COPENHAGUE-“SUEÑOS GUAJIROS”

Por Alfredo Bielma Villanueva


Si en la capital danesa se logró algo importante, fue que a través de los medios masivos la opinión mundial pudo observar el caos político creado y el trato humillante a Jefes de Estado y Gobierno, Ministros y miles de representantes de movimientos sociales e instituciones, quienes llenos de ilusiones y esperanzas viajaron a la sede de la Cumbre en Copenhague. La brutal represión contra manifestantes pacíficos por parte de la fuerza pública, recordaba la conducta de las tropas de asalto de los nazis que ocuparon la vecina Dinamarca en abril de 1940. Lo que nadie podía imaginar es que, el 18 de diciembre del 2009, último día de la Cumbre, esta sería suspendida por el gobierno danés -aliado de la OTAN y asociado a la carnicería de Afganistán- para entregar la sala principal de la Conferencia al Presidente Obama, donde él y un grupo selecto de invitados, 16 en total, tendrían el derecho exclusivo de hablar. Obama pronunció un discurso engañoso y demagógico, lleno de ambigüedades, que no implicaba compromiso vinculante alguno e ignoraba el Convenio Marco de Kyoto. Se marchó de la sala poco después de escuchar a algunos oradores más. Entre los invitados a usar de la palabra estaban los países más industrializados, varios de las economías emergentes y algunos de los más pobres del planeta. Los líderes y representantes de más de 170, solo tenían derecho a escuchar.


Al finalizar el discurso de los 16 escogidos, Evo Morales, con toda la autoridad de su origen indio aymara, recién electo por el 65% de los votos y el apoyo de las dos terceras partes de la Cámara y el Senado de Bolivia, solicitó la palabra. Al Presidente dinamarqués no le quedó otra alternativa que cedérsela ante la demanda de las demás delegaciones. Cuando Evo concluyó sus sabias y profundas frases, el danés tuvo que cederle la palabra a Hugo Chávez. Ambos pronunciamientos pasarán a la historia como ejemplos de discursos breves y oportunos. Cumplida cabalmente la tarea, los dos partieron hacia sus respectivos países. Pero cuando Obama hizo mutis por el foro, no había cumplido todavía su tarea en el país sede de la Cumbre.


Desde la noche del 17 y la madrugada del 18, el Primer Ministro de Dinamarca y altos representantes de Estados Unidos se reunían con el Presidente de la Comisión Europea y los líderes de 27 países para proponerles en nombre de Obama, un proyecto de acuerdo, en cuya elaboración no participaría ninguno de los restantes líderes del resto del mundo. Era una iniciativa antidemocrática y virtualmente clandestina, que ignoraba a miles de representantes de los movimientos sociales, instituciones científicas, religiosas y demás invitados a la Cumbre.


El anterior es un fragmento del artículo de Fidel Castro Rus, publicado en La jornada del 29-XII-09, acerca de la Cumbre de Copenhague, un evento en el que el gobernador veracruzano pretendía exponer lo que la CONAGO de México postula sobre el particular. Ahora sí, de Fidel a fidel, en la proporción guardada entre los Jefes de Estado que sí pudieron presentar sus argumentos y los que, en el rango, casi anónimamente, fueron y ni siquiera afuera pudieron expresar de su ronco pecho su opinión sobre los efectos del cambio climático. No cabe duda que en todos lados se cuecen habas. Pero ¡Qué necesidad!


alfredobielmav@hotmail.com
Diciembre 2009




GOBERNANTES Y GOBERNADOS. COM

Por Alfredo Bielma Villanueva



Siete años tan sólo han pasado desde que un esforzado reportero y avezado columnista político, junto con su solidaria esposa, imaginaron y emprendieron un proyecto nuevo en el ramo periodístico veracruzano. La novedad era la incursión en un espacio casi virgen a la espera de audaces exploradores. Significaba trasmitir un sentido abstracto de la noticia, como el mundo virtual en donde navega, con rumbo abierto, indefinido, aunque con objetivos y destinatario muy concretos.


Siete años se dicen pronto, pueden ser pocos o muchos, según el prisma a través del cual se vean. Es el diario acontecer el que imprime el resultado de un esfuerzo; en él se fijan las ilusiones perdidas, los frustrados intentos y, como verdor en el desierto, los pequeños triunfos, que bien hilados le van dando sentido al esfuerzo y a la existencia misma.


No se trataba de un proyecto original, ni único, otros intentos ya navegaban en el infinito mar de la red de redes, al igual que las preexistentes éste se cimentaba en la vocación y la experiencia; en el conocimiento y el interés de la psicología del destinatario final: ¿qué les gustaría leer, cuál noticia interesa? El diseño también contaba, y contó, la forma de dar la noticia, la búsqueda de la nota fresca, otear donde encontrarla, sustraerla incluso desde los rincones del poder, sin demérito de la ética periodística.


