LA ODISEA DE GUERRERO

 

Por Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 

 
Después de Teodoro Dehesa (cinco mandatos, de 1892 a 1911) ningún otro gobernador ha rebasado los límites constitucionales establecidos para una gestión de gobierno. Ya en el periodo posrevolucionario, el Coronel Adalberto Tejeda gobernó durante dos periodos al Estado de Veracruz (1920-1923), (1928-1932), nadie más lo ha hecho, aunque entre nuestros contemporáneos Dante Delgado aspiró sin lograrlo. Ha habido gobernadores que no concluyeron sus periodos constitucionales, como Miguel Alemán Valdés y Ruiz Cortines, pero entre las causas no figuran los motivos violentos.

En otras latitudes, quizás no haya en la república mexicana una entidad federativa de tan complicada gobernanza como Guerrero, tal como lo demuestra la larga lista de gobernadores que no han concluido sus periodos, los más por causas que tuvieron como raíz la violencia. Sin duda, en ese fenómeno mucho tuvo que ver la facilidad con la que el gobierno de la federación desaparecía poderes estatales tomando como herramienta la constitución general y como medio constitucional al senado de la república. Pero es incuestionable que una variable permanente ha sido la violencia, los ancestrales rezagos sociales, las asimétricas desigualdades en la condición social y económica de sus pobladores y una clase política en cuya pista no aparece la solución a los problemas sociales sino el beneficio de grupos por intereses económicos.  

Para referenciarnos en ese contexto podemos partir de cuándo una nueva generación política accedió al poder en México, la que había pisado aulas universitarias y dejó atrás la camada de políticos forjados en el movimiento revolucionario de 1910. Cuando se entraba al “civilismo”, para diferenciarlo de gobiernos encabezados por militares. Una concepción equívoca porque el presidente Portes Gil (1929-1930) no era militar y el Ingeniero Pascual Ortiz Rubio (1930-1932) tipificaba más como civilista. Miguel Alemán Valdés ascendió al poder en 1946 y formó un equipo de colaboradores con cuna universitaria, con ellos gobernó y se apoyó en un grupo de amigos adyacentes al poder.

Ya casi para terminar su mandato, en 1951 Miguel Alemán hizo gobernador de Guerrero para el periodo 1951-1957 a su amigo Alejandro Gómez Maganda, casi su representante personal en Acapulco. Concluido el mandato de Mr. Amigo, el amigo fiel no midió las consecuencias al olvidar que en la presidencia ya estaba otro personaje, no el amigo, y que ese personaje, Ruiz Cortines, tenía que dejar constancia de que a Dios se le respetaba, no así a los santos, y tomando como pretexto una violación a las garantías individuales, el 20 de mayo de 1954 desapareció los poderes de Guerrero y en lugar de Gómez Maganda entró Daniel Arrieta Mateos, como gobernador sustituto.

El mismo presidente Ruiz Cortines, el que defenestró a Gómez Maganda, llegado el tiempo hizo candidato del PRI al gobierno de Guerrero, para el periodo 1957-1963, al General Luis Raúl Caballero Aburto, entre cuyos antecedentes destacaba el haber participado en la llamada Matanza de la Alameda, en julio de 1952, cuando se reprimió a una multitud que apoyaba la candidatura del General Miguel Enríquez Guzmán, el temible adversario electoral de Ruiz Cortines en las elecciones de ese año. No obstante y quizá por ese motivo, Caballero Aburto fue gobernador, hombre de mano dura para resolver los problemas que se le oponían; no fue casualidad que durante su mandato se hiciera famoso el llamado Pozo Meléndez, en Taxco, en donde se depositaban los restos de adversarios incómodos, un hecho que denunció ante el gobierno federal el entonces presidente municipal de Acapulco, Jorge Joseph Piedra, pero no hubo eco a esa denuncia. Caballero Aburto creó la Universidad de Guerrero, de donde partió su Waterloo en 1960 pues una huelga estudiantil que planteaba la autonomía universitaria se complicó el 30 de diciembre, ya que se produjeron hechos violentos con resultado de varios estudiantes muertos en la Plaza de Chilpancingo. El gobierno federal, que entonces ya encabezada Adolfo López Mateos, y que en Gobernación operaba Díaz Ordaz, decidió desaparecer los poderes y al relevo de Aburto entró Arturo Martínez Adame como gobernador provisional para concluir la gestión en 1963.

