LA OPINIÓN DIXIT

 

Por Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 

Las encuestas de opinión son herramientas de cuya utilidad se valen quienes gobiernan para estar permanentemente vinculados con el sentir y las necesidades de la población, de esta manera consiguen información valiosa para diseñar programas y definir estrategias de conductas gubernamentales. Quien gobierna mantiene diversos conductos de información respecto del contexto a su encargo y las encuestas le proporcionan información adicional que puede manejar conforme mejor le convenga porque algunas de esas consultas son de uso en petit comité.

 

Es herramienta universal, cualquiera puede echar mano de una consulta de opinión y darle el uso útil a sus intereses de grupo o personales; puede solicitar una consulta a modo, para que los resultados se ajusten a sus deseos y puedan darse a conocer a la opinión pública sembrando flores en donde hay ortigas, ese es un uso mañoso y perverso de las encuestas de opinión, en México ya muy desacreditadas por cierto porque las encuestadoras “de prestigio” encargadas de elaborarlas se han prestado con no poca frecuencia a torcer realidades.

 

En ese orden de ideas, acercándose las fechas de la sucesión de gobierno en Veracruz, circula en los corrillos del poder una consulta de opinión sobre preferencias partidistas y candidaturas. En ella se involucra a destacados actores políticos: José Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa, Fernando Yunes Márquez, Miguel Ángel Yunes Linares, e incluyen al ex panista, pero ahora en el roll de perredista, Julio Saldaña Morán. Como es posible observar, los senadores priistas y Yunes Linares destacan sobremanera, porque han venido dejando huella tras una larga trayectoria política. El senador Fernando Yunes es de nueva generación y Saldaña es más conocido por haber usado el trapecio para ir del PAN al PRD, nada nuevo por supuesto.

 

Pero para que una consulta de opinión gane crédito debe empatar sus conclusiones con la realidad, es decir, debe ser congruente con el contexto social que intenta retratar. Por ejemplo, Parametría, levantó la encuesta en comento en el estado de Veracruz para conocer la preferencia electoral de los encuestados sobre los precandidatos al gobierno veracruzano. En la “Preferencia Electoral Bruta para Gobernador” tomando las referencias de Julio y de Noviembre del año en curso.

 

En la fotografía de Julio, el PRI obtuvo 25% de encuestados a su favor, el PAN 24% y el PRD 7%, el resto de los partidos juntos no alcanzan el 20%. En la fotografía de noviembre, el PRI crece a 27%, el PAN baja a 23% y el PRD escala a 12%, cinco puntos más que en julio. ¿Qué ocurrió al interior de la sociedad veracruzana que hayan motivado esos cambios? Considerando que el gobierno estatal es priista no se advierte en el escenario de esas fechas nada extraordinario que haya inducido al ciudadano a opinar del PRI mejor que en julio. Por el contrario, en julio todo era miel sobre hojuelas para el gobierno de Peña Nieto, las reformas legislativas pintaban un México rumbo al progreso y los viajes internacionales del presidente Peña Nieto auguraban un porvenir feliz. Pero en septiembre vino lo de Iguala y todo se descompuso, sobre todo para el PRD, entonces ¿por qué el aumento de 5%  a favor del PRD y 2% más para el PRI? He allí un cuestionamiento a una fotografía que parece borrosa.

 

Otro planteamiento en la encuesta de referencia es el relativo al conocimiento y opinión de candidatos a gobernador: “Si hoy fuera la elección para gobernador del estado de Veracruz y los únicos candidatos fueran Miguel Ángel Yunes Márquez del PAN, Héctor Yunes Landa del PRI y Julio Saldaña Morán del PRD ¿por cuál partido o candidato votaría? Aquí, Yunes Márquez obtuvo 23%. Héctor Yunes 23% y Julio Saldaña Moran 19%. Sobre este particular, el cuestionamiento lógico de un ciudadano de Pánuco o de Las Choapas sería ¿Quién es Julio Saldaña Morán que está a sólo 4 puntos porcentuales de los senadores, más aún de Yunes Landa que ha recorrido Veracruz en “n” número de vueltas?