Pero, como en toda empresa, el deseo por sí no basta, pues un proyecto destinado a operar en el contexto social requiere de contrapartes y de condiciones propicias que procuren satisfacción al esfuerzo. Éste se consolidó cuando, ya enrumbado y acreditado como un sitio noticioso de los más visitados, el proyecto de gobernantes. com coincidió en su trayectoria con el desarrollo de un gobierno que a todas luces privilegia la nota periodística acerca de su acontecer, es lo que se caracteriza como gobierno mediático. Si bien esta condición no determinó la ruta del éxito sí terminó de pavimentar el camino para este y algunos sitios más.


Otras circunstancias igual de relevantes han mediado en la coyuntura, pues le ha tocado a Gobernantes.com convivir con un entorno socioeconómico complicado, que por consecuencia genera situaciones políticas muy propias de las etapas de cambio, haciendo un contexto en el que un diestro manejo de la noticia puede acarrear las preferencias y los premios.


La característica sobresaliente y positiva de un medio noticioso en la www es su necesaria pluralidad, pues sin esta condición difícilmente podría sostenerse en el ánimo de una sociedad cambiante; una sociedad inmersa en un aletargado proceso de reforma política y en crisis económica permanente. Una sociedad con individuos cada vez más vigilantes de sus autoridades, a las que reclama autenticidad y transparencia y demanda que las cuentas alegres estén plenamente reflejadas en la realidad; sobre todo cuando en el entorno todo informa que no vamos bien.


La pluralidad como factor que contribuye a determinar el número de lectores de un sitio es cuasi condición sine qua non. Cansados de la ominosa e ignominiosa unanimidad los lectores acuden al portal que les ofrece una mejor miscelánea. Concomitantemente, una sociedad que puede disponer de variadas alternativas para su información es una sociedad mejor enterada y esta circunstancia propicia en los individuos que la componen el interés en los asuntos que a todos conciernen. Todo ello contribuye a la politización social, que lleva implícita una condición de sustancial avance en el desarrollo democrático de todo el cuerpo social.


La saludable proliferación de sitios noticiosos en la Internet atrae a un sinnúmero de lectores ávidos de la noticia del momento, propios de una sociedad globalizada en un planeta cada vez más conectado entre sí. Se establece entonces una cerrada y muy sana competencia en el ciberespacio, que contribuye con elevada eficiencia a la tarea de acercar la información al conglomerado humano.


En este contexto, los gobernados acudimos con mayor asiduidad a los medios impresos y a los que se conducen a través de la Web, en los que se ventilan con diversos prismas los parámetros sociales y económicos, algunos expresando sin cortapisas en qué medida vamos bien y si acaso lo que viene será igual o peor, lo cual es en extremo preocupante; esto último porque, según la CONCAMIN, el año más difícil para la economía ha sido 2009 y estima que “la recuperación será complicada y no estará exenta de recaídas”; se refiere al ámbito nacional, entonces obviamente incluye al solar jarocho. (El Universal 24-XII-09).


Este es a grosso modo el universo en el que se desenvuelve gobernantes.com, un sitio noticiario de información y de opinión que bien merece la felicitación por sus siete años en la exitosa brega cotidiana de la noticia, porque se la ha ganado a pulso. El parabién conlleva implícito el deseo de que prosiga su actitud heterogénea, acorde con una sociedad plural, que bien merece la noticia congruente con la realidad, hasta donde esto sea posible.


alfredobielmav@hotmail.com

Diciembre de 2009






Y ¿QUIÉN ES ÉL?

Por Alfredo Bielma Villanueva



“¿Para qué vamos a cambiar el cartel si cada domingo llenamos la plaza?”, fue una frase atribuida a uno de los paradigmas del pragmatismo político del PRI de la segunda mitad del siglo XX mexicano, don Manuel Bernardo Aguirre. Junto con Gonzalo N. Santos, Fidel Velazquez, Olivares Ventura y muchos más, con matices de por medio, provenientes de las bases, forjados al calor de la militancia partidista, estos personajes formaron parte de una Pléyade de políticos considerados como el arca de las memorias de la institución que sirvió de instrumento electoral a los diferentes gobiernos, a partir de 1929, para llegar al poder. “La Revolución se bajó del caballo” decía el General Corona del Rosal; “la caballada está flaca”, describió Rubén Figueroa para referirse al destape del sucesor de Echeverría, haciendo uso de una de las frases favoritas de Porfirio Díaz; “en política el que se mueve no sale en la foto”, advertía Fidel Velazquez, el vetusto dirigente de los trabajadores, que durante décadas se acomodó a los dictados desde el poder para mediatizar al movimiento obrero.


Toda una larga historia que encierra pasajes del México posrevolucionario surgido como consecuencia del movimiento de 1910 por el que Madero desplazó a Díaz, que no a la dictadura, grave error porque de esta surgió la orden de eliminarlo. Esta última reflexión pudiera servir para relacionarlo con el episodio del año 2000, cuando en la jornada electoral federal el Partido Acción Nacional derrotó al Partido Revolucionario Institucional al ganarle la presidencia de la república.


