EL MILITANTE Y EL PARTIDO

Alfredo Bielma Villanueva




“Porque coincidimos en lo principal podemos discutir lo accesorio” decía don Jesús Reyes Heroles en Conferencia pronunciada el 9 de marzo de 1963, con motivo de la clausura de la Primera Reunión Nacional de Programación del Partido Revolucionario Institucional. Después, el 21 de febrero de 1972, al tomar posesión como Presidente del CEN priísta dijo: “Coincidiendo en lo fundamental, podemos discutir y hasta cuestionar todo lo demás y darle distintas opciones a quien tiene que decidir: el pueblo. Con las instituciones, todo, incluso el cambio; contra ellas, nada”.


De aquello han pasado muchos años, durante los cuales el país se ha transformado social, política y económicamente. De eminentemente rural, la población es ahora mayoritariamente urbana; de economía mixta pasamos a una economía abierta y globalizada y de régimen de partido único a un extenso pluripartidismo, ya la alternancia abrió la puerta de nuestra historia y vamos en camino hacia la transición. Un México diferente a aquel de Reyes Heroles de 1963, cuando este preguntaba “¿es posible que los ejidatarios militen en un partido (diferente al PRI) que quiere que el ejido sea una propiedad con todos sus atributos, incluyendo la posibilidad de vender, si se sabe, por una experiencia de hace más de dos mil años, con la ley de los Gracos, que una reforma agraria, cuando dota de propiedad a sus beneficiarios, está sentando las bases para que vuelva a surgir la concentración de propiedad a costa de quienes se intentó beneficiar?”


Cuan diferente el México de un partido que propició la propiedad social de la tierra y que paradójicamente años después fue utilizado durante el gobierno de Salinas de Gortari para reformar el artículo 27 constitucional, que dio al traste con la Reforma Agraria y desvirtuó al Ejido exponiéndolo al mejor postor.


En el transcurso de estas transformaciones la ciudadanía, mexicana tantas veces defraudada, ha adquirido madurez y experiencia en lo que concierne a elecciones y bueno sería que se reflejaran en la conducta de los partidos políticos. Considerando que México, los Partidos y la ciudadanía han cambiado, en esta lógica, no pasa desapercibida la carta que dirigiera Flavino Ríos Alvarado al Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI solicitando se implemente el método de consulta a la base para escoger el candidato a la alcaldía de Minatitlán.


No es el primer ciudadano que solicita a su partido que en el procedimiento para seleccionar candidatos a cargo de elección popular, en este caso la alcaldía, se practique una consulta pública. No es tampoco el primer aspirante que, conocedor de las triquiñuelas que en estos casos se estilan, clama por procedimientos limpios. Es sí, que se tenga memoria, el primer ex Secretario de Gobierno que desde una ubicación meramente ciudadana plantea a su partido (del que ha sido delegado estatal) un proceso en el que prevalezca la decisión democrática de la membresía partidista y de la comunidad. Esta es una señal más del profundo cambio que se está suscitando al interior de la clase política veracruzana y del sistema político mexicano.


Es destacable la petición de Flavino Ríos Alvarado pues para nadie en Minatitlan es un secreto la fuerte injerencia política de la sección 10 del Sindicato de Petroleros en las decisiones del Partido Revolucionario Institucional. La sección sindical lógicamente tiene su pretenso aspirante a la alcaldía, pero si se observa con detenimiento el grueso de aspirantes a la alcaldía minatitleca está constituido por ciudadanos (de la sociedad civil, dirían los despistados), que no tienen nada que ver con aquel sindicato; al que por cierto ya le han arrebatado la alcaldía, como sucedió en 1997 con Amado Guzmán.

No ha dado un paso en falso Flavino Ríos, conocedor de los canales institucionales los ha transitado puntualmente; pero tiene trabajo en la base y está convencido de su convocatoria. Minatitlan es un enclave de importancia en el sur veracruzano y el voto corporativo del sindicato así como la afiliación automática ha venido en decadencia, además la población ya esta cansada del dominio electoral absoluto de los petroleros en lo que respecta a posiciones edilicias y diputaciones.


