ANALOGÍAS

Alfredo Bielma Villanueva




“El camino de la organización municipal es un duro y esforzado camino hacia el poder”, decía Manuel Gómez Morín el fundador del Partido Acción Nacional. En la lógica de su razonamiento se dieron años más tarde los triunfos de los tres primeros gobernadores del PAN, dos por la vía electoral: Baja California y Chihuahua y uno interino, por la concertacesión, en Guanajuato; previamente los tres se habían desempeñado como presidentes municipales en importantes ciudades: Ensenada, Ciudad Juárez y León, respectivamente.


Anteriormente, en 1967, el gobierno no había tenido otra opción que reconocer los triunfos panistas en ocho municipios, todos del estado de Sonora: Cumpas, San Miguel Horcasitas, Cucurpe, San Pedro de la Cueva, Bacoachi, Santa Ana y Opodepe. También, por primera vez en la historia posrevolucionaria y de la vida política del PAN, se reconocía su victoria en una capital estatal: Hermosillo; cuatro meses después vendría la segunda: Mérida, en Yucatán. Un largo y esforzado camino hacia el poder, ni duda cabe.


Un axioma que la realidad enseña es que el ejercicio del poder desgasta en proporción directa de las acciones de quien gobierna. Esta es una de las razones por las que se usa, aunque con frecuencia se abusa, de los medios de comunicación para cambiar imágenes y ocultar defectos. Pero pocos son quienes realmente distinguen entre la realidad y la ficción pues el pueblo, no en su connotación sociológica, sino considerado como masa amorfa sin capacidad para la reflexión, absorbe el bombardeo periódico del que es objeto y sucumbe en el sentido que se le dicta.


Por el contrario, mientras se aspira a la toma del poder cualquier crítica u observación hacia quien lo ejerce es valedera si de menguarle autoridad se trata. Así es el ejercicio democrático del poder, aceptar las críticas y las embestidas del adversario; incluso las motivadas por el deseo de desplazar a quien lo ejerce. Así es la democracia en un Estado de Derecho y quien tiene la autoridad debe esforzarse por retenerla, cuidando de no desacreditar su actuación con acciones que demeriten su ejercicio público; pero el poder corrompe, dice vox populi.


Fueron muchos años durante los cuales el PRI permaneció en la cúspide; lógicamente hubo relevantes éxitos pero también estrepitosos fracasos, que al final fueron evaluados por la ciudadanía a la hora de depositar el voto. Ahora toca al PAN recibir la cuota correspondiente de críticas, muchas de ellas referidas al autoritarismo o a la corrupción porque, en última instancia, quienes ejercitan el poder con sus siglas, son individuos surgidos de la misma cultura nacional de la que han brotado los priístas, los perredistas, los convergentes o los pevemistas. Como diría Carlos Marx: "A una determinada sociedad civil, corresponde un determinado Estado Político, que no es más que la expresión oficial de la sociedad civil". La corrupción y el autoritarismo, son un denominador común entre nosotros, una variable sociológica de la estructura social. Así podría percibirse en el caso concreto de Veracruz puerto, que ahora ocupa los titulares periodísticos de la región.


A juzgar por lo que está en juego, lo de menos es el destino que le depare al ex alcalde jarocho José Ramón Gutiérrez de Velasco en el asunto de la demanda en su contra por incumplimiento de un deber legal; una cuestión derivada del ejercicio autoritario del poder, cuyas consecuencias en el marco de un estado de derecho no deben sorprender a nadie. Lo de ahora es una secuela de su paso por el servicio público que sólo a él compete resolver ante los juzgados correspondientes. Por el alcance de su difusión y el momento político en que se da, su caso recuerda al de Efrén López Meza en 1994 cuando al término de su responsabilidad al frente de la alcaldía veracruzana fue sometido a un intenso fuego en el que el desprestigio de su persona era el blanco principal. La exhibición de aquel alcalde como un político corrupto y como ejemplo de administraciones priístas, formó parte de la estrategia para transferir el mando municipal del PRI al PAN, tal cual se manifestó en las urnas tras el bombardeo mediático.


En lontananza se observa con claridad que si realmente se hubiera deseado castigar judicialmente a Efrén López Meza lo hubiéramos visto tras las rejas, pues no era difícil dar con su paradero; pero el tiempo demostró que la idea era crear un ambiente de desdoro para una administración priísta que facilitara el proyecto salinista de entregar Veracruz a otras siglas. Pocos recordarán aquél programa denominado “de las cien ciudades” del que el Partido Acción Nacional hacía gala anunciando sus victorias en importantes localidades. Por su aplicación, ciudades cómo Aguascalientes, Guanajuato, León, Querétaro, Mérida, Veracruz etc. pasaron a formar parte de su patrimonio político.


Antes de proseguir, es preciso dejar asentado que citar por analogía los casos de López Meza y Gutiérrez de Velasco y argumentar la campaña en su contra ni es para exculparlos ni es para asignarles un rol en la corrupción, pues no corresponde ni al espacio ni a la instancia; es sólo para enmarcar una situación política que bien merece un detenido análisis y porque vale de ejemplo para situarnos en posibles escenarios para la próxima elección y saber si el escándalo podrá influir en el resultado electoral.


Al igual que el PRI lo hizo en sus mejores tiempos, el PAN mantiene en las ciudades de Veracruz y Boca del Río una estructura clientelar que se presume mantiene con los recursos del ayuntamiento y también con los programas de perfil social de la federación. Desde el responsable de calle, de manzana o de colonia, o de organizaciones, todos inician antes de la elección una operación de apoyos directos: botes de pintura para pintar casas en calles y colonias enteras, pavimentación, introducción de drenaje, subsidios a dirigentes de colonias, distribución de despensas y de láminas en las colonias más menesterosas, permisos transitorios para bares o cantinas, etc. todo dentro del más estricto imperio de la ley; hasta donde esto pueda ser posible.


¿Qué otra explicación se puede encontrar a las derrotas sufridas por la candidata del PRI a diputada federal por Veracruz y el candidato de la coalición “Por el bien de todos” en Boca del Río, en la reciente elección federal? Si reflexionamos acerca de la intensa campaña mediática de la candidata priísta, que acompañó con una extraordinaria inversión de recursos, comparada con el bajísimo perfil de su contrincante panista que, sin embargo la derrotó, habría que preguntarse el por qué. Por otro lado, recordemos que el candidato a diputado en Boca del Río postulado por la coalición “Por el bien de todos”, que contaba con una aceitada estructura que armó durante los tres años de su administración municipal, fue derrotado por una campaña previa alusiva a su administración y por un candidato que, si bien igualmente fue alcalde del lugar, mantuvo en su desempeño público una conducta más que retraída, habrá entonces que buscar las verdaderas causas, más que de la derrota, de la victoria obtenida por los vencedores de los comicios.