Sí, el PAN ganó la presidencia, pero no el poder absoluto. El PRI- atónito en la conmoción provocada por la derrota - aún contaba con 18 gobiernos estatales y, principalmente, con toda una cultura política que el desenfado e ineptitud de Vicente Fox no pudo transformar a través de una reforma política que hiciera en México las veces del Pacto de la Moncloa, (1977) en España, surgido después del fallecimiento del dictador Francisco Franco y ya entronizado el Rey Juan Carlos. En México se frustró el cambio por una timorata alternancia y solo ha habido más de lo mismo en una transición lenta y temerosa con reformas a medias y hasta mediocres.


Y después de la euforia por el triunfo que significaba la alternancia partidista en la presidencia, el PRI aún estaba allí, como dicen que hace el garrobo, simulando muerte pero recobrando fuerzas. Después le sobrevino la derrota de 2006 que, paradójicamente, ha servido a este partido para evitar ubicarse en el centro del huracán que supone enfrentar los problemas de la crisis económica-financiera que estremeció al planeta. Así escapó del desgaste que le ha significado a Calderón -y al PAN, por supuesto- las consecuencias de esas crisis: quiebras de empresas, pérdida de empleos y la generación de más pobreza y por si fuera poco la drástica disminución de la producción petrolera con su consiguiente reducción de ingresos.


(No es del todo cierto lo que se esgrime como argumento acerca de que el país sufre pobreza extrema y nulo desarrollo económico porque el panismo no ha sabido gobernar. Un gobierno priísta tampoco lo hubiera hecho mejor, por la sencilla razón de que utilizaría el mismo andamiaje que le proporciona la estructura de un régimen neoliberal uncido a las directrices del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Además, al suponer que un solo hombre, por muy presidente que sea, está capacitado para enfrentar y vencer una crisis como la que sufrió el mundo occidental, simplemente está idealizando con explicaciones carentes de sustento real).


En ese contexto, si bien el PRI perdió la presidencia en 2000, mantuvo en su poder 18 gobiernos estatales, los que al desaparecer la figura presidencial como centro absoluto del poder, recibieron sus respectivas porciones, transformado la correlación de los factores de poder en México, al convertir a los gobernadores en los rectores casi absolutos de lo que políticamente ocurre en sus estados. Por el cambio en el orden de los factores de poder, los gobernadores se convirtieron también en grandes electores, de tal manera que su actuación pesa en gran medida en el relevo presidencial, sólo que para ello deben conservar el control político estatal.


Por esta y otras razones en los estados se viven experiencias nuevas en los relevos del poder estatal. En el proceso de selección de candidatos nadie pone en tela de duda la fuerza casi determinante del gobernador de cada estado en cuanto a su intervención en la selección del candidato para sus respectivos partidos. Lo mismo se vive en Michoacán o Zacatecas con el PRD, que en Baja California Norte o San Luís en el PAN. Del PRI, ya conocemos que el corrimiento del poder ha hecho a sus gobernadores los factores de poder preeminente al que debe consultar la dirigencia nacional; sin que esto signifique claudicación pues, finalmente, el que los gobernadores sean factor importante, son accionistas, pero no los hace dueños de la franquicia partidista.


Con estos antecedentes podemos entender lo que acontece actualmente en Veracruz, en donde los veracruzanos estamos inmersos en el proceso de selección que normativamente deben acatar los Partidos Políticos. Por hacer gobierno, la designación del candidato del PRI llama poderosamente la atención. Más aún en los términos en que la apariencia está demostrando que el gobernador desea inclinar la decisión partidista a favor de uno de sus favoritos incondicionales, que no por serlo desmerecen sus derechos ciudadanos. Sólo que en ése intento afecta el derecho de terceros con merecimientos más que comprobados. Esto último y el tufo de sucesión estilo Luís XIV (El Estado Soy Yo), rebela y enardece los ánimos de la militancia priísta y se extiende al interior de la propia ciudadanía, que se siente menospreciada en cuanto a que no se le reconoce capacidad para discernir lo que le conviene al cuerpo social.


Si bien es argumentable que los procesos internos de cada partido le corresponden arreglarlo a su militancia, no obsta el que esas organizaciones tienen el carácter de entidades públicas y que, en esa textura, están a la vera de todos los ciudadanos. De allí la expectativa ciudadana: ¿Logrará el PRI seleccionar a un candidato que no le vulnere ni provoque divisiones graves a su interior? ¿Tendrá el PRI un candidato competitivo para conservar el poder en Veracruz? La primera pregunta encontrará pronta solución en enero próximo. La respuesta al segundo interrogante tiene que ver con el comportamiento electoral de la ciudadanía veracruzana a los ofrecimientos que hagan Convergencia, con Dante Delgado; el PAN con Miguel Ángel Yunes y el PRI con quien resulte responsable de la victoria o de la derrota.


alfredobielmav@hotmail.com
Diciembre 2009






CULTURA POLÍTICA

Por Alfredo Bielma Villanueva



Es muy propio de la cultura política del mexicano endiosar a sus dirigentes sin importar si estos reúnen las virtudes para merecerlo, sólo basta con tener el poder. El mecanismo funciona aún mejor cuando el poder se maneja con sentido patrimonialista; entiéndase por esto como el ejercicio del poder encaminado a obtener beneficios personales y a favorecer a través del presupuesto público, con prebendas y dinero en efectivo, a amigos, camarillas, cómplices, parientes, amantes, etc. Por definición, alejado de todo interés por el bien común.