Llama la atención el paso que ha dado el ex Secretario de Gobierno porque a diferencia de otros precandidatos priístas no ha propiciado el rumor de su incorporación a otras siglas en caso de no ser el favorecido. Esta última estrategia por cierto da resultado, como pudiera ser el caso de Coatzacoalcos en donde Marcelo Montiel aspira de nuevo a la alcaldía por su partido, el PRI, no sin previamente deslizar la amenaza de cambiar de camiseta si no resulta el candidato. De que tiene con qué ganar nadie lo pone en duda en Coatzacoalcos, a pesar de los mensajes nada cifrados que le mandan de sacarle en plena campaña algunos trapitos a la luz del sol. Lo que tal vez no le preocupa porque dicen que él también posee información de ciertos enjuagues que involucran a destacados personajes de la vida política veracruzana. Nada nuevo bajo el sol.


Propone Flavino Ríos que todo precandidato a la alcaldía minatitleca se comprometa a no aceptar otra posición que no sea la candidatura a la presidencia municipal. Algo que éticamente debiera ser considerado porque en el chambismo político con frecuencia se “aspira” alto para obtener lo que realmente es la medida del tamaño político. Quedarse con una sindicatura o, de perdida, una regiduría es lo que tradicionalmente se ha estilado. Esto auspicia sucias componendas y fomenta el trapecismo y ya es hora de adecentar la política y sus procedimientos; que asciendan solo quienes tienen vocación de servicio y no aquellos que, acostumbrados a la ubre presupuestal del erario, se esfuercen por continuar medrando gracias al recurso público.


Muchas son las propuestas que pudieran hacerse, no son las de Flavino las únicas, pero tienen el valor de expresar lo que todo ciudadano respetable debiera hacer. Siglos de sumisión ante el poder han aletargado al pueblo de México, bajar la cerviz ante el poderoso ha sido, desgraciadamente, una de nuestras características como pueblo, ya es hora de despertar. Sobre todo en aquella región sureña en donde mucho cuenta la heterogeneidad de razas, la mixteca-zapoteca particularmente, a la que si algo caracteriza es la testarudez y la cerviz, tan vertical que es imposible de doblar.

No vaya a ocurrir, como también dijera Reyes Heroles, que desoyendo las propuestas, de la militancia se diera el caso “del aparato imponiéndose a la base… la creación rebelándose al creador. Impedirlo es obligación de dirigentes y militantes. Los dirigentes deben estar siempre cerca de las filas, entre aquéllos y éstas debe efectuarse un contacto cotidiano y, al mismo tiempo que están obligados a orientar a la masa, deben amalgamar sus ideas con las necesidades y planteamientos que la propia masa les hace…la acción sin ideas lleva al oportunismo; las ideas sin acción llevan, si acaso, a las academias. La política es acción con ideas; perseguir objetivos que se tiene la capacidad de alcanzar.”


Irresistible y rica la veta de Reyes Heroles: “Hagamos mejor política y acabemos con la politiquería…tenemos que elevar la contienda interna, ocuparnos de las ideas, alzar la mira, que todos los militantes que aspiran a las candidaturas luchen ante la base, convenzan a sus compañeros de partido, obtengan adhesiones por su conducta y su modo de pensar y se olviden de las antesalas y de los corredores en las oficinas de funcionarios o dirigentes. Soluciones en la base y con ella, no arreglos desde la cúspide” Magíster Reyes Heroles Dixit.


alfredobielma@hotmail.com



Abril 2007







LA CONTRALORIA ¿CONTROLA?

Alfredo Bielma Villanueva



El Control es una de las funciones de mayor importancia que cualquier tipo de organización administrativa debe implementar para conseguir con eficacia y eficiencia los objetivos y las metas que se hayan programado. Planeación, Organización, Dirección y Control son partes fundamentales de toda administración moderna. No hay control sin planes, la función de controlar es un plan en sí mismo. Controlar es evaluar para conocer si los planes se están cumpliendo y/o tomar en su caso las medidas correctivas. ¿Hasta qué grado se cumplen estas funciones en el desempeño del gobierno del Estado?

La visión y la misión de la Contraloría Estatal es la de “promover el uso óptimo, honesto y transparente de los recursos y elevar la calidad en la gestión y desempeño de los servidores públicos (…), lograr el reconocimiento y credibilidad de la sociedad (para) lograr un gobierno honesto y transparente que proporciona bienes y servicios con nivel de excelencia a la Población Veracruzana”.