Estructura sería la respuesta; pues se requiere de una organización eficiente para canalizar los apoyos así como mantener el control del votante y de las urnas; además está la determinante actitud de no ceder un ápice, tal como lo expresan en su conducta hacia el poder estatal. Si bien la política es de circunstancias, lo que es hoy mañana no, si el PRI, Convergencia o el PRD no cuentan con ese esquema en la conurbación, aún juntos poco podrán conseguir, independientemente del candidato que lancen y de las campañas que se enderecen.

Enero 2007







LAS LECCIONES DEL PASADO Y EL PAN


“Quien controla el pasado controla el futuro; Quien controla el presente controla el pasado”. George Orwell.

Alfredo Bielma Villanueva




Siempre se ha afirmado que la institucionalización del movimiento armado de 1910 inició con la creación en 1929 del Partido Nacional Revolucionario, se consolidó como gobierno con el Partido de la Revolución Mexicana (1938) y se Institucionalizó con el Partido Revolucionario Institucional (1946). “Abuelo” y “Padre” tuvieron existencia efímera y sólo alcanzaron a postular para la presidencia a dos candidatos el primero y a uno el segundo: Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas el PNR y Manuel Ávila Camacho, el PRM. El PRI llevó a nueve de sus candidatos a la presidencia, hasta que el desaguisado del año 2000 interrumpió la secuencia.


Con el Partido Revolucionario Institucional ha convivido en confrontaciones políticas el Partido Acción Nacional (1939), apenas un año menor que aquél. Ha sido este último partido el que le ha rebatido al PRI su forma de gobernar y el que compitió en no pocas ocasiones con extremas condiciones de desventaja que lo llevaron a expresar públicas manifestaciones de inconformidad y de resistencia en reclamo de triunfos presuntamente obtenidos. Pero esto último sucedió algún tiempo después de su fundación; ya habían pasado los años del almazanismo (1940) y del enriquismo (1952), eventos electorales cubiertos con el manto del sospechoso fraude electoral maquinado desde un sistema de presidencialismo autoritario y de Partido Único cuya vocación le impedía reconocer otro triunfo que no fuera el suyo.


La historia registra que fue en Baja California, en tiempos de López Mateos, cuando Salvador Rosas Magallón obtuvo tal convocatoria en su proselitismo político panista para la gubernatura que hubo necesidad de encarcelarlo para evitar que hiciera más ola oposicionista. Que se recuerde fue la primera gran contienda del panismo en la provincia mexicana.


En 1957, el PAN postuló a Luís H. Álvarez como su candidato a la presidencia. Durante la campaña en la que contendía contra López Mateos del PRI, Álvarez proclamaba que su partido era “la única institución digna de regir las banderas de la revolución” porque-decía- el gobierno era incapaz de controlar la inflación pues se quería detener el alza de precios por decreto. Se quejaba el candidato panista de que durante su campaña con frecuencia se interrumpía el fluido eléctrico mientras él hablaba al público; o bien encontraba magna voces que a todo volumen impedían el desarrollo de los discursos. Frente a lo que consideraba un anticipado fraude electoral, acusó a la Comisión Federal Electoral de estar coludida con el PRI y como consecuencia el PAN decidió que su representante ante esta Comisión, Rafael Preciado Hernández, se retirara del órgano electoral.


El episodio coincidió con el intento de la Unión Cívica Potosina para ganar el gobierno de San Luís Potosí con el Dr. Salvador Nava como su candidato. Campaña que terminó, como suele ocurrir en las luchas por el poder, con violentas manifestaciones de protesta que no impidieron gobernar al PRI.


Poco a poco el Partido Acción Nacional fue tejiendo su futuro con participaciones en eventos electorales en los cuales con frecuencia no alcanzaba a derrotar a partidos más jóvenes, como el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana o el Partido Popular Socialista; tal y como sucedió en las elecciones municipales de 1976 en Coatzacoalcos, en donde el PARM triunfó arrollando al PRI y, por supuesto a los demás partidos contendientes, convirtiéndose, al menos por uno o dos años más en el Partido dominante en aquel municipio, hasta que la “negociación” timbró en los bolsillos de la dirigencia nacional de aquel membrete.


La historia de las contiendas en las que el PAN empezó a cosechar grandes triunfos en el estado de Veracruz, empieza realmente en 1994. En las elecciones de aquel año el PRI obtuvo 930 mil votos, el 52% de la votación; pero el PAN con el 16% de la votación total, sorprendió ganando el municipio de Veracruz, que era la joya de la corona y 18 municipios más: Córdoba, Orizaba, Perote, Naranjos, Zontecomatlan, Tlacojalpan, Chumatlán, Acatlán, Tlacotepec de Mejía, Tepetlán, Río Blanco, Fortín, Tlacotalpan, Zozocolco, Mecatlán, Gutiérrez Zamora, Fortín, Ixmatlahuacan y Rafael Delgado.


Ante estos extraordinarios triunfos, el dirigente estatal del Partido Acción Nacional, Cesar Leal Angulo, expresó que los resultados electorales en Veracruz “sorprendieron y conmocionaron a la Nación” y que el triunfo era considerado por la dirigencia nacional panista como mas importante que la Gubernatura de Guanajuato. Así empezó la historia moderna del PAN en Veracruz y para explicarla en una dimensión más precisa haría falta analizar los antecedentes y el contexto nacional y local en el que se dieron esos triunfos. Como aquel de Yucatán…


Fue en 1967, después que el 12 de julio el presidente Díaz Ordaz anunció la decisión de suspender las obras federales en aquel estado, en tanto no se cubrieran los gastos que originó la introducción del agua potable en la capital yucateca y otras poblaciones del estado, porque la ciudadanía se negaba a pagar por considerar elevadas las tarifas que se pretendían cobran.


Indignado por la medida, el Director de El Diario de Yucatán recogió el sentir ciudadano e inició una investigación que descubrió un enorme fraude por parte de las autoridades encargadas del programa de introducción del agua potable. El sector oficial prestó oídos sordos al reclamo y ni uno de los diputados locales hizo eco de él pues la legislatura local, estaba en ese entonces integrada únicamente por priístas.


Ojo a visor, el Partido Acción Nacional hizo suya la bandera de la inconformidad popular y encabezó la lucha contra el fraude y por la abolición de las altas tarifas impuestas para cubrir el elevado costo del agua, prometiendo desaparecerlas si su candidato a la alcaldía contaba con el apoyo popular.