El mecanismo del endiosamiento, primero, y de la adoración después, pudiera ser explicado con aquella teoría de la enajenación del hombre por el hombre, de la que tanto gustaba echar mano Carlos Marx para describir el proceso de cómo el hombre termina por adorar a todo lo que crea. Ese es un fenómeno recurrente y fácilmente observable en el terreno político, en el proceso durante el cual un individuo va adquiriendo el poder y casi de manera simultánea exhibe una metamorfosis parecida a la que ocurre entre la oruga y la mariposa. Mírase claramente cuando un individuo, por simple que sea, obtiene el poder político y de inmediato es endiosado. Está claro que el imán para la adoración radica en la capacidad para otorgar favores, requisito sine qua non para ser colocado en un nicho.


Lo anterior acontece en culturas de subdesarrollo político, económico y social, como la nuestra, pues en las sociedades industrializadas con democracias avanzadas es prácticamente imposible que la relación entre el hombre de poder y la ciudadanía se establezca en términos de subordinación. Por el contrario, el servidor público está sometido a un severo escrutinio ciudadano, ya en su conducta personal, ya en su comportamiento como persona pública, más aún en lo que tenga que ver con su condición económica. En esos ámbitos sería difícil ocultar y explicar, por ejemplo, que el súbito cambio de condición económica, de la inopia a la inocultable prosperidad, tiene raíces legítimas y a la vez escapar al repudio público.


(Por cierto, respecto al Poder y sus laberintos, se sugiere la lectura del reciente, muy interesante libro, escrito por el politólogo cordobés Miguel Mina Rodríguez. Un sugestivo ensayo que ilustra mucho de lo que cotidianamente acontece con la mágica influencia que el Poder ejerce sobre el hombre. “El poder es apasionante, dice, bondadoso y perverso a la vez, según se ejerza”).


No es todo lo que ocurre en nuestra subcultura política; en los procedimientos de carácter electoral, por ejemplo, se hacen trampas que convalidan nuestro subdesarrollo político cuando las atribuimos a la “habilidad” de quien las ejercita. En culturas políticas avanzadas esas prácticas son moralmente sancionadas, pero aquí las aquilatamos con un valor positivo y las calificamos como el fruto de la destreza política, cuando no son sino burdas estafas.


De allí la importancia de que la ciudadanía se interese en los procesos políticos, que participe en todo lo que tiene que ver con la cosa pública, con el gobierno, con los gobernantes, con la clase política en general, con el propósito de no dejarles a su libre arbitrio el manejo de los asuntos que a todos conciernen.


Aprovechar la intención de Calderón para la reforma política, impulsándola, mejorándola. No es casual que un sector de la clase política califique la iniciativa presidencial como una cortina “distractora” de la problemática económica; está clara la intención, porque ahora que desde la cúpula presidencial se plantea la reforma, en vez de impulsarla proponiendo avances para la misma, la critican y obstruyen. Es infantil, por lo menos, argumentar que, ante la crisis económica, primero habrá que resolver ésta, después las reformas políticas. En ése trance, por supuesto, nunca vendrá reforma política alguna si se espera a que ya no haya problemas económicos.


No les conviene porque acaso se pudiera terminar con la gran diversidad de partidos que existen, encubiertos en un supuesto “pluralismo” que sólo ha servido para disimular negocios familiares, de grupo, de camarillas, de mafias políticas, y de trapecio para que los y las escaladores (as) del poder prosigan en la rapiña en que han convertido buena parte de la administración pública.


Realmente no es que la reelección sea mala, tal la hace nuestra incultura política, la no participación en asuntos públicos, nuestra decidía al dejar que la clase política actúe sin control ciudadano. En contra de la reelección se habla del riesgo de los cacicazgos y la prolongación en el cargo de gentes dedicadas más al latrocinio que a servir a la comunidad. Como si en la actualidad los cacicazgos no existieran en México y funcionaran en el centro mismo de los partidos políticos.


En fin, mientras eso acontece en la macropolítica, acá en el llano de la aldea jarocha los ánimos sucesorios se calientan aún más y empieza ya a correr la hipótesis que avisa la versión de que Javier Duarte no será el candidato del PRI y que la estrategia para muestrearlo como un precandidato con fuerza política lleva la intención de, llegado el momento, presentarlo a quien finalmente resultará el abanderado priísta como un factor cuyo reciente patrimonio político le garantizaría el triunfo. Ello a cambio- faltaba más- de los consabidos compromisos. Una versión nada descabellada pero su validación la darán las circunstancias que se van bosquejando conforme se acerca la fecha de la elección del candidato de ese partido.


