PUENTAZO: EL DISCURSO DEL SILENCIO

Por Alfredo Bielma Villanueva


El 17 de Julio el Puente Tonalá cedió ante el peso de algunos vehículos que al momento lo cruzaban, la causa inmediata sin peritaje de por medio fue atribuida por un alto funcionario veracruzano “al cansancio de materiales sólidos”. A continuación observamos el espectáculo de ver qué funcionario público declaraba más mientras los heroicos buzos hacían su encomiable labor para rescatar los cuerpos de quienes fallecieron en el fatal accidente.


De inmediato, con presunción de eficiencia se informó que el Secretario de Comunicaciones del Gobierno estatal había solicitado a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) el peritaje de todos los puentes federales en territorio veracruzano: “Aunque el peritaje corresponde a la SCT, hemos mandado ya un documento en donde el gobernador le pide al Secretario Juan Molinar Horcasitas hacer el peritaje de manera conjunta”, dice el documento de solicitud. Para abundar, en declaración por separado, Theuruel agregó que algunos “son puentes que se requiere construir desde los cimientos y hacer un puente nuevo”.


Es casi seguro que no se refería al puente “Fidelidad” inaugurado el sábado 19 de enero de 2008 por el gobernador del estado. Una obra calculada para que transitaran sobre ella 20 mil vehículos diarios. Recién inaugurado este puente, los mal pensados de siempre hicieron cuentas comparativas porque su tiempo coincidió con la terminación del que da acceso a la Plaza Américas, que es mucho mas ancho que el puente ahora colapsado y, según sus cálculos, resultó con un costo sensiblemente menor. Pero de eso nadie se sorprendió, adaptados como están al ya famoso 10% tan arraigado en el costumbrismo de la obra pública mexicana. (El 10% es solo referencia, quienes de esto saben aseguran que quizás por efectos de la precrisis ya se había incrementado a 20%). No por nada el presidente Calderón acaba de reconocer que “es necesario desterrar las prácticas de corrupción en los procesos de compras o adquisiciones de gobierno”


De pronto, el estruendoso ruido del desplome del puente “Fidelidad” recorrió las atestadas calles y avenidas de la ciudad, colmó de murmullos restoranes y cafeterías, alimentó de chismes las oficinas públicas y susurros en las privadas, y en el adusto gesto de los choferes se podía adivinar la mortificada expresión del inconforme. Era tal la crispación de ánimos que mientras la retórica dormía se podía escuchar el discurso del silencio, “ya estábamos peor, ahora falta que las vacas vuelen” cortaba el aire.



Que los peritos hagan su trabajo para deslindar responsabilidades, no es asunto que competa a la ciudadanía definir si hay o no culpables. Pero sí le corresponde observar, analizar, comprobar, exigir que el destino de sus dineros tenga un uso eficiente, útil y honesto. Es un hecho que el puente fenecido fue una obra sencilla; aunque efímera, de indiscutible utilidad, pero como otros construidos en Xalapa pecan de evidentes fallas de proyecto ya que si bien agilizó el tráfico vehicular sobre la carretera, estuvo muy lejos de ser un auténtico distribuidor vial. Para confirmarlo bastaría con preguntárselo a quienes diariamente tienen que incorporarse desde la Avenida Murillo Vidal a Lázaro Cárdenas, no sin serias cuotas de peligro.


No se requiere especialidad en desarrollo urbano para discernir sobre la precaria rentabilidad de los puentes construidos en Xalapa. Cualquier chofer de automóvil que se interne en las congestionadas calles jalapeñas está más que autorizado para deducir que hay fallas en la planeación, como lo comprueban los sufridos embotellamientos que se forman en las laterales de salida o acceso y que obligan a ponerse en doble fila exponiéndose a un peligroso accidente. Por ejemplo, cualquier ciudadano xalapeño podría concluir que hubiera sido mejor construir el puente de Rebsamen librando la vía y no como finalmente se construyó.


Otro caso que va por el mismo y preocupante desacierto es el cuello de botella que se formará en la desembocadura de la Avenida Américas hacia Lázaro Cárdenas, por el estrecho carril que va al sur. Ojala no se repitan allí las largas filas de automóviles que se forman para llegarle a Murillo Vidal desde el Circuito Presidentes o el del sentido opuesto.