Para el siguiente periodo constitucional, de 1963-1969, el PRI postuló al médico militar Raymundo Abarca Alarcón, amigo de Donato Miranda Fonseca, Secretario de la Presidencia en el gobierno de López Mateos y uno de los precandidatos a sucederlo. Sus adversarios calificaban a Abarca como no apto en menesteres de la cosa pública. El 20 de agosto de 1967 hubo un enfrentamiento entre campesinos copreros con la intervención de la policía, con el resultado de varios muertos, la noticia de la Masacre de La Coprera, se le llamó, ocupó los titulares periodísticos desplazando eventualmente las noticias sobre Lucio Cabañas y Genaro Vázquez que hacían la faena desestabilizadora. El sangriento suceso propició la caída del líder nacional de la CNC, Amador Hernández, pero antes ya había cobrado víctima en quien era su delegado en Acapulco, el diputado veracruzano César del Ángel Fuentes, que pagó con cárcel aquella incursión. Lo gota que derramó el vaso fue cuando se acusó al gobernador de ser el autor intelectual de la muerte del líder de colonias, Alfredo López Cisneros (El Rey Lopitos), Abarca no resistió la presión y murió víctima de un infarto, sin concluir su mandato.

De cualquier manera, el PRI ya estaba en los prolegómenos de lanzar su candidato al gobierno para el periodo 1969-1975, el favorecido por el dedo de Díaz Ordaz fue Caritino Maldonado, un político de carrera, amigo del presidente poblano. Sin embargo, tampoco terminó su periodo de gobierno, porque cuando solo llevaba dos años en el poder el helicóptero en que viajaba cayó en la barranca de Guapaleta el 17 de abril de 1971. Lo sustituyó por unos días Roberto Rodríguez Mercado, mientras el alcalde de Acapulco Israel Nogueda Otero arreglaba sus asuntos para asumir el cargo de gobernador sustituto. Pero la gestión de Nogueda fue complicada por el activismo de Genaro Vázquez, quien secuestró al rector de la Universidad autónoma de Guerrero y a su vez Lucio Cabañas secuestró a Rubén Figueroa Figueroa, cuando este era candidato del PRI al gobierno. Israel Nogueda es acusado por fraude en la venta de terrenos ejidales y la Comisión Permanente del Congreso de la Unión decretó la desaparición de poderes, el presidente era Luis Echeverría y decidió que el sustituto de Israel Nogueda fuera Xavier Olea Muñoz, muy efímero por cierto.

Rubén Figueroa Figueroa sí terminó el sexenio (1975-1981), a pesar de ser acusado de múltiples desapariciones forzosas. Le siguió Alejandro Cervantes Delgado, quien también concluyó el mandato (1981-1987), y en ese orden institucional continuó Francisco Ruiz Massieu (1987-1993). Pero cuando se pensaba que todo seguiría igual, aquello volvió a la normalidad guerrerense. El sucesor de Ruiz Massieu fue Rubén Figueroa Alcocer para el periodo 1993-1999, que fue interrumpida por la matanza de Aguas Blancas el 28 de junio de 1995 (17 muertos y decenas de heridos) ejecutada por la policía del estado. La gravedad del acontecimiento hizo inevitable su remoción y el 12 de marzo de 1996 lo sustituyó Ángel Aguirre Rivero, quien completó el periodo.

Siguieron René Juárez Cisneros (1999-2005) y Zeferino Torreblanca (2005-2011), quien entregó la estafeta el primero de abril de 2011 a Ángel Aguirre Rivero, y éste, sólo para no variar, presentó solicitud de licencia al cargo de gobernador de Guerrero el 23 de octubre de 2014, EL 25 EL Congreso le aceptó la licencia y el 26 tomó protesta de Ley como gobernador interino Rogelio Ortega, a ver cómo le va. Es la serpiente mordiéndose la cola.

alfredobielmav@hotmail.com      sociedadtrespuntocero.com

26-octubre-2014.   