Desde su creación el órgano de control recibió innumeras críticas por cuanto al razonamiento lógico de que va a “controlar” a quien paga y a quien corresponde por ley hacer el nombramiento de su titular. Si todo se quedara en la instancia de la evaluación no hubiera problema pero ¿cómo divorciar la subordinación respecto de la obligación de controlar y evitar desvíos? Este es a no dudarlo uno de los problemas a los que se ha enfrentado este órgano y sus titulares.

En la administración alemanista, por ejemplo, la contraloría social observó numerosos casos de presunta corrupción. Hubo incluso una denuncia pública en torno a ciertos bienes que en corto tiempo ya poseía el secretario particular del ejecutivo estatal pues, obviamente, no le salían las cuentas para contar con ese patrimonio, dado sus antecedentes de burócrata asalariado. En la respuesta no hubo transparencia alguna, y todo se quedó en la apreciación que la ciudadanía tuvo del presunto acto de corrupción por un muy evidente enriquecimiento, más que explicable. ¿Qué hizo entonces la contraloría? A parte de mutis o de una aparente investigación, que se sepa, nada.

En la actual administración los medios de comunicación y la contraloría social han señalado insistentemente el caso del AC20. En su comparecencia ante la Comisión correspondiente del Congreso local, Susana Torres informó que la auditoria practicada a la Junta Local de caminos, Maquinaria de Veracruz, Subsecretaría de Protección Civil y a la Sedesma encontró anomalías en el manejo del material AC-20 y aseguró que esperaría a que solventaran las observaciones, a más tardar el 30 de noviembre. Dijo que según las dependencias involucradas se habían recibido 69 mil 900 toneladas de aquel material, pero que PEMEX tenía registradas para Veracruz 98 mil 200 toneladas, con un valor de 300 millones de pesos. Informó que se detectó que se entregó AC-20 a 11 empresas particulares y 56 municipios.

Es evidente que, al menos en este caso, el requisito de transparencia no ha sido cumplido, pues a cuatro meses de iniciado el año aún no se sabe en qué quedó aquel asunto.

Hay otro expediente, entre varios más, que es la denuncia que se presentó en contra del Secretario de Gobierno ante la contraloría del Estado para que se le investigue al igual que al Director del Patronato del Museo de la Ciudad de Xalapa por hacer proselitismo político, el 11 de febrero en la Colonia Floresta. Como pruebas entregaron un Video, audio y versiones de los discursos de Escobar y de Velasco. La contralora ofreció que se estudiaría el caso. (Política 27-II) Sonriente, (¿o seguro de impunidad?) Escobar tomó a chunga la denuncia y dijo que lo acusan porque apoya al pueblo.

Dos meses después, la contralora del Estado ha dicho que ya está listo el resolutivo de la queja contra del Secretario de Gobierno. “Yo les dije que estaría lista esta semana, sé que está lista, pero lo que no les puedo decir es si ya fue notificada a los quejosos.” Respecto del sentido de la resolución dijo que no lo puede decir porque estaba en otros asuntos. (DX-14-IV)

Hay en la corta historia de este gobierno una serie de expedientes abiertos y pareciera que la intención es enfriar la nota y que el tiempo borre de la olvidadiza masa social estos asuntos. La dinámica social y de los acontecimientos ciertamente provoca que se atropellen unos a otros, solo que la contraloría social está cada vez mas despierta y atenta del acontecer político, pues están en juego recursos públicos que pareciera no están ejerciéndose con la eficiencia que se requiere.

Que se sepa, al menos aún no se ha informado por parte de la contraloría a qué se debió el desfase financiero de las obras del “distribuidor de las trancas”; 20 millones de diferencia en una construcción tan elemental son muchos millones. ¿O acaso no se ha hecho aún la evaluación acerca del porqué tanta diferencia entre lo proyectado y lo que finalmente costó esa obra?

Otro más es el retraso en las obras del paso a desnivel en Araucarias, que se encuentra con un considerable desfase en tiempo, lo que revela una pésima calidad en la gestión del área responsable. ¿Ha hecho algo la contraloría para conocer la realidad del retraso de dos meses, más los que se sumen? Porque eso es parte de su evaluación, y si la premisa es la transparencia, bueno sería que se le explicara a la población jalapeña los motivos del atraso.