Solidario, el Diario reportea la campaña del candidato panista a la alcaldía de Mérida, Víctor Manuel Correa Rachó quien, en noviembre de 1967, ganó la elección con margen de tres a uno respecto del PRI. Con el apoyo del Diario de Yucatán que difundió con profusión el triunfo panista fue difícil para el gobierno no reconocerlo e, históricamente, Correa Rachó se convirtió en el primer candidato de oposición que en el siglo XX ganó la alcaldía meridense.


En noviembre de 1968, ya convertido en candidato del PAN al gobierno de Yucatán, Correa Rachó, según el Diario de referencia, ganó con margen de cuatro a uno el proceso electoral, al que calificó de “gigantesco fraude electoral” porque no se reconoció la victoria panista.


Así se escribe la historia, con eventos aparentemente aislados, pero que vistos en un contexto global explican la razón que los produjo y, todavía más, esclarecen los hechos subsecuentes.


(A propósito, fue el problema de abastecimiento del agua para consumo humano el que sirvió al PAN para obtener el triunfo en el municipio de Aguascalientes, cuya población excede el 50% del padrón electoral de aquel Estado por lo que, después de la alcaldía, la consecuencia lógica fue la gubernatura. La historia enseña).
Enero 2007


























LA POLÍTICA-LA ECONOMÍA, EL PRI: BEATRIZ PAREDES
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Alfredo Bielma Villanueva





La interacción dialéctica entre la economía y la política es literalmente comprobable en el caso de nuestro país si comparamos la situación política en los tiempos de la economía cerrada, de acentuada intervención del Estado en la conducción económica del país, con la nuevas condiciones políticas en el apogeo neoliberal de economía abierta, globalizada, con un Estado apenas regulador, “adelgazado”, después de haber enajenado más de 800 empresas que eran de su propiedad.

En la economía mixta del desarrollo estabilizador, la de la sustitución de importaciones, teníamos un Estado regulador con determinante intervención en la economía, con una estructura política en la que el presidencialismo autoritario era prácticamente el factótum de todo. Sin pesos ni contrapesos que atendiera lo que en la teoría debía ser la separación de poderes, federalismo hipotético centralismo real, unipartidista, y un Poder Legislativo totalmente subordinado al Ejecutivo. Por el contrario, observamos en la Economía globalizada, con predominio de las condiciones del TLC, limitaciones al Ejecutivo por parte de un Poder Legislativo que interviene, ahora sí, en importantes procesos que tienen que ver con la política económica del país; aunque relativa, una mayor participación ciudadana en eventos electorales; elecciones organizadas por órganos electorales ciudadanizados que, aún con sus evidentes fallas, contribuyen a transparentar y dar certidumbre a los procesos que enmarcan la participación ciudadana para encauzar el cambio pacífico y ordenado de poderes.

Ante la transformación que social y económicamente se ha experimentado en México el PRI no tuvo capacidad para ajustarse a esos cambios. Sus vicios corporativos chocaron con una realidad en la que sus políticas clientelares ya no tenían cabida y en ese tenor se fue desfasando entre su discurso y sus acciones. Por un lado la retórica revolucionaria apegada a los principios de la justicia social y principios de la Revolución Mexicana y por el otro la supeditación y soporte para las políticas gubernamentales que implantaban el neoliberalismo económico, plenamente antagónico con su original declaración de principios.

Si bien la vida de las instituciones como toda creación terrenal fatalmente debe llegar a su fin, en asuntos de política el desenlace es incierto y respecto del PRI, acaso se ocurra pensar en una vida aún más larga. Ello puede ser posible si nos atenemos a lo formal, pero nada real si nos ocupamos de la existencia de esa extraordinaria institución política a la que sus variados avatares la han venido convirtiendo en otro diferente, y en lo que las condiciones sociopolíticas del México y el mundo actual le imponen.

¿Quién podría seriamente sostener que el PRI actual es el mismo de cuando Alemán, Ruiz Cortines, López Mateos, Echeverría o López portillo; si aún en cada uno de estos sexenios tuvo las características que el estilo de gobernar de cada presidente le imprimió? ¿Podría alguien contradecir a la realidad argumentando que el PRI de De la Madrid, Salinas o de Zedillo fue el mismo que el de los cinco primeros presidentes citados? ¿Es el PRI, ya fuera de la presidencia de la república, el mismo que recordamos imbatible?

Lo que es seguro es que las relaciones entre la sociedad y el Estado son diferentes desde la aplicación del modelo neoliberal. Esto obviamente ha introducido variados cambios que incluye la relación de los partidos entre sí; la relación del gobierno y los partidos y la influencia de estos en la participación ciudadana. El ascendiente del PRI en el acontecer nacional ha variado sustancialmente; para empezar, a su interior el corporativismo clásico desapareció; los sindicatos ya no son la parte organizada más importante de su estructura y los campesinos, de pronto, perdieron su vocación para los mítines y su sector popular tiene la brújula perdida en su inquietante dispersión, a la que su desparramada versatilidad le condena. De los empresario ya ni hablar, por el paso de los años flaquea la memoria de quienes escuchamos al propietario de televisa decir que era un soldado del PRI.

Ahora quieren los dueños cupulares del PRI regresarle el poder que perdió; pero lo están haciendo sin vertebrar sus acciones con la sociedad a la que una y otra vez mandan mensajes de su voraz apetito por el poder. En estas condiciones será difícil resolver el dilema. Hace seis años, recién se perdió la presidencia, se escucharon voces alentando a levantar el orgullo pisoteado, dolía la amarga experiencia:

A preguntas expresas sobre aquel dramático episodio el ex presidente López Portillo respondía OEM:

P. “¿Qué es más difícil, perder o volver a levantarse?”

JLP: “Va a ser muy difícil volver a levantarse. ¡Claro! Requerirá de una fuerte voluntad, determinación y solidaridad”.

P.”¿El presidente tiene realmente el poder para vender el país como sus zapatos?”

JLP: “El poder lo tiene el pueblo y la conducción política le corresponde al presidente…”

P. “¿Cómo se siente e estos momentos?”

JLP: “No puedo estar contento. Lamento profundamente que en la política nacional hayamos llegado a estos extremos”.

P.”¿Cómo explica ese dolor”?

JLP: “Me lo explico como hazaña del propio partido que tuvo la honestidad de establecer un régimen jurídico y que permitió a la oposición reaccionaria llegar al poder”.