Es esa una hipótesis de las muchas que hay en tiempos de sucesión de gobierno. La comprobación de su veracidad o error está a la vuelta de semanas. En política las circunstancias cuentan y habrá que verificar qué o cuáles circunstancias son las que van a prevalecer en la designación: si las relativas al orden personal, de complicidades, de grupo cerrado y hasta familiar o las de un partido otrora hegemónico que se prepara institucionalmente para enfrentar a una animosa oposición con candidatos de sólida formación política. En política-decía Lenin- no basta tener la razón, es necesario contar con la fuerza.


alfredobielmav@hotmail.com
Diciembre 2009





LA LECTURA Y LA POLÍTICA.-LECTURAS POLÍTICAS

Por Alfredo Bielma Villanueva



Con periódica reiteración se insiste que el pueblo de México no lee, una afirmación que se acompaña de estadísticas, como si eso hiciera falta para comprobar el patético aserto. En apariencia es un fenómeno bastante obvio y fácilmente acreditable, pero a cualquier acucioso investigador se le pudiera ocurrir iniciar una indagación de campo sobre este particular. Entonces se plantearía una primera pregunta: ¿si no se lee porqué los puestos de periódicos están repletos de todo tipo de revistas, desde las que hablan de amor, de encueratrices, de luchadores, de foot ball, de ciencia y tecnología, de deportes, de aprendizaje de idiomas, de automóviles, de salud, y mil etcéteras más? Es evidente que si salen a la luz pública es porque algún rendimiento le produce a los editores, luego entonces, se leen.


Entonces, una primera comprobación de que en México sí se lee basaría sus premisas en la rica proliferación de la vasta literatura citada. En las premisas habría que apuntar que esta literatura tiene como común denominador el ir acompañada de fotografías.
Hace poco más de 60 años, en un lugar aislado, semiselvático, sin carreteras, apenas brechas, lejos del ferrocarril, al que se accedía tras una hora de caminata, sin energía eléctrica, sin agua potable, sin drenaje, sin pavimento, sin médicos, una que otra y muy respetable partera. Allí, el único libro que se conocía era el “Poco a Poco”, que la escuela primaria del lugar y sus alrededores (Artículo 123, para hijos de trabajadores), repartía gratuitamente a sus alumnos; en la portada se mostraba a un niño con mochila en la espalda que subía una pirámide en cuya cima resplandecían los primeros rayos del sol. Un libro de texto que llegaba a aquella apartada orilla, gracias a la influencia de Aarón Sáenz, propietario que era del ingenio Azucarero que da vida al lugar.


Las incansables amas de casa, las jóvenes casaderas y los niños, semana a semana, para ayudarse a romper la rutina, esperaban con ansiedad las revistas de la época: “Memin Pingüin”, “La Pequeña Lulú”, “La Familia Burrón”, “Los Halcones Negros”,etc. revistas de “monitos” que eran devorados en múltiples intercambio cuando llegaban al único lugar en que se expendían. Entonces se desprendían de la respetable cantidad de 0.50 centavos que era el costo de la revista; algo equivalente a cinco huevos o un kilo de café o de azúcar. Hasta allá llegaban también dos o tres ejemplares de “El Universal” o del “Excélsior”, que algún poblador atípico del lugar compraba.


Si esto sucedía hace sesenta años en un sitio inhóspito, aislado en la penumbra de los tiempos, ¿qué no ocurría en las ciudades? ¿Cómo que no se lee en México? Lo que ocurre en este país es algo aún más lamentable que la ausencia de lectores de libros. Es un mal social bastante grave, se trata de una pandemia llamada pereza mental pues a todas luces se ve que no nos gusta pensar, que tragamos todo tal cual se nos dice, y pudiera ser la razón de muchas de nuestras dolencias políticas.


Esa pereza mental ha permitido a quienes gobiernan actuar con toda la premeditación posible, con perversa alevosía y con manifiesta ventaja sobre sus teóricos mandantes. De ella se han valido nuestros gobernantes para crear sus falsas imágenes, dosificando a placer medidas que debieran traer bienestar colectivo, a la vez que se retraza la educación popular, porque nada conviene más a quien gobierna que un pueblo inculto, y si no piensa mejor.


De aquí proviene esa contradicción monstruosa que vemos todos los días: tribunos exaltados que al oírlos parece que no rebosan más que amor al pueblo, ternura por las clases desheredadas, filantropía que abraza a todos los miembros de la humanidad, luego que ocupan algún puesto en que pueden dar rienda suelta a sus verdaderos instintos, se convierten en despreciables tiranuelos que conculcan todas las garantías y pisotean y ultrajan a la sociedad que tiene la desgracia y la paciencia de sufrirlos.. El secreto de ese fenómeno, lo repetimos, está en la ignorancia del pueblo; mientras no desaparezca ese yugo moral que mantiene el hombre en la abyección más completa no podemos aguardar una regeneración efectiva; tendremos una República de pequeños sátrapas que viven y prosperan a costa de la miseria general; que ven a la nación como un patrimonio del que pueden disponer a su capricho, con la seguridad de quedar impunes, pues los cambios de gobierno no alteran la sustancia de las cosa y la palabra responsabilidad no existe en nuestro diccionario político.


