Rumorología y Futurismo Políticos

 

Alfredo Bielma Villanueva

 

CAMAELÓN

 

(Nota: no se pretende que esta sea una versión con verdad científica, forma parte del rumor y la especulación). Ahora que el presidente Peña Nieto ejecutó su movimiento del personal a su servicio para el despacho de los asuntos públicos, como jugada de ajedrez, después de timbrar dio paso a la inevitable participación de rumorólogos, futuristas, analistas, comentaristas, cafetómanos, rondas de amigos en la hora feliz etc., cada uno con su mejor versión, demostrando a la vez que si algún deporte nos fascina es precisamente el de la especulación política.

Los comentarios se producen en cascada, y en el símil la corriente corre del centro a la periferia, de la fuente a las vertientes, y llega, una vez absorbidos los comentarios de la prensa “nacional”, hasta los que “interpretan la realidad tal cual es”. “Al final del día” poco de lo que se comenta resulta reflejado en la realidad, pero nunca faltan los que aseguran  “como aquí lo dijimos”. Con estos antecedentes de mea culpa anticipada ya podremos iniciar nuestro “movimiento”.

El presidente de la república realizó cambios en su gabinete, son relevos de mitad de sexenio que bien recuerdan aquellos que llevó a cabo en sus tiempos el presidente José López Portillo, quien por cierto también presumía de sus dos grandes Reformas: La Reforma Administrativa y La Reforma política. Con el relevo de sus Secretarios de Gobernación, Relaciones Exteriores y Programación y Presupuesto que hizo López Portillo en 1979 llegó a una Secretaría Miguel de la Madrid Hurtado, al sustituir en Programación y Presupuesto al recientemente fallecido Ricardo García Sainz. (Por simetrías históricas no paramos, también en el periodo de López Portillo se singularizó la estrecha relación del gobierno con el PRI, es decir, se honraba la sana cercanía: En octubre de 1979 se celebró la Décima Asamblea del Partido Revolucionario Institucional, después de su clausura, acompañado por delegados asambleístas Gustavo Carvajal expresó ante el Presidente José López Portillo: “Queremos también, señor presidente, que el Estado intervenga fundamentalmente en las industrias básicas del país. Que el Estado sea el rector, como lo ha sido, de toda la economía y que dirija el rumbo que tenemos que seguir sin tomar en cuenta ni desviaciones ni presiones de compañías transnacionales que desean seguir lucrando con el hambre y con las necesidades del pueblo de México”).

En estos tiempos Peña Nieto se vio forzado a realizar relevos en su equipo de gobierno, lo hizo siguiendo el esquema del viejo régimen previo a un acontecimiento de importancia, “para llegar fortalecido al informe, se decía. La medida era necesaria porque el presidente requiere de cartas suficientes que le faciliten el control del tema sucesorio al interior del PRI; en su equipo de colaboradores sólo dos Secretarios han escalado para situarse en el perfil de precandidatos: Osorio Chon, de Gobernación y Luis Videgaray, de Hacienda, son gente de su círculo más cercano a quienes debe cuidarse para que al acercarse la sucesión no “se gasten” y terminarían por anularse entre sí dejando al presidente sin oportunidad de escoger lo mejor para su proyecto.

Ahora el presidente enriquece su baraja con José Antonio Meade y Aurelio Nuño, de esta manera serán cuatro cartas y la adicional que representa la llegó de repuesto y comodín: Manlio Fabio Beltrones, adicionalmente, si Hillary Clinton accede a la presidencia de los Estados Unidos, la flamante titular de Relaciones Exteriores también formaría parte de la parafernalia sucesoria.

