.

alfredobielmav@hotmail.com
Agosto 2010

EL RECUENTO

Por Alfredo Bielma Villanueva




En la primera etapa de su gira de proselitismo político con miras a la presidencia de la república, el licenciado Adolfo López Mateos recorrió el territorio de Quintana Roo y los Estados de Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas, así como las ciudades de Minatitlán, Jaltipan y Coatzacoalcos, del Estado de Veracruz; era la primera quincena del mes de diciembre de 1957. Los viajes del candidato del Partido Revolucionario Institucional se hacían en el avión XC-ABF, bautizado como “El Revolucionario”.

En la capital tabasqueña el candidato escuchó el discurso del destacado político del lugar, Carlos A. Madrazo, quien sentenció: “la política, en su sentido moderno, es planeación económica...Un régimen es bueno en la medida en que resuelva las necesidades colectivas; su saldo es favorable cuando consigue metas para el bien común. En política, la calidad humana no se mide por la habilidad que el hombre emplee para servirse a sí mismo, sino por su eficacia para servir a los demás”.

Este extraordinario aserto puede ser prologo o epilogo de cualquier tratado sobre política moderna, sobre todo ahora que algunos políticos abusan de la promoción mediática para exaltar su actividad, lo cual en esencia no sería criticable siempre que la realidad devolviera constancia fiel de las metas cumplidas en beneficio de la comunidad. De otra manera es simulación, un mal que ha desprestigiado a la política.

Una sana disposición ciudadana es aquella que se ocupa del análisis y evaluación de la actividad de los gobernantes, atenido a resultados como medida para calificar y extender el veredicto final. Sin duda, los resultados deben ir en relación directa al dinero del que se dispuso para llevar a cabo la solución a la problemática social.

¿Quiénes están autorizados para hacer la evaluación? ¿Se está capacitado para emprender esa tarea? Para la primera pregunta basta contar con la calidad de ciudadano veracruzano para sustentar cualquier derecho a evaluar. Respecto de la segunda, por muy difícil que fuera la tarea, que no lo es; por muy especializada que pudiera ser una labor de investigación, si nos atenemos solo al renglón de los hechos, a la observación de la realidad veracruzana, aún prescindiendo de las estadísticas como herramienta fundamental, bastaría una elemental comparación del antes y después para formular una primera conclusión sostenida en bases sólidas.

Dijo Madrazo: La política en su sentido moderno, es planeación económica…”. En la actualidad debe darse por sentado que todo gobierno ejercita sus funciones en base a planes y programas. No hay gobierno que no formule previamente su Plan de Desarrollo. A través de métodos de evaluación y seguimiento se lleva un adecuado control del desempeño de los programas acordados. La eficiencia del ejercicio se comprobará en los resultados, que deben estar en concordancia con lo planeado. La eficacia se verá en la relación costo-beneficio de lo realizado. Pudiera haber diferencias o variantes en cuanto a tiempo y dinero, incluso la variación puede estar contemplada en el margen de error. Lo inobjetable es que un Plan no puede estar bien diseñado cuando se programa a seis años y se ejecuta en solo tres, por ejemplo. Entonces se revelará una extraordinaria incongruencia pues si el desfase radica en el tiempo de ejecución, habría que revisar de donde se obtuvo el recurso monetario para realizar tamaña osadía.

Dice la segunda parte de la sentencia de Carlos Madrazo: “Un régimen es bueno en la medida en que resuelva las necesidades colectivas; su saldo es favorable cuando consigue metas para el bien común”. Difícilmente encontraremos un gobierno o un gobernante que no desee el bien común; habrá que dar por un hecho que esta es una premisa fundamental en el arte de gobernar. Lo que realmente importa es saber si el saldo es favorable, es decir, de cuánto se dispuso para hacer posible lo que en la realidad se está entregando a la colectividad. ¿Se justifica el dinero proveniente del presupuesto en las obras que se entregan a la sociedad gobernada? Adicionalmente, habiendo recurrido a endeudamientos que van a gravitar sobre ejercicios presupuestales subsiguientes ¿se corresponde el sobregiro con la obra pública que se entrega?

Para Veracruz no sería gratuita la interrogante. Tómese en cuenta que nunca en la historia de este Estado ningún gobierno ha recibido pasivos tan elevados como ocurrirá a partir del 1º de diciembre próximo. Porque a una deuda que rebasa los 9 mil millones de pesos, reconocida por la Secretaría de Hacienda, habría que agregar los pasivos indirectos, más la cartera vencida de innumerables proveedores que cotidianamente penan en las ventanillas de pagos, tras las cuales el arca yace vacía. Todo ello sin considerar la cargada agenda de asuntos pendientes con diversos grupos de la sociedad veracruzana que están a la espera-ya inútil- del cumplimiento de ofrecimientos gubernamentales.

La última parte de la referida frase madracista, dice: “En política, la calidad humana no se mide por la habilidad que el hombre emplee para servirse a sí mismo, sino por su eficacia para servir a los demás”. Ciertamente, ¿de qué pudiera servirle a la colectividad la habilidad política de su gobernante si no recibe a cambio testimonios materiales y morales de esa condición? Sirve sí al individuo que aspira a proseguir su trayectoria política, más no a la comunidad. ¿De qué le sirvió a México la popularidad de Fox? ¿De qué le ha servido a Veracruz la movilidad física de Herrera Beltrán?

Dejemos en el tintero la respuesta a esta última pregunta, aunque más de un veracruzano la pudiera tener a flor de labio. Pero no es cuestión de sensibilidades, mucho menos de mezquindades o arbitrarias suposiciones, la realidad veracruzana es rica en constancias para completar una respuesta, solo es asunto de acopiar las pruebas. Ojala en el sexto informe de gobierno se hable de avances concretos, si estos hubiera, o un mea culpa por las demandas insatisfechas; también que se bosqueje el indispensable análisis que nos exponga el porqué de la deuda que se hereda y qué obras adicionales la justifican. En un régimen democrático la transparencia es un valor fundamental, es mejor que salir con que a chuchita la bolsearon.

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010


CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO

Por Alfredo Bielma Villanueva



Desde su obligado divorcio con el gobierno, es inveterada la pugna entre la Iglesia y el Poder Público en México; ese indiscutible poder fáctico que representa la curia mexicana fue todo, o casi todo, durante un largo momento de la historia de este país. Largo su maridaje con la Corona Española a la que sin duda orientó en gran parte de sus acciones en el nuevo continente, al amparo de la tesis del Derecho Divino de los Reyes. Larga fue también la lucha de quienes abrevaron en la Ilustración y la Revolución Francesa para despertar en el ciudadano mexicano una nueva conciencia que lo liberara de la servidumbre mental y la ignorancia convenientemente prohijadas por la Iglesia.

En la distancia de los años se dimensiona la grandeza de los hombres de la Reforma mexicana quienes tuvieron que enfrentar al Leviatán de dos cabezas: el Poder y la Iglesia, la espada y la cruz, emblematizados por aquellos que buscaron allende el atlántico al conquistador rubio, de ojos azules, con el afán extralógico de imponer una monarquía en México. Pero Benito Juárez y la Pléyade de liberales que lo acompañaron en su enhiesta cruzada, con la promulgación de las Leyes de Reforma lograron colocar en sus respectivos sitiales al poder terrenal y al mundo de lo espiritual.