 

Otra pregunta: “Si hoy fuera la elección para Gobernador del estado de Veracruz y los únicos candidatos fueran Miguel Ángel Yunes Márquez del PAN, Pepe Yunes Zorrilla del PRI y Julio Saldaña Morán del PRD, ¿Por cuál partido o candidato votaría usted? La respuesta favorece al senador Yunes Zorrilla por cinco puntos porcentuales más que al del PAN, 27% a 22%, respectivamente, y Saldaña del PRD bajó a 16%. La proporción es explicable pues el senador Yunes Zorrilla lleva mucho más camino andado y su presencia como actor político de relevancia es indiscutible.

 

“Si hoy fuera la elección para gobernador del estado de Veracruz y los únicos candidatos fueran Miguel Ángel Yunes Linares del PAN, Héctor Yunes Landa del PRI y Julio Saldaña Morán del PRD ¿por cuál partido o candidato votaría usted? Aquí, Yunes Linares obtuvo 24%, con un punto menos, 23%, Héctor Yunes Landa, y Julio Saldaña el 16%, este último no varió respecto del anterior esquema.

 “Si hoy fuera la elección para gobernador del estado de Veracruz y los únicos candidatos fueran Miguel Ángel Yunes Linares del PAN, Pepe Yunes Zorrilla del PRI y Julio Saldaña Morán del PRD, ¿por cuál partido o candidato votaría usted? Yunes Linares obtuvo el 23%, Yunes Zorrilla el 25% y Saldaña 17%, subió un punto respecto a la pregunta anterior.

 

Como es posible observar, en esta encuesta el senador José Yunes Zorrilla resulta arriba en las preferencias de dos de los esquemas presentados, mientras que su par en el senado, Héctor Yunes Landa saca un empate y una hipotética derrota; obviamente, Saldaña marca muy abajo, aunque por razones obvias con estos números resulta hasta ostensiblemente favorecido debido a que como actor político, a parte de la conurbación Veracruz-Boca del Río, es totalmente desconocido en el resto de la entidad veracruzana.

 

Sin concederle crédito a los números que no favorecen al senador Yunes Landa, pues su movilidad en el estado es por todos reconocida y porque mantiene una fuerte estructura afiliada a su alrededor, no cabría duda en los números que favorecen al senador Yunes Zorrilla debido a su destacada trayectoria política en la entidad y en el ámbito federal y a su permanente contacto con la población veracruzana. Respecto de Miguel Ángel Yunes Linares parece que él guarda consultas cuyos resultados difieren sustancialmente de la que aquí referimos.

 

Sobre si en esta consulta de opinión hay o no gato encerrado podrán inferirlo quienes de esto conocen y observan el devenir político de la entidad. Vendrán sin duda otras encuestas de consumo público, pero finalmente la que cuenta es la de la realidad, la que llega a los ámbitos de poder y se guardan celosamente porque así conviene, y la que podamos observar cada uno en lo particular en la cotidiana convivencia social.

 

alfredobielmav@hotmail.com       sociedadtrespuntocero.com

23-noviembre-2014.

 

 

 

 

 

 


GOBERNADOR DE DOS, DE TRES, DE CUATRO, DE CINCO…

 

Por Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 

Las normas jurídicas electorales se caracterizan por su dinamismo, ya que cada proceso electoral arroja experiencias que los legisladores deben reconocer para ajustar las leyes a la realidad. En esa tesitura se encuentra el gobierno veracruzano orientado a sopesar los tiempos en los que tendrá que discutirse la homologación de la legislación electoral del Estado respecto de la Federal. Sobre cuál opción de entre las posibles se escogerá, acaso será el resultado de un cuidadoso análisis en torno a lo que mejor conviene a Veracruz: un gobierno de 2, de 3, de 4 o de 5 años, un periodo legislativo de dos, o regresar a tres el periodo municipal, son las principales opciones. El quid de este asunto es dar con la que conviene al Estado, la que menos perturbaciones económicas y políticas vayan a provocar.

Ninguna dificultad habría para decidir el camino a seguir, pero nuestra democracia e instituciones políticas carecen de madurez y reciedumbre. Debido a la manifiesta dependencia del Poder Legislativo, que sigue ayuno de criterios propios pues trabaja al ritmo que le toquen desde el Poder Ejecutivo y que se sepa no ha diseñado una agenda de discusiones sobre qué opción elegir. Tal circunstancia impide el debate serio, reflexivo en el Poder donde se aprueban las leyes, todo porque en los hechos la función legislativa de sustancia radica en el Ejecutivo, esa es una realidad incuestionable, porque el Poder Legislativo abdicó de sus funciones hace muchas décadas.

