EL PRI Y PEMEX



El tema sobre PEMEX convoca la atención de un gran sector de la población mexicana, y no es para menos porque se está definiendo no sólo el futuro de esta paraestatal sino la trascendental decisión que señala el camino que éste país habrá de transitar durante los próximos años.


A partir de 1982 hemos venido escuchando voces de alerta en el sentido de que no se estaba invirtiendo en PEMEX, con el propósito de preparar las condiciones para su forzosa venta, facilitando el trámite para superar el escollo nacionalista establecido en el Artículo 27 Constitucional; una tarea de compromisos inconfesables para satisfacer al capital internacional.


Cuando lo cierto es que dejándole los recursos que tiene sería suficiente para su pleno desarrollo, el presidente Calderón maneja el argumento de que la precaria situación de la empresa obliga a entregarle mayor cantidad de recursos que se tienen disponibles para el desarrollo social. Oculta con subterfugios el hecho de que, si no se la expoliara con la enorme tajada de recursos por concepto fiscal, esta empresa sería una de las transnacionales de mayor éxito en el planeta.


Como la sorpresa nunca falta, ahora asombra la revelación que hace el ex director de PEMEX en el periodo salinista, Francisco Rojas, acerca de que la empresa dispone de 300 mil millones de pesos que son producto de las desgravaciones fiscales de 2005 y 2007 y que, además, el gobierno quiere “chatarrizar” a PEMEX para poder venderlo. Vaya que sí lo sabe, no es coincidencia que desde el tiempo en que él era Director de esa empresa ya se hablaba del abandono en que se tenía a la paraestatal con el perverso propósito de enajenarla.


De que ya hay inversión privada en los contratos que PEMEX otorga es un secreto a voces, tiempo ha que ello ocurre. Forma parte de la añeja pretensión de darle oportunidad al capital internacional para que penetre aún más en México. No aprendemos de las experiencias más recientes: Se privatizaron los Bancos y ahora están en manos de extranjeros; se privatizó ferrocarriles y son extranjeros sus dueños; se dio oportunidad al capital privado para generar energía eléctrica y su participación en el sector es cada vez mayor, son pedazos de soberanía mexicana que poco a poco ha venido entregando el neoliberalismo.


De la larga convivencia de proyectos y acuerdos entre el PRI y el PAN hay múltiples constancias testimoniales, sobre todo a partir de 1988, dos años después de que la ruptura al interior del tricolor obligó a parte de su ala izquierda a emigrar. Ahora están en el dilema de conciliar el contenido de su Programa de Acción en materia de energéticos con el Proyecto de privatizar sin reformar la Constitución. Es una historia que involucra no solo a los gobiernos panistas, pues también los gobiernos “priístas” de De la Madrid, de Salinas y de Zedillo impulsaron esas acciones entreguistas.


Si el PRI celebrara un Consejo Político para definirse acerca de la propuesta para abrir PEMEX al capital privado en grado de copartícipe de sus ganancias, tendrán que modificar la parte de su Programa de Acción que señala: “Los priístas encabezamos la defensa del pleno dominio de la Nación sobre los recursos naturales y reclamamos del gobierno el cumplimiento de las disposiciones que se establecen en los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, particularmente con relación a los hidrocarburos…y enfáticamente sentencia: “Cualquier subterfugio que tienda a disminuir esas atribuciones será tajantemente rechazado, porque atenta contra la integridad del Estado y disminuye su capacidad soberana”.


Pronto sabremos cuál será la decisión que tomarán quienes lideran la bancada de diputados priístas en el Congreso de la Unión, si respaldan la idea de inversiones mixtas apoyándose en previas reformas a la ley reglamentaria del Artículo 27 Constitucional o, en congruencia con su Programa de Acción, asumen que hay recursos suficientes para contratar tecnología, pagarla y permanecer lejos de las tentaciones imperialistas del capital transnacional. Poco vivirá quien no lo vea.