Este es un texto de 1879, tomado del periódico “El Monitor”, que hacía referencia al gobierno de Porfirio Díaz en su primer periodo, después de que este derrocara a Lerdo de Tejada. Su actualidad es tan vigente que cualquier ensayista con ánimo de decir verdad lo suscribiría hoy sin inconformidad en contrario.


¿No leemos? Entonces ¿por qué la irrefrenable proliferación de revistas sobre temas políticos, por ejemplo? Si profundizamos aún más, habría que buscar la posible correlación directa entre la lectura y la “politización”, a juzgar por el éxito de revistas y columnas dedicadas al tema de la política y los políticos. Qué decir de sitios que utilizando la World Wide Web obtienen de repente un éxito extraordinario de acuerdo al número de visitantes que capturan.


En Veracruz, lo observamos con sitios como Gobernantes. Com., un exitoso pionero en el ramo que, con un poco más de un lustro, está en plena expansión. Sitios exitosos como acentos.info; periodicoveraz.com; observadorciudadano.com; pulsocritico.com; alcalorpolitico.com; crónica del poder.com que, por cierto, en su aún muy joven presencia en la red ya le valió una mención honorífica del Club de Periodistas de México A.C., estimulando el esfuerzo de sus directivos, Emilio Cárdenas Escobosa y Felipe Hakim Simon, quienes recibieron constancia de Celeste Sáenz y Joaquín López Dóriga, en calidad de testigos del merecido y aplaudido reconocimiento.


Si algún valor social tiene la lectura de la abundante literatura política, es porque valida el derecho a la información y evita en lo posible el monopolio de la información manipulada, diluyendo en parte la orientación mercantilista de la noticia. En ese mundo ya nada virtual se produce la saludable confrontación de opiniones y criterios sobre el acontecer social. La saludable proliferación de estos sitios pudiera ser el reflejo que corresponde a una sociedad plural que busca cada vez con mayor afán participar en la toma de decisiones en los asuntos que conciernen a todos.


Participar en la toma de decisiones implica la oportunidad de elegir libremente a los gobernantes, y la capacidad de respuesta de una ciudadanía enterada se traduce en la aptitud para discernir a quien elegir. Al evitar que le den gato por liebre una ciudadanía pudiera demostrar madurez política; sino, no, como dijera el gallego. De darse este último caso, se demostraría con ejemplar claridad la confirmación de que sí leemos, pero que nos aqueja una tremenda pereza mental para deducir qué es lo mejor para el bien común.

alfredobielmav@hotmail.com

Diciembre 2009

A CARLOS DOMÍNGUEZ MILIAN, DESCANSE EN PAZ.





¿ALEA JACTA EST= LA SUERTE ESTÁ ECHADA?

Por Alfredo Bielma Villanueva


A CARLOS DOMÍNGUEZ MILIAN, DESCANSE EN PAZ.


En la década de los 90 del siglo pasado el Partido Revolucionario Institucional vivió una etapa crítica de su vida, la más severa de su existencia como Partido hegemónico en una democracia secuestrada y calificada como la dictadura perfecta por Mario Vargas Llosa, el laureado escritor peruano que algo trae contra ésta organización política mexicana porque acaba de declarar que si esta vuelve a la presidencia de la república será una clara manifestación del masoquismo de los mexicanos.


Lo cierto es que la elección federal de 1988 subraya un cambio de actitud electoral del ciudadano mexicano al decidirse en aquellos comicios por las opciones de la izquierda y de la derecha, en una jornada electoral cuyo desenlace dejó permanentes dudas acerca del verdadero resultado. Aunque finalmente el presidente fue Salinas, las investigaciones sobre aquel evento revelan que el PRI no las tuvo todas consigo. La prueba mas transparente-independientemente de las declaraciones de Miguel de la Madrid que aceptaban un dudoso resultado- es que las secuelas determinaron no pocas de la decisiones del gobierno salinista y una de ellas fue la apertura del PRI a diversos procedimientos de selección de candidatos y dirigentes, en sustitución de la tradicional consigna por dedazo. Era el equivalente a una oxigenación al Partido Revolucionario Institucional, que ya daba muestras en sus procedimientos de la grave esclerosis que los largos años en el poder le habían impuesto.


De ninguna manera podríamos asignar como patrimonio exclusivo del PRI el apelativo de antidemocrático, sólo por el hecho de plantear resistencias a procedimientos en los que la mayoría debiera decidir acerca de una postulación. Está visto que, en Veracruz por lo menos, ninguno de los partidos registrados tiene vocación democrática. Dígalo sino el que en el PAN quien decide las estrategias es “el Pipo” y no el dirigente estatal; o en Convergencia, en donde la palabra de Dante Delgado determina el quehacer de este partido; o en el Partido del Trabajo, en el que hace tiempo se olvidaron de los cambios; en el Verde Ecologista deciden los intereses familiares; en Nueva Alianza impera “la maestra”; en el Revolucionario Veracruzano, sólo Laborde teje y desteje. El PRD da pena ajena porque, secuestrado por gambusinos de la política, cuando allí se juntan dos es para hacerse trampas o para formar una dirigencia, que finalmente resulta espuria.