 

LA SOLEDAD DEL PODER


 



Por Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 
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El poder embelesa a quien lo ejerce, obnubila su pensamiento, lo transforma y lo colma de prebendas, pero a cambio cobra con intereses de rango histórico y al final es difícil el tránsito hacia el ostracismo. No es como lo pintan, el poder es un arma de dos filos si el hombre que lo ejercita no está preparado para mantenerlo entre sus manos. En la mente del hombre del poder, cuando existe compromiso social, destaca la idea de trascender a través del beneficio colectivo, en cambio, si todo es afán patrimonialista el menor desafío acongoja.

La historia de México y la universal enseñan las descarnadas paradojas del poder. Juárez y Maximiliano sufrieron la soledad del poder, el primero en su trashumante destino aunado al de un país que luchaba por su libertad, el segundo atraído por las luces de un ofrecimiento prendido en las hipótesis, que pronto se le reveló en una realidad distinta, muy opuesta a la ofrecida por quienes lo invitaron a la aventura. Juárez sufriendo la pérdida de dos de sus hijos, impedido por sus circunstancias para asistirlos en el postrer momento y sin esperanzas de acompañar en su dolor a la abnegada esposa a cuyos cuidados estaba la familia; Maximiliano, sin la oportunidad de acompañar a Carlota, cuya razón enajenada, extraviada y resentida por la desconfianza la llevó al Vaticano, en donde la alcanzó la muerte. Qué decir de Napoleón Tercero, quien buscando ensanchar sus dominios allende el atlántico sembró las condiciones para la derrota francesa frente a una Prusia Bismarkiana en busca del espacio vital para dominar Europa, tuvo que emigrar a Inglaterra con su derrota acuestas.

Quién no recuerda al Díaz Ordaz del movimiento del 68, solo, asumiendo enhiesto su responsabilidad política con la sobriedad y la adustez de quien intentó hacer un buen gobierno, pero al que las circunstancias impidieron el paso a la historia por la puerta grande. Y el Porfirio Díaz anonadado, ya decrépito, que no alcanzaba a entender las razones del hartazgo nacional que le reclamaba su inmediata salida del poder. ¿Alguien pudiera imaginar la profunda soledad que agobia al gobernador guerrerense, Ángel Aguirre, en estos momentos aciagos para su gobierno, abandonado por el partido que lo llevó al poder, denostado por su pueblo, sin apoyos en el gobierno de Peña Nieto tras de hacerle un vacío sideral?
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Cuando las presiones arrecian ponen a prueba al hombre en el poder, no son muchos quienes las resisten con gallardía y aplomo. Pero sin duda son las circunstancias las que orientan la conducta del gobernante, por esa vertiente habría que buscarle el modo a las declaraciones del gobernador Duarte de Ochoa en torno a la inseguridad que vive Veracruz y sus reacciones sobre el tema en momentos previos a eventos de trascendencia nacional, como son los Juegos Centroamericanos y del Caribe y la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que ya están encima.

Es incuestionable que el gobernador veracruzano tiene sobre sí una enorme presión anímica, en lo individual, adicionalmente económica y política en lo que refiere a su gobierno. Así es posible suponerlo, ¿cómo mantenerse en calma ante el evidente retraso en la terminación de los escenarios deportivos? requiere de un temple que no siempre es posible mantener, y advertir que pese a los esfuerzos no se logra una percepción ciudadana favorable en materia de seguridad desequilibra el ánimo del más templado, quizá por este hipotético motivo haya expresado una opinión sobre la inseguridad pública que vive la entidad, que no se corresponde con la percepción que tiene la mayor parte de los veracruzanos, que es finalmente la que cuenta.

