Sector Salud en la inopia.
Alfredo Bielma Villanueva
Es
verdaderamente lamentable cuanto ocurre en Veracruz; pues se ha fallado en por
lo menos dos de las tres más importantes justificaciones que sirvieron para
fundar el Estado Moderno: Salud y Seguridad Pública; junto con la Educación
integran una trilogía de tal importancia que se refleja acentuadamente en el
presupuesto de egresos, pues estos sectores concentran más de la mitad del
gasto fiscal. Sobre Seguridad Pública, día a día nos enteramos de
acontecimientos que todavía hace diez años estábamos lejos de presentir
siquiera, ahora es una realidad tremendamente cotidiana. Los índices
delictivos, al menos en la apreciación pública, se mantienen elevados y hasta
pareciera que nos hemos acostumbrado a los delitos de alto impacto.
En el
área del Sector Salud se encuentra otro de los elementos que en vez de acercar
calidad de vida a la población no asegurada la convierte en víctima de la
inoperancia y simulación de sus autoridades, a juzgar por las condiciones de deterioro que luce su
infraestructura hospitalaria, la carencia de medicamentos, de insumos para
laboratorio y de equipo médico, que dificultan las labores del personal médico
y paramédico de este Sector tan importante de la Administración Pública
veracruzana.
Si consideramos
el elevado número de hospitales cuya conclusión ya no se verá en esta gestión
de gobierno no podemos dejar de lamentarnos por el servicio que se hubiera
prestado a los veracruzanos en busca de salud: la Torre Pediátrica en la
conurbación Veracruz-Boca del Río-Medellín, el hospital de Perote, las
remodelaciones en el de Altotonga, el inconcluso de Nautla, igualmente el de
Papantla, todos ellos con construcción iniciada durante la administración del
gobierno cercano a la gente. Por si no bastara, una visita a las instalaciones
de los hospitales de Tuxpan, Poza Rica, Minatitlán y Coatzacoalcos nos
confirmaría el grado de retraso en el Sector Salud de Veracruz. (¿Cuánto se
hubiera hecho con lo que el gobierno destinó para pagar la deuda en 2012 y 2013,
casi ocho mil millones de pesos?)
Esos
son los nosocomios “grandes”, ya ni referirse a los de Oluta, Huatusco, Alto
Lucero, Martínez de la Torre, y muchos más en donde el abandono y tolerancia
administrativa provoca que hospitales como el Regional de Veracruz, el CEM de
Xalapa, el Regional de Coatzacoalcos se saturen en sus respectivas áreas de
urgencia hasta para atender partos que debían ser resueltos in situ. Tal ocurre
por descontrol y ausencia de seguimiento de las áreas centrales normativamente
responsables de vigilar que cada hospital funcione conforme a la nómina médica
a su adscripción.
Comprobadamente
no es así.
Poco
queda de aquella gran inspiración y dinamismo que animó al doctor Miguel
Dorantes Meza cuando proyectó el hospital para atender enfermedades
respiratorias, y pronto se convirtió en un muy digno Hospital de Especialidades
que funcionaba con modesto presupuesto público y apoyado en aportaciones de la
sociedad. Afortunadamente, hubo visión y sensibilidad gubernamental en el
periodo de Miguel Alemán Velasco, quien autorizó la construcción de un Edificio
en donde ahora personal altamente calificado atiende a enfermos con cáncer.
Originalmente funcionó con la eficiencia de un hospital de primer mundo, lo
hacía posible contar con aparatos nuevos y médicos oncólogos de gran
experiencia junto a nueva plantilla. En pocos años terminó el impulso y ahora
los médicos laboran con lo que es posible contar; quien resulta afectado es el
enfermo.
Pero,
alma caritativa al fin, el Secretario de Salud autorizó derribar árboles en uno
de los sectores del complejo de oficinas centrales para que se construyera una
capilla cuyas dimensiones dan la apariencia de una iglesia. ¿Quién autorizó al
Secretario ese atentado contra los árboles y entregar el espacio a la Sección
26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud? ¿Autorizó
Asuntos Religiosos el funcionamiento? Hecho inocultable, expresa una
indiscutible ausencia de control sobre lo que es posible y qué no en ese sector,
en el que sin importar que están penando por la paga quincenal, en un espacio
público, laico constitucionalmente, se construye lo más parecido a una pequeña
iglesia. No más, tampoco menos.
10-febrero-2016.
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