Por su costo, por cuestión de negocios o porque es lo más fácil de hacer, a falta de imaginación en Xalapa se privilegian los puentes, sin importar el daño al entorno citadino. Ahora promocionan el proyecto para construir otro puente en el extremo sur de la avenida Ruiz Cortines con salida a Coatepec; un tema que ha servido hasta de entretenimiento para el golpeteo político. Pero cualquier viandante o chofer se preguntará si no existe otra opción menos agresiva para el entorno urbano que un puente. ¿Acaso no se ha pensado en quitar la locomotora de ese lugar y remitirla a un museo, lugar en el que le corresponde estar? Con ese simple movimiento se ganaría un carril adicional y seguramente los urbanistas, los buenos urbanistas, pudieran buscar la manera de agilizar el tráfico rediseñando el lugar de la rotonda que allí se encuentra y tomar una porción del parque. Pero no, se van por lo más fácil y aparentemente más barato, que a la larga resulta de un costo urbano mucho más elevado.


El estrepitoso derrumbe del puente sobre Lázaro Cárdenas debiera recordar a las autoridades la necesidad de nuevas vialidades, de la construcción de circuitos viales que circunden la ciudad para que la repentina falta de un puente no acarree el estropicio vial que padeceremos los xalapeños durante varios meses más. El gobernador Acosta Lagunes, que no buscaba aplausos vanos, amplió la Avenida Lázaro Cárdenas; para su tiempo una gran obra, tal cual sería en la actualidad una vía de circunvalación. Desafortunadamente los años de vacas gordas acaban de terminar y si no se hizo cuando abundó el dinero (todavía el año pasado), solo nos queda lamentar el que esta ciudad capital permanezca en el limbo.


Los servidores públicos debieran entender que los mejoralitos no son suficientes, que es necesario enfrentar el problema de Xalapa con audacia y altura de miras, con responsabilidad eficiente, porque más vale un aplauso permanente que los elogios pasajeros y a veces hasta forzados.


alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2009







ENTREVERAMIENTO GENERACIONAL

Por Alfredo Bielma Villanueva


En política, el entreveramiento generacional es un fenómeno social comprobado históricamente. La sustitución drástica de una generación por otra es prácticamente imposible, no cabe siquiera en la hipótesis; el enlazamiento entre el noviciado y la experiencia es imprescindible para conservar sano el tejido social, lo contrario son sueños guajiros, impensables aún en los sueños de una noche shakesperiana de verano.

Hace casi cien años, se incubaba en México una nueva generación con individuos provenientes de las clases medias mexicanas; su desarrollo educativo coincidía con el surgimiento de las condiciones que harían propicia la caída de la dictadura porfiriana. Aquella juventud en la que destacaba la llamada “generación de 1915”, que daba lustre al ámbito universitario (Alberto Vázquez del Mercado, Antonio Castro Leal, Manuel Gómez Morín, Vicente Lombardo Toledano, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Teófilo Olea y se les conocía como “Los Siete Sabios”), coincidía en el contexto social con el despliegue político e intelectual del famoso “Cuadrilátero”, integrado por Nemesio García Naranjo, José María Lozano, Querido Moheno y Francisco María Olaguíbel, que hacían época con sus combativos discursos contra Madero.

Antonio Caso y José Vasconcelos ya habían integrado en 1909 el Ateneo de la Juventud, paraninfo desde el que se opusieron al positivismo en boga, que tanto agradaba al grupo de los científicos, la élite política del Porfiriato. Allí surgiría la base magisterial que serviría de magistral antorcha a la futura generación de gobernantes mexicanos. Abrevaban de las enseñanzas de Justo Sierra, Emilio Rabasa, Francisco Bulnes y de la rebeldía de Filomeno Mata, de Flores Magón, de los hermanos Cerdán. La Revolución los sorprendería en las aulas universitarias, tomando clases o impartiendo enseñanzas.

Desde la muerte de Madero en 1913 hasta la de Obregón en 1928, inicio y fin de la etapa armada de la Revolución, los generales fraguados en las revueltas y campos de batalla orientaron el destino de México. A partir de 1929 se enrumba al país por la vía institucional bajo la batuta de Calles, hasta que en 1935 el presidente Cárdenas lo manda al extranjero recordándole que el poder no se comparte. Lázaro Cárdenas, el radical y Ávila Camacho, el moderado, fortalecieron la vía institucional y entregaron el poder a una clase política auténticamente nueva, encabezada por Miguel Alemán Valdez en 1946. Pero quienes integraban esa nueva clase política no iniciaron allí, provenían de los estados de la federación, de donde habían despegado hacia la capital de la república. Venían escalando tiempo atrás, amarrando compromisos, haciendo grupos, porque nada en política es por generación espontánea.

Cuando en 1946 llega a la presidencia de la república Miguel Alemán Valdez, este ya había sido senador y gobernador de Veracruz, le había dirigido su campaña a Ávila Camacho y como Secretario de Gobernación tuvo la oportunidad de formar cuadros afines que posteriormente integrarían el “alemanismo” cuya influencia trascendió a sexenios posteriores.