En un documento al que tituló “La Alternativa Priísta, Reforma Democrática Integral o el Gatopardismo Fulminante” el gobernador tabasqueño Roberto Madrazo expresó: “Que la maña no atropelle a la inteligencia y a la sensibilidad. Seamos por fin capaces de asumir con hmildad la elección de la sociedad a la que queremos representar y servir”. Proponía la construcción de un nuevo Pacto Político “que permita incluir la transición y asegurar la normalidad democrática. (…) Se tiene la posibilidad de reconstruir al partido desde la oposición y regresar, sin ataduras democráticas a la vanguardia del cambio nacional”.

“…Miles de ciudadanos se hartaron de la simulación, la cerrazón de espacios reales de participación y la defensa ciega de políticas y decisiones impopulares… miles de priístas se han cansado de llevar a cuestas las carreras políticas de arribistas y simuladores…se debe reconocer y apremiar la democracia interna y legítima aspiración de los militantes priístas.” Pero continuaba: “De qué nos sirve si es nombrado desde la cúpula…El PRI no puede seguir siendo patrimonio de un grupo. Esa concepción nos costó muy cara. Sería aberrante obstinarse en preservar los viejos moldes”. “No le tengamos miedo a la democracia o la marea de la nueva realidad nos pasará encima. Resistirse al cambio es suicida.” (OEM)

Por su parte, Miguel de la Madrid, optimista decía: P. “¿Aprovecharán la oportunidad para aplicarle al PRI la eutanasia?”

MdM: “El PRI perdió las elecciones, de acuerdo, pero tuvo 13 millones y medio de votos. No podemos dejar morir al PRI. Seguimos conservando 20 gubernaturas y mantenemos una presencia en Congresos locales, presidentes municipales, en fin, el PRI no quedó en estado de agonía para que le apliquen la eutanasia, como usted le llama”. (OEM)

¿Aprendió el PRI la lección? ¿Se podrá ajustar ahora sí a las condiciones sociales, económicas y políticas actuales? De la capacidad que demuestre para conseguirlo dependerá su futuro y su existencia. Lula en Brasil, Ortega en Nicaragua, Allende en Chile son ejemplos de perseverancia y congruencia política; regresaron desde la derrota al poder. Salvador Allende fue a las urnas por primera vez en 1958 y fue derrotado por Jorge Alessandri, pero obtuvo el 26.5%. En 1964 nuevamente participó y su patrimonio electoral ascendió al 38.6% pero insuficientes para superar el 55.6% de Frei Montalvo. Por tercera ocasión participó en 1970 y Allende cosechó el 34.6% de la elección, apenas superando al 34.9% de Jorge Alessandri; empero, el democristiano Rodomiro Tomic con su 27.8% apuntaló a Allende elevándolo a la presidencia trágica.

Pocos actores hay en el panorama de la clase política nacional que dimensionen con exactitud el presente y el futuro de México, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho Solís, destacan entre otros. Habrá que agregar sin lugar a dudas a Beatriz Paredes Rangel, quien ya lo ha demostrado no tan solo en el discurso conceptuoso sino con actitudes de congruencia en su práctica política. Sería ella, si la clase política priísta y los grupos de intereses creados al interior de su partido se lo permiten, la punta de lanza que esa organización requiere para salir adelante en su reencuentro con la sociedad mexicana, de cuyos intereses por muchos años se alejó arropando a De la Madrid, Salinas y a Zedillo para instalar el neoliberalismo, sin importarle el destino de los más desprotegidos que fueron según el tradicional discurso revolucionario, la razón de su origen.






Enero 2007













¡ARRANCAN!
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Alfredo Bielma Villanueva



La fecha que da inicio al proceso electoral del presente año en Veracruz fue enmarcada por los reclamos de los dirigentes del PRI, PRD y Convergencia acerca de un presunto Instituto Electoral Veracruzano empanizado; mala señal en tiempos en los que el resultado de las votaciones no se presentan muy holgados e introduce un elemento vital: la desconfianza. Esto último representa un contrasentido a los motivos que dieron origen al órgano electoral, pues su razón de ser es precisamente la de otorgar seguridad, transparencia, lejos de cualquier pizca de suspicacia. No olvidemos que por la crisis de representatividad y escasa convocatoria partidista los problemas de legitimidad son más recurrentes.


Mientras tanto, poco a poco, paulatinamente, se irá conociendo la manera en cómo cada uno de los partidos políticos ha planteado sus respectivas estrategias electorales para la contienda de septiembre próximo. Según sus circunstancias obviamente tratarán de sacar el mayor beneficio posible, algunos tendrán que escudarse con el recurso de las alianzas, a las que, excepto el PAN, ningún otro partido ha declarado que no vaya a recurrir a ese expediente.


El Partido Acción Nacional es en el Estado de Veracruz el que cuenta con un mayor número de alcaldías en su poder; en términos de la población gobernada por el panismo en el nivel municipal, es considerable la proporción de veracruzanos que están bajo su égida. Este es tal vez el motivo por el que el dirigente estatal ha señalado que obtendrán triunfos en la mayor parte de los 212 municipios. Alguna razón de peso más que el simple optimismo lo avalará, lo cierto es que un hecho incuestionable es que el ejercicio de poder desgasta y si los alcaldes de su partido no han sabido allegar beneficios y satisfactores a sus gobernados, será difícil obtener la ratificación del mandato. Además, no es ocioso repetir que desde que el PRI ya no es hegemónico cada elección es diferente.

Qué decir del Partido Revolucionario Institucional, que de la hegemonía absoluta derivó a la oposición y se encuentra en el más que difícil trance de recurrir a las alianzas, sin las cuales se antoja pensar que no pasaría la prueba. Diagnóstico patético para un dramático fin de su era. Ya no es este el Partido a vencer, el otrora todopoderoso órgano político que derrotaba a quien se le pusiera enfrente, cual locomotora imparable, con mecanismos impecablemente aceitados, ya no lo es más.


Formalmente, el PRI no es oposición en el Estado de Veracruz, si se considera que el gobierno estatal lo detenta un priísta. Sin embargo, su rala presencia en gobiernos municipales, su disciplinada bancada en el Congreso local para la que el PRI solo existe en tiempos electorales, su estructura estática, su ancestral disciplina para esperar la línea, su dependencia de viejos cacicazgos, su incapacidad para retener cuadros de militancias comprobadas, su desencuentro con las múltiples obras del gobierno, etc., no le han sido suficientes para reposicionarse.


Por el contrario, se observa cómo el panismo ha ido ocupando espacios de poder, tal y como lo denota su recia presencia en órganos tan importantes como el Orfis y, peor para los efectos de una elección, en el Instituto Electoral veracruzano; ya desde 2004 se habían adueñado de la Comisión de Vigilancia del Congreso estatal. Se antoja argumentar que, sin ser gobierno en Veracruz, su peso específico es incomparablemente más productivo y sólido que el del Partido Revolucionario Institucional.