Después, semejante a una fijación pasional, el alto clero mexicano no ha olvidado el usufructo del poder, y sufre añoranzas; así lo ha manifestado en múltiples episodios de nuestra historia, algunos teñidos de la sangre inocente de quienes soliviantados en nombre de su fe fueron lanzados a la lucha fraticida, tal cual aconteció en la llamada cristiada de 1926 a 1929.

El 7 de enero de 1926 el Arzobispo de México, José Mora y del Río, declaró a “El Universal” que “La doctrina de la Iglesia es invariable, porque es la verdad divinamente revelada. La protesta que los prelados formulamos contra la Constitución de 1917 en los artículos que se oponen a la libertad y dogmas religiosos se mantiene firme…el episcopado, clero y católicos, no reconocemos y combatiremos los artículos 3º., 5º., 27., y 130 de la Constitución vigente. Este criterio no podemos por ningún motivo variarlo sin hacer traición a nuestra fe y a nuestra Religión”. Todavía más, a través del Obispo de Huejutla, José de Jesús Manríquez y Zárate, lanzaron una carta pastoral en la que anatematizaron al gobierno y a las leyes: “a cada una de las prescripciones contrarias al derecho divino, al derecho natural, a las reglas sagradas de la Iglesia” La respuesta del gobierno fue el encarcelamiento del obispo, quien para recuperar su libertad debió cubrir la fianza correspondiente.

El conflicto provocó la expulsión del delegado Pontificio; entre julio y agosto de 1926 la jefatura clerical ordenó el cierre de templos y la suspensión de cultos, a lo que el gobierno respondió con la toma de conventos y abrió las Iglesias, a la vez que expulsó a los clérigos extranjeros y limitó el número de sacerdotes que debían oficiar en cada población. El 3 de julio se publicaron las reformas al Código Penal referidas a las penas a que se hacían acreedores quienes violaban los preceptos sobre los cultos.

El 20 de agosto, el Obispo de Tabasco, Pascual Díaz, y el Arzobispo Mora y del Río fueron recibidos en audiencia por el Presidente Calles, quien no aceptó las presiones que estos hacían a través del boycot al que la Liga de Defensa Religiosa había convocado instigada por el alto clero. En este contexto, el llamado “General” Rodolfo Gallegos inició la fase armada de la rebelión cristera el 29 se Octubre de 1926 en el Estado de Guanajuato, que pronto se extendió a Jalisco, Colima y Nayarit, principalmente.

El movimiento cristero se entreveró con el regreso de Obregón a la palestra política, impulsado por su ánimo reeleccionista. Esto generó un nuevo conflicto para el gobierno, que ahora debía contener la inconformidad de altos mandos militares, pues los Generales Francisco Serrano y Arnulfo Gómez lanzaron sus respectivas candidaturas en contra del reeleccionismo obregonista y soltaron la amenaza de una sedición armada. Su actitud les costó la vida, a Serrano en Huitzilac, en octubre de 1927 y a Gómez en Coatepec, en noviembre siguiente; con su vida pagaron la osadía de oponérsele al caudillo.

Los ánimos estaban caldeados, a tal grado que en noviembre, cuando paseaba por Chapultepec el candidato a la presidencia, Álvaro Obregón, fue víctima de un atentado con dinamita atribuido a gentes de la Liga de Defensa Religiosa: Luís Segura Vilchis, Juan Tirado, Nahum Lamberto Ruiz, el sacerdote Miguel Pro Juárez y su hermano Humberto. Comprobada su participación en el atentado fueron pasados por las armas el 3 de noviembre. Aquello había sido un premonitorio aviso porque el 17 de Julio de 1928, ya electo presidente, Obregón fue asesinado por José de León Toral. La pistola utilizada había sido bendecida por un sacerdote.

Ya con Calles fuera de la presidencia, a quien consideraban la viva personificación del demonio, aparentemente vencida, la cúpula clerical decidió entrar en pláticas con el gobierno de Portes Gil, por lo que en 1929 se dio por concluido el conflicto conocido como “Rebelión Cristera”. Pero la iglesia no cejó, solo hibernó, esperando el momento propicio para conseguir la reforma constitucional anhelada. En tiempo y circunstancia la alcanzó en el gobierno de Salinas de Gortari, quien de esa manera correspondió a la adhesión que el clero le demostró en los álgidos momentos de su ascensión a la presidencia de la república. Salinas reformó los artículos 3º, 5º, 27 y 130 de la Constitución General de la república.

Pero no le basta a la Iglesia el enorme poder económico que ha logrado acumular; desfasada en tiempo quiere seguir disputándole al Cesar los trozos de poder temporal que Juárez le arrebató; no le es suficiente ser un importante poder fáctico, acaso supone que México aún está sumido en la ignorancia y el fanatismo. Pudiera equivocarse.

Es en este contexto histórico en el que deben enmarcarse las declaraciones del Arzobispo Sandoval Iñiguez en el sentido de que el gobierno capitalino “maiceó” a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para aprobar las bodas gay. Adicionalmente, la Arquidiócesis de México veladamente amenaza cuando dice que los laicos tienen luz verde de la iglesia católica en la capital del país “para que hagan las acciones que tengan que hacer”. Centrando como objetivo de sus ataques a Marcelo Ebrard: “Él y su gobierno han creado leyes destructivas de la familia, que hacen un daño peor que el narcotráfico. Marcelo Ebrad y su partido el PRD, se han empeñado en destruirnos”

Cual debe ser, la respuesta de Ebrard es la denuncia, más aún por la actitud retadora y prepotente del prelado. La declaración de éste es carente de prudencia y de cautela que revela el síndrome de un atavismo histórico, como el aquí descrito. Preocupante, porque los grandes problemas así comienzan.

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010




EL MAGISTERIO DE LA HISTORIA Y DEL ADAGIO

Por Alfredo Bielma Villanueva



La historia es madre, maestra y guía para quienes auscultan el acontecer sociopolítico; los refranes, como lo afirmara Cervantes, expresan la sabiduría de los pueblos.

Coloquialmente, bien se dice que el hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra, esto es para significar que no aprende de las enseñanzas que la vida le prodiga. Una y otra vez el hombre experimenta con sus acciones y si acaso solo atiende la enseñanza cuando ésta es en carne propia, porque nadie experimenta en cabeza ajena. Y tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe, pero se reflexiona cuando ya resulta tarde para dar marcha atrás, después de un paso en falso, por eso luego salen con que a “chuchita” la bolsearon.

Particularmente en sus relaciones con el poder el hombre peca de testarudo, más aún cuando le pesa dejarlo, porque solo obedece a la lógica de conservar el poder del que alguna vez fue dueño absoluto. Es evidente que en esa tesitura considera a los demás en su mínima expresión, sobre todo si la conducta de estos durante la lujuria del poder bajó la cerviz y se sometieron a los arbitrarios dictados del poderoso.

Pero al final no todo lo que brilla es oro, y esto es visible en el caso de quien está a punto de dejar el poder y se aferra a él. Porque la cabra siempre tira al monte, querrá mantenerlo a toda costa, entonces ¡cuidado! porque can viejo no ladra en vano. No es raro que empiece a enseñar el cobre a pesar de que aún no nace la burra y ya la quieren hacer panda. Pero chango viejo no aprende maroma nueva y sin duda persistirá en el manejo del poder, entonces, ante uno que amanece otro que no duerme, porque a caballo comelón cabestro corto, no hay de otra. Bien dice el dicho: si quieres el perro acepta las pulgas, pero para evitar excesos, nada mejor que levantar polvos de aquellos lodos ya que es difícil encontrar aves del pantano que lo hayan cruzado sin mancharse, entonces sí patitas para correr las quiero.