La desafortunada declaración del gobernador este 15 de octubre, que ya es tema de lúdicas expresiones en las redes sociales, repite lo que ya había expresado el ejecutivo estatal el 11 del pasado mes de marzo: “hoy por hoy en Veracruz no hay extorsiones, no hay balaceras y no hay secuestros… hoy por hoy, Veracruz se desarrolla en un ambiente de plenitud”. Entonces, como ahora, era obvio que su expresión no se acompañaba con la realidad pues el Sistema Nacional de Seguridad Pública registraba 38 extorsiones, 29 secuestros y 101 asesinatos dolosos, de los cuales 38% fueron perpetrados con armas de fuego. De esos delitos, cabe destacarlo, 10 secuestros, 12 extorsiones y 25 asesinatos fueron cometidos en enero de 2014. Y el propio Secretario de Seguridad Pública en el Estado lo reconocía: “Uno de los delitos que más dañan a la sociedad es el secuestro y la violación. Esos son los delitos en los cuales la Policía estatal está poniendo todo el interés y atención para crear una estrategia enfocada a resolver el problema del secuestro”.

Ahora el gobernador lamentablemente expresa: “Antes se hablaba de balaceras, antes se hablaba de asesinatos, antes se hablaba de participación de lo organizado, ahora hablamos de robos a negocios de donde se robaron un Frutsi y unos Pingüinos de un Oxxo".

Es incuestionable que los ánimos desde el gobierno deben serenarse, una sociedad requiere de acertada conducción y si quien la guía no guarda templanza precisamente cuando el barco navega en mar proceloso, la tripulación y los pasajeros pudieran entrar en pánico. Ese sería un escenario nada recomendable, porque a nadie conviene.

alfredobielmav@hotmail.com    sociedadtrespuntocero.com

19-octubre-2014
 
*imagen/redes sociales
**imagen/Mariano Narodowski


El micro universo de una epidemia

 

 
Por Alfredo Bielma  Villanueva
CAMALEON

 

12 de octubre 2014| CAMALEÓN   | El amenazante arribo del ébola mantiene a la población en inquietante espera y al gobierno organizando lo necesario para enfrentar esa nueva enfermedad con visos de posible pandemia. Los años que demoró el ébola constreñido al continente africano no alertaron a los laboratorios para elaborar el antídoto correspondiente, aunque fue difícil que lo hicieran sin el estímulo de las ganancias a las que están acostumbrados, pues el número de pacientes afectados por el ébola no garantizaba un buen negocio. Ya toca esta temible enfermedad las puertas de nuestra frontera norte y lo virulento de su contagio le otorga las características de un indeseado visitante.

 

La contundencia mortal del ébola nos recuerda los efectos de la fiebre amarilla, la viruela, el cáncer, el Sida en sus comienzos, y otras enfermedades como la influenza que indudablemente ayudan a “equilibrar” la vida en el planeta; aunque al final el hombre consigue derrotarlas, no sin antes pagar una elevada cuota de millones de seres humanos muertos. ¿Esperarán los laboratorios a que haya un buen número de infectados por esta nueva amenaza para encontrar la cura? Negocio, son negocios.

 


La más reciente experiencia en materia de pandemias la vivimos en México en 2009 cuando todo el país estaba a la expectativa, los noticiarios televisivos y las páginas de los periódicos se ocupaban de informar de manera prioritaria a la población sobre el virus de la influenza. Las autoridades de Salud en el país se coordinaron para hacer frente a la nueva amenaza contra el hombre.

 

Esa etapa la vivimos en el estado de Veracruz con características sui géneris, salpicadas de matices políticos que integran el anecdotario surrealista de una aldea con incipiente desarrollo. Aquí en Veracruz el secretario de salud veracruzano Manuel Lila de Arce aseguraba que la influencia estacional mataba más que el virus A/H1N1, “le estamos dando más importancia a la nueva y la anterior es la más peligrosa”.