Quedarse en la cómoda instancia de vigilar que a los lunes de puertas abiertas asistan los responsables de las distintas áreas resulta bastante caro a la población. En un régimen democrático la Contraloría Social debe mantenerse atenta de que quienes son servidores públicos cumplan con su obligación con eficiencia, responsabilidad y transparencia. Es un reto del ser y parecer contra la simulación.


alfredobielma@hotmail.com
Abril 2007




DEPORTE Y POLÍTICA- PAN Y CIRCO
Alfredo Bielma Villanueva



La política y el deporte forman parte de un contexto en el que el segundo está sujeto a la orientación que la primera le imprima, estableciendo como prioridad las bases para conseguir y mantener la salud física y mental de la población. No hay subordinación del deporte a la política, no debe existir, pues ya en la práctica de su respectivo desarrollo, cada cual debe caminar por senderos diferentes, de lo contrario el deporte se corrompe al mantener sobre sí la ajena injerencia del interés político. Cuando esto último sucede obliga al deporte a seguir designios diferentes al armónico desarrollo del cuerpo y del alma.


El espectáculo para el entretenimiento siempre será útil, pues permite al individuo en sociedad un eventual alivio de las tensiones que la rutina y problemas existenciales como la fugacidad de la vida le ocasionan. Sirve como una evasión de la problemática que la vida cotidiana le impone.


De esta circunstancia se han aprovechado durante siglos los gobiernos para distraer la atención del pueblo respecto de los problemas que no se resuelven. Tal cual sucedía con la vieja fórmula del Imperio Romano, que sigue teniendo vigor, de presentar a la población los sangrientos espectáculos en el Coliseo de Roma. Basta un poco de pan y mucho circo, mucho espectáculo, aunque sea de mala calidad, para entretener a la plebe y mantenerla abstraída.


Schopenhauer afirmaba que “la vida oscila como un péndulo entre el dolor y el hastío”; para él, destinados al primero estaban los días de la labor semanal, excepto el domingo que era reservado para el “hastío”. Una visión pesimista, ni duda cabe, tal cual era su actitud ante la vida. Sin embargo, en el fondo de su planteamiento, sobresale una constante de la vida cotidiana moderna. ¿Qué sería del hombre sin el espacio para el entretenimiento? ¿En qué ocuparía su tiempo? ¿En vez de discutir resultados deportivos, acaso en buscar la manera de cambiar las cosas en la sociedad?


A esta estrategia, como práctica política, Nicolás Maquiavelo la consideraba una herramienta de dominio sobre la voluntad popular. Bobbio, la calificaba como instrumento manipulador de la conducta colectiva, y Rodrigo Borja como “una expresión de populismo ramplón que no siempre es efectivo”. Pan y Circo no es manejo nuevo, al contrario, rutinario esfuerzo de los gobiernos para entretener al pueblo alejado del acontecer político. Rústica, tradicional, no cara pero efectiva manera de entretener a las masas.


¿Qué sería del arte de gobernar sin la propiciatoria articulación del deporte con las labores del gobierno? Más pesada sería, sin duda, la carga de los gobernantes sin el auxilio del entretenimiento. En Veracruz los gobernantes han procurado siempre el estímulo al deporte profesional. En los tiempos de Murillo Vidal este reanimó al equipo de fútbol profesional e, incluso, apoyó a los promotores para crear el equipo de base ball “Los Cafeteros de Córdoba”; Dante Delgado impulsó a los “Tiburones”.


Pero ningún gobernante desea trascender como quien vendió un equipo deportivo. Patricio Chirinos asumió ese reto debido a los magros resultados que el Tiburones proporcionaba y a lo oneroso de su nómina que gravitaba sobre el presupuesto estatal. Miguel Aleman regresó la franquicia futbolera a Veracruz concesionado su manejo a un particular. Los resultados financieros de aquella administración del equipo ya los conocemos, pero futbolísticamente proporcionó algunas satisfacciones.