En la vía institucional la movilidad política tuvo en las Cámaras legisladoras una importante fuente de recursos humanos, pues a la vez que se constituyeron en escala casi obligada para el ascenso político, en ellas se integraron fuertes grupos de interés en torno a compromisos. Como Secretario de Gobernación a Alemán le correspondió integrar la XXXIX legislatura de diputados federales (1943-1946); en esa Cámara estuvieron Ruffo Figueroa, Corona del Rosal, Carlos Serrano, Carlos Madrazo, Fernando López Arias, Gustavo Díaz Ordaz, Rafael Murillo Vidal, Teófilo Borunda, Fidel Velazquez, Jesús Yuren, Sacramento Joffre, Sánchez Madariaga y muchos más.

En 1946, como candidato a la presidencia de la república, Alemán dio el visto bueno para integrar la Cámara de Senadores que trabajaría durante su sexenio y en ella estuvieron Adolfo López Mateos y Díaz Ordaz, ambos llegaron a la presidencia de la república. También: Carlos I Serrano, Corona del Rosal, Fernando López Arias, Donato Miranda Fonseca, Teófilo Borunda, Fidel Velázquez, Jesús Yuren, Ruffo Figueroa y varios más que llegarían al gobierno de sus respectivos estados (el oficial mayor de esa cámara de senadores era el Lic. Rafael Murillo Vidal quien fuera gobernador veracruzano). Después, cada presidente formó sus respectivos cuadros, que se entrelazarían con los ya existentes y con los que surgirían en el porvenir; era “la familia revolucionaria”.

Al cumplirse el ciclo de 30 años, el presidente Luís Echeverría formó sus propios cuadros con el iluso propósito de desaparecer a los “viejos” políticos. Invitó a colaborar a muchos Jóvenes: Carlos Armando Biebrich, a quien luego defenestró del gobierno sonorense porque prefirió defender a sus coterráneos que participar en las componendas del Pacto de Ocampo. También estuvieron Porfirio Muñoz Ledo, Ignacio Ovalle, Cantú Peña, Fausto Zapata Loredo, Pedro Luís Bartilotti, Ignacio Pichardo, Ignacio Vázquez Torres, Ángel Bonifaz Ezeta, Guillermo Morfín, Manuel Iglesias, entre otros. En su afán de desaparecer lo “viejo” denostó a la antigua clase política y, por igual a los empresarios, los calificó como “emisarios del pasado”, apodo en el que cabía todo aquél que no apareciera en su proyecto transsexenal. Con tan mal fario que, cuando el futuro lo alcanzó, el dedo flamígero de la historia lo ha señalado como uno de los responsables de la masacre de Tlatelolco, y ni migajas quedan del pretendido maximato.

Un ciclo más se inició con Salinas de Gortari, con su anunciado proyecto de 24 años, “por lo menos”, en el poder. Pero, como ya se ha visto, las circunstancias no se le acomodaron, su equipo se fragmentó y Zedillo, como antes lo hiciera Cárdenas con Cálles, en legítima defensa, lo tundió de tal manera que la imagen de Salinas no inspira confianza alguna y está obligado a trabajar en lo oscurito.

Así parece que lo está haciendo empujando la candidatura de Enrique Peña Nieto para la presidencia de la república en un proyecto de relevo generacional de dimensiones nacionales. Tal se observa en Aguascalientes y Querétaro con gobernadores recién electos bastante jóvenes; al igual que en las ciudades de Monterrey y Guadalajara con alcaldes que no rebasan los cuarenta años. Es todo un bien armado juego político atribuible a una mente brillante, como siempre se le reconoció a Carlos Salinas de Gortari.

El próximo año electoral veremos esa tendencia en Oaxaca. En Veracruz ya lo estamos observando. Pero, como arriba decíamos, nada surge por generación espontánea y habrá que esperar a lo que digan otras fuerzas políticas.

Grupos políticos, clase política, son conceptos sociológicos que sirven para explicar realidades. Bueno es recordar que si bien en años anteriores hablábamos de clase política para referirnos a la nacida desde el PRI, única que transitaba los pasillos del poder, ahora debemos aludir indefectiblemente a grupos políticos nacidos en el PAN, en el PRD, en Convergencia, en el PT, en Nueva Alianza, en el Verde Ecologista, juntos conforman la clase política nacional.

El relevo generacional es un proceso de necesaria regeneración social imposible de atribuirlo a un solo individuo. El hecho de que quien eventualmente ostenta el poder tenga capacidad presupuestal para incorporar al trabajo a jóvenes no le concede capacidad para ejecutar un relevo generacional, acaso señala una renovación parcial de cuadros y grupos, lo otro sólo es posible cuando las condiciones de la sociedad lo permiten. Entonces, no hay que dar tantos brincos porque el suelo es parejo.