alfredobielma@hotmail.com



LA REACTIVACIÓN DEL ACUERDO EN VERACRUZ
Por Alfredo Bielma Villanueva

Los partidos Acción Nacional, PRD, Convergencia y del Trabajo decidieron esperar-para suscribirlo- una mejor sustanciación del nuevo Acuerdo para el Empleo y las Inversiones, que esté en congruencia con el espíritu de un instrumento creado para enfrentar la coyuntura económica provocada por la desaceleración de la economía estadounidense. Para atenuar ése impacto se implementa ya el Fondo Nacional de Infraestructura, una propuesta de Carlos Slim que el gobierno federal hizo suya. En este propósito los gobiernos estatales han procedido en consecuencia para entonarse con el gobierno federal haciendo un frente común.
También para amortiguar las consecuencias de aquella desaceleración, el Estado de Veracruz, uno de los más pobres de la república mexicana, toma las debidas precauciones. En ese sentido se orienta la “rearticulación” del Acuerdo, denominado ahora “por el empleo y las inversiones”, involucrando a los factores de la producción y a las diversas fuerzas políticas, de tal manera que sus discrepancias no se radicalicen ni enturbien el caldo de cultivo que la pobreza calienta con exceso.
Constancias de esa pobreza la encontramos por doquier. Recién declaró el Coordinador de Oportunidades en el Estado, Alejandro Boquedano Sánchez, que “hay más de 500 mil familias en marginación y pobreza en la entidad veracruzana y que la pobreza no ha logrado erradicarse”, a pesar de los programas de corte asistencial.
En la presentación del Anuario Estadístico del Estado de Veracruz, en el 2007, el Coordinador Estatal del INEGI dijo que este Estado exporta anualmente 57 mil veracruzanos. El lic. Rafael Arias Hernández, Coordinador del Comité de Planeación para el Desarrollo de Veracruz (Copladever), dijo que en ese año las remesas recibidas en Veracruz, provenientes de migrantes radicados en Estados Unidos y Canadá, alcanzaron cosa de mil 700 millones de dólares, un buen incremento con relación al 2006, cuando el Banco de México registró 1 400 millones dólares. En 2003 fueron 776 millones; 2004, 950 millones; 2005 mil 155 millones; 2006 mil 415 millones de dólares.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, anualmente abandonan sus lugares de origen 70 mil veracruzanos, de los cuales 50 mil se van a Estados Unidos y Canadá; obviamente, la causa fundamental es la pobreza y la falta de empleos.El colmo de nuestra dramática situación es que en ese evento organizado por el Copladever, de acuerdo al informe denominado “México: calidad del marco regulatorio en las entidades federativas mexicanas”, del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, Veracruz aumentó en 10 puntos porcentuales sus niveles de corrupción para la apertura nuevos negocios en los últimos cuatro años.
Para colmo, según un análisis dado a conocer en Xalapa por el Subdirector de Investigación Económica de dicho centro, Francisco Lelo de Larrea, explicó que Veracruz no aprobó los índices de mejora regulatoria en la percepción de los empresarios encuestados en 2007.
Desde esta perspectiva sí se requiere un compromiso en el que se conjugue el esfuerzo de todos, incluidos los partidos políticos que, de inicio, no atendieron la convocatoria para suscribir el nuevo Acuerdo con el argumento de que el documento “carece de objetivos, metas, líneas concretas de acción y compromisos ciertos y claros, es simplemente declarativo”. Lo cierto es que se requiere que esta nueva versión del Acuerdo quede al margen de los usufructos políticos y atienda sin distingos cromáticos la problemática socio-económica de nuestro Estado. Es por el bien de Veracruz. alfredobielma@hotmail.com

EL PROCESO DE UNA ASCENSIÓN

Por Alfredo Bielma Villanueva


Cariacontecida, meditabunda, incierta, esperaba en la antesala del gobernador la que por cuatro años se desempeñara en el cargo de Secretaria de Gobierno en el periodo de Miguel Alemán Velasco. Sabía que su ciclo había terminado, así se lo mostraban diferentes signos en los que la frialdad era una constante. En su entorno, cual golondrinas esperando la primavera, advertía la presencia de un veracruzano recién llegado Héctor Yunes Landa y la de quien se desempeñaba como Subsecretario de Gobierno, formalmente su subalterno, Flavino Ríos Alvarado, a éste le inquirió ¿no sabes quien viene a relevarme?