Con este nuevo panorama el rumor nacional se intensifica respecto de quiénes serán los candidatos del PRI al gobierno de los estados que cambiarán titular del poder ejecutivo, entre ellos Veracruz, nuestro micro universo, cuyo gobierno está sumergido en una verdadera crisis política y financiera en un entorno social con seria problemática económica. Crisis política, porque es un gobierno débil, de escasa o nula coyuntura nacional, sujeto a lo que se decida desde el centro del país. Crisis financiera porque la deuda pública ocupa todo el escenario de este gobierno, lo maniató desde su arranque, le impidió el cumplimiento de metas y no le ha permitido respiro alguno. Crisis Económica porque existe agudo desempleo, la economía no crece, está paralizada, los índices de pobreza van a la alza, todo configura un escenario socio económico difícil de ser manejado sólo por el gobierno estatal. (Obviamente, el problema de la inseguridad es otro elemento convertido en expediente irresoluto, que pesa y cuenta).

En Veracruz es mucho lo que está en juego, de ahí que la estrategia político electoral que hasta ahora le ha dado resultado al PRI-gobierno está en marcha: El órgano electoral ha sido penetrado con elementos afines; los partidos satélites del PRI (el Verde, AVE, el PES, y el Panal) mantienen sus orientaciones aliancistas, aunque esto dependerá de la capacidad económica para mantenerlos “maiceados”; a la dirigencia del PRD ya se le conocen sus querencias hacia el presupuesto y en el PAN existen caballitos de Troya, ex dirigentes panistas, prestos a engordar aún más sus bolsillos siguiendo la vía de la negociación en lo oscurito; participan en esta lógica los inefables candidatos “independientes”, con bolsas millonarias para apoyar la causa priista obstaculizando al adversario y confundiendo aun más a la ciudadanía con el propósito utilitarista de dispersar la votación.

Esto, que pudiera ser una ventaja para el PRI, y ciertamente así se configura, pierde mucha inercia cuando se advierte que en el panorama priista sólo dos actores alcanzan la dimensión de convertirse en candidatos competitivos: el senador José Yunes Zorrilla y el senador Héctor Yunes Linares, cualquiera de ellos sería un buen candidato, la paradoja es que una vez resuelta la postulación uno sin el otro avanzaría con mucha dificultad en un Partido que no resistiría un cisma político inmerso en una sociedad veracruzana que es un caldo de cultivo de inconformidades, de hartazgos, de desigualdad social y de pobreza. He aquí el dilema.

alfredobielmav@hotmail.com             sociedadtrespuntocero.com

30-agosto-2015.

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 


 
 
 
 
Los Broncos, doble Broncos y Bronquitos.

 

 
Alfredo Bielma Villanueva

 

 CAMALEÓN

 

Es aforística la expresión que alude a que “la historia, cansada de crear se repite”, aunque no necesariamente con la exactitud que pudiera pensarse por la variedad de elementos que intervienen en los acontecimientos sociales, particularmente la dinámica de las circunstancias. Para explicarlo podemos tomar de referencia un caso convertido en paradigmático en materia electoral, como tal es el triunfo de Jaime Rodríguez, alias El Bronco, quien ganó el gobierno del estado de Nuevo León en la condición de candidato independiente. Rodríguez,  es un político que militó bajo las siglas del PRI por varias décadas, pero al no ser favorecido por la consigna decidió participar como candidato independiente logrando una votación a su favor tan copiosa como inusitada.

En este proceso  electoral 2015 se estrenó la figura de “candidatura independiente”, fue un inicio afortunado porque rindió frutos en alcaldías, diputaciones y gubernatura; como consecuencia ha dado lugar a la especulación, pues  el triunfo de Rodríguez, investido con el sobrenombre de “El Bronco”, pronto se convirtió en prototipo, al grado que han surgido Broncos, doble Broncos y bronquitos, porque en México acostumbramos a imaginar que en política lo posible allá es factible aquí.

Esa “broncomanía” imagina o supone que ya hay un librito escrito para ganar como candidato independiente, al menos esa es la percepción que sugiere las invitaciones a El Bronco a diferentes partes de la república y, entre otras, la visita del veracruzano Gerardo Buganza al santuario de Jaime Rodríguez, como si la balsámica comunión pudiera hacer un milagro electoral. Olvidan que “el milagro” ya se produjo en México y en proporción mayúscula, en tal magnitud que el fenómeno de Nuevo León 2015 no es sino réplica de lo ocurrido el año 2000; la diferencia entre ambos fenómenos estriba en que Fox representó el hartazgo ciudadano contra el sistema político y El Bronco es renovada esperanza en lucha contra la partidocracia, tras el fracaso de Fox por instaurar un nuevo régimen, pues no impidió la restauración que, aunque pálida, acarrea los vicios de antaño.