 

En octubre de 2009, en la zona norte de nuestro estado se prendieron focos rojos porque en Tuxpan se confirmaron 21 casos de influenza y 13 en Poza Rica, la alarma aumentaba porque desde el centro del país se informaba del registro de varias muertes por esta enfermedad. Belisario Batancourt, presidente municipal de Chinampa de Gorostiza, por esas fechas falleció en Tampico y su muerte fue atribuida al virus A/H1N1, sin embargo, el gobernador veracruzano Fidel Herrera desmintió la versión argumentando que el comentario de funcionarios de Tamaulipas tenía tintes políticos (Un epidemiólogo de la Secretaría de Salud de Tamaulipas había asegurado que el alcalde murió a consecuencia de influenza humana). El gobernador Herrera Beltrán, pidió no “hacer carroña política” con este fallecimiento e informó que el deceso se debía a obesidad mórbida sobreviniéndole a Betancourt dos infartos que provocaron la muerte. En contrario: "Es un hombre de Veracruz de 46 años el que falleció en un hospital privado de la ciudad de Tampico, en el hospital Germain, y también el resultado está confirmado con influenza H1N1..", confirmó el epidemiólogo Alfredo Rodríguez Trujillo, “el alcalde ingresó por problemas respiratorios, en base a una neumonía atípica”. Sobre cuál era el motivo del diferendo nadie o pocos lo supieron.

 

De cualquier manera en octubre de 2009 Veracruz estaba entre las 16 entidades que el IMSS puso en semáforo naranja debido al incremento de casos con infecciones respiratorias agudas graves y con enfermedades Tipo Influenza (ETI), incluyendo la influenza A/H1N1; en la lista también figuraban Baja California, las dos, Nayarit, Colima, Aguascalientes, Querétaro, Hidalgo, Oaxaca, Distrito Federal, Tlaxcala, SLP, Nuevo León, Estado de México, Puebla y Tamaulipas. No estaba fácil la situación porque de escalar a semáforo rojo se saturarían los servicios de salud ocasionando la suspensión de cirugías selectivas.

 

Sin embargo, en Veracruz no se tenía registrada ni una muerte por influenza, “mentiras, totalmente mentiras, no hay ningún muerto por influenza, ninguno”, aseguraba Lila de Arce, negando así lo que el Delegado del IMSS, Zona Sur, Miguel Ángel Llera Bello, había informado en el sentido de que en Coatzacoalcos, en mayo anterior había fallecido una persona a causa de la Influenza A/H1N1, confirmado por un laboratorio de la ciudad de México.

 

Así se transitó aquella crisis de salud epidemiológica en Veracruz contra la influenza porcina mutada a influenza humana. Ya estacional y no pandémica la enfermedad está allí, controlada, queda para la anécdota la perseverante actitud del gobernador veracruzano negando que la enfermedad haya pasado por estas tierras, mucho menos que aquí se hubiera generado. La obsesiva negación dio nacimiento al mito de La Gloria, municipio de Perote ¿alguien lo recuerda?

 

Se recordará que la mutación de la enfermedad se radicaba en la entidad veracruzana, atribuida al supuesto mal manejo de desechos de Granjas Carroll, la transnacional criadora de cerdos ubicada en suelo peroteño, que por cierto negó fehacientemente la versión porque en ninguno de sus trabajadores (907) ni en sus 60 mil vientres se había detectado brote del virus. Pero hizo explosión noticiosa porque un niño de cinco años enfermó en la comunidad de La Gloria, presentando un cuadro infeccioso de gripa poco común al que logró sobrevivir, el tratamiento fue a base de paracetamol, según confesaron los médicos que lo atendieron y nunca se comprobó científicamente que hubiera padecido influenza, como lo difundieron las autoridades locales.

 

La Gloria se hizo famosa en Veracruz y hasta hubo la peregrina idea de convertirlo en un santuario turístico, para lo cual sin importar el impacto que provocaría en la mente de un niño de cinco años se le utilizó como motivo de atracción, hasta se le erigió una estatua al niño Edgar Hernández, considerado el “caso cero de la influenza AH1N1. Agencia del Golfo publicó una entrevista a Edgar el 28 de abril de 2010:

 