Una semana antes, el gobernador Alemán había estado ausente del Estado, dentro de su agenda incluyó un espacio para platicar en Las Vegas con Manlio Fabio Beltrones. Algo de la política veracruzana hablaron, allí surgió el nombre de Héctor Yunes Landa gente de la cercanía afectuosa del destacado político sonorense, quien por algún trecho de su carrera trabajara al lado del ex gobernador veracruzano Fernando Gutiérrez Barrios. Beltrones ocupaba el cargo de gobernador de Sonora en 1994 cuando se dice que a petición del presidente Salinas de Gortari platicó a solas con Mario Aburto, apenas después de éste haber sido aprehendido por dispararle al malogrado candidato priísta Luís Donaldo Colosio. Manlio Fabio Beltrones, hombre público que conoce y muy bien los sótanos de la política mexicana y allí se desenvolvió por algún tiempo, según lo expresara en tono peyorativo la maestra Elba Ester Gordillo.


De regreso al Estado, el gobernador instruyó a su secretario particular para que citara a sus oficinas a la Secretaria de Gobierno, al Subsecretario y a Hector Yunes Landa, quien ya estaba en antecedentes respecto del asunto de la convocatoria pues Beltrones se lo anticipó y sabía a lo que venía. Pronto se incorporaría al equipo alemanista, aunque suponía que a la Secretaría de Gobierno en realidad nada estaba seguro en tanto no se lo confirmara el titular del Poder Ejecutivo veracruzano.


Ya habían transcurrido las dos terceras partes del periodo de gobierno de Miguel Alemán Velasco, se acercaba entonces la definición de quién sucedería al Ejecutivo por lo que se requería de iniciar las maniobras operativas que posibilitaran un proceso terso y sin complicaciones. La Lic. Noemí Quirasco ya había cumplido con el propósito de Alemán de no tener un hombre fuerte en la posición inmediata en la jerarquía político-administrativa; poco conocedora de los grupos y facciones políticas estatales no logró articular con ellos compromiso alguno de interés personal, pero ahora se necesitaba de una eficiente operación política y los prospectos que en los entretelones de la cúpula alemanista se manejaban encajaban en ése perfil: Flavino Ríos Alvarado o Héctor Yunes Landa.


Flavino Ríos Alvarado se había incorporado al equipo alemanista en Agosto de 2001 después de un corto intervalo en su Notaria Pública, una vez cumplido el periodo de dos años en la diputación local. Originalmente se le ubicaba en la titularidad de la Dirección de Comunicación Social, pero el gobernador ya había hecho compromiso con Raúl Peimbert para ese cargo; quedaba entonces la posibilidad de darle cabida en el Consejo Estatal de Seguridad Pública, en donde su titular o “encargado”, Juan Manuel Irigoyen, no cubría el requisito exigido por la Ley de sustentar el título de Licenciado en Derecho, sino que es Licenciado en Ciencias Políticas, “pero de Canadá” como muy ufano gusta en decir. Este era un asunto que el Secretario de Seguridad Pública Alejandro Montano Guzmán necesitaba resolver en los términos de la Ley, por lo que se decidió el relevo de Irigoyen poniendo en esa responsabilidad a Flavino Ríos.


Una buena gestión al frente del Consejo Estatal de Seguridad Pública, expresada en resultados tangibles y los crecientes problemas que se le estaban presentando a Jorge Uscanga Escobar en la Subsecretaría de Gobierno conformaron la coyuntura para abrirle a Ríos Alvarado las puertas de esta oficina, en donde entró en enero de 2002 al relevó de aquel. Allí se encontraba el primero de Mayo de 2003 cuando recibió el telefonema que lo convocó a la oficina principal del Palacio de Gobierno.