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2009





¿FINANZAS SANAS? ¿EFICIENTE ADMINISTRACIÓN?

Por Alfredo Bielma Villanueva



Cuando a un gobierno le interesa poner un determinado tema en la opinión pública le basta con promoverlo intensamente durante algún tiempo en los medios de comunicación y la porosidad de la mente del ser colectivo hará el resto; es un procedimiento rutinario sin inconvenientes éticos o morales. El quid del asunto radica en conocer si existe un propósito subyacente a la promoción y si ésta se implementa con miras a obtener un beneficio para el bien común o solo intenta encubrir fallas de carácter administrativo o de peor naturaleza.


Para nadie es un secreto- refiérese esto último a quienes investigan la cosa pública en la academia o a quienes saben leer entre líneas y no se orientan por oficiosas y bien pagadas promociones-que las finanzas públicas veracruzanas-estatales y municipales no están en bonanza, a pesar de la bursatilización del 80 y el 20 por ciento, respectivamente, del impuesto a la tenencia vehicular. En términos generales, lo anterior no es una situación privativa del estado de Veracruz pues un buen número de entidades federativas padecen similares penurias, con la diferencia de que esa mayoría no ha acudido al recurso de la bursatilización que implica, aquí y en China, contraer compromisos financieros obligatoriamente pagables; en el llano habitualmente se le llama deuda.


Aunque el gobernador veracruzano ya ha informado que en tres años hizo lo que tenía planeado hacer en seis no es tiempo aún de evaluaciones, más aún porque con ese gran inventario de realizaciones convocó a los ayuntamientos a bursatilizar el 20% que les corresponde del impuesto a la tenencia vehicular “para hacer más obras”. Habrá que esperar los tiempos de la verificación de lo que se dice, porque “del dicho al hecho hay mucho trecho”, acostumbran decir los mal pensados del llano que, ya ve usted, nunca faltan.


De inicio, una evaluación tendría que tomar en cuenta- en la relación costo-beneficio- los miles de millones de pesos que el Congreso ha aprobado a la administración estatal para cada ejercicio fiscal y contrastar los montos destinados a la obra pública durante los años que lleva el actual gobierno con las realizaciones. Para bien de la transparencia toda valoración es conveniente, más aún para ilustrar si el gobierno de Fidel Herrera ha sido bueno, regular o simplemente malo, en términos de resultados, se entiende, no de imagen ni de apreciaciones.


En cuanto a la preparación de la conciencia colectiva para acondicionarla a un determinado tema, lo pudimos observar durante la semana que transcurre pues no pasó desapercibida la insistencia del gobernador por declarar un día sí y otro también que a mas tardar el miércoles (12 de agosto) el gobierno federal anunciaría la bursatilización de las participaciones, haciendo especial énfasis en hacer creer que la Federación se atenía a la experiencia veracruzana, como si en verdad aquí se hubiera inventado ese procedimiento y realmente fuéramos un paradigma en la materia. Aunque no hemos leído ni escuchado a ninguna autoridad hacendaria federal informar sobre el particular, lo anunciado por el gobernador veracruzano debe ser cierto porque en eso coincide con lo declarado por Peña Nieto quien ha afirmado que por la vía de la bursatilización del fondo de contingencia los estados podían recibir recursos adicionales.


No se ha dado el anuncio por parte de la federación pero el gobierno estatal veracruzano ya no pudo aguantar más y nos dio la lamentable noticia sobre la iniciativa de ley presentada ante el Congreso veracruzano para bursatilizar las participaciones federales y con ello poder acceder a recursos cercanos a los 6 mil millones de pesos, lo que afectará la disposición de esas aportaciones por un término de 15 años. Está por demás esperar que en el Congreso se abra un espacio para razonar la aprobación de esa iniciativa, sería como pedirle peras al olmo, porque seguramente será aprobada ipso facto en todos sus términos a través del obsecuente mayoriteo.


Para que haya carro completo el gobernador ha anunciado su exhorto a los ayuntamientos a seguir similar procedimiento, a pesar de anunciar que muchos no han terminado de ejercer los recursos de la bursatilización.



Para nadie es un secreto que el Estado de Veracruz está formado entre los más pobres de la Federación, de allí que su autonomía financiera alcance apenas un 13.8%, muy por debajo de 25 entidades cuya dependencia de la recaudación federal es menor; eso sí, ¡qué alivio!, estamos por arriba de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Campeche y Tlaxcala. Sólo para referenciar diferencias, Baja California Sur tiene una autonomía financiera de 51.7%. Esta condición, por sí misma, obliga a la ciudadanía veracruzana a exigir a quienes gobiernan a que procuren mayor eficiencia y más cautela en la administración de los recursos que una economía empobrecida como la veracruzana apenas puede aportar.