¿Recuerdan a Vicente Fox, ese fenómeno electoral que aturdió la conciencia de México durante la campaña presidencial del año 2000, cuando sacó al PRI de Los Pinos? Ese si fue un fenómeno que consternó la vida política de México. Nada contra “El Bronco”, solo es poner las cosas en su dimensión precisa con las correspondientes secuelas, porque es evidente que ahora Jaime Rodríguez querrá ser presidente de la república, ya conoce el camino que Fox pavimentó y hará lo que el de Guanajuato hizo a partir de que ganó el gobierno de ese estado. ¿Qué hizo Fox? (el candidato a la presidencia, no el presidente).

Vicente Fox fue elegido diputado en 1988 cuando participó por las siglas panistas, se le pronosticaban pocas probabilidades de ganar, pero triunfó; durante las sesiones del Colegio electoral, con boletas para votar se colocó orejas de tamaño superlativo en protesta por el supuesto fraude electoral que llevó a la presidencia de la república a Carlos Salinas de Gortari, ese detalle tuvo consecuencias posteriores. En 1991 el señor de las botas fue candidato del PAN al gobierno de Guanajuato, el candidato del PRI fue Ramón Aguirre Velásquez, a quien todas las encuestas daban como ganador y los comicios lo confirmaron con una votación que le favoreció ya que obtuvo 626 mil 436 sufragios contra 418 mil 324 de Vicente Fox. Hubo conflicto postelectoral, el argumento base se centró en el excesivo gasto que Aguirre había hecho en su campaña con recursos provenientes de fondos públicos; “la protesta alcanzó tal dimensión que Ramón Aguirre decidió no presentarse para recibir la constancia de un triunfo que los priístas ya habían hecho suyo” (El Fin de una Era”, de Alfredo Bielma, Colegio de Veracruz).

En defensa de su supuesto triunfo, Vicente aseguraba que "Un verdadero ejército de ciudadanos libres tomará la capital de la República en el corto plazo. Porque a la capital de la República llegará el pueblo entero atrás del paso firme del doctor Nava”. (Se refería a la caravana que encabezaba el Dr. Salvador Nava Martínez en camino hacia la Ciudad de México en protesta por lo que calificaban de resultados electorales fraudulentos en Guanajuato y en San Luís Potosí). De su presunto triunfo en Guanajuato, Fox aseguraba: “ganamos un batalla pero nos falta ganar una guerra", aludiendo a su ya adelantada campaña para la presidencia de la república” (ídem). La presión de la protesta obligó al presidente del PRI, Luís Donaldo Colosio a reconocer “la exigencia de conciliar el triunfo con los principios de nuestra moralidad.... y anteponer nuestra responsabilidad superior con la nación y con la sociedad en su conjunto, al legítimo reclamo de la victoria". Pero el gobierno de Guanajuato no fue para Vicente Fox, que participó en la elección, sino que por una aberración política y legal se entregó el gobierno a Carlos Medina Plascencia, alcalde panista de la ciudad de León. (El detalle de las orejas cobró consecuencias).

Vicente Fox Quezada ganó en 1997 el gobierno de Guanajuato al derrotar al candidato priista, Ignacio Vázquez Torres, y a partir de ese año inició una sugestiva campaña nacional, y hasta fuera de México, que le permitió obtener la candidatura por el PAN para la presidencia de la república el 14 de noviembre de 1999. (En esas elecciones de 1997 el PRI también perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y el gobierno del Distrito Federal ante Cuauhtémoc Cárdenas).

Escribo en el “Fin de una Era”: En el año 2000 “La novedosa campaña de Vicente Fox, apoyada financieramente por diversos grupos de la iniciativa privada que le allegaron recursos sin límites para la promoción de su imagen instaló favorablemente en la opinión pública al candidato panista, en tanto que Labastida Ochoa nadando contra la corriente no acertaba a convencer con discursos plagados de lugares comunes a una población ávida de cambios…”.