Coincidentemente a cómo ocurrió a Flavino con Carlos Brito Gómez en 1974, Héctor Yunes Landa inició en 1980 su incursión política al lado de otro Subsecretario de Gobierno, Ignacio Morales Lechuga, un inicio de alta escuela por la experiencia que de entrada se abreva en ésa oficina en cuanto a la operación política veracruzana y el conocimiento de la geografía política estatal. La cercanía con el hombre fuerte del gobierno de Acosta Lagunes y, por supuesto, su trabajo y talento para el quehacer político le aperturaron a Yunes Landa la posibilidad de ser Dirigente Juvenil cenopista, y por derivación la oportunidad para convertirse en Diputado Federal. Fueron su aptitud para la movilización en el amplio mundo del quehacer público y las imponderables circunstancias la que le permitieron a Yunes Landa relacionarse con los factores del poder en el Distrito Federal.


Cuando Manlio Fabio Beltrones ocupa la Secretaría General Cenopista Yunes Landa es de sus más cercanos colaboradores, con amplia libertad para la maniobra. Llegaron los tiempos de la sucesión presidencial, se formaron los grupos en torno a los aspirantes y, lógicamente, de la nomenclatura priísta al fin, Beltrones se afilió con el más fuerte de ellos: Roberto Madrazo Pintado. Tiempos de definiciones y acoplamientos ya que, cuando se presenta la coyuntura para Veracruz, Yunes Landa contó entonces con un padrino de inobjetable nivel de eficiencia en la recomendación. Así regresó al Estado de Veracruz, a un nivel de operación política que ya pronto el gobernador veracruzano le iba a encomendar: ¿Secretario de Gobierno?


Fue al término del evento conmemorativo del cinco de Mayo en el Parque Juárez cuando el Secretario Particular del Gobernador le pidió al Subsecretario de Gobierno que estuviera pendiente en su oficina porque el Ejecutivo deseaba hablar con él. Uno de los hombres de mayor confianza de Miguel Alemán es sin duda quien fuera su Secretario de Seguridad Pública, Alejandro Montano; él estaba en antecedentes del inminente relevo en la Secretaria de Gobierno y, aunque no con plena seguridad, de las posibilidades de Flavino Ríos para ocupar ese cargo.


En los corrillos políticos era obvio que a Flavino Ríos, independientemente de su eficiente entrega y disposición para el trabajo, le favorecía su estrecha relación con Alejandro Montano Guzmán pues la cercanía de éste con el gobernador era manifiesta. A toro pasado es posible deducir, en base a datos que la logística proporciona, que la ventaja para adjudicarse la titularidad de la Secretaría de Gobierno la llevaba Flavino. Sin demérito de la recomendación que avalaba a Héctor Yunes y de sus personales méritos quedaba en el expediente la idea del adagio aquel de “mas vale malo conocido que bueno por conocer”, interpretado como un “¿para que buscar afuera lo que ya tenemos adentro?” además, una Subsecretaría de Gobierno en Veracruz para el recién llegado no era nada despreciable.


Premonitorio resultaría el comentario entre bastidores acerca de que aquel de quienes se encontraban en ése momento en la antesala fuera recibido en primer término por el gobernador sería el sucesor de Noemí Quirasco. ¿A quién atendería primero Miguel Alemán Velasco, a Flavino o a Héctor? El hecho histórico revela que fue a Flavino Ríos Alvarado y que Héctor Yunes ocupó la subsecretaría, logrando trascender al siguiente gobierno. Las razones son del tiempo.


alfredobielma@hotmail.com

Enero 2008




LA MINIFRACCIÓN, EL PACTO Y LA GOBERNABILIDAD

Por Alfredo Bielma Villanueva


Imperceptiblemente en los medios políticos y del pensamiento se ha ido relegando el por mucho tiempo infaltable vocablo “Democracia”, insustituible en el discurso y la perorata pública. En ese contexto pareciera que fue perdiendo contenido o que la fuerza de las circunstancias ha derivado la atención hacia otros conceptos que expresan, implican y presuponen la democracia con mayor acento y explican el entorno social y político de la actualidad.