Como ya se estableció, el ejercicio del poder desgasta, el poder tiene un precio y, en el caso del gobernador veracruzano, aunque su dinamismo personal es manifiesto, se nota un acentuado desfase entre su hiperactividad y la de su partido. No hay correspondencia entre una y otra acción y aunque no faltará quien afirme que no es imprescindible por la diferencia de ámbitos de cada cual, partidista uno, de gobierno el otro, sería una apreciación errónea porque, en este caso, legítimamente el primer interesado de que el PRI o su proyecto avance es precisamente el propio ejecutivo estatal.


Aquí es donde interviene con notoria importancia la presencia y la actuación del Partido de la Revolución Democrática y el Partido de Convergencia. Particularmente este último, considerando que su dirigente nacional es veracruzano y aspirante al gobierno del Estado. Ya se está haciendo histórica la alianza entre el PRD y Convergencia, ambos se requieren; aquel porque las divisiones a su interior le han obstaculizado el avance y no ha podido trascender con su militancia a sectores más amplios de la población y Convergencia porque Dante Delgado debe consolidar su plataforma de acción para sus propósitos de suceder a Herrera Beltrán.


Como el gobierno del Estado está en el centro, entre el PAN y los demás partidos, y requiere de ultimar alianzas, la tendencia más lógica será hacia el PRD y Convergencia, un razonamiento que estos entienden con el pragmatismo que es moneda de curso común en la actualidad. Serán alianzas circunstanciadas porque para ellos ahora el adversario a vencer es el PAN. Lo harán por supuesto en la conurbación Veracruz-Boca del Río, pues geopolíticamente este eje se ha convertido en la joya de la corona. Nada impactaría más a la conciencia blanda de las masas que una derrota del PAN en su principal enclave. El puerto y Boca del Río son el aparador de Veracruz, la virtual puerta de entrada al Estado, y por allí entró el PAN.


Por añadidura habrá que considerar que en ese corredor del centro veracruzano está Córdoba, un sitio en el que gracias a Dante Delgado el PAN se vio fortalecido, independientemente de la recurrente tendencia panista de la población cordobesa. Recordemos que en 1997, desde su reclusión, Dante maniobró para que la gran simpatía que tiene en su tierra adoptiva se volcara a favor de Juan Bueno Torio, del PAN, en contra, ¡OH! paradojas de la vida, de Fernando Perdomo Bueno, en aquel entonces candidato del gobierno de Patricio Chirinos, al que a trasmano Dante derrotó en venganza más dulce que la miel.


¿Cómo enfrentar el proceso en la conurbación? Un posible escenario: PRI, PRD y Convergencia compartiendo los dos municipios; uno para el PRI y otro para Convergencia-PRD, cruzando las posiciones, en una para alcalde en la otra para diputado, dependerá de las probabilidades de los posibles candidatos. No hay que olvidar que fue allí en donde el PRI salvó la gubernatura; basta con imaginar el hipotético contexto si Dante Delgado no le hubiera restado la importante porción de votos al PAN de Buganza en esa zona. Por otro lado, la capital del Estado la ganó el PRI en 2004 con un candidato ciudadano que se resistía a identificarse con aquellas siglas. Fue su perfil apolítico el que le permitió superar con holgura a su más cercano competidor de Convergencia y PRD, cuya convocatoria le sumó tal número de votos que, en otras circunstancias, hubieran sido suficientes para obtener la victoria.


Si de algo puede presumir Veracruz- no se sabe si para beneplácito o no pues lo ideal es que la politizada fuera la población toda- es de una clase política bastante numerosa, ahora ubicada en un crisol pluralista que se expresa en una gama pluripartidista igual de nutrida. Si añadimos que al margen de partidos existen grupos de presión y grupos políticos de importancia completamos la amplitud de opciones. A la sólida estructura de Vanguardia Veracruzana habrá que agregar ahora el grupo recientemente presentado por Jorge Uscanga Escobar, todos prestos a la participación política.


Vanguardia Veracruzana tiene la particularidad de registrar en sus filas a buena parte de la clase política; a ella pertenece gran número de políticos con experiencia partidista y de gobierno son, dicho esto sin segunda intención, la memoria política del Estado; los hay con antecedentes positivos, otros son rémoras de sus padrinos pero finalmente habrá de coincidir en que, si hubo intención de desplazarlos o de relegarlos, las circunstancias obligan a reconsiderar la estrategia. Esta es la hora de sumar y aunque Vanguardia es plural pues en su seno hay quienes militan en diferentes siglas, todos tienen un origen común: el Partido Revolucionario Institucional, para el que la operación de restar debe ser prohibitiva.


El Partido Verde Ecologista, el Partido del Trabajo, el Partido Nueva Alianza y el Revolucionario Veracruzano completan la amplia gama partidista de Veracruz, todos son importantes, ya no hay minorías absolutas, y su destino inmediato dependerá del acierto de sus estrategias. Los dos primeros ya guardan experiencia en la participación con alianzas a su conveniencia. Los dos últimos, pero no menos importantes, tienen una experiencia electoral previa que ahora podrán acrecentar.


La sociedad mexicana, la veracruzana no es la excepción, se va construyendo nuevas reglas de pesos y contra pesos en el comportamiento político y en la medida en que se incremente la participación ciudadana en los asuntos de todos mejoraremos nuestros procedimientos políticos. Mayor transparencia y mejor control de los procesos electorales significará un perfeccionamiento democrático y, por lo consiguiente, fortalecimiento de nuestras instituciones.


212 municipios y 50 diputaciones son el premio a alcanzar de manera inmediata. Políticamente es mucho más que una alcaldía o diputación lo que está en juego, es el inmediato destino político de Veracruz y de los veracruzanos.

Enero 2007












ELECCIÓN Y GOBIERNOS DE MINORÍAS
Alfredo Bielma Villanueva



“Gobierno del pueblo para el pueblo”, es la definición elemental y clásica de la que se enseña en nuestras aulas acerca de la democracia, para identificar así a un gobierno ungido por la voluntad popular. Es una sencilla manera de describir a un sistema político en el que las elecciones son el conducto que la sociedad utiliza para resolver pacíficamente sus procesos de renovación de poderes por la vía del voto.

Características básicas de un régimen democrático son, entre otras, que el gobierno tiene la anuencia popular o, más precisamente, de la ciudadanía; según el Pacto Contractualista el pueblo retiene para sí el poder y solo lo delega a sus representantes debidamente elegidos, conforme a normas establecidas; sus gobernantes no se eternizan en la función, según el texto constitucional que los define. Si bien el tipo de democracia directa ya no es posible por la dimensión de las sociedades actuales, existen formas como el referéndum y el plebiscito que con mayor frecuencia se van utilizando a medida que la sociedad madura en el ejercicio de sus derechos y obligaciones.