Ante los desfavorables resultados que tienen al equipo futbolero en la cola, apenas cerca de su Standard que es la media tabla para abajo, ahora ha declarado el gobernador Fidel Herrera la posibilidad de transferir el 49% de las acciones de esa empresa a manos de la iniciativa privada, en la que ya hay interesados en participar, conforme a lo declarado por el Ejecutivo Estatal.


Una decisión atinada, pues ya en 2005 había empresarios de México y de los Estados Unidos dispuestos a pagar el valor del equipo, que era de 90 millones de dólares, según declaró el gobernador en febrero del 2005 cuando informó que cinco grupos empresariales se interesaban en comprarlo: Juan Antonio Hernández, ex-propietario de Toros Neza; Jorge Vergara, de Chivas; Anuar Maccise, ex-dueño del Tampico Madero y un grupo de San Antonio, Texas. Ojala no sea demasiado tarde para hacer la operación pues el avalúo aquél por lo que se observa cubre con creces la medianía del equipo.


La participación de la iniciativa privada dará nuevos aires a la dirección del equipo; pues tomándolo como negocio seguramente lo reforzarán de manera adecuada para darle a la afición la calidad deportiva que merece.


En fin, la necesaria separación de política y deporte nos recuerda lo que Plinio el Viejo narró sobre Apeles, un pintor de mucha fama en la Antigua Grecia. El pintor, queriendo conocer la opinión del pueblo acerca de su obra la expuso a la crítica, quedando muy pendiente de lo que esta expresara. Así pudo escuchar el comentario de un zapatero acerca de que al zapato en una de las pinturas le faltaba un ojal, concediéndole autoridad al zapatero, de inmediato corrigió el detalle. Pero a continuación, engolosinado, el zapatero se refirió a las piernas pintadas en el lienzo a lo que Apeles respondió: "Ne supra crepidam sutor iudicet" (un zapatero debe limitarse a opinar sobre sus sandalias). Conseja que nos llega de aquellos gloriosos tiempos con la expresión que en México conocemos como "zapatero a tus zapatos". Que, por cierto, aún no terminamos de aprender.


alfredobielma@hotmail.com
Abril 2007





EL CULTO A LA PERSONALIDAD
Alfredo Bielma Villanueva



En su libro “Idea de un príncipe político cristiano”, Diego Saavedra dice que “El arte de reinar no es don de la naturaleza, sino de la especulación y de la experiencia”; un pensamiento que riñe con la actitud de quienes, recibiendo la encomienda de gobernar, se dejan ver como si fueran señalados por el dedo del destino. Para la aparición de este tipo de personajes ayudan las condiciones socioeconómicas y culturales de cada lugar y tiempo. La historia así lo registra.


Abundan ejemplos de gobernantes que han profesado una fe pública respecto de su persona juzgándose los salvadores, guías, redentores de todos cuantos lo rodean. Los casos de Stalin en Rusia, Mao Tse Tung en China, Mussolini en Italia, Hitler en Alemania, Franco en España, etc. son de los más recientes que la historia universal del hombre reconoce. Tuvieron en común el que su permanencia en el poder se debió a un férreo control del mismo y nunca fruto de la voluntad popular.


Todos ellos, “tocados por el destino”, en maniáticos paroxismos electrizaban a las masas. Stalin, por ejemplo, en 1948 hizo publicar un libro sobre su biografía en la que se le pintaba como un sabio y gran estratega, sin comparación planetaria. A la generación ahora de salida nos toco leer sobre las “virtudes” del líder Chino Mao Ste Tung, quien mandó a imprimir ¡700 millones de su “libro Rojo”! que los Jóvenes de la Guardia Roja abrevaban con exorbitado frenesí. ¿Quién no recuerda aquella fotografía del “inmortal” Mao nadando en el río Yangtse, que fue difundida en todo el orbe para presumir la inquebrantable salud y fortaleza física del líder, a pesar de su avanzada edad? De repente esas aguas que bañaron al iluminado se convirtieron en mantos sagrados.


Cómo olvidar las canciones que se referían a Mao como “el sol rojo en el centro de nuestros corazones y el salvador del pueblo”. Solo que, después de aquel aluvión de panegíricos, todo terminó conociéndose como la "década catastrófica" de China.