“Gobernabilidad y transparencia” pudieran ser algunas de las razones por las que el vocablo “democracia” ha pasado a segundo término. Además, gobernabilidad-sin existir sinonimia- presupone democracia, pues por ésta se genera la pluralidad, las diferencias y los choques de opinión, la lucha contra la desigualdad, la búsqueda del equilibrio de las fuerzas y, por supuesto, los márgenes mínimos para la acción.


Dice Rousseau: “Tomando la palabra en su rigurosa acepción, no ha existido ni existirá jamás verdadera democracia. Es contra el orden natural que el mayor número gobierne y los menos sean gobernados”. Claridoso, afirma: “El pueblo Inglés (el mexicano o el que ud. quiera), piensa que es libre y se engaña; lo es solamente durante la elección de los miembros del Parlamento: tan pronto como estos son elegidos, vuelve a ser esclavo, no es nada.”


Entre las acciones de ésa libertad está la de elegir-para bien o para mal- a sus representantes legislativos. Acontecen ocasiones en las que una votación equilibra las fuerzas en pugna y entonces se requiere de esfuerzos adicionales para lograr los consensos; así sucedió en el Estado de Veracruz con el resultado electoral de 2004. Las circunstancias en las que el PAN logró una pírrica mayoría legislativa, pero un sustancial número de ayuntamientos de su afiliación, obligaron al gobierno estatal a crear los mecanismos de negociación que hicieran posible la gobernabilidad; así nació el Acuerdo para la Gobernabilidad y el Desarrollo.


Tres años después las circunstancias han cambiado, el gobierno ya no tiene óbice alguno que le impida proceder a discreción en los asuntos en los que interviene el Congreso porque allí el PRI tiene mayoría simple y una reserva, sin voz alguna por supuesto, en la recientemente aprobada minifracción legislativa, a cuyos componentes complacieron para mantenerlos como una “confiable reserva” de votos. Sui géneris fracción, porque allí se juntaron de chile, de dulce y de manteca, demostrando que el dinero asocia lo que la política desune.


Ya sin el escollo de la obligada negociación por la apabullante mayoría que tiene el PRI, los diputados lograron avanzar en su quehacer legislativo; lástima que en nuestra estructura gubernativa el Poder Legislativo aún padece el grave síndrome de la dependencia respecto del Ejecutivo y por esa supeditación se inhibe la posible capacidad-no la facultad- para legislar libremente. En este punto es preciso recordar que, al menos en nuestro país, la teórica división de poderes se queda en hipotética instancia, pues el poder no se divide realmente; quizás se comparte y su usufructo se distribuye, pero jamás se divide.


La nueva conformación de la Cámara de diputados veracruzana lleva a reflexionar acerca de la permanencia del Pacto de Gobernabilidad, nacido para negociar con las diferentes fuerzas políticas los asuntos de las agendas pública y legislativa. La historia de éste Acuerdo es concisa y explica la crónica de una breve etapa en la que el PAN tuvo su probadita de gloria al compartir el poder en el ámbito legislativo; desaparecida esta circunstancia, palidecen las causas que dieron origen a aquel mecanismo de mediación negociadora.


Así pues, en la lógica derivada de las circunstancias actuales este Acuerdo debería desaparecer, puesto que los motivos que lo originaron se han evaporado por completo. Recientemente lo confirmó el hecho de que el arreglo para dar ingreso al señor Rosendo Guzmán Aviles a la Cámara local fue tomado abiertamente en Palacio de Gobierno, el Congreso no hizo sino levantar el dedo aprobatorio.


Ahora se sabe que le pondrán al Acuerdo nueva indumentaria, “una instancia de coadyuvancia”, para el empleo y las inversiones, pero finalmente no será sino, pragmáticamente, otro elemento de control sobre las fuerzas “discordantes” que, encebadas, encuentran en el erario una fuente más de las canonjías que el usufructo del poder les proporciona.