De nuestro costumbrismo viene a la memoria lo que ocurría en los cines de antaño cuando la proyección de la película era defectuosa, entonces desde “la gayola” se escuchaban las protestas, “¡Cáacaroooo!, se gritaba. Al fin de la película los cinéfilos regresaban a casa comentando las ocurrencias de la trama y su imperfecta proyección, nada más sucedía. Pero el caso que nos ocupa es de la vida real, actuante, y en honor a la transparencia, no estaría por demás que se explique a la población el puntual destino de los recursos que se obtendrán después de la indefectible aprobación del Congreso, así como el porqué se acude a esta medida cuando insistentemente se nos había dicho que había finanzas sanas, porque ahora resulta que toda la culpa se le imputa al Gobierno Federal, como si éste fuera la partera del cuento.


No vaya a sucedernos lo que ocurrió con Luís Echeverría en el inicio y fin de su gobierno cuando, para tomar distancia de su antecesor y benefactor, se quejaba con sufridos aspavientos que le habían dejado una deuda pública de 4 ,263 millones de dólares, y seis años después terminaba su decepcionante administración con una deuda de 16 mil millones de dólares, de ñapa un peso devaluado, de 12.50 a 25.50 por dólar, y de pilón el país en llamas.


alfredobielmav@hotmail.com


Agosto 2009





DIVISIONES EN LA CÚPULA

Por Alfredo Bielma Villanueva



La reciente visita a Xalapa del laureado escritor Carlos Fuentes, combinada con los acontecimientos políticos del inmediato porvenir en nuestro estado, trae a la memoria lo que el escritor narró en una colaboración el año de 1993 acerca del comentario que le hizo a pregunta expresa el todavía presidente Salinas de Gortari, sobre lo ocurrido en la apretada elección de 1988. Cuenta Carlos Fuentes en su artículo que Salinas le confió que la división en la cúpula priísta fue provocada por novedosa idea de la “pasarela” en la que desfilaron los seis precandidatos a la presidencia de la república para la que finalmente él fue el escogido.


El procedimiento aquel había surgido a causa de la conmoción originada por la Corriente Democrática En un intento por abandonar el antiguo procedimiento conocido como “El Tapadismo” se puso en práctica en 1987 la idea de que quienes aspiraban a la candidatura presidencial por el PRI debían presentar sus respectivas visiones sobre el futuro del país, como un signo de apertura democrática al interior del PRI. Pero este ensayo dejó entre los no escogidos la íntima sensación de haber sido utilizados para proteger al elegido y verdadero “Tapado”. Al menos así lo dejaron entrever Manuel Barttlet y Alfredo del Mazo.


Con la ruptura histórica a cuestas por la expulsión de quienes integraban la “Corriente Democrática” Salinas emprendió una campaña en un entorno oposicionista en el que se temía más al candidato del PAN que a la improvisada reunión de las izquierdas, “enriquecida” por partidos considerados como pareestatales, como el PARM que había postulado a Cárdenas.


Fueron aquel proceso electoral de 1988 un parteaguas para el PRI y para la nación. Por principio de cuentas, mucho de lo que propuso la corriente democrática gradualmente fue estableciéndose en los procedimientos internos del Revolucionario Institucional. Colateralmente, el debate abrió espacios para que la ciudadanía participara con planteamientos sustentados en experiencias históricas que obligaron al gobierno salinista a iniciar reformas constitucionales y a la norma secundaria en materia electoral para crear instituciones que otorgaran confiabilidad y certeza a los resultados comiciales. Por la ciudadanización de esos instrumentos el gobierno dejó de ser juez y parte en la organización y calificación de los procesos electorales; un gran paso que es posible dimensionar en toda su magnitud oteando en la cumbre de nuestras gestas electorales.


Así podremos vislumbrar y comprender con meridiana claridad los frentazos que sufrió la oposición política ante los partidos oficiales desde la elección presidencial de 1929. En éste año la oposición perdió ante el iniciado Partido Nacional Revolucionario, en medio de las acusaciones de fraude y de violencia lanzadas por Vasconcelos y seguidores. En 1940 Juan Andrew Almazán y los almazanistas enfrentaron al gobierno y al joven Partido de la Revolución Mexicana y perdieron en reñidos comicios, calificados de fraudulentos, pero araban en el mar. En 1952, la oposición luchó en contra del partido oficial, heredero de los dos anteriores, y contaba apenas seis años de vida: el Partido Revolucionario Institucional cuando enfrentó desde su noviciado el duro embate de Miguel Henríquez Guzmán; pero Alemán, el presidente de la república, ya tenía bajo control todos los hilos del poder.


