DESASTRES

Por Alfredo Bielma Villanueva





“No importa el color del gato, sino que cace ratones”, decía Deng Tsiao Ping, el adversario político de Mao Dze Dong (Mao Tse Tung) cuando este lideraba al Partido Comunista Chino y su poderío empezaba a agrietarse después del eufórico culto a la personalidad que Mao había decretado.

Han pasado los años, tras las peripecias de rigor que implica una transformación social, una vez desterrado el culto a la personalidad los chinos han aprendido que los políticos no son dioses y China se ha convertido en una gran potencia económica que asombra al planeta. Mientras, acá en México seguimos con nuestra tradicional actitud hacia el trabajo con simulaciones e incumplimientos, con autoridades que asumen su responsabilidad como si en vez de abocarse a servir a la población esta tuviera que rendirles pleitesía por su supuesta entrega en el cumplimiento de sus obligaciones. Por ello, en tanto que el desarrollo económico de China es una realidad palpable, los pronósticos calculan 40 años para que nuestro país alcance ese estadio.

Desde siempre, el discurso oficial, zalamero como suele ser, afirma que “México es más grande que sus problemas” y que su riqueza mayor reside en el recurso humano que posee. Es similar a lo que dice Fidel Herrera Beltrán cuando afirma que “Veracruz está de pie”, una frase que al oído de quienes perdieron a sus familiares o de los afectados en su patrimonio debe sonar sin sentido alguno. Si Veracruz o México son más grandes que sus problemas es asunto de la retórica; que su riqueza estriba en el elemento humano queda fuera de toda discusión.

El mexicano es un pueblo solidario, presto siempre a participar en auxilio del compatriota en problemas. Con probada eficiencia ha dado muestras de estar muy por encima de la capacidad de respuesta de sus autoridades, ya federales, ya estatales. Lo demostró en la solidaria actitud frente a los destrozos provocados por el sismo del 19 de septiembre de 1985, lo comprueba siempre que los elementos de la naturaleza fustigan al conglomerado social. Ratifica esa actitud con la pronta asistencia a los damnificados por el huracán Karl en el Estado de Veracruz.

El huracán azotó severamente a la población veracruzana del centro del Estado, asolando a la conurbación más poblada, dejando daños incalculables y desafortunadamente un número aún desconocido de muertos a causa de las inundaciones que debieron ser previstas. Cualquier habitante de Jamapa, Medellín, Boca del Río, La Antigua, podría certificar que mientras veían por televisión el errático itinerario del huracán, nadie les alertó (excepto Conagua) sobre la posibilidad del tremendo golpe de agua que asolaría a la región.

No se trata de buscar culpables ante una contundente agresión de la naturaleza; todos hemos sido testigos que al menos con su presencia física y su investidura el gobernador ha estado pendiente de las labores de rescate y auxilio a los damnificados, como es su obligación, aunque exagerando los méritos de una protección civil que obviamente fue rebasada por las dimensiones del desastre. Ha sido gracias a la coordinación con el Ejército y la Marina que se ha logrado establecer un orden que permite la distribución de víveres y el trabajo de las brigadas médicas. Al margen de ocurrencias como la de suponer que los cocodrilos sueltos están domesticados, como si la genética de esos animales se transformara por el solo hecho de mantenerlos en cautiverio, de alguna manera se saldrá adelante para dar paso a la necesaria evaluación de los daños e iniciar la reconstrucción, como lo ofreció el presidente Calderón.

Por lo pronto, aparejado al lodo que dejó la inundación ya comienzan a ventilarse algunos asuntos que durante la presente administración gubernamental han permanecido en la opinión pública como rumores sotto voce, tal el referido a la obra pública veracruzana. Por caso, el Consejo Coordinador Empresarial Córdoba-Orizaba, según nota periodística, se refirió a las “pésimas obras realizadas en este sexenio, pues resulta increíble que en menos de dos años, varios puentes de la región de Atoyac, Amatlán, Carrillo Puerto, Cotaxtla, La antigua y Cardel, hayan sucumbido. Antes las obras se hacían con material de primera y con una ingeniería a prueba de todo fenómeno climatológico, la prueba son los puentes ferroviarios de de la barranca de San Miguel, el puente ferroviario de Atoyac, el puente carretero de Puente Nacional…antes se hacían bien las cosas, con material de primera, hoy es todo lo contrario, sólo se hacen obras temporales y con presupuestos inflados”, dijo Jesús Fernández Perroni, presidente del Consejo Coordinador Empresarial Córdoba-Orizaba.