Son las colillas de la democracia. ¡Ah, pero eso sí!, el pueblo vota libremente.


alfredobielma@hotmail.com








PERSISTENCIA Y CIRCUNSTANCIA

Por Alfredo Bielma Villanueva


En 1973 se celebrarían las elecciones intermedias en el gobierno de Luís Echeverría Álvarez quien previamente, durante su campaña para acceder al cargo de presidente de la república, había pronunciado una frase que se hizo famosa “prefiero un voto en contra que una abstención”, pues era ya manifiesto que el régimen de partido hegemónico estaba perdiendo de manera acelerada su sustento social. Una vez al frente del gobierno, Echeverría incluyó en su agenda hacer una intensa campaña de promoción al voto, tarea que encomendó para su desarrollo a la Secretaría de Gobernación que entonces encabezaba Mario Moya Palencia.


La promoción se puso en práctica en la campaña para renovar la Cámara de Diputados federales en las elecciones de mitad de sexenio, en 1973. Tiempos aquellos en los que los gobernadores tenían la obligación meta-constitucional de someter al juicio del gobierno federal las listas de candidatos a diputados federales de sus respectivos estados. Tiempos en los que regía la consigna de que los diputados federales eran del presidente de la república y los diputados locales y alcaldes les correspondían a los gobernadores de los Estados. Tiempos en los que ser candidato del PRI a cualquier cargo electoral era un simple requisito previo, la segura antesala para conseguirlo.


En este marco de acuerdos políticos interinstitucionales preestablecidos por el centralismo presidencialista, en febrero de 1973, el gobernador veracruzano Rafael Murillo Vidal partió a la Ciudad de México, en su agenda se contemplaba la entrevista con el Secretario de Gobernación para revisar la lista preliminar de los candidatos a diputados federales veracruzanos que conformarían la XLIX Legislatura Federal. En el escrutinio todo iba bien hasta que tocó el turno al distrito de Misantla, para donde el gobernador había situado, por lógicas razones, el nombre de Don Rafael Hernández Ochoa, pero su sorpresa fue magna al ser vetada su propuesta por el Secretario de Gobernación, quien le pidió sugiriera otro candidato para ése Distrito y entonces la renovada propuesta favoreció a Rodolfo Virués del Castillo, quien por unos días acarició la ilusión de convertirse nuevamente en candidato y diputado federal.


Las razones lógicas del porqué se incluyó a Don Rafael Hernández Ochoa en la lista de candidatos se explicaban porque éste era un reconocido amigo del presidente Luís Echeverría, del que había sido su colaborador como Subsecretario en Gobernación y, una vez en la presidencia, como titular de la Secretaria del Trabajo, de donde había salido por motivos de salud, siendo sucedido allí por Porfirio Muñoz Ledo. Ahora, sorpresivamente era vetado en su aspiración de convertirse en legislador y el verdugo era precisamente su amigo y compadre Mario Moya Palencia, obviamente siguiendo instrucciones de la presidencia de la república.


Por cierto que Moya Palencia también había pedido al gobernador Murillo Vidal sugiriera por Acayucan otro nombre que no fuera el propuesto General Celso Vázquez Ramírez, quien ya en el trienio 1967-1970 había sido diputado federal. En éste último caso, la perspicacia política del gobernador era tal que ya no sugirió a nadie más por ése distrito, dejándole a Moya Palencia esa primicia, entonces surgió la oportunidad para Serafín Domínguez Ferman, originario de San Andrés Tuxtla e identificado con el grupo que el Secretario de Gobernación preparaba para, madurados los tiempos, proyectarse a la candidatura príista a la presidencia de México.


Al enterarse de su situación política Don Rafael Hernández Ochoa movió los hilos a su disposición, como Carlos Sansores Pérez el líder cameral de los diputados priístas; aunque no muy convencido, Jesús Reyes Heroles, presidente del PRI nacional y el definitivo y también todopoderoso conducto de Doña Ester Zuno, esposa del presidente Echeverría, con la que Doña Teresa Peñafiel, esposa de Hernández Ochoa, guardaba una estrecha y afectuosa amistad. El indiscutible peso político de Doña Ester se vio reflejado cuando finalmente en la lista definitiva de aspirantes a legisladores federales fue incluido el nombre de Rafael Hernández Ochoa, no sin antes éste escuchara el rumor de que el presidente de la república había proferido la sugerente frase: “Está bien, pero que se olvide de la coordinación de la Cámara”. Un subliminal mensaje que se refería al ya próximo relevo en el gobierno veracruzano.