Hace meses el Congreso local conoce de dos iniciativas respecto a la homologación, aunque divergentes ambas provienen del Partido Acción Nacional, una de ellas propone un gobierno de dos años, la otra de cinco años. El gobernador no ha emitido opinión respecto de la iniciativa que presentará, si es que la presenta o decide enviarla a través del Partido Revolucionario Institucional. Del PRD no se espera mucho porque ya se sabe a qué consignas obedece, y en todo caso es mejor conocer lo que ofrece la matriz que la sucursal; en el Movimiento Ciudadano ya se han escuchado voces contrarias a la propuesta de una administración bisiesta. El PT, otro partido de oposición, podría sumarse a la mejor propuesta, y los demás, con todo respeto, solo sumarán sus votos, aunque se especula que el Partido Alternativa Veracruzana propondrá para la homologación electoral un gobierno de cinco años.

Ya se conoce la opinión de los senadores veracruzanos: Héctor Yunes Landa propone fundamentos para un gobierno de cinco años como mejor opción, José Yunes Zorrilla rechaza por ser lesivo para los intereses del Estado un gobierno bianual, Fernando Yunes Márquez ya propuso un gobierno de cinco años y la reelección de alcaldes, lo que obligaría a retrotraer a tres años el periodo municipal.

En tiempos del gobernador Patricio Chirinos se reformó la Ley electoral con el propósito de homologar las elecciones del Estado con una federal; en esa lógica, para la elección de gobernador e integrantes del Poder Legislativo del Estado en 1998, la Ley determinó la integración de una Legislatura local de dos años (de 1998 al 2001). En consecuencia, en 2000 se celebraron elecciones ya homologadas de legisladores federales y alcaldes en la entidad, se eligió presidente de la república, y se dispuso que, por única vez, los ediles permanecerían en sus cargos cuatro años. Así, en 2004 habría elección de gobernador, de alcalde y de legisladores, tres en uno.

 Está claro que las circunstancias y los intereses partidistas influyen en la elaboración de las leyes. Con la homologación de los comicios de alcaldes y de gobernador se adquirió un grave expediente que operó contra el candidato a gobernador, sobre todo al del PRI, pues le adjuntó una carga adicional al atender simultáneamente los riesgos de su candidatura y a la vez ocuparse de escoger los candidatos de su partido a las alcaldías. La coyuntura generó un factor de riesgo al candidato priista al gobierno, pues quienes no alcanzaron la postulación emigraron a otros partidos a jugarle la contraria. Recuérdese la angustiosa transición de 2004, cuando el PRI estuvo a punto de perder el gobierno, una hipótesis que no se concretó gracias a la experiencia electoral, a la dinámica movilidad del candidato y al abierto respaldo del gobierno del estado. No evitó sin embargo la debacle en la Legislatura y en el número de alcaldías que se perdieron frente a priistas convertidos en opositores.

Ahora, en el presente contexto, ¿qué elección local se escogerá para homologarla con la federal? De entrada, es de subrayarse que no necesariamente debe ser la de gobernador, nada lo obliga, aunque tampoco es descartable porque es posible. Entonces ¿se optará por una legislatura de dos años? ¿O regresará a tres el periodo de alcaldes y adicionalmente se aprobará su reelección? Dadas las condiciones económicas y políticas por las  que atraviesa el estado, escoger la elección de un gobernador por dos años sería de un severo impacto económico para la entidad, es la opción de más elevado costo político y riesgo electoral para el PRI. Además, será interesante conocer el argumento de peso que esgrimiría el PRI o el gobierno en su propuesta, porque cuando se impulsó la ampliación del periodo municipal de tres a cuatro años la tesis dictaba que tres años por su brevedad no bastaban a los alcaldes, ¿le bastarán dos a un gobernador?

Hay quien idea tomar como referencia que Fernando Gutiérrez Barrios fue un gobernador de dos años, y aducen sin que haya constancia de ello “una gran obra”. Pero no hubo tal, sin duda aplicó su experiencia en materia de seguridad pública y detuvo la escalada de violencia, pero en cuanto a obra pública aparte de la carretera a Alto Lucero no tuvo ocasión de concluir ninguna otra, ese es un hecho histórico documentado.