Acaecimientos del siglo XX, prolífico en esta tipología de líder político que llena una interminable lista en la que aparecen, entre otros, el dictador ugandés Idi Amin, el rumano Nicolae Ceauşescu, el ejecutado Saddam Hussein, a Mobutu Sese Seko, de Zaire, a Robert Mugabe, de Zimbabwe, Arao Moi, de Kenia, etc. Una falange de hombres que en el ejercicio del poder presumieron estar tocados por la mano de Dios, predestinados para hacer las proezas que sus pueblos necesitaban para salir de su atraso. Por supuesto que sería atrevido y hasta audaz asumir que lo lograron.


En el continente americano sobresale Hugo Chávez, a quien sus adversarios apodan “El narciso de Caracas”, por su muy conocida inclinación al exhibicionismo y al protagonismo, frente a un pueblo que padece hambre. Este singular comportamiento como hombre público solo la psicología podría explicarlo. Por ejemplo, la psiquiatra venezolana María Josefina Bustamante dice que Chávez “presenta una deformación narcisista de la personalidad. Busca constantemente aprobación y ha perdido todo sentido de la proporción y de las normas que regulan las relaciones entre semejantes…”


El doctor Edmundo Chirinos, supuestamente el psicoterapeuta de cabecera de Chávez, asegura que éste es un Narciso, y argumenta: “Ya ha sucedido que Chávez hable sin parar desde las seis de la mañana hasta la medianoche sin interrupción. Es extremadamente extrovertido y bastante excéntrico. Además, obsesivo”. ¿Pero un psicópata? Le preguntan, "No, él es un político. ¿Acaso no lo son todos?", responde. Su psicoterapeuta piensa que Chávez se quedó en la pubertad. Al preguntarle sobre su sentimiento hacia el presidente venezolano, contesta: “Me gusta mucho como persona, a pesar de sus defectos. Me gusta su espontaneidad. Fíjese, todos los presidentes y candidatos a elecciones acarician a los niños. Se trata siempre de actos hipócritas. Pero en él es auténtico. En eso radica su popularidad. En ese plano es absolutamente honesto. Esta espontaneidad tiene también que ver con un plano de su subconsciente, su necesidad de afecto. Él da amor para obtener amor”.
Pero, ¿a qué obedece este fenómeno social? Según el diccionario Soviético de filosofía el "Culto a la personalidad" es una “Ciega inclinación ante la autoridad de algún personaje, ponderación excesiva de sus méritos reales, conversión del nombre de una personalidad histórica en un fetiche” Esta interpretación, dice el diccionario, es una concepción idealista de la historia que define el desarrollo de las sociedades gracias a la inspiración y a la acción de ciertos hombres, sin importar las condiciones sociales y económicas del momento en que se producen los acontecimientos.


Lamentablemente la ignorancia y la pobreza son el caldo de cultivo más propicio para germinar esta nociva simiente. En nuestro país, en nuestro Estado, para evitar esa eventualidad, el más sólido valladar contra esta plaga consiste en fortalecer las instituciones, dotarlas de respeto y confiabilidad; consolidar nuestro Estado de Derecho y permanecer vigilantes para arrancar la raíz de cuanta ortiga amenace crecer.


Por lo mismo, no será ocioso comentar, por preocupante, que en nuestro Estado el 23 de marzo, en un programa tempranero de corte campirano, en radio más, “la radio de los veracruzanos” se interrumpe el inicio de una melodía para dejar oír la voz del locutor ( con gran experiencia por cierto): “antes de continuar con la canción, para seguir la programación que nos dejó nuestra productora, quiero comentar este hermoso detalle del gobernador del Estado-dirigiéndose a su compañera de conducción-figúrate que les manda telegramas de felicitación a quienes se casan. Ella: sí, que detalle tan bonito- Él: ya me imagino lo que deben sentir quienes los reciben. El gobernador está en todo, no se le escapa una (risas). Ella, con risitas: ya ves cómo trae a sus colaboradores, los monta en una bicicleta y allí van todos sudados, él en cambio fresquesito, como si nada. Él: que bueno que nos gobierna”.