La historia de México está plena de episodios que pintan el enamoramiento del hombre con el poder, sin miramiento al hecho de que este no se comparte, simplemente se ejerce; de otra manera se corre el riesgo de terminar como el camarón que se duerme. Así lo experimentaron en sus emproblemadas relaciones lo mismo Lázaro Cárdenas y Plutarco Elías Calles que Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo; a mayor abundamiento habrá que recordar aquel sonado caso protagonizado en Tabasco por Carlos Alberto Madrazo Becerra (1959-1964) y Manuel R. Mora, su sucesor en el gobierno (1965-1970).

Un gobernador fuerte, carismático, de trayectoria política sobresaliente, forjado en la barricada política, era el gobernador de Tabasco Carlos Alberto Madrazo Becerra; fue un protagonista de primer orden por lo que nada extraño parecía el que deseara dejar a un sucesor a modo. En cualquier evento, a cualquier reunión política que iba el gobernador Madrazo se hacía acompañar por su secretario particular, un hombre discreto, de modesta apariencia, con lentes de grueso armazón, siempre sonriente y atento al menor gesto de su jefe. Pocos podrían apostar por él como un sucesor al gobierno del Estado, tal como finalmente fue. Mientras se celebraba la campaña política, que no era sino un simple formulismo para revestir la llegada al poder, todo mundo diagnosticaba que sería una marioneta en manos de Madrazo. La sonrisa de Mora permaneció inalterable, hasta que tomó posesión del cargo de gobernador de su Estado.

Durante su primer año en el cargo la opinión pública favoreció las sospechas de sumisión a su antecesor, pero se debía a que este había sido designado Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI por el Presidente Díaz Ordaz y en aquellos tiempos enfrentársele hubiera sido un suicidio. De pronto, ocurrió que Madrazo cayó en desgracia política y salió de la dirigencia priísta. Entonces, en Tabasco se vio a otro gobernador ya que actuó en sentido contrario a las especulaciones, pues su conducta varió 360 grados respecto de la pasiva actitud frente a su ex jefe. Ante la rebelión de su antiguo subordinado Madrazo Becerra le fraguó no pocos problemas entre el estudiantado, solo salvó a Mora la protección del Secretario de Gobernación, Luís Echeverría, que lo ayudó a amortiguar los golpes que se le orquestaron desde las trincheras madracistas. El nuevo Mora la libró y pudo concluir su mandato, mientras Madrazo navegaba en las turbulentas aguas de la subrepticia oposición, antes de su lamentable muerte en un accidente de aviación.

Para ese entonces, México ya había contemplado el drástico distanciamiento entre el presidente Lázaro Cárdenas y su benefactor Plutarco Elías Calles, el Jefe Máximo de la Revolución quien, atenido al refrán que dice que el que da lo que tiene a pedir se atiene, le había “sugerido” la mayor parte de los integrantes de su gabinete. Hasta que Calles traspasó los linderos de la prudencia y quiso repetir en Cárdenas lo mismo que había hecho con Pascual Ortiz Rubio, a quien exhibió como una marioneta sujeta a sus caprichos. Don Lázaro no lo permitió y, a solo meses de haber iniciado su mandato, en junio de 1935 mandó al exilio a Calles y paralelamente se deshizo de buena parte de los recomendados por el ex jefe máximo. Inquieto, Calles regresó al país con el propósito de hacerle la vida imposible al presidente Cárdenas y nuevamente fue expulsado, esta vez de manera más drástica pues el exilio se acompañó con la expropiación de una de sus haciendas preferidas y del desafuero de diputados y senadores adeptos, así como el desconocimiento de los poderes de algunos gobernadores que habían sido incondicionales del caudillo en desgracia.

La presidencia imperial vivió tiempos de gloria durante el gobierno de Luís Echeverría, al grado que no se midió al pretender acosar a su sucesor cuando, a penas se destapó a López Portillo como candidato del PRI a la presidencia, lo rodeó de incondicionales con el propósito de, a través de ellos, repercutir su poder: Muñoz Ledo a la presidencia del PRI, luego a secretario de Educación, Gómez Villanueva en la secretaría priísta y de allí al liderazgo de la cámara de diputados. Aunque pronto fueron defenestrados de esas posiciones, el presidente López Portillo fue acosado por su antecesor al proponerle la figura de senador vitalicio para los ex presidentes.

Mas reciente fue la desavenencia pública entre el presidente Zedillo y su antecesor en el poder, Carlos Salinas de Gortari, quien pensaba trascender su poder al mandato que le correspondía. Pero como unos visten el altar para que otros digan misa, no habían pasado seis meses cuando el expresidente se vio obligado a representar en escena pública, televisada, una huelga de hambre, y sufrir el encarcelamiento del hermano incómodo. Después de navegar por el Caribe, hacer escala en Cuba y, “serenado” por los acontecimientos, se vio obligado a emigrar hacia Irlanda, perdiendo la oportunidad de encumbrarse en la dirección de la OCDE, como eran sus deseos. Durante el sexenio de Zedillo bastaba con que Salinas anunciara su visita a México para que la prensa desplegara en su contra una serie de arremetidas que lo mostraban como el mayor ogro del país. Fue tal la sevicia y el escarnio que hasta ahora perdura la imagen de Salinas como la de un demonio suelto.

Todo indica que al mejor cazador se le va la liebre, lo cual en política es factible desde que los pájaros le disparan a las escopetas. Pero la burra no era arisca, pues la historia demuestra que aceptar el cuento de que si quieres al perro acepta las pulgas no siempre deja buenos dividendos porque, según es el pájaro así es el nido. Es conveniente recordar que agua pasada no mueve molinos, y este caso se ajusta al dicho de que quien no buscó amigos en la alegría, en la desgracia no los pida, porque la mentira dura, mientras la verdad llega.

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010


PROMESAS INCUMPLIDAS

Por Alfredo Bielma Villanueva




Ya para nada deben sorprender las continuas y cada vez más frecuentes protestas que vecinos de diferentes comunidades de la entidad han venido manifestando en señal de inconformidad debidas a las innumerables promesas no cumplidas por el actual gobierno del Estado. Era bastante predecible que así sucediera, porque una característica sobresaliente de los gobiernos populistas y mediáticos es la excesiva expectación que despiertan entre los gobernados que, como es el caso veracruzano, viven ávidos de que al fin sus múltiples problemas les sean resueltos.

Ya hemos comentado con alguna frecuencia en este espacio que cuando se privilegia la imagen sobre la implementación seria y eficiente de los programas de gobierno el resultado es decepcionante. Cuando una obra pública se anuncia con reiterada insistencia, con el propósito de magnificar los logros sin sustento en la realidad, se propicia el encubrimiento de malas artes de gobierno y no se está ante actos de auténtica realización de obras sino de mero alumbramiento de fuegos fatuos, que como tales fatuos son.

No es hablar de situaciones inexistentes, tampoco ocasión para el comentario artero, son datos duros, demostrables, para comprobarlo bastaría con referirnos a algunos acontecimientos, los más recientes, como irrefutables testimonios del incumplimiento gubernamental a promesas reiteradas, en ocasiones frívolamente orientadas a obtener el aplauso fácil. De las variables de este gobierno, esa ha sido una constante.