-“¿Te gusta tu vida y cómo ha cambiado después de que te enfermaras? -No. -¿Y por qué no, Edgar? cuéntanos. -Porque ya no quiero ir a la escuela. -¿Y por qué ya no quieres ir a la escuela? Edgar guarda silencio y voltea a ver a su mamá. Un tanto tímido mira y se atreve a decir: porque los niños me tratan mal. -¿Qué te hacen los niños?-Me pegan, me bajan la ropa y hasta los calzones. Edgar, poco a poco va tomando confianza y narra que los niños de su escuela se burlan de él porque hay una estatua suya en el parque del lugar donde vive, La Gloria. Incluso le pegan. “Ya estoy chocado”, y agrega que desde que se enfermó siempre van a tomarle fotos, a hacerle preguntas, las mismas, van y vienen reporteros. “No me dejan jugar”. Además, se siente triste de que los niños lo traten mal y se burlen de él por haber estado enfermo y por tener una estatua en el parque… Ya con una sonrisa, platica que le agrada la idea de una varita mágica, para volver el tiempo, no haberse enfermado, no haber sido señalado como el primero en padecer la influenza A(H1N1), y que la gente de La Gloria no le dijera que en el mundo se enfermaron y hasta murieron por su culpa”.

 

Algo ganó a cambio La Gloria porque se pavimentaron sus calles, el parque se remodeló, aunque quien sabe si el dispensario médico “bien equipado” que se instaló en aquellos tiempos siga funcionando y la villa siga siendo “un atractivo turístico”.

 


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CAMALEÓN
 

PESIMISMO ENTERADO

 

El síndrome de la obra pública mexicana tiene entre otras características la de su acentuado desfase entre lo que se proyecta y lo que se concluye, subrayadamente se hace notar en el costo final respecto a lo inicialmente aprobado. Casos como el del edificio que actualmente ocupa el senado de la república y la recién inaugurada autopista México-Tuxpan son paradigmáticos de ese síndrome, cuyos antecedentes nos remitirán a los tiempos de la Colonia, con la obra del desagüe de la Ciudad de México, concluida en el siglo XX o el ferrocarril de la república restaurada.

En la aldea veracruzana no escapamos a esos signos, marcadamente acentuados en los dos últimos gobiernos que hemos tenido. Se ignora si fue por la “magnitud” de las obras, o simplemente por vocación histórica, que las pocas obras iniciadas durante el gobierno de Fidel Herrera se convirtieron en multianuales y hasta transexenales, de esto último la Torre Pediátrica y el Túnel Sumergido son expresiones patéticas. Lamentablemente, el actual gobierno no escapa a ese insano designio, pues algunas de las contadas obras que den inicio en este periodo deberán ser concluidas por el gobierno sucesor.

Son obras cuya dimensión no justifica su desfase, pero que en Veracruz son lugar común; un edificio como el que se construye para la llamada Torre Pediátrica, que a la iniciativa privada ocuparía a lo sumo tres años para concluirlo, al gobierno veracruzano le lleva fácilmente el doble de tiempo y dinero, solo en lo que corresponde a la obra civil porque el equipamiento requerirá tiempo y dinero adicional. Comparativamente, si nos remitimos al periodo de construcción del conjunto habitacional Tlatelolco en la ciudad de México, sufriríamos un agudo sentimiento de frustración. El 14 de enero de 2013 el gobernador anunció que “a más tardar” en julio de ese año se terminaría el edificio, aseguró que no había problemas de recursos, al grado que alardeó de "La inversión más importante que se tenga memoria en Veracruz en el Sector Salud…”. A casi dos años de aquel enjundioso anuncio, el optimismo luce desinflado y nada se sabe de esa Torre que algún día albergará al Hospital Infantil de alta especialidad con 223 camas y 18 especialidades, en la hipótesis.

Diez años después de haberse iniciado el proyecto del llamado túnel sumergido de Coatzacoalcos, ni quien recuerde que su costo original estaba proyectado en mil 784 millones de pesos, lo sorprendente es que aún sin concluirse se han gastado más de 3 mil 411 millones de pesos, un excedente que le costó al erario con cargo a recursos provenientes del Puente Coatzacoalcos I. Para darnos una idea de este desfase inexplicable, con todo respeto para las desproporciones, podemos acudir al caso del Eurotunel que va de Francia a Inglaterra cuya longitud es de 50.5 km y se ubica 40 metros bajo las olas, demoró siete años en concluirse (1987-1994). En cambio, el corto tramo de nuestro Túnel, 696 metros, tiene una longitud de acceso a Coatzacoalcos de 500 metros, y una longitud de acceso a Allende de 417 metros, más 965 metros de vialidad sobre la calle Niños héroes y Jesús García. Pero este “orgullo de la tecnología de punta” lleva ya diez años más lo que se acumule.