Obviamente, no se puede atribuir la intención de estos desaciertos al ejecutivo estatal, algún oficioso querrá quedar bien. Los locutores, como ciudadanos, están en su entera libertad de pensar como quieran y lo que expresaron, si hubiera sido en una radiodifusora comercial, pasaría como anuncio pagado y sometido al criterio del radioescucha. Pero habrá que recordar que “radio más” es una emisora que se subsidia con recursos fiscales, es decir con la aportación del esfuerzo de todos los veracruzanos, que no necesariamente piensan igual y merecen una programación ajena a protagonismos políticos; y que su razón de ser es la de proporcionar un sano entretenimiento y a la vez acrecentar el acervo cultural de los veracruzanos.




alfredobielma@hotmail.com
Marzo 2007




EL RUIDO EN VACACIONES
Alfredo Bielma Villanueva




El ruido mediático que los gobiernos estatal y municipales y los partidos políticos, sobre todo los del PRI y del PAN, han introducido en la sociedad es tanto o más molesto que el zumbido y la ponzoña de un mosquito a medianoche, lo peor es que aquello no sirve ni para el efectivo desarrollo económico de la entidad ni para el perfeccionamiento de nuestra muy incipiente democracia. Adicionalmente, ha irrumpido con violencia en nuestro solar provinciano el mortal murmullo de las armas; un lamentable escenario que ni en pesadillas esperábamos.


Para no formar fila entre los agoreros del desastre, sin que ello implique soslayar la realidad que ya era perceptible, ocupémonos por ahora de otra clase de ruido que aún siendo incruento conlleva una intensa carga negativa por su nocivo efecto en la sociedad. Son múltiples los asuntos que se ventilan con asiduidad ante la opinión pública y su excesiva repetición levanta más de una ceja porque finalmente el resultado no se multiplicará como los panes de la Biblia. Por ejemplo, el asunto del Fondo Veracruz planteado como si fuera una gran obra de ingeniería financiera, cuando no es más que la inversión de un dinero disponible para cubrir compromisos de fin de año, al que se le pretende sacar los mayores rendimientos financieros posibles. No es mala la opción porque es preferible que a mantener el dinero ocioso en las arcas públicas.


Es un procedimiento que ya se ha hecho en los Estados de Nuevo León y de México y que aquí, por un exceso de “negociación” con el Congreso, o porque aún no se tiene completo el expediente, o porque para hacer ruido se adelantó la noticia como tema para distraer la atención, aún no se ha concretado, pues lo que se anunció para el 23 de marzo ahora se difiere para el 23 de abril. Para cuando eso cristalice seguramente escucharemos el mismo ruido mediático de estos días sobre el particular. Es como brincar, caer en el mismo sitio y aparentar que se hace ejercicio de alpinismo.


Lo mismo podemos observar en cuanto a la anunciada arribazón de miles de turistas a nuestras costas. Algo que de antaño sabemos es que nuestros plácidos lugares han sido atractivos para la clase media del Distrito Federal y de los Estados de Puebla, Hidalgo y Tlaxcala. Por las indiscutibles bellezas naturales, su gente y sus precios, Veracruz es atractivo, porque sus hoteles y restaurantes- con su buena calidad y servicios- no alcanzan los elevados precios de Cancún, Puerto Vallarta, Los Cabos, etc. Destinos turísticos estos, reservados para quienes pueden prescindir de hoteles como el “Camarena” de nuestro Veracruz, por ejemplo.


Nos visitan por la cercanía de destino turístico y porque ya es cultural pues es la senda que generaciones de turistas han seguido, y seguramente vendrían más si se promoviera con eficacia y con la debida anticipación allá en los sitios desde donde viene la gente; no como ocurrió con la llamada “promoción” del carnaval de Veracruz que “fue a hacer” el Secretario de turismo a España, apenas quince días antes de que se llevara a cabo nuestra afamada y rumbosa festividad.


Vienen, a pesar de que nuestra infraestructura carretera deja mucho que desear, y no es de ahora, pues el Estado de Veracruz siempre ha sido un destino turístico preferido. Lo importantes es que se adopten políticas de promoción, difusión y fomento a nuestras regiones turísticas que, por cierto, van más allá de la conurbación Veracruz_ Boca del Río. Para esto serviría de mucho el dinero que se destina para convencernos de lo que se está haciendo en este ramo tan importante.