Por las razones de todos conocidas, desde 2004 a la fecha Veracruz no transita por derroteros de progreso, las estadísticas avalan este aserto y el ruinoso inventario de la infraestructura carretera de Veracruz es constancia fehaciente. De aquel año a la fecha la suma de los presupuestos de gobierno asciende a cifras cercanas al billón de pesos, aunque no tan estratosférica es la destinada a gastos de inversión, a programas de desarrollo social, de cualquier manera son miles de millones de pesos que se supone fueron aplicados a ese propósito, en ese orden ¿quién pudiera aseverar los beneficios tangibles para la población de los 212 municipios veracruzanos? Luego entonces, desde este enfoque, es irrebatible que un gobierno de dos años es la menos viable de las alternativas existentes porque prolongaría invariablemente las circunstancias descritas.

Por lo demás, este es solo un ensayo especulativo, desde una perspectiva ciudadana que construye un análisis fundado en la hipótesis de una decisión local, una suposición que pudiera reñir con lo que sobre el particular tenga pensado el gobierno del centro, y porque donde gobierna capitán no gobierna marinero.

alfredobielmav@hotmail.com   sociedadtrespuntocero.com

16-noviembre 2014.


Los Juegos de nuestro tiempo

 

Por Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 

A alguien muy inconforme por cuanto ocurre en Veracruz se le ocurrió denominar como “Los Juegos del hambre” a la edición número XXII de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014, que se celebrarán en cinco ciudades de nuestra entidad entre el 14 y el 30 del mes en curso. El calificativo es exagerado y acaso fuera de lugar porque, si bien el gobierno estatal pena por recursos económicos, buena parte de estos corresponde aportarlos a la federación. No debe olvidarse que el país, México, es la sede nacional; aunque en este tema cobra vigencia la interrogante sobre hasta qué punto el gobierno federal se preocupó por mostrar la mejor de sus caras y confió plenamente lo que debía hacerse al gobierno de Veracruz.

No fueron los actuales titulares del gobierno federal ni de la entidad veracruzana quienes gestionaron para traer la sede a Veracruz, pero tienen la encomienda institucional de cumplir el compromiso que se consiguió el 25 de julio de 2008, durante la edición 41 de la Asamblea General de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Jamaica y Guatemala habían declinado y Veracruz ganó la opción). En julio de 2010, en Mayagüez, Puerto Rico, cuando Fidel Herrera Beltrán recibió la bandera de la Organización Centroamericana y del Caribe, fue un acto simbólico por el que México se comprometía a organizar en 2014 la edición XXII de esos Juegos, testigos entre otros, el alcalde xalapeño, David Velasco Chedraui, la ya electa para sucederlo Elizabeth Morales y Jon Rementería, alcalde de la ciudad de Veracruz. Estos últimos fueron testigos del atractivo panorama diseñado para ganar la sede, el escenario ponía a disposición de la ODECABE una infraestructura deportiva que incluía la construcción de dos estadios sumados a los ya existentes. Aunque significaba mucho dinero, pocos en Veracruz pusieron en tela de duda esa posibilidad, los más dimos por descontado que así sería, obviamente desconocíamos la profunda caverna en donde reposaba y se agigantaba una deuda pública que la rutilante aunque vacía retórica había ocultado con mentiras y engaños.

Sin embargo, el escamoteo de la debacle económica del erario veracruzano no podía pasar inadvertida por mucho tiempo, entonces se levantaron voces preguntando por los preparativos de los Juegos a que el gobierno se había comprometido en el paquete sucesorio, era diciembre de 2011 y solo había señales de un ya evidente desfase, hubo voces y críticas que lo advertían, pero el gobernador Duarte de Ochoa se encargó de hacerles frente argumentando que taparía la boca  a “todos aquellos agoreros del desastre que decían o dicen, que Veracruz está quebrado”.