Fue así como se completó la lista de los candidatos a diputados federales veracruzanos para una singular Legislatura en la que figuraron los nombres de Silverio Alvarado, Demetrio Ruiz Malerva, Ignacio García, Patricio Chirinos, Rafael Hernández Ochoa José Luís Melgarejo, Delia de la Paz Rebolledo, Mario Vargas Saldaña, General Modesto A. Guinar, Rogelio García González, Lilia Bertely, Fidel Herrera Beltrán, Serafín Domínguez, Manuel Ramos Gurrión. Una configuración de políticos que de alguna u otra manera trascendieron en el ámbito de nuestro Estado pues tres de aquellos diputados alcanzaron la gubernatura, en su orden: Rafael Hernández Ochoa (1974-1980), Patricio Chirinos Calero (1992-1998) y Fidel Herrera Beltrán (2004-2010). Que se recuerde en ninguna otra hornada legisladora se ha presentado esta particularidad.
De estos legisladores, además de los ya citados gobernadores, Mario Vargas Saldaña y Manuel Ramos Gurrión aspiraron, sin conseguirlo, a gobernar Veracruz quedándose en el intento. En el rango del “hubiera”, el tuxpeño Demetrio Ruiz Malerva, cercano colaborador y amigo del entonces Secretario de Programación, Carlos Salinas de Gortari, figuraba como fuerte prospecto a ocupar la Secretaría de Gobierno cuando Gutiérrez Barrios tomara posesión de su cargo como gobernador de Veracruz y, por aquella relación, se le mencionaba ya como fuerte prospecto al gobierno veracruzano solo que, cuando por segunda vez era diputado, en una desafortunada confusión fue abatido a tiros en la ciudad de Álamo en 1986.


La historia está plena de hechos en los que un segundo esfuerzo, o muchos más que siguen a la primera frustración, concluyen en coronados éxitos, como el de Don Rafael Hernández Ochoa quien sin darse por vencido logró convertirse en diputado federal y desde esa posición alcanzó la candidatura al Gobierno del Estado, no sin antes transitar al través de un accidentado proceso que marcó aquella época veracruzana y que es conocido como “El Carbonelazo”, un fenómeno político en el que abortó la precandidatura de Manuel Carbonell de la Hoz al gobierno de Veracruz cuyo colofón lapidario está escrito en las ocho columnas del periódico Excelsior: “Yo como veracruzano no he votado por él”, frase con la que Don Jesús Reyes Heroles, presidente del CEN priísta, dio la pauta para iniciar un nuevo proceso para escoger a quien sucedería en el gobierno de Veracruz a Don Rafael Murillo Vidal.


Por lo pronto, al ganar Rafael Hernández Ochoa la candidatura a la diputación federal, se estaba definiendo también el destino político de otros personajes de la trama política veracruzana: Carlos Brito Gómez y Gonzalo Morgado Huesca, entre ellos. Esa es otra historia.





LA HISTORIA, FENÓMENO SIN FIN



La historia-dicen-cansada de crear se repite, para comprobarlo basta comparar los acontecimientos más sobresalientes de una época determinada y trasladarlos a la actualidad; de paso, concluiremos también que en materia social, en la evolución de las sociedades, la política y la economía están indisolublemente unidas. Tenía razón Tucídides cuando recitaba que “La historia es un incesante volver a empezar”.