En este discurrir de los acontecimientos que tan vertiginosamente acontecen, la población veracruzana se encuentra entre los preparativos para el descanso y las estrategias políticas para desprestigiar al contrario, tal cual lo hacen los actores de nuestro entorno, como si la ciudadanía se estuviera chupando los dedos y fuera fácil presa de quienes, debiendo actuar con responsabilidad, se dedican a la mas pueril de las intrigas. (Subliminalmente atribuir, por ejemplo, que los hechos sangrientos en el puerto de Veracruz se pudieran evitar con “unidad de mando” en la policía; sin reflexionar acerca de la grave falla de los servicios de “inteligencia”, si es que los hubiere, al no detectar a tiempo las componendas de algunos policías con los agentes del crimen).


La sociedad recibe el impacto de manera cotidiana; cosas sin sentido, sólo para distraer la atención y que importunan aún más la paciencia ciudadana. Uno de ellos es demandar a un diputado local por que exhibió documentos que describen tácticas “ilícitas” del PAN para la campaña que se avecina, a sabiendas que es improcedente el recurso ya sea por la condición de diputado del demandado o por el baladí y supuesto ilícito en que incurrió.


Nuevos tiempos sin duda son los que corren, qué mejor que el hombre social se prepare para su participación que es, esa sí, la más importante, pues se trata de elegir a autoridades y representantes “populares” (¿¡!?). Para lo cual convendría evaluar las opciones que se le presenten e inclinarse no por quien haga más ruido en campaña sino por su condición de ciudadano honorable y útil; no por ser un político famoso, cualquiera que sea la razón de esto, sino por quien demuestre compromiso social, y después de esa valoración tomar la determinación de hacia donde orientar su voto.


La disyuntiva debe ser no por qué partido votar, sino a qué tipo de ciudadano vamos a elegir como responsable de trabajar para la sociedad. El trapecismo, el transfugismo, el tarzanismo (soltar una liana para asirse a otra), deben ser analizados a conciencia; es la única manera para adecentar la política e ir acomodando los valores que den fin a la tradicional práctica de querer hacerse “político” para enriquecerse con facilidad, aprovechando las canonjías y el tráfico del poder, como es de sobra sospechado. La ciudadanía es la responsable_ todos lo somos _ de crear una nueva clase política que tenga como objetivo el desarrollo social; eso lo resolveremos votando con conciencia para darle a nuestro voto el valor que merece.


En lo que corresponde a los candidatos a diputados por allí ya se mencionan algunos nombres, bueno será que la sociedad se entere respecto del origen de las fortunas de algunos de ellos. A esos habrá oportunidad de exhibirlos públicamente y de rechazarlos admonitoriamente, para que sirvan como defenestrables ejemplos de lo que no debe ser en el servicio público.
Queda para el análisis la eticidad, válgase la expresión, de estos saltos de un puesto de elección popular a otro. En campaña habrá de cuestionarles si al cabo de algún tiempo dejarán el cargo al que ahora aspiran para buscar otro que les permita vivir holgadamente, sin trabajar, tres años más. Terminar con esta aberración política solo será posible por la participación ciudadana que propicie la meta de la democracia que es un gobierno que camina en el sentido que la sociedad le requiera.


El excesivo ruido cansa porque la simulación molesta. En nuestro Estado, si bien se reconoce la movilidad física del gobernador, empeñado en hacer un gobierno “cercano a la gente”, lo sugestivo es comprobar fehacientemente hasta qué grado la ciudadanía percibe de cerca al gobierno y hasta qué grado eso le sirve y cuanto aprecia el cambio, si lo hubiere, en mejoras materiales. Obras las ha habido, puentes (aunque no cientos como se dice), caminos pavimentados, cerca de 559 millones para el saneamiento de la Bahía; negar las obras sería estulticia, pero no es admisible el triunfalismo que genera falsas perspectivas.


Nuestra población es tan numerosa y está tan dispersa que los exiguos recursos con los que cuenta el gobierno no bastan, ni duda cabe, para cubrir las ingentes necesidades del pueblo veracruzano. Esto último es preciso registrarlo con seriedad, porque al generar un ambiente de grandes expectativas puede revertirse en una decepcionante realidad para quienes así lo pretendan.


alfredobielma@hotmail.com
Marzo-abril 2007