Mientras unos se retorcían los dedos porque en 2012 no había señales de casi nada, otros espantaban nervios formulando frases vacías: “seremos ejemplo a nivel nacional de organización de los Juegos Centroamericanos”. Pero Proceso calificaba: “Veracruz: los juegos de la incertidumbre”, y todos ahuyentaban malos pensamientos: “Veracruz no está en peligro de perder la sede” se escuchó por todos lados. Era febrero de 2012 y el velocista Alejandro Cárdenas insistía: “Tienen que definir lo de la alberca, la pista, estadios, gimnasios, el World Trade Center, Veracruz tiene instalaciones para no sólo hacer unos Centroamericanos, pero hay detalles que faltan culminarlos y concretarlos”.

“¿Dónde vivirás después de ser gobernador? Preguntó en entrevista, que ya forma parte del testimonio histórico de estos Juegos, el jerarca de la Organización Editorial Mexicana, Mario Vázquez Raña, a Fidel Herrera Beltrán a semanas de entregar el poder, en 2010:  "He pensado en el puerto y en Xalapa, mi despacho está ubicado en la calle Río Pánuco en la ciudad de México como abogado y tengo un nombramiento que me entregaron hace tres meses como presidente organizador de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe 2014, hay 32 países que recorrer. Fui reconocido por el Comité Olímpico que encabeza Mario Vázquez Raña; Felipe Muñoz, presidente de esa organización; Bernardo González Garza, presidente de la Confederación Deportiva Mexicana, que luego de asignar la titularidad a Veracruz, Xalapa, Orizaba y Córdoba, así que por trabajo desde el 2 de diciembre no le voy a bajar, así que andaré de país en país". Un proyecto personal que fue frustrado por el escándalo que sobrevino al conocerse la enorme deuda que heredó sin existir constancias de avances tangibles en la realidad veracruzana.

De cualquier manera, aún en la hipótesis, pudiera presumirse que con Fidel Herrera Beltrán al frente de la organización de esos Juegos la parafernalia organizativa hubiera sido diferente a la que Harry Grappa nos puede presentar. Pero de los males el menor, porque también podemos suponer el enorme costo económico con cargo a los veracruzanos si la premisa original hubiese prevalecido.

Ha sido tal la vorágine que avasalló al equipo responsable de llevar a cabo estos Juegos que no fue borrado el cliché de los XXI Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Mayagüez, pues hay fijación con aquello que Héctor Cardona, presidente de la ODECABE dijo en julio de 2010: "Éstos han sido los mejores en la historia de los Juegos Centroamericanos y del Caribe", cuando clausuró el evento en presencia del alcalde de Mayagüez, José Guillermo Rodríguez; de Felipe Pérez Grajales, presidente del comité organizador; de Jon Rementería, alcalde de Veracruz; de Elizabeth Morales, alcaldesa electa de Xalapa y de David Velazco Chedraui, alcalde saliente. Así, los Centroamericanos y del Caribe se enrumbaron en 2010 hacia Veracruz, México, en donde se van a celebrar “Los mejores Juegos de la Historia”.

Todo cuanto ha acontecido en torno a la construcción, remodelación y pintura de los escenarios deportivos y urbanos ya lo sabemos, porque ha sido tema casi cotidiano en las ciudades sedes el evidente retraso de las obras, el traspié de las Villas deportivas, aderezado con el tema de la inseguridad, cuya tenebrosa presencia es insoslayable. Tampoco es posible ignorar el contraste entre el proyecto exhibido para obtener la sede, con lo que finalmente presentamos (el estadio de atletismo no se construyó); un ejercicio de elemental introspección nos llevaría a suponer lo que por delicadeza de huésped no expresan quienes de fuera vienen, pero los representantes de la ODECABE que conocieron el proyecto original y las Delegaciones que la acompañan, sacarán sus propias conclusiones respecto de lo que aquí observan.

En la inversión final de tres mil millones de pesos (dos mil para obras, mil para la organización) se refleja la diferencia entre lo que originalmente se había proyectado y lo que se presenta, pues en el principio se hablaba de un presupuesto mayor a los 4 mil millones de pesos porque incluía la construcción de estadios y un estacionamiento en la zona Omega de Xalapa.

