La dignidad en política.
Alfredo
Bielma Villanueva
El dirigente nacional del Partido de la
Revolución Democrática, Agustín Basave, ha dado una refrescante muestra de cómo
un político que se precie de tal debe mantener la congruencia entre lo que dice
y lo que hace, como fue su actitud ante la arbitraria disposición que
grupúsculos auténticamente tribales pretendían reducirlo a la condición de mudo
espectador en las negociaciones para acordar o rechazar las alianzas
partidistas, que en ese partido están supeditadas al ofrecimiento del mejor
postor y las conveniencias tribales.
Nadie con los pies bien asentados sobre la
tierra pudiera sostener el argumento de que en México los partidos políticos se
manejan en términos de sus propuestas ideológicas y de acuerdo a sus
respectivas declaraciones de principios, pues es un hecho que esas organizaciones
de carácter público orientan sus acciones en base a un pragmatismo descarnado,
muy ajeno a la democracia y huérfano de propósitos sociales; de allí que no
extraña la actitud opositora a la alianza PAN-PRD del senador Miguel Barbosa, quien
ha sido calificado como el más priista de los perredistas y anda en pos de
conseguir la candidatura al gobierno de Puebla con el apoyo del gobierno
peñista. Pero, además, el PRD está luchando por su sobrevivencia y para
subsistir requiere de alianzas salvadoras, una visión que tiene muy clara el
dirigente nacional, que con el digno amago de su renuncia logró salvaguardar.
Sin embargo, la actitud de Basave aunque digna
en todos sentidos pudiera no bastar para salvar al PRD de su inminente
condición de partido bisagra, una golondrina no hace verano en el invierno de
una organización plagada de parásitos. Pero alcanzamos a percibir cómo una
lección de dignidad puede cambiar las circunstancias; ya se autorizó la alianza
PRD-PAN para Veracruz, y lo que para los blanquiazules constituye un éxito
político se traduce en fracaso rotundo para quienes desde el gobierno
veracruzano cabildearon cargados de obuses millonarios para cooptar a quienes
orientarían la votación anti aliancista y casi lo logran, pero no contaban con
la drástica actitud renunciante de Basave cuya presión dobló las manos de
Chuchos y compañía, porque de aceptar la dimisión el PRD hubiera terminado de
resquebrajarse; sobre si habrá devolución de lo entregado es asunto de quienes
concertaron el andamiaje anti aliancista y los que “repudian” una alianza “anti
natura”.
Otra consecuencia de esa alianza es el impacto
en la dupla PRI-gobierno de Veracruz, pues repercutió negativamente contra el
proyecto continuista, el que aún después de haberse decidido la pre candidatura
para el senador Héctor Yunes Landa insistía en que se pudiera obtener el
triunfo con candidatos propuestos por Duarte de Ochoa. Esta actitud reticente
obligó a la dirigencia nacional priista a definir de una vez por todas las
condiciones del acuerdo y a lanzar antes de los previsto la convocatoria, por
la que acudirá a registrarse un solo pre candidato, condición que se construyó
en base al binomio formado por los senadores priistas, opuestos al propósito de
prolongar dos años más el continuismo.
PRI contra PAN-PRD, la sociedad en medio.
16-enero-2016.
<< Home