A partir de 1952, cuando la Revolución ya se había bajado del caballo, el PRI navegó sin problemas serios pues vivía un feliz amasiato con los “gobiernos emanados de la Revolución”. Hasta 1988 cuando Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y otros conspicuos priístas provocaron el cisma de la segunda mitad del siglo XX mexicano en las filas oficiales del ya para entonces no muy joven partido.


La historia narra la tenaz lucha opositora para terminar con el sistema de partido hegemónico, condición adquirida más por su relación simbiótica con el gobierno que por su cercanía con las causas de un pueblo atosigado por las recurrentes crisis económicas. Durante mucho tiempo fue el único partido “capaz de ganarle las elecciones al pueblo”, tal cual decía la conseja pública; un hecho histórico que el más acendrado de los priístas jamás podría desmentir.


Pero volvamos a la idea de este escrito. Salinas atribuyó las peripecias de su elección a la división en la cúpula de la élite política oficialista traducida en la expulsión de los cismáticos de la Corriente Democrática y los resquemores de “la pasarela”. Poco después vino la catástrofe del 2000 que, inducida o no por la sana distancia que pretendía separar aquella asociación PRI-Gobierno, provocó inestabilidad interna en la vieja estructura partidista que devino en el fin de la era hegemónica del Partido Revolucionario Institucional.


En 2006, cuando se soñaba de regreso a Los Pinos, la élite priísta demostró que no había aprendido la lección e incurrió de nuevo en los perjudiciales pleitos en la cúpula. Cuando Roberto Madrazo ganó la candidatura del PRI a la presidencia ya llevaba tras de sí el pesado lastre que le significaba el TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo) y la enlodada a Arturo Montiel, que salpicaba inevitablemente al propio partido. La salida de Elba Esther Gordillo del PRI provocó otro grave rompimiento, pues para nadie es un secreto el enorme peso político del Sindicato Nacional de Maestros, el más numeroso de América Latina. A la división se unió la traición de algunos gobernadores priístas y el resultado fue la estrepitosa derrota en el 2006.


Estos antecedentes pudieran explicar el porqué en el Estado de Veracruz se llevan a cabo acciones tendentes a evitar escisiones peligrosas que afecten la marcha triunfalista del PRI. No hay nada nuevo bajo el sol, la historia guarda, cual hojarasca seca, acontecimientos aleccionadores para quienes están en el centro de las decisiones o forman parte de la baraja sucesoria.


alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2009





UNA ANÉCDOTA PARA RECORDAR

Por Alfredo Bielma Villaneva



Es frecuente en el medio político mexicano inflar el ego de quien ostenta el poder o, de quien aspira a manejar más poder. Es un simple caso de condición humana y por lo mismo nunca podrá faltar la mentira, una terrible arma de doble filo. Es la preferida de quienes para escalar no vacilan en utilizarla, ya sea para quedar bien con el del poder, o ya para convertirse en su víctima propiciatoria, siempre que el resultado traiga la mejora que se busca.


“Me halaga, pero me gusta” solía comentar el Rey Sol cuando jocosamente relataba los piropos que durante el día había recibido de la larga cohorte cortesana que le rodeaba. Sabía el porqué de las adulaciones pero, al fin hombre, las toleraba y hasta las tutelaba a través del reparto de canonjías. Todo configura un lugar común en el contexto político de todos los tiempos y en virtud de ser parte de la patología humana su desaparición encontrará fin en la consumación de los tiempos de la humanidad. Un apasionante juego que en la vida real suele concluir el la temida frase ¡Muerto el Rey, Viva el Rey!

En México, como en el resto del mundo matices de por medio, es posible encontrar casos que demuestran la plasticidad del hombre cuando cae en el vórtice peligroso de los halagos y se transforma, para bien primero si se está en la cúspide , para mal después cuando la condición de dador mengua o se pierde.


Le sucedió, por ejemplo, a Oscar Flores Tapia, gobernador de Coahuila en el periodo del 1° de diciembre de 1975 al 30 de noviembre de 1981, que dejó inconcluso porque, acosado por una denuncia por enriquecimiento ilícito, tuvo que renunciar al cargo el 10 de agosto de 1981.