No hay plazo que no se cumpla. Esta semana inicia la versión XXII de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, el presidente de la república no podrá asistir debido a que su agenda inscribe un viaje a la república China. De cualquier manera, los boletos para la inauguración han sido cuidadosamente distribuidos y esa precaución no está de más porque al interior de la sociedad veracruzana se agita un sentimiento de frustración y enojo que está presto a descargarse en la primera oportunidad que encuentre desfogue. Que tal no suceda es deseo de todo veracruzano bien nacido; aquí sí vale la expresión: “Veracruz es más grande que sus políticos”.

alfredobielmav@hotmail.com     sociedadtrespuntocero.com

9-noviembre-2014.

 


CON LA SALUD NO SE JUEGA

Por Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN

 

Cuando el diputado Ricardo Ahued declaró que el Sector Salud de Veracruz estaba colapsado expresó una verdad evidente, muy obvia para aquellos que no cierran los ojos frente a la realidad y para quienes carecen de seguridad social y tienen que acudir a los hospitales del gobierno. Fue, en el caso de Ahued, la visión de un ciudadano que durante diez años ha tenido la oportunidad de incursionar en el sicodélico mundo de la política y afortunadamente esta no lo ha absorbido al grado de llegar a la simulación, por esta circunstancia es una voz con crédito.

En cuanto al colapso del sector de gobierno al que Ahued hace referencia, es conveniente precisar que la demanda de servicios de salud supera con mucho  a la capacidad instalada, pero no es menos cierto que a este sector cada año se destinan miles de millones de pesos que bien aplicados hubieran dejado avances tangibles, reflejados en una infraestructura física y atención médica especializada adecuada a los requerimientos de la población veracruzana.

Sobre que hay recursos para el sector se demostró durante el gobierno de Miguel Alemán Velasco, cuando hubo avances sustantivos en la infraestructura de este sector. Si comparamos el estado en que se encontraba la infraestructura hospitalaria en 2004 a como se encuentra ahora, acumulados los miles de millones de pesos adicionales que se han presupuestado para la salud en Veracruz, encontraremos un acentuado contraste. Todo porque aquella inercia que se imprimió en la gestión 1998-2004 no se prosiguió, excepto en el discurso, auspiciando un lamentable estancamiento del sector, lo que es comprobable en equipos obsoletos con los que el personal médico y paramédico hace maravillas para desempeñar su trabajo. Después de Alemán, o de Loyo Varela, como se quiera ver, todo fue diferente; el sector se estacionó y enmarañó en una organización bicéfala en la que, por un lado, un señor responsable del área administrativa, contando por supuesto con todo el apoyo de la elite de mandos en el gobierno, decidía al margen de lo que disponía el Secretario de Ramo, tal situación se interrumpió de manera eventual, pero ahora, en estos precisos momentos ha vuelto a cobrar vigencia, el mismo equipo con la misma gente dispone a su arbitrio, cuando está comprobado que una administración que carece de unidad de mando camina con deficiencias y no alcanza los objetivos programados. La irregularidad se traduce en hechos que difícilmente trascienden al comentario por el acentuado grado de opacidad imperante.

De todos los sectores de un gobierno el de la Salud es el más sensible, pues le corresponde velar por la salud de los individuos que integran el contexto social; en ese entorno se requiere, a parte del más estricto apego al juramento hipocrático del personal médico, que el gobierno aporte las herramientas de trabajo que hagan posible el buen desempeño del Sector; vigilar que haya abasto suficiente de medicamento, revisar que el equipo de trabajo tenga el mantenimiento adecuado y que el personal labore en un ambiente aceptable, esa es la tarea de quienes lo encabezan.

El Sector Salud está colapsado ¿a qué atribuir que, por ejemplo, la construcción de nuevos hospitales (Nautla, Papantla, entre otros) se haya detenido y estén en el abandono? ¿Por qué en el Centro de Especialidades Médicas de Xalapa y en el Hospital de Especialidades de Veracruz se trabaja con equipo médico obsoleto y mucho de ese equipo está fuera de servicio esperando el mantenimiento que por lo regular es tardío? ¿Qué hacer con el Centro Estatal de Cancerología, pomposamente elevado, por Decreto, a categoría de Instituto, pues no cumple con los requisitos para alcanzar ese nivel? ¿No fue acaso una flagrante simulación que ni por asomo logrará concretarse en los dos años que faltan a la actual administración? (Si nos equivocamos, y ojala así fuera, lo reconoceríamos con sumo agrado, pues traería aparejado sustanciales avances en la atención médica, que seguramente se extendería a áreas privadas con sus correspondientes cuotas de recuperación).