La reciente protesta de las autoridades de Tatahuicapan cerrando la presa Yuribia es incontrastable evidencia del incumplimiento gubernamental; la pavimentación de la carretera Luz del Barrio a Tlalnehuayocan ha devenido en fantasiosa. Innumerables veces (desde el 15 de octubre de 2006) se ofreció la pavimentación de la carretera Cosamaloapan a Acula, todavía el 14 de mayo de 2008 el alcalde de Villa Acula se quejaba de que aún no habían iniciado la reparación del camino; sin embargo, el 3 de agosto de 2009 este tramo carretero se anunció como una de las obras realizadas por la presente administración, pero en los hechos prosigue hecho un desastre. La pavimentación de la carretera de 6.8 kilómetros, que va de Tierra Nueva a Sabaneta del municipio de Hueyapan de Ocampo, ofrecida hace dos años sin duda se quedará en promesa, a pesar de que a raíz de la protesta campesina de hace unos días se ofreció iniciarla el próximo 16 del mes en curso, una mentira más porque si acaso mandarán una maquina para aparentar mientras culpan al fin de la gestión para no concluirla.

El lunes pasado, habitantes de las comunidades Cuahuitzil, Acatitla y los Encinos, de Chicontepec, tomaron el Palacio Municipal en reclamo a la Comisión Estatal del Agua porque esta “inauguró obras que ni siquiera se han iniciado” y porque a pesar de sus protestas ni el Orfis, ni la Contraloría, ni la Secretaría de Finanzas han actuado para esclarecer el fraude. En el norte del Estado hay decenas de casos por este estilo.

Empero, no deja de sorprender la actitud gubernamental en su tendencia a inaugurar obras sin concluir, tal cual es el libramiento de Cardel cuyo inicio fue anunciado desde marzo de 2008 con un costo de 460 millones de pesos para un largo de 7 kilómetros (los contratistas conocerán las razones del elevado costo), y en julio de 2009 se dijo que solo “faltaban 50 metros para su inauguración”, ahora, inconcluso, se nos dice que ha costado 450 millones de pesos. Para esta obra, el pago a 12 propietarios por derecho de vía fue de 16.5 millones de pesos. A fines de abril del año en curso se aseguró que se inauguraría el 17 de mayo, mas no fue así porque entonces faltaba mucho para su conclusión. Finalmente se inauguró el 7 de agosto, una obra que no entra en servicio porque le falta un tramo por construir y habrá que ver a cuanto equivale su costo. El elevado costo de esta obra seguramente se debe a que en ella se utilizó tecnología de punta, un cliché en el vocabulario de quienes de esto se encargan.

Según las autoridades del ramo contagiadas del lenguaje hiperbólico, en el Puente del Bicentenario en Xalapa se utilizó tecnología de punta “como la usada en países como los Emiratos Árabes”, así se dijo, aunque usted no lo crea. Todavía más, se llegó a presumir que “ha merecido la visita y el reconocimiento de ingenieros alemanes”. Si es verdad que vinieron, pena ajena habremos causado, pero todo se hace con el propósito de crear la idea de que es una gran obra, y que, con todos los defectos que ha demostrado, incluyendo su costo, una ingenua población se tragará ese cuento.

Tan fuera de serie fue ese proyecto que, según se ve, no incluyó la construcción del puente peatonal en un crucero que necesariamente iba a suspenderse; por ese ligero olvido, cuando la inauguración, ante la protesta pública se ofreció la construcción de un puente peatonal sobre la calle Veracruz y se dijo que costaría “alrededor de 3 millones de pesos, el cual se tendrá en menos de 20 días…”. Aquí la tremenda audacia consiste en hacer una promesa en la capital del estado, a una población escamada y cansada de mascaradas ya que el famoso puente va para largo.

Es sabido que al término de un gobierno estatal no faltan oficiosos que, por agradecimiento o simplemente por lambisconería, a veces incluso a petición expresa del “homenajeado”, inician una serie de “reconocimientos” al gobernante que se va; en este caso el motivo sería, quizás, por la “gran obra” que dejará, porque según el dicho deja un Veracruz pujante, y hasta en el extranjero se han percatado-quizás hasta asombrado- de la forma “en cómo se gobierna en este Estado”, etc. etc. En esa lógica se inscribe el recorrido del Secretario de Comunicaciones de Veracruz por las obras del libramiento vial, aunque esta no sea producto de la gobernanza local. Porque, hay que decirlo, el libramiento de Xalapa no es siquiera iniciativa del gobierno actual, es un proyecto iniciado en tiempos de Alemán (se recordará aquella discusión sobre si pasaría por el sur dañando el bosque de niebla o por el norte, tal como ha quedado).El gobierno actual participó, eso sí hay que reconocerlo, en el pago de los derechos de vía, tal cual le corresponde en obras de esta naturaleza, que por cierto ha sido concesionada para su construcción y posterior administración a una empresa extranjera. Querer formar una idea diferente de la realidad es intentar engañar y eso no debe ser permitido por una ciudadanía que sabe de lo que se trata y está cansada de tanta simulación.

Cuánta razón tenía Abraham Lincoln: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”.

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010

DEUDA PÚBLICA

Por Alfredo Bielma Villanueva



La declaración del Secretario de Educación Pública en el Estado acerca del retraso de pagos en las aportaciones de la federación debiera empezar a preocuparnos, por cuanto a que hace justamente seis años por ese lado empezó a semblantearse el tema de un préstamo bancario que la administración saliente se vería en la necesidad de realizar. No que necesariamente eso vaya a ocurrir en esta ocasión, pero lo cierto es que el desbarajuste financiero en el que termina su gestión el actual gobierno no propicia buenos augurios ni al pueblo veracruzano ni a la administración que le sucederá.

La barroca discusión acerca de si es deuda o no lo es el elevado pasivo que heredará a su sucesor el gobierno de Herrera Beltrán peca de ser ociosa y encubierta en semántica, porque es incontrastable realidad que el gobierno entrante se enfrentará a un pasivo histórico nunca antes visto en nuestro Estado. Quizá lo peor del endeudamiento estatal no resida en su monto sino en que no existe una contraparte que lo justifique en obras, en infraestructura que hayamos ganado al tiempo, toda vez que lo que se ve apenas justificaría el recurso anualmente presupuestado. Según el gobernador “es impresionante el desarrollo de la infraestructura social del estado y los municipios”, ¡cuánta falta haría un análisis puntual que demuestre si hay correlación entre la obra pública con lo invertido en ella! Acerca de su calidad, pésima según se ve, se formaría todo un capítulo a parte.

Entre encontradas versiones no falta quien sostiene que el gobernador Herrera dejará una elevada deuda pública cercana a los de 35 mil millones de pesos. Esto sin considerar el adeudo con el IPE por concepto de las aportaciones del patrón del 13.24%, que retiene de las cuotas de sus trabajadores para entregarlas a la institución referida; a esto habrá que sumar el rezago en el pago a diversos proveedores, los contratistas entre ellos.