Cuando el Partido Revolucionario Institucional decidió abrir la consulta a la base-en tiempos de Zedillo- como método para decidir candidaturas, abrió la caja de Pandora porque de inmediato le brotaron los problemas. Como consecuencia de decenas de años en ayuno democrático se propicio que surgiesen en cascada las inconformidades, pues no era fácil abandonar las viejas consignas provenientes desde la cúpula. Como consecuencia de esa experiencia surgió el fenómeno que conocemos como transfuguismo político, representado por la emigración de los aspirantes que, sintiéndose defraudados, se fueron a otras siglas partidistas.


Consulta a la base, elección por delegados, por aclamación o por designación fueron las figuras adoptadas. La consulta a la base resultó tan complicada que de inmediato fue abandonada como procedimiento debido a los desquiciantes resultados.

¿Qué va a decidir éste día el Partido Revolucionario Institucional en Veracruz? No la tiene fácil porque al menos dos distinguidos cuadros, Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla han manifestado ya su decisión de participar en la contienda por la candidatura al gobierno del estado y solicitan juego limpio en las reglas de la contienda. Ya el Darwinismo político que caracteriza al PRI orilló a Yunes Landa a salir a cielo abierto, actitud que le ha valido no pocas descalificaciones. En otra tesitura, José Yunes, en atención a sus circunstancias, esgrime estrategia diferente.


Cualquier militante priísta que se respete como tal no ignorará que cuando en una asamblea priísta se trata de elegir, la decisión ya ha sido tomada con antelación a la junta colectiva. Priva aún la disciplina acrítica y el sometimiento del militante en base a la supresión de canonjías o promesas al aire; aún se prohíbe con represión la libertad de elegir y mucho más la de disentir. Quizás no sea para menos, porque está en juego la elección de un candidato al gobierno del estado y a estas alturas sería contraproducente trazar un procedimiento diferente pues, dadas las características del PRI y al estilo de quien manda allí, no puede dejarse al azar, salvo que se esté dispuesto a sufrir desagradables sorpresas.


En el contexto de los nuevos tiempos, a la vieja usanza priísta, se han ensayado procedimientos ya caducos. Como el de la dirigencia cetemista que declaró sus simpatías por un candidato al gobierno del estado. La acción no extrañó porque su vetusto dirigente ya no tiene los arrestos para discernir que las prácticas corporativas al interior del PRI y de la sociedad perdieron vigencia y eficacia hace ya algunos ayeres. Tal es la razón por la que no hubo apoyos en cadena; eso es parte del pasado y como tal a nadie impresiona. Similares actitudes ha habido en otros ámbitos sectoriales, pero en el ambiente flota la incertidumbre acerca de lo que realmente acontecerá, y no es para menos.


Es interesante la decisión que se dará a conocer éste día al interior del Partido Revolucionario Institucional. Pronto sabremos de qué prototipo está más cerca el PRI actual: de Gonzalo N. Santos o de Jesús Reyes Heroles. Será interesante escuchar los planteamientos de José Yunes, de Héctor Yunes y de Javier Duarte y buscar en el lenguaje sibilino de que hagan uso las señales orientadoras del inmediato acontecer. Conoceremos quien lleva la consigna del “primer priísta” del estado, si la hubiera, y en qué medida la decisión será congruente con la realidad que vive esa organización. Poco vivirá quien no lo vea.


alfredobielmav@hotmail.com
Diciembre 2009.




EL PRI Y LA HETERODOXIA

Por Alfredo Bielma Villanueva


Sin excepción, buena parte de los siete millones de ciudadanos que poblamos el Estado de Veracruz debiéramos acompañar con nuestra participación a la poco decantada clase política, en la que hemos depositado, de manera irresponsable, los asuntos de nuestra vida en común. Al acercarse los tiempos normativamente establecidos para el arranque de las precandidaturas y candidaturas al gobierno veracruzano, la ciudadanía debiera ejercitar su derecho a participar activamente en el proceso, de tal manera de posicionarse como efectiva orientadora de lo que sucede en el ámbito electoral para que quien vaya a gobernar Veracruz los próximos seis años, independientemente del partido de donde provenga, lo haga con auténtica entrega, sin las consabidas simulaciones; que demuestre capacidad para la política y la administración; que sea honesto y que privilegie por sobre cualquier consideración política o partidista los asuntos que la colectividad le plantee.


El informe de Héctor Yunes Landa sobre sus actividades como legislador, rendido ante los pobladores del distrito por el que fue electo y un bien nutrido grupo de invitados y de simpatizantes, puede servir como parámetro para dimensionar hasta qué grado han venido cambiando las formas políticas. En ese proceso de transformación interactúan combinadamente los actores de la arena política, conformada por las diversas fuerzas que participan en la búsqueda del poder y, sin duda, las inexorables circunstancias, ya de los actores, ya del entorno mismo.