Pero es tan remoto que aún en indulgente aquiescencia, suponiéndolo Instituto, en la actualidad sería difícil que pudiera aportar la información necesaria y suficiente para investigar las causas sobre un posible incremento en los índices de mortalidad de pacientes en tratamiento, ¿cómo diagnosticarlo científicamente si no se realizan necropsias a quienes allí fallecen de Cáncer?

Hay más interrogantes que respuestas sobre el Sector Salud veracruzano, en donde se atiende a la población más menesterosa de la entidad, que acude con el magro bolsillo, pero con su esperanza a cuestas para salvar la vida al hijo, a la madre, al padre, empero ¿Qué o quién garantiza que, en casos de cáncer, por ejemplo, la sustancia vital de una quimioterapia es la correcta? ¿El Centro de Mezclas está debidamente supervisado? Esto no es presunción ociosa pues deriva de lo que ya aconteció y se dejó en la opacidad cuando fue descubierto medicamento “clonado” para tratar el cáncer en el Centro de Cancerología de Xalapa. La especie sobre este espinoso caso no fue más allá de la especulación porque pacientes y familiares del Cecan, aparte del dolor y la preocupación a cuestas, carecen de fuerza para la protesta.

Por el lado del personal médico y paramédico, está comprobado que los años de experiencia atendiendo enfermos avalan su capacidad y garantizan un servicio especializado de calidad que los años avalan, pero poco puede hacerse si el equipo es insuficiente o no funciona; o si por mala fortuna la mezcla para la quimioterapia no es la adecuada.

En honra a la rendición de cuentas, al manejo transparente de este sector, un auténtico legado histórico del actual gobierno sería permitir un mecanismo de supervisión social que coadyuve con las autoridades al buen funcionamiento del sector. La figura del observador ciudadano forma parte de la democracia participativa a la que aspiramos, no es mucho pedir cuando de lo que se trata es salvaguardar la salud del segmento más pobre de la población veracruzana.

alfredobielmav@hotmail.com     sociedadtrespuntocero.com

5-noviembre-2004


LA VERDAD NO PECA

Por Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEÓN.

 

No transita el gobierno federal por sus mejores momentos, los estelares los vivió apenas concluidas y publicadas las reformas legislativas que anunciaban al “Nuevo México”, diseñado para introducirnos, ahora sí, a la modernidad, a la convivencia de igual a igual con las grandes potencias económicas del orbe. Los viajes del presidente Peña Nieto a Europa, a los Estados Unidos y a algunos países del continente señalaban el rumbo, era la antorcha del progreso, la lámpara de Diógenes al fin había iluminado el camino a seguir.

Pero los acontecimientos de Tamaulipas, Michoacán, y ahora Guerrero, vuelven a recordarnos que no existe un México único, sino varios, o por lo menos dos: el de la macro economía pujante, el del hombre más rico del mundo y el de los pobres en extremo; el de quienes viajan por el mundo preparándose en centros de educación superior de “elevada” alcurnia académica y el de quienes apenas pueden ingresar a instituciones educativas que el gobierno sostiene muy a su pesar y de mala gana, como la normal rural de Ayotzinapa, entre otras.

Pero el nuestro es un México que presume de un Estado de Derecho en plenitud, cuyas instituciones son de tal fortaleza que han resistido los desaciertos y omisiones de su clase política. Nuestras instituciones las ha venido creando la población mexicana con mucho sacrificio, esfuerzo y dinero, pero México sería diferente si las burocracias, administrativa y política, la operaran con eficacia y probidad. Sin embargo, desafortunadamente no ha sido así, pues con una regularidad que debiera preocuparnos emergen a la superficie las evidencias de nuestro fracaso: corrupción e impunidad, rezagos sociales ancestrales, pobreza extrema, simulación de gobernantes, elementos de un caldo de cultivo en el que se incuban las deficiencias del Estado.

A pesar de su plasticidad, las circunstancias sociales tienden a ceder al cúmulo de presiones, entonces sobrevienen problemas como el de Iguala, un fenómeno social que ha despertado de su marasmo a la ciudadanía, contrastándolo con el mundo irreal que le pintan la televisión y los discursos gobiernistas, cuidadosamente diseñados para ocultar una realidad que por ineptitud, comodidad, conveniencia o desidia los gobernantes no son capaces de enfrentar.