Como se recordará, el gobierno del Estado bursatilizó el 80% que le corresponde del impuesto a la tenencia por una cantidad de $ Seis mil 300 millones de pesos, que permitieron cubrir la deuda pública estatal heredada por tres mil 365 millones. En 2009, ya embalada en el prurito de obtener recursos frescos adicionales a lo presupuestado, la administración estatal pretendió bursatilizar 6 mil 800 millones de pesos de participaciones federales. Por buena fortuna, o todo lo contrario, la empresa Stándard & Poor´s anunció que bajó a Veracruz su calificación de riesgo crediticio en escala nacional, lo que refleja la “todavía estrecha estructura presupuestal de Veracruz”, como resultado del crecimiento de su gasto operativo que “limita su capacidad para cubrir su programa de inversión con recursos propios”. Luego entonces, el nuevo intento bursatilizador se vio frustrado. De mal augurio, porque si por un lado nos salvó de un nuevo endeudamiento, nos enteró que nuestra situación crediticia es tal que ya no podemos pedir prestado.

Aunque el gobernador tiene otra visión, pues en entrevista periodística a Vázquez Raña en diciembre pasado, éste le preguntó: ¿Por qué no se ha anunciado el resultado de la última bursatilización autorizada por el Congreso local? ¿Existe algún programa para la colocación de los bonos? Herrera Beltrán respondió: “Cualquier proceso de bursatilización conlleva un gran número de actividades para su implementación. Actualmente, el Gobierno del estado se encuentra realizando las gestiones de estructuración necesarias para alcanzar una calificación de AAA con las agencias calificadoras y obtener las mejores condiciones financieras para Veracruz. Adicionalmente, se requieren las autorizaciones de la Comisión Nacional Bancaria y de y de la Bolsa Mexicana de Valores”--------------------------------------------------------------- Pero Fitch Ratings bajó la calificación crediticia del estado de Veracruz de A a BBB, esto debido al elevado nivel de gasto operacional y un creciente saldo de cuentas por pagar “sustancialmente mayores a los observados en ejercicios anteriores”. “Es lamentable que Veracruz aparezca entre los Estados de la federación que doblaron su presupuesto por servicios personales, según el documento de Finanzas Públicas para Crear Empleo Productivo, del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Sin embargo, la visión del gobernador es muy otra, tal como lo declaró al Director General de OEM, Mario Vazquez Raña: “El Gobierno federal tiene un costo operativo del orden de 11 mil 800 millones para los programas sociales. Mi propuesta es transferir parte de los programas y responsabilidades a nivel local, donde tenemos claro el apoyo a la vivienda, al sector primario, la integración educativa y cultural de los pueblos indígenas afectados por la pobreza”. Sea por Dios y venga más, decía el clásico.

Otra interesante pregunta: Señor gobernador ¿a cuánto asciende actualmente la deuda pública de la entidad? ¿Es todavía manejable o significa un problema para las finanzas gubernamentales? Respuesta: “Mario, debemos poco y los compromisos financieros son manejables. A pesar de ser el tercer estado de la república a nivel poblacional, no ocupamos ese lugar en endeudamiento y Veracruz no tiene deuda pública directa. Hemos invertido en la gente y en infraestructura, y eso no es un gasto, nos ha preparado para la crisis, posibilitándonos seguir creciendo”.

Habría que esculcar con detenimiento la verdad, muy al canto de la declaración oficial porque ésta no concuerda y se contradice. Por ejemplo, a la pregunta de Vazquez Raña: “¿A cuanto asciende la inversión privada que ha llegado a la entidad durante su gobierno?”, el gobernador responde: “calculamos en números redondos que unos 25 mil millones de dólares y unos 300 mil millones de pesos han llegado a Veracruz durante mi administración…las sinergias y vitalidad de nuestra planta productiva está a la vista de todos”. Casi por oposición el Secretario estatal de Desarrollo Económico, este martes acaba de declarar en Orizaba que la inversión privada es mayor a los 80 mil millones de pesos (no 300 mil), mientras que la inversión extranjera rebasa los 4 mil millones de dólares (no 25 mil). ¿Cuál es la verdad? Porque como para un diagnóstico que sirva de base al nuevo Plan de Desarrollo Estatal el discurso oficial no parece confiable; por lo menos da esa impresión.

alfredobielmav@hotmail.com
Agosto 2010










¿AVANZAMOS?

Por Alfredo Bielma Villanueva


Largo y hasta infructuoso parece ser el periodo de transición del sistema político mexicano, que no acaba de desligarse del viejo régimen ni interiorizarse en los linderos del nuevo. Pareciera que todo se ha reducido a un pleito electoral entre los partidos políticos, dos de ellos nacidos en la primera mitad del siglo XX (1939 el PAN, 1946, el PRI), y el otro EN 1990, surgido a raíz de la ruptura que padeció el Partido Revolucionario Institucional durante la crisis del autoritarismo presidencialista.


Como debe ser, en un régimen de pluralidad partidista los partidos de oposición critican las acciones del gobierno en turno, este fenómeno se hace más intenso a partir de la alternancia partidista en la presidencia de la república. Algunas de las críticas se asemejan a escupitajos para arriba, como ocurre cuando el PRI ataca al gobierno panista por no superar la crisis económica, una más de las tantas que se padecieron durante la estancia priísta en la presidencia. O bien, ahora que Calderón decidió hacer frente al crimen organizado en una operación que más bien parece una pedrada al panal, sin contar con salidas para correr ante el acoso de las avispas, la oposición reclama paz, olvidando que ningún gobierno priísta tomó la iniciativa que ahora impugnan, lo que propició el avance de esa patología social.

Cuando se señala la frustrada acción calderonista de convertirse en “el presidente del empleo” porque el país apenas sale de la recesión y ya en el ámbito internacional se avizoran problemas que pudieran hacer recaer la economía mundial, acaso haya alguno que no olvide cuando Zedillo aspiraba a darle a los mexicanos el “bienestar para la familia”, una pretensión que apenas iniciado su gobierno empezó a desmoronarse a causa de la catastrófica crisis económica iniciada a fines de 1994 (los “errores de diciembre”). Fue algo parecido a una presa llena de nubarrones con ciclón al frente. El bienestar de la familia mexicana nunca llegó, no al menos para los estratos más desprotegidos.

En fin, el paso de “una monarquía absoluta sexenal y hereditaria en línea transversal”, como calificara don Daniel Cossio Villegas al régimen del presidencialismo autoritario, no ha concluido. Lo peor es que corremos el riesgo de dejar pelos en la cerca sino aplicamos mejores y más eficientes métodos democráticos para el cambio, lo que parece difícil mientras sigamos atenidos a los dictados de una partidocracia resistente al cambio.

Es muy frecuente escuchar que a los gobernadores priístas no les conviene un presidente de la república de su partido. Tal razonamiento está viciado pues juzga circunstancias diferentes, como son las actuales, a través de los esquemas aplicados al viejo régimen. Olvidan que si bien con la alternancia partidista en la presidencia hubo un corrimiento de porciones del poder presidencial hacia los gobernadores, estos deben sujetarse a las nuevas reglas que han ido surgiendo a cuenta gotas, principalmente en materia electoral y de coordinación fiscal entre la federación y los estados. También soslayan que al no mantenerse la presidencia de la república como referencia del poder absoluto, al menos en lo que a los gobernadores priístas se refiere, el Partido Revolucionario Institucional y las bancadas legislativas han servido de gozne en las negociaciones con el poder presidencial. Esto último no de poca importancia porque allí se aglutina un determinado poder absorbido después del Big Bang priista.