En una democracia el elemento de mayor importancia es la ciudadanía, sin cuya participación aquella no avanza. En los tiempos que corren el grado de participación ciudadana es determinante, sino en los resultados porque estos se dan aún con una mínima expresión, sí en el perfeccionamiento de los procesos, de ahí que la emisión del sufragio constituya un elemento de vital importancia.

En las sociedades modernas, la participación ciudadana en los procesos de formación y ejercicio del poder público constituye un signo vital de su desarrollo democrático.En este proceso la acción de los partidos políticos es importante, al grado que la constitución general de la república mexicana los reconoce como entes públicos tenedores del monopolio de la participación ciudadana, un cintillo que empieza a apretar demasiado a la población que ya ha dado muestras fehacientes de su inconformidad. La escasa capacidad de convocatoria y de convencimiento de los partidos políticos en México, aunada a la desaparición de convicciones ideológicas que los hace meros instrumentos de uso fácil, los ha convertido en indeseables pretextos del despilfarro presupuestal. A mayor indiferencia ciudadana respecto de la actividad partidista, mayores críticas por los elevados recursos que se destinan para su funcionamiento. En la Reforma Electoral que viene, ni duda cabe que un pendiente digno de ser considerado es retirarle a los partidos aquel monopolio y, desde luego, reducirles el monto de los recursos fiscales que se les destinan.

Un fenómeno que incursiona con mayor frecuencia en el contexto social y político lo constituyen los candidatos sin registro; los “candidatos ciudadanos” y los candidatos vergonzantes, o sea aquellos que no desean que se les identifique con el partido que los postula, ¡Qué paradoja! Esta es por supuesto una expresión del desencanto ciudadano hacia los partidos. Todo ello es producto del desmoronamiento de un régimen político, por lo que la sociedad, en su permanente renuevo, está buscando las mejores vías para superar el trance.

Todo sucede cuando la correlación de fuerzas ha cambiado, desde el año 2000 en el que se fracturó la base que sostenía la hegemonía del partido oficial. A partir de este parteaguas las elecciones en los Estados y los municipios han arrojado resultados apretados, en las que los Tribunales establecidos para el efecto han tenido que intervenir para dictaminar la última palabra. Lo ajustado de esas elecciones ha dado como resultado gobiernos de minorías, pues es más que obvio que la suma de los votos emitidos por la ciudadanía a favor de quienes no ganaron es manifiestamente mayor que el que resultó triunfador y las diferencias en votos es pírrica. Gobiernos legítimamente constituidos son, sin embargo, la expresión de un segmento menor la población. Debidamente legitimados porque fueron sancionados con leyes previamente establecidas, tal cual debe ser en todo Estado de Derecho que se respete.

En este panorama, para Septiembre tendremos elecciones en Veracruz, al igual que en otros 13 Estados de la república. La conducta electoral de la ciudadanía veracruzana ya debe haber sido objeto de un detenido análisis por las dirigencias partidistas; sabrán que el quid de la victoria parte de la buena selección de candidatos y que el resto dependerá de las campañas y de los recursos que para ella se destinen. Uno de los Partidos, el PAN, tiene ya muy definida su área de influencia que es el centro y permea hacia el norte del Estado; obviamente intentará ampliar el número de municipios y de diputados a su favor. El PRI, se esforzará por rescatar los territorios que antaño fueron sus dominios sin la pujanza de los viejos tiempos. Convergencia, un Partido emergente en Veracruz, incrementará sus parcelas y el PRD tratará de, ya sin López Obrador, conservar lo ganado. El Verde Ecologista venderá caras sus alianzas y el PT. Luchará por su sobrevivencia. El Revolucionario Veracruzano está a la expectativa, según el trato oficial.

Decía John Halford Mckinder: “Quien controle Europa del Este dominará el pivote del mundo, quien controle el Pivote del Mundo dominará la Isla del Mundo, quien domine la Isla del Mundo, dominará el mundo”. La teoría del Heartland o Teoría de la Región Cardial: Área Pivote o Isla Mundial. El Pivote era Asia Central y Europa Oriental, la nación que las conquistara se convertiría en potencia mundial. Era la clase de geopolítica que en las tres primeras décadas del siglo XX estaban de moda en las escuelas universitarias de Europa y llegaban a México a las escuelas de filosofía y ciencias políticas para explicar los fundamentos estratégicos de la segunda guerra mundial. Se pudiera decir, en términos de inteligencia política, que era el proceso lógico que debía seguir cualquier nación que ambicionara convertirse en potencia mundial.
Se basaba en la experiencia histórica de los imperios de Roma, España, Inglaterra cuando por vía del dominio de los mares y del sometimiento y explotación de las colonias financiaban su progreso.

En el símil: “Quien gane el centro y el norte de Veracruz, ganará el Estado”. “Quien obtenga la mayoría en el Congreso dominará la política veracruzana”, “Quien domine la política veracruzana ganará las elecciones para gobernador”, sería el silogismo a seguir según el resultado electoral de septiembre próximo. Habrá variantes, por supuesto, si consideramos que Dante Delgado, aspirante al gobierno, sera candidato por Convergencia; la otra variable la dará con qué otros partidos haga alianzas.

La inmediata de septiembre, será una elección de Estado, pues el PAN, ahora sí instalado en el poder federal, viene por la gubernatura y echará mano de todos los programas a su alcance para allegarse clientela. Mientras que el gobernador querrá comprobar si su esfuerzo personal le validará triunfos al PRI y, todavía más, está en la encrucijada de obtener una mayoría en el Congreso local que le permita gobernar los próximos años de su mandato y planear un final feliz, de lo contrario el pronóstico es de reservadas dudas.

Una elección intermedia normalmente le sirve a la ciudadanía para expresar con sus votos su complacencia o su censura. Como es sabido, y se está observando con mayor claridad cada vez que se efectúa un evento electoral, una votación denota casi siempre un voto en contra de algo o de alguien; obviamente connota también un voto a favor de algo o de alguien. De acuerdo a este raciocinio, el PRI, el gobierno, tendrá que realizar los arreglos necesarios para negociar, “con el diablo si es posible” como dijera Elba Esther, y lograr que el gobernador obtenga relevantes resultados que le ratifiquen que su esfuerzo personal no ha sido en vano. Sino fuera así, un resultado adverso pudiera ser la lamentable expresión de que no vamos tan bien como es el deseo de los veracruzanos.
Enero 2007




















¿MINISTROS CANDIDATOS?