Lo acontecido en Guerrero es repetición editada de otros sucesos no menos desgraciados, lo mismo en Aguas Blancas que en Chiapas, en San Fernando que en Cosamaloapan, en Michoacán que en Iguala y Cocula. De todo esto, el denominador común radica en la sistemática negación por la autoridad de una realidad plena de pobreza y marginación, de inseguridad y de violencia. Ya cuando no es posible silenciarla, entonces se reparten las culpas.

La acumulación de todo cuanto ha venido ocurriendo ha generado una bomba de tiempo que en cualquier momento puede estallar, o quizás ya estalló y no nos hemos percatado. ¿En qué preciso momento podemos ubicar la decisión de las colonias americanas para separarse de la “perversa” Albión? ¿Cuál es el suceso que determinó el inicio de la Revolución Francesa? ¿Es el grito de Dolores el auténtico parteaguas de la independencia de México? ¿Es el llamado de Madero a levantarse en armas el que generó la Revolución Mexicana? Los movimientos sociales de regeneración y cambio no surgen de improviso, pues sus causas se van acumulando e insensiblemente el número de inconformes con el statu quo se va haciendo paulatinamente más numeroso.

De lo acontecido en Guerrero, el reparto de culpas lo advertimos cuando el gobierno federal quiso atribuir al gobierno del estado todo el peso de la culpa y, a la inversa, los empeños del gobernador por zafarse de su responsabilidad inculpando a la federación por no ponerle atención a sus problemas. Lo mismo ocurrió a nivel de los partidos políticos: el PRD, partido en el gobierno en Guerrero, se quejó del abandono del gobierno federal; el PRI defendiendo a este y el PAN robaleando en aguas revueltas.

Pero la ciudadanía mexicana ya no está adormilada, al menos no al grado de pasarle desapercibida la culpabilidad de los tres órdenes de gobierno. Tampoco es inadvertida la componenda política del PRD con el gobierno de Guerrero y el de Iguala para mantenerse en el poder en vistas de la sucesión de gobierno. Está claro que si la desgracia de Iguala no hubiera ocurrido, el alcalde ahora prófugo seguiría siendo un factor importante de poder para el PRD, a pesar de su trasfondo criminal, ¿o acaso lo ignoraban la cúpula perredista y el gobierno estatal?

Como se trataba de repartir culpas, el PRI no dejó incólume a quien pudiera convertirse en rival competitivo en las elecciones del año venidero; en esa lógica involucraron a López Obrador, quien se mantenía al margen de cuanto se refería al huidizo alcalde de Iguala. Una fotografía de López Obrador con los prófugos de Iguala bastó para meterlo al estercolero, una imagen, de esas de las que debe haber por decenas de Peña Nieto con los indiciados, fue suficiente. Calumnia que algo queda. Pero, en primera instancia ¿quién llevó a José Luis Abarca al gobierno de Iguala? Obviamente el gobernador, evidentemente, el PRD de Los Chuchos, a quienes la mea culpa no basta para limpiarse la cara.

Esto lo descubre la nación tras un suceso trágico ¿Cuánto igual no ocurre en otras latitudes del territorio nacional? Para no ir más lejos, aquí en la aldea veracruzana se viven momentos más que difíciles: por un lado un gobierno que no ha logrado estabilizar sus finanzas, lo que se ha reflejado en cuatro años de penuria en obra pública, y en un combate al delito con poca eficacia a juzgar por lo que se vive. Si los operadores de este gobierno no han aplicado la lectura correcta de cuanto ocurre en el seno de la sociedad veracruzana, entonces se están equivocando, pero se antoja difícil el que ignoren la existencia de un grado extremo de hartazgo social, y que en línea recta son reos de un negativo legado de seis años, y más,  sin crecimiento, por lo que la inconformidad es creciente, acumulable en los diferentes sectores de la población veracruzana. Que la opinión pública no es favorable a cuanto se dice en el discurso oficial no es fácil ignorarlo. Tal es nuestra realidad en la aldea; son condiciones objetivas incuestionables a las que debieran poner atención.

alfredobielmav@hotmail.com      sociedadtrespuntocero.com

2-noviembre-2014