Poco antes del defenestro, cuando disfrutaba de las mieles del poder, de Flores Tapia se dijo mucho y la tinta que corrió para cantar las loas a su favor pudo haber llenado miles de garrafas: “Como presidente del PRI no se limitó a cumplir sus funciones dentro de una cómoda oficina. Salió a los barrios y a los campos, luchó contra la miseria y la enfermedad, llevando a sus conciudadanos el mensaje de esperanza de la Revolución…Fundó consultorios médicos gratuitos en casi todas las poblaciones de su amada patria chica, siendo su mayor empeño el buscar soluciones precisas a las precarias condiciones en que se debatían sus gentes”


“Es notable la capacidad de trabajo que desarrolla este gran coahuilense…hijo predilecto del estado de Durango y de Guelatao, cuna del Benemérito don Benito Juárez, es miembro además de la Legión de Honor que lo distingue como “Caballero de la Libertad”


“Muchos coetáneos de Oscar Flores Tapia recuerdan con admiración cómo, improvisando, conmovió a todos los que asistieron a sepultar los restos del inolvidable Cronista de la Ciudad de México y brillante coahuilense don Artemio del Valle Arizpe en el panteón de Santiago de Saltillo, mismo escenario que años atrás fuera cuna de las fatigas del niño aguador y cavador de fosas”, hoy convertido en gobernador.


Pero como “en tiempos de remolino lo que sube es la basura”, Oscar Flores Tapia terminó siendo “el depredador de Coahuila”, al ser acusado por enriquecimiento inexplicable, en base a que “nunca se le conoció habilidad en los negocios…lo cual es prueba evidente de que ha hecho fácil fortuna con la política y la gubernatura”, según dijo el periodista Armando Castilla Sánchez, propietario y director de la cadena de Diarios Vanguardia el 7 de mayo de 1981 ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y la Procuraduría General de la República.


El hombre fuera de serie, que se gloriaba de ser “un hombre de 68 y parezco de 58, a lo más de 60” se quebró y renunció. Atrás quedaron los días de vino y rosas y como en mágica proyección cobró vigencia “Vida, Pasión y Muerte de Cástulo Ratón” de su autoría, publicado en 1945, en donde hace exclamar a uno de sus personajes:


“Maldita la hora aquella en que me creí de los consejos que un grupo de vagos y desocupados de mi pueblo me dieron haciéndome ver que mi persona era indispensable en la actividad política local, como uno de los medios para dar al traste con bribones, cacique y demás (…) Es usted, me aseguraban los , la persona más indicada para lograr el renacimiento de las altas virtudes cívicas de nuestro sufrido pueblo…” Todavía más, como premonición tragicómica había escrito: “La imprenta es el arma más formidable de la actualidad y un periódico tiene mayor poder de destrucción que una bomba atómica. Su pequeña imprenta es la clave para derrotar a los conculcadores de la voluntad ciudadana”.


En su toma de posesión, el primero de diciembre de 1975, ante el Congreso local e invitados entre quienes se encontraba el presidente Echeverría, Flores Tapia había sentenciado: “Mi gobierno no tolerará, bajo cualesquiera circunstancias, que nadie, a ningún título, desvíe la aplicación de los fondos públicos”.


Seis años más tarde, el 10 de agosto de 1981, en el “palacio Rosa” privaba tal silencio que era posible escuchar el volar de las moscas, que suplían al dulce rumor de los encantadores, añejos y evocadores halagos.


alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2009




DUDAS SOBRE LA DEUDA

Por Alfredo Bielma Villanueva


Viva Veracruz es el encabezado de la carta que publicó el PAN en los diarios veracruzanos el día 27 del julio. En ella, en primera instancia reconocen haber cometido errores de estrategia en el proceso electoral pasado que, según ellos, en números absolutos no les fue muy adversa pues analizan que la votación a su favor aumentó respecto de la anterior inmediata y que la del PRI descendió en 200 mil votos. Por el PAN votaron 900 mil ciudadanos y obtuvieron mayoría en 10 cabeceras distritales, si bien es considerable la diferencia de curules a favor del PRI. Agradecen a la ciudadanía veracruzana el apoyo de sus votos no sin dejar de subrayar la ejecución por parte del gobierno estatal de medidas “como el avasallamiento de los opositores usando ilegalmente toda la fuerza y los recursos del Estado”. Rematan el texto advirtiendo sobre un potencial préstamo que presuntamente hará el gobierno del estado en una cantidad que cifra los diez mil millones de pesos “para pagar las deudas derivadas de todo lo que gastaron en campañas”. Aseguran que se opondrán “junto con otras fuerzas democráticas” a la autorización de dicho crédito y, además, hacen un llamado a no permitir que en Veracruz el cargo de gobernador se convierta en prebenda hereditaria; “el cargo de gobernador es temporal y no se hereda: No es un trono”; así claman quienes suscriben la carta, en la que por cierto destacan ausencias como la del dirigente estatal del PAN, la del diputado Buganza y la del senador Bueno Torio, los dos últimos aspirantes a la candidatura al gobierno del estado, al igual que Miguel Ángel Yunes Linares quien sí firmó al calce del texto referido.