Alfredo Bielma Villanueva

(Por considerarlo de importancia ciudadana, antes de entrar en la materia que el encabezado señala, daré curso a un comentario que amable lector me envió refiriéndose al inopinado incremento del costo final del “Distribuidor Vial Las Trancas”:

“ESTIMADO SR. BIELMA: LO EN SU COLUMNA "CAMALEON" LO DICHO RESPECTO AL DISTRIBUIDOR LAS TRANCAS, Y ME PERMITO HACER LOS SIGUIENTES COMENTARIOS: DEFINITIVAMENTE NÓ SE SI EN CUANTO A SU PROYECTO GEOMETRICO, PROYECTO ESTRUCTURAL Y CALIDAD EN LA CONSTRUCCION ESTA OBRA (EL DISTRIBUIDOR VIAL "LAS TRANCAS") ESTÉ DENTRO DE LO CORRECTO Ó NÓ, PERO LO QUE SI LLAMA LA ATENCIÓN ES QUE SI SE PRESUPUESTÓ EN 48 MILLONES DE PESOS Y TRANQUILAMENTE SE ADMITE QUE SE INCREMENTO DICHO PRESUPUESTO EN UN 56.2 % (27 MILLONES DE PESOS), ALGO ANÓMALO PASÓ. SI HABLAMOS DE PLANEACIÓN, NOS PREGUNTARÍAMOS ¿SE CONSIDERARON TODOS LOS ASPECTOS TÉCNICOS Y ADMINISTRATIVOS DE LA OBRA? ¿LOS PROYECTOS FUERON CORRECTAMENTE REVISADOS ANTES DE LA CORRESPONDIENTE LICITACIÓN? ¿SE ADJUDICÓ AL PRESUPUESTO MAS BAJO PERO ECONOMICAMENTE DEFICIENTE? SI HABLAMOS DE EJECUCIÓN ¿ACASO TUVIMOS UN ALZA DE PRECIOS DE INSUMOS QUE JUSTIFICARAN EL AUMENTO? PARA TERMINAR, SI UN CONSTRUCTOR DE OBRA PRIVADA PRESENTA EN UNA OBRA UN INCREMENTO DE COSTOS UN 10 % ARRIBA DE LA INFLACION EN EL PERÍODO, ESTARÍA EN PROBLEMAS ¿QUE PASA CON LA OBRA PÚBLICA?”
Interesante pregunta que por cuestiones de transparencia las autoridades correspondientes debieran responder con meridiana precisión.)
Vayamos al tema de hoy:


Lo menos sorprendente es que a los diputados locales se les haya escurrido la inconstitucional idea de que ministros de cultos religiosos incursionen como candidatos a cargos de elección popular. Lo mínimo que demuestran es que, al aprobar un dictamen, lo hacen sin conocimiento de causa, aunque la importancia de su acción afecte a un sector social o al todo colectivo, eso se llama irresponsabilidad, un poquito peor que la ignorancia. En este caso es afortunado el que la disposición, por contravenir a lo establecido en la Constitución General de la República, caiga por su propio peso.
En la hipótesis de que los sacerdotes pudieran contender por cargos de elección popular se hiciera realidad, se daría el caso parecido al del cuento aquél de “ahí viene el coco”. Aunque a quienes interesa que las cosas se queden como están seguramente serán a los propios ministros, pues al bajar a la arena política, en donde se vale de todo, descubrirían que ya no es fácil espantar con el petate del muerto.

Como en todo, en el sombrío y misterioso ambiente de los cultos hay oficiantes buenos, regulares y malos. Sacerdotes hay que hacen de su profesión un verdadero apostolado; son quienes aceptan su vocación como una entrega a los designios divinos, cuidando de cumplir con devoción los mandamientos que su ley establece; ellos rechazarán la tentación terrenal. También los hay, y en buena medida es fácil encontrarlos en cada pueblo o ciudad del territorio nacional, los que priorizan lo material sobre lo espiritual, de aquí seguramente saldrían quienes, alentados por la codicia del poder, se aventuraran a la lucha política.

Pero ¿Estarán conscientes que una vez en el terreno de los hechos, tendrán que lidiar con armas como la intriga política? No es que en su ambiente no la haya, pues hay ejemplos históricos que así lo demuestran, pero no es lo mismo el cerrado universo en el que hasta ahora se han desarrollado, amparados en el velo del misterio que la fe les proporciona y el monólogo sin interlocución, que el amplio mundo de la maquinación, del chisme y la maledicencia. ¡Cuantas cosas se sabrían de ellos! ¿Por qué se les habría de temer? Se entiende que competirían en igualdad de circunstancias pues, como primera condición, se retirarían del púlpito y ya sin ese recurso de control en el mundo de los hechos estarían en despoblado, a merced de las reglas del tu por tu.

Aunque, por otro lado, para nadie es un secreto la nada subrepticia participación de organizaciones religiosas en los procesos electorales. Después de Salinas y de las reformas constitucionales hechas a su modo lo han realizado con menos cautela. Es mas, con mayor frecuencia se escuchan a través de la radio las transmisiones de los ritos católicos y las arengas a través del púlpito con mensajes más que subliminales a los fieles. ¿No sería mejor abrir de par en par las puertas a su participación electoral?

En el caso de la Iglesia Católica (“con la Iglesia hemos topado Sancho”), como poderosa y ancestral trasnacional que es, mas que ganar perdería. Para nadie es un secreto la enorme influencia que tienen a través de sus obispos que, amparados en el secreto cabildeo, consiguen mucho de lo que se proponen. Díganlo sino quienes han participado como delegados del PRI en los diferentes municipios de Veracruz, pues más de uno se ha visto obligado a acudir a las parroquias correspondientes para los arreglos en lo oscurito. Con menos cortapisas en la actualidad, indubitable signos de los tiempos, hasta dependencias de gobierno se han creado para enlazar los acuerdos políticos de lo civil con los personeros de los cultos religiosos.


Algunos de los ministros evangélicos que han declarado su beneplácito por el yerro de los diputados locales veracruzanos aprovechan para demandar “equidad” para su condición en los menesteres de la política electoral. Como mexicanos tienen todo el derecho de así exigirlo, pero no está por demás recordarles que en los hechos ya participan; bastaría con visitar cualquiera de las sierras veracruzanas, en donde tienen particular ascendencia. Tal vez ya en despoblado expliquen la magnitud del recurso que significa repartir gratuitamente ejemplares de la Biblia y folletos que difunden e indoctrinan su fe.