En julio de 2013, ante las invariables interrogantes sobre la terminación del túnel sumergido el entonces Secretario de Comunicaciones, Francisco Valencia, se disculpaba aduciendo que la construcción no consistía solo en la “obra marina”, contempla, se disculpaba, los accesos de ambos lados, no obstante aseguraba que para julio de 2014 la obra estaría concluida. Un año después sabemos cuánto ha ocurrido, la obra está detenida y es un enigma saber si será continuada o allí quedará como un monumento a la corrupción, a la displicencia y la ineptitud. Viene más porque en el presupuesto original no se contempla la construcción de las vialidades adicionales de acceso al túnel, un largo que hacen 22 kilómetros y no se sabe de dónde provendrán los recursos, aún más, se ignora si ya resolvieron el problema de la tenencia de la tierra en Villa Allende para el derecho de vía.

Este drama no termina con el tardío descubrimiento por el gobierno de que la empresa constructora no estaba aportando lo que le correspondía y todo corría a cargo del erario estatal. Hace un año Gerardo Buganza hizo público el desgarriate financiero sobre esta obra descubriendo que Cotuco había incumplido; pero mientras todo este desbarajuste ocurría ¿qué hacía el Contralor de entonces que no detectó la irregularidad? Si se aplicara en este caso el incumplimiento de un deber legal, alguien debería estar en serios problemas. Pero nada ocurre porque el sucesor en la Contraloría, Mauricio Audirac, el 12 de diciembre de 2013 declaró que actuaría “conforme a Derecho si su antecesor, Iván López Fernández, tuviera alguna irregularidad en los asuntos que atendió”, y seguramente no las encontró.

La autopista Córdoba-Xalapa, una “obra estratégica”, calificada así en el discurso oficial del lunes 2 de febrero de 2013, “día histórico”, un “parteaguas”, cuando en Chichicastle se anunció el inicio de su construcción, ahora duerme en la opacidad de la desinformación. “Esta obra potencializa el desarrollo, la inversión, empleo, la tranquilidad, la estabilidad, certidumbre y la felicidad”, dijo Duarte de Ochoa. De solo 71 kilómetros, ofrecida en campaña en 2010, hasta ahora nada se sabe, salvo el “se la debo” que se escucha en el audio de la entrevista que reporteros hicieran al gobernador en Los Berros, en septiembre pasado.

Reportes periodísticos registran que en aquella fecha de febrero, el Secretario de Comunicaciones, Raúl Zarrabal, aseguró que ya se estaba licitando la obra del Puente de La Prosperidad (213 metros de largo, 18 metros de ancho y cuatro carriles), pero mucho se teme que difícilmente será inaugurado antes de 2016. Se congeló en el olvido el prometedor anuncio: “INICIO DE LOS TRABAJOS- Kilómetro: 0+620, autopista tipo A2- Tramo: Tamarindo-Cuitláhuac.- Puente: de La Prosperidad-- 71 kilómetros”.

La Autopista a San Andrés Tuxtla, con un costo en el origen de mil millones de pesos, es otra promesa de la campaña de 2010, fue anunciada el 13 de febrero de 2013, incluía el libramiento de San Andrés Tuxtla, quedaría lista en dos años y no sería de cuota pues la haría el gobierno: 20 kilómetros de La Tinaja a Camacho y con 37 kilómetros más se llega a San Andrés Tuxtla: “La pista constará con cuatro entronques, 25 pasos vehiculares, seis puentes mayores entre ellos el de La Ceibilla de 70 metros y Las Tunas de 60 metros de longitud… Es el síndrome del subdesarrollo administrativo, político y económico.

alfredobielmav@hotmail.com    sociedadtrespuntocero.com

5-octubre-2014