Hace tres años el PRI se quedó con seis distritos electorales (Tantoyuca, San Andrés Tuxtla, Orizaba, Zongolica, Coatepec y Xalapa Urbano), contra cuatro de la coalición Por El Bien de Todos y 11 del PAN. Los datos decían que el ‘voto duro’ del PRI lo mantuvo en segundo lugar en la mayoría de los distritos con 943 mil votos contra 925 mil del PAN, y 836 mil de la coalición PRD-PT-Convergencia. Para la elección de este año la conducta electoral del veracruzano se orientó hacia el PRI, aunque con muy poco margen respecto del PAN. Un distrito que se complicó fue el de San Andrés Tuxtla, en donde el PRI ganó en el cómputo final por sólo 300 votos a la coalición Por el Bien de Todos y el veredicto final lo hizo el Tribunal Electoral.


Los resultados de aquella elección fueron: 943 mil votos para la Alianza por México; 925 mil en favor del PAN y 836 mil de la coalición PRD-PT-Convergencia. Estos son los números que pueden dar base a la comparación con los resultados actuales.


En lo que corresponde a la contratación del préstamo, la respuesta llegó de parte del diputado electo por Córdoba quien afirmó que lo del préstamo es una mentira, son “falsedades y ataques sin fundamento” y solo pretenden “lastimar la imagen del mandatario estatal y de Veracruz”. Refirió que lo del supuesto crédito es una falacia porque dentro de las opciones para hacer frente al recorte de participaciones federales no “se ha planteado la contratación de deuda pública”. Los ataques contra el mandatario se deben-dijo- a que “el gobernador es el gran activo de nuestro partido, y están aterrados frente a la elección que viene”.


Hasta allí todo estuvo muy bien, su postura de respaldo hacia quien ha sido su jefe dice bien de una actitud de lealtad y agradecimiento. En donde parece que deja la puerta abierta a la posibilidad del crédito es cuando dice que la disminución de los ingresos federales por 3 mil millones de pesos tiene que ser recuperada "porque hay proyectos de crecimiento y desarrollo que están sustentados en esos ingresos que la Federación nos suspendió, por lo cual el Gobernador del Estado está ocupado en la resolución de este problema, mediante la puesta en marcha de esquemas financieros alternativos que den más recursos a la entidad y a los municipios".


Por otro lado pero en el mismo sentido, en su colaboración semanal de los miércoles en un Diario xalapeño, el gobernador participa que no se contratará deuda pública y asegura que dejará finanzas sanas en el estado; es palabra de gobernador y habrá que concederles crédito. Pero, y en política los peros cuentan enormemente-si no fuera así no sería la primera ocasión en que no se cumpla lo que un político afirma, porque debe reconocerse que en materia de políticas públicas sobre todo en tiempos de crisis económica, la dinámica de los acontecimientos hacen altamente susceptibles de variar cualquier prospección a mediano o largo plazo. En el escrito del gobernador se afirma que en el estado no existe deuda pública, y aquí nos deja en el difícil predicamento sobre a quien creerle, si a lo asentado en el artículo en comento o a la Secretaría de Hacienda que en mayo pasado hizo publica una información acerca de la deuda pública de los estados y allí se registra para Veracruz una deuda de 9 mil 169.7 millones de pesos para fines del años pasado.


Si empatamos esa información con la de abril de 2008 en la que se informó de una deuda por 7 mil 974 millones de pesos y algunos legisladores locales pedían la comparecencia del secretario de Finanzas para que lo aclarara, entonces las dudas sobre la deuda se acrecientan.


Si existe la deuda que aquí se comenta dejemos el tiempo dilucidará quien habla con la verdad. Por lo pronto, debemos confiar en el dicho del gobernador acerca de que no se concertará un nuevo préstamo, sería gravoso para el pueblo veracruzano.


De cualquier manera, no deja de causar desazón la posibilidad de que si hubiera la propuesta ante el Congreso esta se aprobara debido a la maleabilidad de la mayoría parlamentaria local frente a los dictados de otro poder. Porque si bien en teoría son representantes populares y como tal les corresponde tomar acciones que beneficien a la colectividad, su reconocida obsecuencia no les permitiría abordar el asunto con la seriedad y el compromiso que corresponde a su elevada función. Una reflexión esta última de la que bien quisiéramos abjurar.


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Julio 2009