Los tiempos de la Reforma decimonónica deben ser superados en la mente del mexicano. Si bien nuestro pueblo sufre de crasa ignorancia y esta es premisa que como abonado campo de cultivo favorece al fanatismo, bueno será empezar a correr los velos de esa fantasmal visión. El remedio para extinguir las reservas sobre la participación de los ministros de cultos religiosos está precisamente en que participen en la arena política; en igualdad de condiciones, entonces sabremos que el león no es como lo pintan y que hemos estado luchando contra molinos de viento; que sin viento no funcionan.
Enero 2007







LA DENUNCIA Y LA RÉPLICA
Alfredo Bielma Villanueva



Atrapado con los dedos en la puerta, el Diputado Federal Marcos Salas se encuentra con la magnifica oportunidad de trascender en su entorno político si lo que públicamente declaró lo confirma ante las autoridades correspondientes, acerca de que hubo irregularidades en la construcción del distribuidor vial xalapeño, recientemente inaugurado por el ejecutivo estatal.


Está en la disyuntiva de denunciar o callar para siempre, porque el desmentido a su dicho partió del gobernador del Estado a través de una inusitada expresión: “Hay por ahí un diputado federal que anda diciendo señalamientos infundados e incorrectos y yo esperaba de mis colaboradores que asumieran la aclaración profunda, pero como no ocurre yo la quiero hacer ahora y entrarle así de frente (…) La obra del distribuidor es una obra convocada en tiempo con ley, que arrancó en una estimación de 48 millones de pesos y que por diferentes circunstancias técnicas se instaló a los 75 millones, pero es una obra de gran calidad, e especificaciones altas que yo quiero que sea revisada a plenitud”.


Lo afirmado por el gobernador no es de poca importancia pues, por un lado, la ciudadanía requiere de manejos honestos de los recursos que encarga a quienes gobiernan para que les den un uso correcto y productivo, que traiga beneficios generales y que no enriquezcan ilícitamente a quienes tienen la responsabilidad de manejarlos y, por otra parte, si el diputado tiene pruebas que demuestren su afirmación, qué mejor que satisfaga la confianza de la población que lo eligió, presentándolas ante la instancia judicial o administrativa que corresponda, o en ambas, para dilucidar cualquier duda.


Pero si su expresión sólo tuvo motivaciones políticas y electoreras, sin base alguna que le de firmeza, demostrará falta de seriedad en su conducta, que para nada beneficiará al ya deteriorado concepto que se tiene de los políticos y de los diputados en lo particular. Estos últimos, porque en vez de comportarse como auténticos representantes de la sociedad, una vez adquirida aquella condición, se dedican a hacer ejercicios malabáricos con el poder, anteponiendo su provecho personal a los populares que ocasionaron su origen.


“Lengua larga, cola corta”, es el término que la voz pública utiliza para señalar a quienes, abusando de la afirmación fácil son frenados porque, con frecuencia, como dice la poesía sor juanesca, son “la ocasión de lo mismo que culpáis”. En este caso se trata de un contratista que sabe de tabuladores, de tal manera que si él dice que el costo de la obra está inflado y presume irregularidades hay que parar orejas.


Hay, sin embargo, un pero importante: el propio diputado Salas es un favorecido de contratos de obras camineras, y ya en algún diario se ha sugerido, como mensaje subliminal para “acalambrarlo”, que las obras que su empresa hace adolecen también de serios defectos, introduciendo así la duda respecto de que al escuchar el mensaje se inhibirá de volver a tocar el tema. Y, una vez más, la población quedará, como el chinito, “nomás milando”.


Además, de lo subliminal se pasó abiertamente a la contrarréplica, como lo hizo Arturo Quitarte al expresar de Salas “Yo lo conozco demasiado. Sé cómo se comporta para conseguir contratos para su constructora. Lo conozco desde la Cámara de la Industria. Utiliza a los medios para presionar al gobierno para que le den millonarios contratos. Siempre lo ha hecho. Pero a nosotros no nos va a ablandar”. De la citada Cámara surgen escritos recordando que estuvo en prisión, ¡pero qué necesidad!

Por lo ponto es grave la impresión que dejará el diputado sino aclara lo que expresó. Importa porque, como dice el refrán “calumnia que algo queda”, y porque su afirmación viene a levantar aún más polvo a la conseja reinante que habla del famoso 15, 20 y hasta 30% que, se dice, entregan por concepto de comisiones los favorecidos por el contrato de una obra. Si bien estamos en un año electoral y en política se tejen muchas argucias, especialmente las que ensucian, la ciudadanía no debe quedar en medio de esas intrigas. Ya es hora de adecentar la política, la ciencia más identificada con el pueblo.


Marcos Salas es diputado federal, llegó a esa posición como candidato del Partido Acción Nacional, tiene pues en el Congreso local una bancada que solidariamente, si es verdad su dicho, lo podría avalar. Luego entonces, su silencio respecto al tema sólo le atraerá sospechosas deducciones.


De haber sido sólo una perogrullada política entonces los ciudadanos tenemos el derecho de reclamarle su ordinariez, pues requerimos de representantes populares serios; que recuerden su origen ciudadano. Que respeten el voto que los llevó a la posición que ahora ocupan; que no olviden que son parte de un conglomerado social que circunstancialmente votó por ellos y esta acción amerita una respuesta honorable a la confianza depositada.


Por otro lado, el gobierno tiene la obligación de aclarar al menos un punto. La obra se entregó, por cualquier razón que se esgrima, con cuatro meses de retraso; eso finalmente sería una pecata minuta. Pero tuvo un incremento de 27 millones de pesos respecto del proyecto original, lo que sin ser especialistas en construcción ni en finanzas públicas, se observa que son muchos millones de diferencia. Significa, eso sí no tiene vuelta de hoja, que estuvo pésimamente planeada porque no es posible tal desfase, más aún considerando que un manejo correcto, honesto y evaluado tiende siempre a abatir costos.


Tiempo y costos desfasados en un país como el nuestro no es la gran novedad, pero desde el enfoque ciudadano es conveniente que la autoridad transparente sus acciones, tal y como el gobernador lo apunta al proponer la conformación de una comisión que investigue y esclarezca lo que haya que aclarar.


En fin, una actitud categórica la del gobernador por defender la posición de su gobierno respecto de la obra pública al exigir que quien acuse pruebe. A parte de la Jauría desatada en su contra (“el que se lleva se aguanta”), si no hay cola que pisar y si efectivamente hubo desarreglos o arreglos en lo oscurito, es tarea y obligación del diputado Salas probarlo. En ese empeño, si pruebas tiene y las presenta, contará seguramente con el aval ciudadano, de lo contrario, como en los juramentos se dice, que se lo demande.

Enero 2007