En el contexto social, ahora se habla de la devaluación del peso, de la caída del precio del petróleo, de la inoperatividad de Pemex, de corrupción, de inseguridad, pero en el entorno foxiano la tónica la marcaban el incremento de la tasa del IVA del 10% al 15%, la aprobación del Fobaproa y la privatización de importantes empresas paraestatales como Ferrocarriles Nacionales y el proceso de desmantelamiento de la petroquímica nacional. ¿El Bronco, una novedad electoral? Por supuesto que no. A propósito, en la secuencia lógica, ¿Quién gobernará Nuevo León mientras Jaime Rodríguez recorre la república buscando la presidencia el año 2018? Exacto, Fernando Elizondo Barragán, y más bien los empresarios. ¿Qué hay de nuevo bajo el sol?

alfredobielmav@hotmail.com     sociedadtrespuntocero.com.

23-agosto-2015.

 

 

 

 


 

 

 


 
 
 
 
VERACRUZ, ENTRE LA SIMULACIÓN Y LA POBREZA

 


 
Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 

En enero de 2013 el INEGI publicó que, de acuerdo a datos estadísticos de 2010 a 2011, Veracruz ocupaba el segundo lugar con mayor número de personas muertas por hambre, superado en esta lúgubre estadística por el Estado de México, y seguido por Oaxaca. Por su parte, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social registró que más de 21 millones de mexicanos vivían en condiciones de pobreza alimentaria y formaban parte de los 49 millones que vivían en pobreza.

En enero de  2013, el presidente Enrique Peña Nieto firmó el decreto que creó la Cruzada Nacional Contra el Hambre, en Las Margaritas, Chiapas (¿recuerdan aquello de “no te preocupes Margarita…? en referencia a los efectos del video sobre mapachismo electoral descubierto en Veracruz días antes), en este se etiquetaba principalmente a 400 municipios con alta incidencia de pobreza extrema y carencia alimentaria, varios pertenecen a nuestra entidad (aunque inexplicablemente se excluyeron Tehuipango, Texcatepec y Los Reyes).

Para entonces, el gobierno de Duarte de Ochoa transitaba hacia su primera mitad, no podía sacudirse del escabroso tema de la deuda pública, por lo que acudió programa “Foro”, de Telever, en donde aseguró que Veracruz tenía una economía sólida, que “va por buen camino, ha venido haciendo la parte responsable que le corresponde. Han sido dos años de esfuerzo, dos años complejos, pero al mismo tiempo que nos han permitido poner la casa en orden y hoy Veracruz está en una posición afortunada, sólida para avanzar y cumplir las metas que nos hemos fijado”, fijaba la deuda del Estado en 31 mil 386 millones de pesos, 23 mil 979 millones de pesos correspondían a deuda bancaria y 7 mil 407 eran de obligaciones bursátiles. La deuda municipal, dijo, ascendía a 2 mil 667 millones de pesos, de los cuales mil 352 millones correspondían a deuda bancaria y mil 315 a obligaciones bursátiles. En total la deuda pública ascendía a 34 mil millones de pesos. El problema no era económico “sino de flujo”, se decía. El pasivo contingente, se aseguró, ya estaba pagado y en dos años de gestión (enero 2013) se había pagado el 85 por ciento de los pasivos circulantes.

Allí mismo, Tomás Ruiz, de Finanzas, presumía: “La decisión del Gobernador fue que ya se utilizó la deuda como palanca de desarrollo, por lo que estamos en el momento de no utilizar más deuda y de ahí que de manera voluntaria el gobierno decidió limitarse en sus acuerdos con la banca acreedora en la colocación bursátil y decir, el estado de Veracruz no va a tomar mayor deuda hasta que no incremente sus ingresos y esto le permita una capacidad nueva de endeudamiento”, y remató: “De ahí que cualquier ley que pueda venir por parte del Gobierno Federal ya nos va a quedar chica”,

Muchos miles de millones de pesos se han gastado para combatir la pobreza, según el gobernador Duarte de Ochoa Veracruz había sido reconocido por el Banco Mundial como el Estado con mejores prácticas de combate a la pobreza, "Solamente en desarrollo social, en diferentes áreas como salud, educación, infraestructura, lo que tiene que ver con la calidad de vida, estamos hablando de más de 45 mil millones de pesos anualmente. ¿Resultados?