El informe de Héctor Yunes Landa sobre sus actividades como legislador, rendido ante los pobladores del distrito por el que fue electo y un bien nutrido grupo de invitados y de simpatizantes, puede servir como parámetro para dimensionar hasta qué grado han venido cambiando las formas políticas. En ese proceso de transformación política participan combinadamente los actores de la arena conformada por las diversas fuerzas que participan en la búsqueda del poder y, sin duda, las inexorables circunstancias, ya de los actores, ya del entorno mismo.


Signos del cambio puede ser la heterodoxa actitud asumida por Héctor Yunes Landa respecto de la disposición oficialista de no hacer olas y mantenerse quieto, según los viejos moldes de la disciplina acrítica, que tanto distinguió a la militancia del Partido Revolucionario Institucional de los viejos tiempos de la hegemonía perdida. Al adoptar esa conducta y lanzarse en pos de su legítima aspiración, el diputado Yunes Landa ha recibido el trato que se le dispensa a la disidencia: gran vacío en los medios de comunicación (aunque honrosas excepciones sí las hay), y consignas a la clase política para que se abstenga de engordarle el caldo. De esto último también han sabido otros precandidatos, como José Yunes Zorrilla, quien aún con otra estrategia, recibe sin embargo sus correspondientes cuotas de “llegues”.


Cualquier asistente al mitin informativo pudo percatarse que, tratándose del informe de un legislador priísta, ni él ni la concurrencia acudieron uniformados del rojo intenso que ha caracterizado en los últimos cinco años a este tipo de reuniones masivas. Un signo evidente de cómo la consigna se obedece por conveniencia y no por convicción. Lo curioso y llamativo es que los medios de comunicación apenas hicieron referencia a este acto político, aún bajo la forma de inserción pagada. Esto último sólo confirma la desigualdad de condiciones en la que participan quienes desean conseguir la candidatura priísta en Veracruz. Lo lamentable es que, a excepción de unos cuantos, la masa electoral ni idea tiene de los porqués de ése fenómeno que oculta soles y devela lunas.
El fenómeno que suscita la heterodoxia de Yunes Landa propicia las condiciones para ratificar la tesis que informa que en política los aplausos hacia uno casi siempre representan críticas hacia otro. La proposición incluye el argumento de que al precandidato incómodo se agregan no pocos inconformes con la línea de la “fidelidad” y muchos más que han tomado conciencia de lo inaceptable que resulta la persistencia de actitudes políticas absolutamente incompatibles con los tiempos que corren.

Los plazos se cumplen, y van arreciando los rumores acerca de que la decisión anticipada se confirma. Esto último patrocinado desde el poder, ámbito en el que, como se puede percibir, no se tiene aún la certeza de la decisión porque la realidad le viene reflejando que el proyecto no crece, a pesar del incalculable apoyo. Lo peor es que la terca realidad se empeña en recordar que existen otras opciones que, cual santos venerados, sin necesidad de tanto incienso, en sus nichos arden los encendidos fuegos de la esperanza y de la voluntad de ser.


Aún con toda la ventaja que el Partido Revolucionario Institucional pudiera llevar sobre los otros Partidos, en Veracruz el PRI se encuentra en un dilema. Se trata de que el gobernador, una “chucha cuerera” en estos lances, pudiera jugar la sucesión empecinado en un proyecto, confiado a la supuesta querencia popular hacia su persona, sin tomar en cuenta los signos políticos que empiezan a demostrar, una vez más, lo aleatorio del sentir colectivo. Por lo demás, sin poner en tela de duda su promocionada popularidad, dado a orientarse por las consultas de opinión, no debería soslayarse el hecho de que el candidato no sería Fidel Herrera, el de los discursos de fácil palabra y de vastos recursos, provenientes de una larga experiencia en lides electorales.

A esa circunstancia se suma la personalidad de quienes se están perfilando como candidatos de Acción Nacional y de Convergencia, cuya sola mención bien valdría tomarla con la seriedad del caso y reconocerles el valor de ser la causa de los desvelos.
Sin duda que la actitud adoptada por el legislador de La Antigua constituye un fenómeno interesante, que debe ser sopesada con detenimiento, por cuanto a que revela una reacción de inconformidad a las formas de hacer política al interior del PRI en Veracruz, que por cierto guarda antecedentes en las amargas experiencias de éste partido en Zacatecas, en Tlaxcala, en Chiapas, cuando por atender a las consignas desde el poder el PRI no escuchó razones, la oposición “cachó” esas candidaturas e hizo morder el polvo al todopoderoso partido.


Todo por el bien de la sociedad; visto en la perspectiva de los tiempos, la actitud de Yunes Landa es positiva por donde se le vea, por cuanto a que representa un aire que refresca el contaminado ambiente de una práctica política que debe ir desapareciendo de una vez y para siempre.


Ahora, al margen de lo que decida el gobernador sobre la candidatura priísta, los nuevos tiempos proporcionan a la ciudadanía la oportunidad de decidir por un más amplio abanico de posibilidades, ello contribuye a la democracia y enaltece a la política, una actividad totalmente envilecida por años de sojuzgamiento ciudadano a la voluntad de unos cuantos. Participar, he allí lo que no debe ser el dilema.


alfredobielmav@hotmail.com
Diciembre 2009