En el incierto proceso evolutivo de la transición mexicana los cambios se van dando conforme las experiencias lo dictan. Así, por ejemplo, son múltiples las enseñanzas que el reciente proceso electoral mexicano le dejó al PRI y a su dirigencia nacional. Una de ellas estriba en que al dejar que sin cortapisa alguna los gobernadores decidan las candidaturas de quienes supuestamente los sucederán acarrea inconvenientes resultados, tal como ocurrió en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, en los que se produjo un boomerang político-electoral al resultar el PRI derrotado por una militancia despechada que cobró el agravio sufragando por el favorito no escogido.

Los órganos electorales, a su vez, demostraron dependencia casi absoluta de quienes favorecieron la llegada de sus integrantes al cargo que ahora desempeñan, nada nuevo en términos de gratitud, pero lesivo para la institución. No obstante, la experiencia servirá al legislador para normar criterio, siempre y cuando exista voluntad suficiente para superar el funcionamiento de esas instancias en orden de conseguir un mayor acercamiento a la democracia electoral.

Históricamente ha quedado demostrado que no basta con el impulso de una buena voluntad para realizar los cambios requeridos en pos de una transición a fondo.

Lo demostró Gorbachev en Rusia con su Perestroika (cambio económico) y la Glasnost (cambio político) que con toda voluntad intentó realizar para sacar a la URSS de su desequilibrado desarrollo; sin embargo, sin embargo no puso el suficiente empeño, o no pudo cambiar la mentalidad encallecida del Partido Comunista, aferrado a la idea de mantener el statu quo. De allí el surgimiento de Boris Yeltzin que sí se atrevió a enfrentar a la nomenclatura del PCUS, y se produjo un auténtico cambio estructural, mismo que aún no se refleja en el mejoramiento económico de la población rusa, después del desmembramiento de la antigua URSS.

¿Significa, acaso, que en México vaya a ser necesaria una cirugía a fondo del PRI para poder realizar la auténtica Reforma del Estado?

Oaxaca, Puebla, Sinaloa, son enseñanzas nada despreciables para abrevarlas. Si la intención del DIA de Camacho y la perspicacia política de Calderón es proseguir minando la fortaleza electoral priísta nada debe extrañar que PAN y PRD decidan estrechar el cinturón amarillo del oriente del Estado de México para acercarlo al cinturón azul de Tlalnepantla, Naucalpan y Toluca y de esta manera estrangular las aspiraciones presidenciales de Peña Nieto, en cuyo caso sobrevendría un nada pequeño caos al interior de la nomenclatura priísta, que se mediría en el grado de discordia de la lucha entre Beatriz, Beltrones y Gamboa por conseguir la candidatura de este partido a la presidencia de la república en el más claro síndrome del spoil system a la mexicana.

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010

TATAHUICAPAN, ¿OTRA MINUTA?

Por Alfredo Bielma Villanueva



La actitud de las autoridades municipales de Tatahuicapan al cerrar las válvulas que permiten la salida del agua hacia las ciudades de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque en apariencia choca con la tolerancia de las autoridades que ahora se encuentran negociando con ellos para que depongan su actitud. Es una realidad jurídica que en México las aguas pertenecen a la nación, la que se reserva el derecho de utilizarlas como mejor convenga al interés público. Pero el problema de Tatahuicapan no es un asunto de carácter jurídico que deba arreglarse en los tribunales; se trata de un problema en el que la relación gobernantes-gobernados está pervertida por el engaño, por promesas incumplidas y por la falta de respeto a una comunidad indígena, como si aún viviéramos en los tiempos de la colonia o el Porfiriato.

En apretada síntesis podemos retrotraernos a septiembre de 2006, cuando el alcalde de Tatahuicapan encabezó una protesta de la población cerrando las compuertas que almacenan las aguas de los ríos Tiziziapan y Conapan para abastecer de ese líquido a Mina, Cosoleacaque y Coatzacoalcos. Tras difíciles negociaciones entre el alcalde Julián Cruz Gómez y el síndico Honorio Matías con autoridades municipales de los municipios afectados: Ignacio Hernández Berrueco, Cuauhtémoc Cadena Pérez e Iván Hillman Chapoy, en medio de una multitud irritada que poco faltó para que se saliera de control. Negociaciones nocturnas, acompañadas por el silencio de la sierra, por el brillo de machetes amenazantes, el alcohol soliviantaba ánimos, más aún por reclamos viejos, de insatisfechos tratos por parte de los poderosos hacia una población indígena marginada y en pobreza extrema. Esas autoridades citadinas, invisibles e inalcanzables en sus palacios, estaban esa noche allí, al alcance de la peligrosa inconformidad. Al salir de la trampa en que inocentemente habían caído, los alcaldes de Mina y Cosoleacaque tuvieron que hacer faena para quitar los obstáculos que obstruían el camino, mientras Iván la hacía de chofer para pasar la camioneta al otro lado. El miércoles 19 se llegó al acuerdo de atender las peticiones del alcalde. Se acordó que de los dos arroyos sólo uno sería para Coatzacoalcos y la inmediata reforestación del lugar.

Pero del cielo le llegó a la población de Tatahuicapan la providencial ayuda. Comisionado por el gobernador bajó Reynaldo Escobar “para resolver el problema”. “Reynaldo a todo le dijo que sí, no hubo nada que negara. Es más, fue él quien dijo “sí” a que las utilidades de la CMAPS de Coatza y Mina se repartan al 50% con los ejidatarios. Lo anterior no estaba pactado en el acuerdo inicial, pero Escobar lo autorizó”, según el extraordinario reportaje periodístico “Los Machetes Filosos de Tatahuicapan” publicado en Imagen del Golfo. “¿Cómo esta eso de repartir utilidades al 50 por ciento, de una empresa en quiebra y embargada? Es jugar con fuego”, escribiría entonces “Maquiavelo”, en el diario referido.

Finalmente el garante de esos compromisos fue el Secretario de Gobierno, a quien el gobernador encomendó dar el seguimiento al cumplimiento de los puntos negociados.

En la parafernalia acostumbrada de un gobierno que se dice cercano a la gente, el gobernador instruyó la celebración de la jornada de gobierno itinerante para el sábado siguiente, con el propósito de atender las demandas de manera directa. Entonces, el Secretario de Gobierno dijo: “Este municipio requería la presencia del gobierno y aquí está, aquí estamos, con todas las áreas, con todas las dependencias que tienen programas de desarrollo social y con el propósito de atender a toda la población, de darles todos los servicios y dotarlos de equipamiento para la educación, la vivienda, el campo y la salud, porque así lo ha instruido el gobernador” Un discurso que, como toda perorata política que se respete, casi nunca cumple lo que promete, tal cual ha acontecido.

En mayo de 2007, por incumplimiento de los puntos acordados, entre ellos el asfaltado del camino que va de Benigno Mendoza a Arrecifes, los campesinos amenazaron en volver a tomar la mencionada presa, recordando la parte proporcional de los ingresos por concepto de uso de agua en Coatzacoalcos y Minatitlán. Hasta allá se trasladó el Secretario de Gobierno para ofrecerles la terminación de la obra.

El 7 de marzo de 2008, según nota periodística, el alcalde Esteban Bautista Hernández recibió 48 millones de pesos de manos del gobernador del Estado, Fidel Herrera Beltrán, para asfaltar 20 kilómetros de la carretera que comunica las 23 comunidades, desde Benigno Mendoza con rumbo a la Perla del Golfo, en presencia de Xavier Abreu Sierra, de la Unidad de Coordinación y Enlace de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Bautista Hernández dijo que la entrega de recursos se realizó en la ciudad de Xalapa en un evento en la Sala de Banderas “y con esto se comprueba que el Mandatario estatal está trabajando para todos los veracruzanos”.