En julio de 2013 CONEVAL aseguró que en los dos últimos años 327 mil veracruzanos dejaron la pobreza extrema (lo que representaba un 22.5 por ciento de la población que se ubicaba en ese rango), según declaró el secretario de Desarrollo Social, Marcelo Montiel; con datos de agosto a noviembre de 2012, la pobreza extrema se redujo al 52 por ciento, es decir bajó cinco puntos porcentuales, gracias al Programa Adelante. Para Montiel, Veracruz iba por buen camino “para alcanzar la meta planteada al inicio de la presente administración estatal”, el Plan Veracruzano de Desarrollo se planteó disminuir hasta en un 50 por ciento la pobreza extrema en la Entidad, a través de la estrategia "Adelante", con su implementación disminuyó la población en situación de pobreza, del 57.6 por ciento en 2010 al 52.6 por ciento, en dos años ya se estaba a la mitad del objetivo.

En su tercer informe de gobierno Duarte reportaba: “Hoy Veracruz es otro. Juntos, sociedad y gobierno hemos superado retos y estamos alcanzando nuestros objetivos… Hace tan sólo 3 años, difícilmente hubiéramos podido imaginar mucho de lo que hoy tenemos, de lo que hoy hemos logrado. Hace tres años, nos enfrentábamos con grandes carencias e insuficiencias, que nos obligaban a preguntarnos, cómo un estado con tanta riqueza, podía tener tan bajas expectativas”.

Empero, en la realidad ¿qué sucedió? Para el economista Hilario Barcelata lo que ocurre “es resultado del colapso de la economía veracruzana” porque “el Sector industrial decreció -1.6% en 2013 y -3.9% en 2014, destacándose el desastre de la Industria de la Construcción que es una de las actividades de mayor importancia para la economía estatal, que descendió-3.9 y -15.4% en los mismos años. Por esta razón el empleo estatal ha registrado una caída consecutiva de -0.9% en 2013 y de -1.7 en 2014”. Además, intereses por un monto de 16,136 mdp se han destinado entre 2010-2015 para pagar la deuda; lógicamente, sin desarrollo económico no hay progreso.

Ye en 2015, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la entidad veracruzana es una de las más pobres del país, pues 6 de cada 10 de sus habitantes vive en condiciones de pobreza (4.6 millones de personas). “El índice de pobreza alimentaria en Veracruz es de 28.0 (1 millón 990 mil 503 habitantes); en NL es 3.6 (152 mil 804 habitantes); el índice de pobreza patrimonial en Veracruz es de 59.3 (4 millones 216 mil 024 habitantes) y en NL 27.5 (1 millón 152 mil 753 habitantes) … en Veracruz hay 492 mil nuevos pobres entre 2012 y 2014; pero también aumentó la población en pobreza extrema en 248 mil en esta condición. “En la categoría de pobreza, Veracruz fue la tercera entidad que tuvo el incremento más alto de pobres con 11.9 por ciento” ¿Qué nos pasó?

alfredobielmav@hotmail.com              sociedadtrespuntocero.com

16-agosto-2015.

 

 


 

 

 

 


Entre la transición y la alternancia

 

Alfredo Bielma Villanueva

 
CAMALEÓN

 

El Estado de Veracruz forma parte del todo integrado por entidades federativas que en conjunto conforman la nación mexicana, caracterizada por ser un mosaico socio cultural pluriétnico, con acentuadas desigualdades económicas y sociales. En ese universo, cada una de las entidades vive su propia realidad en el marco de una federación, en cuyo centro opera un poder desde donde se irradian fuerzas centrípetas y centrífugas en una combinación bien ordenada.

