LA MENTE COLECTIVA

Por Alfredo Bielma Villanueva


De las ciencias sociales una que sobresale por su aplicación de excelencia en el arte de gobernar es la psicología social pues quien aspira al poder debe conocer la conducta de las masas, la actitud de estas ante el poder, su manipuleo y hasta la forma en cómo hacerles llegar promesas sin que su incumplimiento provoque el deterioro de una imagen previamente configurada en base a un persistente bombardeo sobre la mente colectiva.


Sabido es que la mente colectiva no tiene intelecto, que es presa fácil de manipulación, que incluso se puede presumir de garantizarle la libertad de pensamiento pues carece de este y si lo llegare a tener sería solo un acondicionamiento al modo de quines lo manejan. Por esta razón se emplea el engaño consciente, a la vez que se cree sinceramente en lo que se dice, se manejan noticias que de improviso desaparecen pero que se reactivan a conveniencia cuando se hace necesario, es como hacerle trampas a la realidad. ¡Recuerda usted al “Chupacabras” o aquellas patéticas trasmisiones cotidianas que la TV hacía del barco con ayuda mexicana para las víctimas del maremoto indonesio?


Se aprovecha la información para enfatizar que solo lo que el gobierno dice es verdad pues la masa no tiene una verdad, sus verdades son las que se les inculcan, incluso la verdad de hoy ya no es la de mañana. La única mentira con verdad es la colectiva y esta no tiene intelecto ni memoria luego entonces es fácil de “orientarla”, sugestionándola, desorientándola a capricho de los intereses de la casta gobernante. Si a la masa se le da a escoger entre la libertad y la felicidad indudablemente que se decidirá por esta última porque aquella le da temor, anclada como ha estado siempre bajo el dominio y la orientación de los mas fuertes.


Por estos mecanismos de “orientación colectiva” llaman la atención dos asuntos del matiz legislativo local que en la última semana de Noviembre destacaron como para “tentarle el agua a los tamales”: uno, el dictamen referente a la expedita autorización para que el ayuntamiento de Veracruz enajenara una fracción del parque de diversiones “Reino Mágico”, un tradicional centro de entretenimiento para los habitantes de aquella ciudad, particularmente de las gentes de menores recursos económicos. La solicitud se fundamentó en la construcción de un centro comercial, adosándolo a otros supuestos beneficios y, al gancho mayor, la creación de empleos.


La inusitada aprobación por los diputados causó tal revuelo que de inmediato el ayuntamiento porteño dio marcha atrás y dejó el asunto para mejores días. Por su parte, como para cargarse de la risa, un diputado que por inercia o consigna aprobó la solicitud presentada por el ayuntamiento jarocho, a toro pasado, públicamente justificó las razones del desistimiento edilicio e informó que ¡mandó a hacer una encuesta para peguntar a la ciudadanía si estaba de acuerdo con la venta en cuestión y descubrió que no era conveniente lo que sin recato alguno había votado!


Por inmadurez o por mandato, su dicho resulta peor, risible e incongruente, mejor hubiera sido guardar silencio por el debido respeto a una ciudadanía que no merece este tipo de “representante”. Pero abusando de que el ente colectivo no tiene memoria, la audacia y la ignorancia se manifiestan con prontitud.


Otro asunto de llamar la atención es la sorprendente solicitud para enajenar 45 mil metros cuadrados de un terreno aledaño a le Escuela Normal Veracruzana, cuyos directivos y alumnos alegan que es patrimonio de esta escuela. El sustento de la solicitud, de locura, es que la venta era para instalar allí una planta de Etanol. Lo burdo del asunto salta por todos lados ¡se imagina usted una planta de Etanol en pleno entorno urbano? Lo grosero el propósito es esférico porque se le nota larga distancia.


¿Porque dos asuntos tan controvertibles fueron agendados por la Comisión correspondiente en la misma sesión de la legislatura local? ¿Manejo frívolo o apresurada consigna? Dos asuntos en los que, además, se pisó vidrio con pies descalzos pues en ambos se dio marcha atrás.


A veces ciertas noticias sirven para tender cortinas de humo que distraigan la atención ciudadana. Todo esto sucedió cuando en las goteras de la capital estatal aparecen hombres pertrechados cor armas de alto poder; cuando los “levantones” se multiplican y es creciente la apreciación ciudadana respecto de un clima de creciente inseguridad e impunidad. Sí, la mente colectiva es como un papalote, se mueve según le sople el viento.

alfredobiema@hotmail.com
Diciembre 20007