Pero parece que todo fue puro cuento porque el 23 de septiembre siguiente seguían esperando la liberación de ese recurso. Decían: “en Tatahuicapan las mismas promesas de siempre, los mismos engaños, las mismas palabras y los mismos políticos del sistema, las mismas mentiras de siempre, eso ha dolido mucho y no hay paso atrás, según el alcalde Profesor Esteban Bautista….” Lanzaron un ultimátum y un plazo de ocho días “para que libere el gobierno del estado los 22 millones de pesos que prometió para obras sociales, principalmente para los caminos, por que de lo contrario, -dijo el alcalde- “yo seré el primero en encabezar al pueblo para que juntos caminemos y reclamemos el cumplimiento del gobierno del estado”.

En diciembre de 2008, por enésima ocasión los pobladores de Tatahuicapan recordaron el incumplimiento de las promesas y amenazaron con volver a cerrar la presa Yuribia. Una vez más también fueron comisionados Marcos Theruel Cotero y Benítez Lucho para asegurarles que en una semana se “reiniciarían” los trabajos pendientes en la carretera Arrecifes-Tatahuicapan y otras más ofrecidas con antelación. En febrero de 2009 Esteban Bautista y 23 agentes y sub agentes de Tatahuicapan volvieron a advertir que si seguía el incumplimiento cerraría las válvulas del acueducto Yuribia. Entonces, los alcaldes Marcelo Montiel y Guadalupe Porras, en minuta de trabajo se comprometieron a dar dos millones de pesos cada ayuntamiento al de Tatahuicapan. Según reporte de prensa, se informó que en abril de 2009 fue entregada esa cantidad al alcalde de Tatahuicapan, "En Veracruz tenemos un gran gobernador que trabaja sin distingos de grupos y colores, que está a la altura de las circunstancias" dijo el alcalde de extracción perredista.

Allí el gobernador instruyó a la Comisión de Agua de Coatzacoalcos para que hiciera entrega de 600 tubos de seis pulgadas al ayuntamiento de Tatahuicapan para el tendido de agua potable de ese municipio.

En abril del presente año, los campesinos de la zona alta de Encino Amarillo, Ocotal Texizapan, Plan Agrario, Ocotal Grande y Arroyo Texizapan, cansados de esperar el cumplimiento de las promesas del gobierno, amenazaron con arrojar aguas negras al acueducto Yuribia. Afirmaron que el gobernador les ofreció la construcción de una clínica en Plan Agrario y el asfaltado del tramo Mecayapan-Ocotal Grande y que “en menos de un mes estarían empezando”, pero nada de eso había ocurrido.

Finalmente, el 1 del mes en curso cumplieron sus advertencias y han vuelto a bloquear el acueducto; reclaman 30 millones de pesos que según ellos fueron autorizados para obras sociales, y seis millones de pesos por concepto de uso del agua.

Ha sido para ellos una dilatada espera de largas antesalas, de reiteradas promesas, de alargamiento de plazos, de incumplimiento de acuerdos, de firmas sobre firmas de minutas, etc. eso es lo que está detrás del problema de Tatahuicapan. Todo se reduce a falta de respeto y consideración para quienes aparentemente no saben defenderse y de falta de compromiso social. Pero en última instancia nos dejan la enseñanza de que la unión hace la fuerza para exigir a quienes ofrecen sin cumplir que honren su palabra.

No la tienen fácil los negociadores porque ahora ¿qué pueden ofrecer? ¿Otra minuta?

alfredobielmav@hotmail.com
Agosto 2010







COSTO-BENEFICIO

Por Alfredo Bielma Villanueva



En México no es muy común hacer un detenido análisis del costo-beneficio de una gestión político administrativa. Evaluar los resultados de un gobierno no es tarea fácil si se pretende hacerlo con objetividad intentando en lo posible hacer a un lado los inevitables juicios de valor y la imprescindible toma de posición de quien se encarga de llevarlo a cabo. Hablamos, claro, del común de los ciudadanos, no precisamente de técnicos especializados en la materia.

Un gobierno es un fenómeno político y al fenómeno político lo conforman muchas variables, la economía entre ellas, y qué decir de la percepción ciudadana. En un corto comentario periodístico es difícil abarcar todo el universo del análisis sobre un gobierno, porque al enfocar sus resultados debe separarse la paja que con mucha frecuencia pretende diseñar una gran obra. Más aún, debe resistirse a escuchar las versiones de avances que con frecuencia no se sustancian en hechos. Si los progresos proclamados no se encuentran en tierra firme, entonces el investigador, para efectos de su análisis, metodológicamente debe separar de entre lo real aquello que carezca de sustento fáctico y, en todo caso, si la profusión de lo mítico es munificente, dedicarle un capítulo a parte pues dará la medida de la simulación con la que se actuó, esta es también una variable importante.

Sin perjuicio del recuento de obras, colateralmente se deben atender a todo tipo de percepciones ciudadanas, sin desatender el hecho de que toda conciencia colectiva es voluble y proclive al pronto olvido o a la inocente entrega. La corrupción y la impunidad, que parecen ir de la mano, deben tener capítulo especial, considerando, como dijera Don Agustín Yañez en “Las tierras flacas”: “El escándalo que se armaría si un pobre llanero saliera queriendo comprar sus avíos con monedas de oro. De ratero no lo bajarían. La desconfianza le cerraría las puertas aquí como en los pueblos. Ya dice el dicho: quien pobre anocheció y rico amaneció ¿de dónde lo cogió?”. Investigar cuántos llaneros que integraron un gobierno pudieran ser motejados de nuevos ricos y, sobre todo, la actitud que para con ellos adopta una sociedad materialista y consumista como la actual, que seguramente los calificará de “triunfadores”.

Puntualizados estos factores de la investigación, seguidamente habrá que apartar un capítulo relativo a las obras realizadas con el presupuesto estatal, distinguiéndolas de las municipales que no por pequeñas dejan de formar parte de una gestión política que implica uso de recursos públicos. De igual manera, distinguir las obras que la federación construye, de esta manera podemos obtener un mejor acercamiento al desempeño del gobierno observado.

Un punto de importancia que de ninguna manera puede soslayarse es la transparencia con la que se condujo la administración analizada; también la rendición de cuentas; pero no la amañada, no la que dice cuentas alegres, sino la que expresa una realidad que consta. ¿Puede un gobierno ser democráticamente transparente cuando su principal preocupación es la de acallar criticas a través del afamado “chayote”? Un gobierno debe explicar a la sociedad sus acciones sin velarlas con el grueso manto del silencio impuesto al único conducto del que la sociedad dispone para enterarse: la prensa libre, porque a través de ella la ciudadanía tiene el derecho de evaluar el ejercicio gubernamental y exigirle cuentas del dinero que le depositó.

En el caso de los veracruzanos, por ejemplo, cabría la pregunta: ¿qué obras de importancia entregará a la población veracruzana el gobierno de Fidel Herrera Beltrán? Aparejada con otra interrogante: ¿se corresponde la medida de las obras con el recurso económico de que se dispuso para ello? Por la cortedad del espacio de que se dispone, a grosso modo se pudiera cotejar el momento de la suma de cada ejercicio fiscal con los resultados de un gobierno pues, como es bien sabido, una administración estatal tiene una duración de seis años, con sus correspondientes ejercicios fiscales traducidos en dineros que la población aporta, recursos públicos cuya aplicación exige un informe detallado.