En nuestro país en el año 2000 vivimos la experiencia de una alternancia partidista en la presidencia de la república, supusimos entonces que habría una transición de un régimen federativo con fuerte poder presidencial hacia un mayor equilibrio entre las fuerzas del centro y las periféricas de los estados; también que habría un cambio en la conducta de la clase política y, por supuesto las necesarias reformas en el modelo económico. Por las razones que ya conocemos, Vicente Fox no estuvo a la altura de ese momento histórico y encontró fuerte resistencia, que no supo ni pudo  superar, finalmente no hubo transición, sólo una eventual alternancia que dejó poca huella antes de una restauración de cuya temporalidad ya empezaremos a hablar.

En el año 2000, Vicente Fox arrolló electoralmente a la maquinaria priista, tras una novedosa y atractiva campaña de proselitismo realizada al interior de una sociedad hastiada de la corrupción, de la sensación de peligro, de magros avances económicos, de cargar con los fobaproas del sistema. Pero pronto dilapidó el enorme capital político con el que llegó a la presidencia de la república, Iletrado como es, no abrevó en nuestra historia la experiencia del presidente Madero quien encabezó un movimiento revolucionario cuyas premisas desechó apenas llegó a la presidencia de México: licenció las fuerzas armadas que lo acompañaron al triunfo, olvidó sus promesas de campaña y cogobernó con el enemigo, que al final le dio el golpe de estado y terminó con su vida. Aquella fue una Revolución eventualmente frustrada por la conducta errónea de su líder, lo que provocó un adicional desencuentro en el que volvieron a hablar los fusiles de la guerra civil para enderezar la Revolución Mexicana.

Con Fox vivimos la alternancia, muy transitoria. Y como suele suceder en estos fenómenos sociales, ahora que regresó el PRI a Los Pinos hay tentaciones de restauración, afortunadamente esta se ha visto parcialmente obstruida porque las condiciones económicas, sociales y políticas del país ya no permiten el regreso al presidencialismo imperial y porque de alguna manera nos hemos revestido con nuevas instituciones que impiden el retroceso en automático.

Sin embargo, la extraordinaria capacidad camaleónica del PRI, que le facilita flexibilizarse ante las condiciones imperantes, ha logrado cambios estructurales importantes, están en proceso y solo en perspectiva sería posible dimensionarlas. Tal es la situación que impera en el universo federativo mexicano, en el que cada una de sus partes transita según sus circunstancias pues como es sabido la alternancia ha sido un largo proceso que inició en el nivel de gobierno municipal: San Luis Potosí, Mérida, Hermosillo, Ciudad Juárez, Matamoros, Morelia, Veracruz, Córdoba, Orizaba, son algunas muestras. La alternancia prosiguió en los gobiernos estatales: Baja California, Michoacán, Zacatecas, Yucatán, Sonora, Chihuahua, Colima, Nayarit, Jalisco, Nuevo León, Aguascalientes, San Luis Potosí, etc., ya son pocas las entidades federativas mexicanas que no han experimentado la alternancia política, Veracruz entre ellas.

¿Están dadas las condiciones para que en Veracruz haya una alternancia política? ¿En las condiciones imperantes, se produciría una alternancia con transición?

A estas alturas del gobierno de Javier Duarte los veracruzanos estamos conscientes de la grave situación política, económica y financiera que atosiga a la gestión estatal, y las concomitancias que tal situación llevan consigo. Impedido para implementar los programas de obra pública y para desarrollar los programas de desarrollo social, el actual gobernante ha bailado, ciertamente, con la más fea. Adicionalmente ha gravitado en contra el deficiente reclutamiento del personal que lo acompañó desde el principio en el equipo de trabajo, pues en vez de privilegiar la experiencia y la vocación de servicio, se prefirió la compañía de amigos e incondicionales pertenecientes al reducido grupo de ayuda mutua. Obviamente, esa política de reclutamiento de personal no ayudó a resolver los problemas del arranque, el despegue no llegó y ya no será posible el vuelo porque la pista se ha agotado.