“Lo mas grave no es solamente el hecho de que las causas históricas puestas en marcha para cumplir este periodo de la historia de México de acabamiento total de los hombres que han precedido la Revolución, no solamente las causas históricas que hacen actuar y proceder han arrastrado con tantos valores cívicos, mentales, políticos y económicos y han servido de fuente de corrupción de tantos hombres de arrojo, de temple; lo grave, lo mas grave quizás, consiste en que no solo hay un temor de no resolver la situación, sino de que hay un afán enorme de seguir haciendo fortuna personal entre todos los hombres que siguen en el poder público. Por eso he llamado a esta etapa de nuestra historia el neoporfirismo, nada más que hay que agregar que es un neoporfirismo enano. La ola de corrupción, el envilecimiento, la pequeñez de los hombres y de su conducta llega a tal grado que en todos los ámbitos de la república el cohecho, el peculado, las prevaricaciones, todos los delitos que pueden ser cometidos por los funcionarios se realizan, hasta llegar a constituir un verdadero modus vivendi que nunca, jamás, en ninguna época en los últimos treinta años habíamos llegado a este estado de disolución moral; porque la bancarrota económica no es siempre un signo de decrepitud.


“Desde la policía, pasando por los presidentes municipales, por los agentes del ministerio público, por los jueces, por los alcaldes de las cárceles, hasta llegar a los gobernadores de los estados y a los secretarios del gobierno federal, la ola de corrupción, con muy pocas y brillantes por eso excepciones, la situación de la burocracia organizada llamada “Partido Nacional Revolucionario” es una situación de desvergüenza completa. *18 de septiembre 1932


“Nada es posible esperar ya del poder público; no podemos esperar nada de ellos porque el poder público carece del programa, porque el poder público cree que hay que entregar paulatinamente México a Estados unidos, y porque sus hombres se preocupan exclusivamente de hacer fortuna personal.


“Somos nacionalistas porque queremos que , sí, porque no queremos que las fuentes de la producción económica estén en manos de los truts de extranjeros, como la energía eléctrica que pertenece a la Borah Sure trust Company, no queremos que las comunicaciones estén en manos de truts extranjeros como los teléfonos y telégrafos que se conecta con el truts de la compañía internacional que se conoce con el nombre de “Mexicana” en nuestro país; queremos que el petróleo, que los transportes, que las comunicaciones, que la energía eléctrica, que las bases mismas de la economía nacional pertenezcan a la nación mexicana…(1932)


“A pesar de lo que se diga en contrario, la crisis de 1929 no ha tenido en nuestro país la repercusión que en los países de desarrollo industrial, porque el estándar de vida de los obreros norteamericanos, por ejemplo, porque el estándar de vida de los obreros de otros países también, antes de la crisis, era un estándar superior; pero en México, donde llevamos siete siglos de vivir en el desastre, donde ya no es posible de reducir el número de tortillas de nuestros peones porque se morirían, naturalmente, de hambre, la crisis mundial tiene poca repercusión, porque hemos vivido en perpetua crisis económica.
“Y no quiero hablar del panorama político, porque el panorama político de México es semejante al panorama económico y social y es consecuencia, por supuesto, de nuestra estructura económica. País de naufragio como es México, no puede tener mas que dos caminos: o país de dictadura violenta al servicio de la burguesía y de las fuerzas reaccionarias nacionales y al servicio del imperialismo, o gobiernos populares que se convierten en la bandera y en el baluarte de todos los explotados de México contra el explotador, contra el interior y contra el exterior”. 1935


Los anteriores párrafos son fragmentos de diversos discursos pronunciados en la 3ª década del siglo XX por el gran ideólogo mexicano Vicente Lombardo Toledano. Por la vigencia de sus análisis a incontables mexicanos no le sería difícil suscribir y compartir la opinión con este singular político, aunque la coincidencia produzca coraje y frustración.


Por el paralelismo que permiten los hechos históricos podemos enriquecer nuestro acervo escogiendo casos como, por ejemplo, las sucesiones políticas en nuestro Estado. ¿Recuerda usted la forma en cómo Miguel Alemán Velasco se encartó para poder manejar su sucesión y proteger a su sucesor en el proceso del “destape”? En aquel proceso, como en el que viene, hubo “cartas” de relleno, algunas creyeron realmente en el jugo, otras dejaron su manejo en manos del “tallador”. Inevitablemente así sucederá ahora, ¿Quiénes serán las cartas de relleno? Esa es otra historia para contarla aparte porque, como bien dice Jacinto Benavente: “Una cosa es continuar la historia y otra repetirla”.


alfredobielma@hotmail.com


Febrero 2007