El gobierno de Miguel Alemán ejerció en el último año de su ejercicio 41 mil millones de pesos, aproximadamente. En 2005, el primer año del ejercicio gubernamental de Fidel Herrera se ejercieron $42,645,182,674.00 (cuarenta y dos mil seiscientos cuarenta y cinco millones ciento ochenta y dos mil seiscientos setenta y cuatro pesos 00/100 MN.). Para el siguiente año, 2006, el gasto total del Gobierno del Estado ascendió a la cantidad de $48, 950, 000,000.00 (cuarenta y ocho mil novecientos cincuenta millones de pesos 00/100 M.N.). Un sustancial incremento respecto del ejercicio anterior, sin considerar la aportación extraordinaria del gobierno federal devenida de los excedentes petroleros. Para el año 2007, la cantidad presupuestada fue de $52, 750, 000,000.00 (cincuenta y dos mil setecientos cincuenta millones de pesos 00/100 MN.)-

Para el año 2009 el aumento en el presupuesto de egresos fue considerable, pues ascendió a 62 mil 290 millones de pesos y para 2010, el último año de esta administración estatal asciende a la cantidad de $70, 250, 000,000.00 (setenta mil doscientos cincuenta millones de pesos 00/100 MN.) Debe aclararse que el incremento en el monto presupuestal sucesivo se debe mas que nada a las aportaciones federales que, por ejemplo, en 2009 fueron de 56, 562 millones, 613, mil 232 pesos, mientras los recursos propios del Estado fueron de 2,671 millones, 646,218 pesos. En 2010 hubo un incremento en los ingresos propios del Estado que llegó a 3, 339 millones, 500 mil pesos que, con los 61, 847 millones 361 mil 826 pesos aunados a los remanentes de años anteriores, dan la cantidad de 70 mil millones para 2010.

Así pues, desde el razonamiento de obtener resultados con la aplicación eficiente de los recursos, a mayor monto mas resultados, nos debe dar la medida de un gobierno, considerando que los beneficios deben equipararse al costo, o sea "pasar de un estado menos satisfactorio a otro más satisfactorio". La condición social, política y económica de los más de siete millones de veracruzanos nos pudiera proporcionar un criterio para conformar un veredicto sobre el gobierno iniciado el 1 de diciembre de 2004 y que concluirá el 30 de noviembre de 2010. Usted ¿Qué opina?

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010















INCÓGNITAS

Por Alfredo Bielma Villanueva



Desde un enfoque estrictamente jurídico, procesal electoral, el caso de la elección veracruzana en lo que a gobernador se refiere aún no está definido, si bien dos instancias han declarado una mayoría de votos a favor del candidato de la alianza PRI-Verde-PRV y el tribunal electoral de Estado ya ha dictaminado la validez de la elección, extendido constancia de mayoría y declarado gobernador electo a Javier Duarte de Ochoa.

En su declaración de validez y como resultado del cómputo final, el Tribunal Electoral en el Estado declaró ganador a Javier Duarte de Ochoa, postulado por la coalición Veracruz para Adelante, con un millón 357,705 votos a su favor, mientras que la coalición Viva Veracruz, que postuló a Miguel Ángel Yunes Linares, obtuvo un millón 278,147 sufragios, y la coalición para Cambiar Veracruz, que abanderó a Dante Delgado Rannauro, alcanzó 419,700 sufragios. Estas dos coaliciones han asegurado que impugnarán la elección ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y será ésta la última instancia que dicte la declaración final, que será irrevocable.

Mientras en el panismo se forja la documentación para sustentar su impugnación y tejen esperanzas de que se resuelva por lo menos con la anulación, en el priísmo casi en automático han iniciado la etapa de depuración pensando ya en hacer gobierno. La previsión no es mala, tampoco criticable, mal harían sino lo intentaran.

Como no hay plazo que no se cumpla, a la ciudadanía veracruzana no queda de otra que esperar el veredicto final que para unos, si se anula será un atentado contra los intereses veracruzanos y para otros, si se anula, significará un estricto apego a las normas establecidas y, además, una segunda oportunidad para competir en busca de la silla principal del palacio de gobierno en Xalapa.

Como siempre, el triunfo tiene más padres que cabezas el monstruo de las cien testas y a cual más desea aparecer como el hacedor de las victorias. Pero específicamente en esta campaña pasada en el PRI se siguen los viejos moldes, descontar al contrario para que haya más elotes que repartir entre pocos. Ya afloró el canibalismo en una guerra de todos contra todos. Mientras, allá en las alturas, quienes realmente decidirán acaso ni conozcan o piensen en quienes ahora se esfuerzan en parecer los padres de la presunta victoria.

Habría que preguntar a quien recomendarán Yakson, Beatriz, Manlio, Gamboa, Fidel, los gasolineros, los empresarios que aportaron apoyos, los sindicatos que se manifestaron públicamente en adhesión al PRI y, por otro lado, aquellos que pertenecen al actual gobierno que se metieron hasta la cocina en la operación electoral esperanzados en ser ascendidos o por lo menos ratificados en sus actuales encargos.

Por el momento, en esta primera fase se trata de desprestigiar a algunos actores políticos atribuyéndoles mala leche o ineficacia en la operación de sus respectivas responsabilidades, culpándolos de haber perdido en sus respectivas zonas de influencia. Eso es una ecuación en la que hay más incógnitas que datos verdaderos pues las guía el propósito de hacer daño más que el de resolver la incógnita. Al imputar mala operación e incluso jugar a las contras de aquellos que no entregaron buenas cuentas se olvidan quizás voluntariamente de considerar otros factores de mayor relevancia, entre ellos el de un voto de castigo al actual gobierno estatal. No estaría por demás que se analizara con detenimiento el sufragio xalapeño y para servir de contraste el de la conurbación Veracruz- Boca del Río dos concepciones muy diferentes acerca de lo que es la política pero que en esta ocasión hubo coincidencia en el sentido del voto.

En vez de buscar culpables o traiciones, que sin lugar a dudas las hubo, deberían localizarse sus causas, las motivaciones que originaron tales conductas. Porque, por caso, culpar a Carvallo de perder la mayor parte de las alcaldías veracruzanas sería pecar de ingenuidad atribuyéndole tamaños como decididor de las candidaturas, cuando él solo fue un instrumento del coordinador general de la campaña priísta. De igual manera, culpar a algunos operadores políticos comisionados en determinados lugares es inútil porque el mal estuvo en la metodología de selección de candidatos, incluyendo la venta de la posición a quien pudiera pagarla.

En fin las incógnitas de la ecuación están abiertas, el gran desentrañador será el tiempo que nos revelará finalmente la forma en cómo decidirá el Tribunal Federal, si anula, da el triunfo al PAN o ratifica al Tribunal Electoral Estatal dando el triunfo a Duarte de Ochoa. También nos dejará ver, si es el caso, cómo quedaría integrado el gabinete. Otra incógnita a resolver es acerca de si habrá pugna por el ejercicio del poder, pues es axiomáticamente consabido que el poder no se comparte, etc. En fin, son incógnitas que poco vivirá quien no las conozca.

alfredobielmav@hotmail.com

Julio 2010