LA HISTORIA, FENÓMENO SIN FIN



La historia-dicen-cansada de crear se repite, para comprobarlo basta comparar los acontecimientos más sobresalientes de una época determinada y trasladarlos a la actualidad; de paso, concluiremos también que en materia social, en la evolución de las sociedades, la política y la economía están indisolublemente unidas. Tenía razón Tucídides cuando recitaba que “La historia es un incesante volver a empezar”.


“Lo mas grave no es solamente el hecho de que las causas históricas puestas en marcha para cumplir este periodo de la historia de México de acabamiento total de los hombres que han precedido la Revolución, no solamente las causas históricas que hacen actuar y proceder han arrastrado con tantos valores cívicos, mentales, políticos y económicos y han servido de fuente de corrupción de tantos hombres de arrojo, de temple; lo grave, lo mas grave quizás, consiste en que no solo hay un temor de no resolver la situación, sino de que hay un afán enorme de seguir haciendo fortuna personal entre todos los hombres que siguen en el poder público. Por eso he llamado a esta etapa de nuestra historia el neoporfirismo, nada más que hay que agregar que es un neoporfirismo enano. La ola de corrupción, el envilecimiento, la pequeñez de los hombres y de su conducta llega a tal grado que en todos los ámbitos de la república el cohecho, el peculado, las prevaricaciones, todos los delitos que pueden ser cometidos por los funcionarios se realizan, hasta llegar a constituir un verdadero modus vivendi que nunca, jamás, en ninguna época en los últimos treinta años habíamos llegado a este estado de disolución moral; porque la bancarrota económica no es siempre un signo de decrepitud.


“Desde la policía, pasando por los presidentes municipales, por los agentes del ministerio público, por los jueces, por los alcaldes de las cárceles, hasta llegar a los gobernadores de los estados y a los secretarios del gobierno federal, la ola de corrupción, con muy pocas y brillantes por eso excepciones, la situación de la burocracia organizada llamada “Partido Nacional Revolucionario” es una situación de desvergüenza completa. *18 de septiembre 1932


“Nada es posible esperar ya del poder público; no podemos esperar nada de ellos porque el poder público carece del programa, porque el poder público cree que hay que entregar paulatinamente México a Estados unidos, y porque sus hombres se preocupan exclusivamente de hacer fortuna personal.


“Somos nacionalistas porque queremos que , sí, porque no queremos que las fuentes de la producción económica estén en manos de los truts de extranjeros, como la energía eléctrica que pertenece a la Borah Sure trust Company, no queremos que las comunicaciones estén en manos de truts extranjeros como los teléfonos y telégrafos que se conecta con el truts de la compañía internacional que se conoce con el nombre de “Mexicana” en nuestro país; queremos que el petróleo, que los transportes, que las comunicaciones, que la energía eléctrica, que las bases mismas de la economía nacional pertenezcan a la nación mexicana…(1932)


“A pesar de lo que se diga en contrario, la crisis de 1929 no ha tenido en nuestro país la repercusión que en los países de desarrollo industrial, porque el estándar de vida de los obreros norteamericanos, por ejemplo, porque el estándar de vida de los obreros de otros países también, antes de la crisis, era un estándar superior; pero en México, donde llevamos siete siglos de vivir en el desastre, donde ya no es posible de reducir el número de tortillas de nuestros peones porque se morirían, naturalmente, de hambre, la crisis mundial tiene poca repercusión, porque hemos vivido en perpetua crisis económica.
“Y no quiero hablar del panorama político, porque el panorama político de México es semejante al panorama económico y social y es consecuencia, por supuesto, de nuestra estructura económica. País de naufragio como es México, no puede tener mas que dos caminos: o país de dictadura violenta al servicio de la burguesía y de las fuerzas reaccionarias nacionales y al servicio del imperialismo, o gobiernos populares que se convierten en la bandera y en el baluarte de todos los explotados de México contra el explotador, contra el interior y contra el exterior”. 1935


Los anteriores párrafos son fragmentos de diversos discursos pronunciados en la 3ª década del siglo XX por el gran ideólogo mexicano Vicente Lombardo Toledano. Por la vigencia de sus análisis a incontables mexicanos no le sería difícil suscribir y compartir la opinión con este singular político, aunque la coincidencia produzca coraje y frustración.


Por el paralelismo que permiten los hechos históricos podemos enriquecer nuestro acervo escogiendo casos como, por ejemplo, las sucesiones políticas en nuestro Estado. ¿Recuerda usted la forma en cómo Miguel Alemán Velasco se encartó para poder manejar su sucesión y proteger a su sucesor en el proceso del “destape”? En aquel proceso, como en el que viene, hubo “cartas” de relleno, algunas creyeron realmente en el jugo, otras dejaron su manejo en manos del “tallador”. Inevitablemente así sucederá ahora, ¿Quiénes serán las cartas de relleno? Esa es otra historia para contarla aparte porque, como bien dice Jacinto Benavente: “Una cosa es continuar la historia y otra repetirla”.


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Febrero 2007