Los problemas que aquejan a Veracruz son muchos, sin embargo tal parece que ese panorama no deprime las aspiraciones de quienes aspiran gobernar Veracruz, no son pocos, a juzgar por el número de quienes se han apuntado públicamente para alcanzar la candidatura priista, la que por costumbrismo se privilegia en el comentario periodístico y de análisis, soslayando al sector de la oposición política, que hasta ahora permanece en cómoda secrecía y en estratégica espera de cosechar un campo al que acechan serias tempestades. ¿Habrá alternancia en Veracruz y vendrá acompañada por una necesaria transición? Si no se produce la alternancia ¿será posible una transición?

El que viene será un gobierno de dos años, 2016-2018, no necesariamente de transición; si el estilo es el hombre ya sabremos hasta qué grado se combinará con las circunstancias imperantes y si estas imponen una obligada transición ¿En cuál de los precandidatos priistas, panistas o de otras siglas partidistas es posible advertir el carácter y el compromiso social para la transición? ¿Será imperativo el deslinde? He allí una cuestión que la sociedad veracruzana tendrá tiempo para debatir en los siguientes meses hasta el día de la jornada electoral que nos llevará a decidir el futuro de Veracruz. No por el breve lapso en que tocará gobernar a quien releve a Duarte de Ochoa debe suponerse que quien personificará al gobierno sólo limpiará la casa al que se elija en 2018, tiene más implicaciones porque un “más de lo mismo” agravaría la situación, luego entonces, la sustancia radica en el cambio ¿Transición y alternancia o sólo transición?

alfredobielmav@hotmail.com.              

9-agosto-2015

 


Tiempos de recoger varas

 

Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 

Respecto del gobierno de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz ya es posible hacer las evaluaciones de rigor en cuanto a hechos, actitudes, acontecimientos y, por supuesto, resultados. Cinco años de una gestión programada a seis son suficientes para catalogar los efectos de una administración pública que ha ejercido cientos de miles de millones de pesos. Según la perspectiva desde donde se sitúe el evaluador se observarán las diferencias, no muchas si la intención es acercarse a la verdad lo más cerca posible con los criterios y herramientas que proveen las ciencias sociales.

De inicio, podríamos empezar por aceptar que durante este ejercicio de gobierno no se tronaron muchos “cuetes”, pues en pleno jolgorio hubo diversas interrupciones, algunas muy abruptas y bastante frecuentes; cronos no se detiene, ya estamos en la etapa de recoger las varas y de la misma manera en que se asumieron las canonjías del ejercicio del poder, ahora deben arrostrarse las consecuencias clásicas del “día siguiente”. Una evaluación en términos de un gobierno todo cobra dimensiones históricas, ya que es conveniente y hasta necesario establecer las comparaciones que atañen a la gestión con el antes y el después, ¿qué calificación merecería la gestión gubernativa de Javier Duarte de Ochoa en los términos comparativos con sus predecesores en el cargo? Y en el balance ¿su gobierno pasará la prueba?

Lo hasta ahora conseguido por esta administración estatal difícilmente variará en el tiempo que resta del periodo duartista, sólo un auténtico milagro cambiaría favorablemente el resultado, pues este se alcanza con dinero y es precisamente lo que no hay; la perspectiva del presupuesto federal base cero para 2016 no promete mayores recursos de la federación hacia las entidades federativas, y si este año ha habido más recursos para las entidades federativas, como lo asegura Luis Videgaray, a pesar de eso nosotros podemos observar que Veracruz no se mueve, entonces ya podremos imaginarnos cómo nos irá durante el próximo ejercicio fiscal en el que se reducirán subrayadamente las remesas del centro hacia la provincia mexicana.

Habrá que reconocer que no se observaron muchas luces en el firmamento duartista, porque apenas arrancaba el gobierno y ya estábamos enterándonos del enorme pasivo circulante heredado, de cuyo monto tal vez ni Duarte ni Tomás Ruiz conocían sus verdaderos alcances, debido a la anarquía administrativa que recibieron y desde el inicio para acá la procesión de acreedores en la Secretaría de Finanzas ha sido una constante. Luego vino en septiembre de 2011 aquello de los cadáveres esparcidos en pleno boulevard de Boca del Río, cuando justo enfrente se celebraba la reunión nacional de procuradores de justicia y por obviedad se entiende su impacto mediático, que fue fenomenal. Eran los  tiempos en que los veracruzanos aún no despertábamos por completo de la pesadilla del tercermundismo populista que como un violento torbellino nos había agobiado los seis años previos.

Tiempos muy tempranos, en los que prematuramente empezaba a agotarse la cuota del beneficio de la duda, aunque el arranque había sido promisorio al poner la primera piedra de la ahora ya muy hipotética construcción de la autopista Tuxpan-Tampico. Con las largas filas de acreedores frente a la Secretaría de Finanzas se empezó a especular sobre los alcances de la deuda pública heredada, primero con rumores que la calculaban por encima de los 50 mil millones y después con la información de Hacienda que la ubicaba en 40 mil millones, haciendo inútil ya los esfuerzos del gobierno estatal de presentarla por debajo de los 30 mil millones de pesos.

El video de los mapaches electorales fue catastrófico desde el punto de vista político pues le trastornó a Videgaray su agenda para la presentación de la reforma fiscal, con las consecuencias que implicó al interior del Pacto por México cuando se intensificaron los cabildeos para la aprobación de las reformas iniciadas por el gobierno de Peña Nieto. No menor fue el escándalo del maletín con más de una veintena de millones de pesos en efectivo y que el gobierno de Veracruz se vio obligado a explicar que su destino era sufragar supuestos gastos de las fiestas de la Candelaria y del Carnaval Jarocho. La derrota del PRI en Veracruz en la elección federal de 2012 colmaba los ánimos, pues concluyó con un Peña Nieto preguntándose el por qué perdió aquí ¿falta de interés o deficiencia política? esto último configura un expediente que ha traído consecuencias severas, entre ellas las expresadas a través de fotografías y gestos presidenciales nada amistosos y severamente degradantes.

En cuanto al desarrollo de la implementación de las políticas públicas, el balance no se avizora positivo, pues se manifiesta en nuestra realidad socioeconómica amargada con un mayor número de pobres, la información que Coneval proporciona es de una contundencia inobjetable.

La inseguridad pública sienta sus reales por doquier, entre otras razones porque el sector encargado de combatirla no se ha mostrado capaz de arrostrarla con eficiencia, no faltamos a la verdad al asegurar que estaríamos en la más severa de las indefensiones si no contáramos con  el auxilio de las fuerzas de seguridad federal.

El Sector Salud veracruzano pena en una inopia económica de lamentables consecuencias, porque se acompaña con la ausencia de compromiso social de quienes han estado al frente de esa responsabilidad; se trata de una instancia en donde se manejan miles de millones de pesos porque el presupuesto privilegia la salud de la población como un patrimonio vivo, desafortunadamente la voracidad, la ineptitud y la irresponsabilidad han dado al traste con este sector cuya infraestructura sufre un acentuado deterioro y, a pesar de un personal médico y paramédico responsables a toda prueba, los elementos con los que debieran contar les son negados por esas lacras que el sector padece. Desafortunadamente, y es lo más lamentable, la población sin seguridad social, la más vulnerable económicamente es la que paga las consecuencias.

La fría escala de los números certifican lo que la prosa asevera, es el dato duro de una realidad incontestable que se advierte en un campo olvidado, un sector productivo en donde Odebrecht destaca porque acaso es lo único que hay; la población irritada por engaños de ofrecimientos de obras permanentemente diferidas conforman una realidad en cuyo piso están las escasas varas de los “cuetes” que tronaron y que, como sucede tras de toda fiesta, habrá que recoger porque a diferencia del pasado reciente quien llegue tendrá que exigir la entrega de casa limpia, lo más que se pueda…si se puede… En cuanto al gran expediente de la corrupción, las complicidades y la opacidad, su peso específico trastorna el rumbo de toda nave.

alfredobielmav@hotmail.com            sociedadtrespuntocero.com

2-agosto-2015.