En consonancia, el Presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), en Xalapa, Augusto Zamora Lara, declaró que es necesario trabajar en infraestructura física como en Protección Civil, y al referirse a los actos de rapiña enfatizó que “no están funcionando los sistemas, no hay control, no hay orden…evidentemente Seguridad Pública fue rebasada, esperemos que la Marina ponga orden, que haya disciplina en la asignación de las despensas…”

Mal y de malas para Veracruz. Por un lado, la población sufre considerables mermas en su patrimonio debido a un fenómeno natural, y por otro, un gobierno a punto de concluir su gestión con serios problemas financieros y en medio de una acentuada percepción ciudadana acerca de su ineficiente desempeño, acompañado por elevados matices de corrupción.

En lo que viene habrá que esperar que los seguros contra desastres se hagan efectivos para que, sumados a los del FONDEN, sirvan para la pronta reconstrucción y se alivie así sea en parte los daños materiales de infinidad de familias veracruzanas. No está por demás señalar que todo gobierno estatal tiene la obligación normativa de contratar Bonos Catastróficos que aseguren a la población contra riesgos. Es decir, no es un asunto de previsión gubernamental sino un mandato de ley.

Sin embargo, pocos gobiernos estatales acatan el ordenamiento que los obliga a contratar seguros contra riesgos; por las torrenciales lluvias que sufrió Monterrey se pudo comprobar que el gobierno de Nuevo León en apego a la Ley contrató seguros de riesgo; en Veracruz el gobernador ha insistido públicamente en que su gobierno fue previsor y contrató seguros contra desastres, por lo que se supone que a estas alturas ya debe estar gestionándose su cobro para cuanto antes aliviar en parte los perjuicios causados por el huracán “Karl”. Pronto sabremos si el gobierno veracruzano cumplió con la norma de riesgos y efectivamente contrató los Bonos correspondientes.

Ciertamente, no importa el color del gato siempre que demuestre capacidad para cazar ratones. En el arte de gobernar importan los resultados, porque estos están por encima de la retórica y de la demagogia. Ahora que los telones están a punto de caer, cuando la población veracruzana ya observó la actuación de los actores de la arena política, frente a un panorama que avisa el enorme endeudamiento que pesará sobre administraciones venideras, sin que haya obra pública de infraestructura que se corresponda con el excesivo gasto público, cabe reflexionar porqué a Veracruz no le ha ido bien, aunque terminemos por coincidir con León Tolstoi cuando afirmaba que era más fácil hacer leyes que gobernar.

alfredobielmav@hotmail.com
Septiembre 2010



Imagen de CELIA ÁLVAREZ














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SEIS AÑOS SON NADA: OFRECER NO EMPOBRECE

Por Alfredo Bielma Villanueva



Aquel consejo que diera Manuel Barttlet al gobernador acerca de la rápida transición de los años en un periodo de gobierno pareciera estar confirmándolo-¿o padeciéndolo?- Fidel Herrera ahora que está a escasos dos meses de abandonar el cargo, que obtuviera hace seis años tras una cerrada contienda electoral por cuyas incidencias tuvo que resolverse en la última instancia que para estos casos tiene establecida la normatividad electoral.

En 2006 presenté a los lectores el resultado de una investigación periodística que recopila las primeras acciones, dichos, compromisos y ofrecimientos que hiciera durante su primer año de gobierno el gobernador Herrera Beltrán a la población veracruzana, la titulé “Recuento de un Estilo” en una tentativa para articular los compromisos con los cumplimientos. Hubo quien cuestionó si acaso se trataba de una biografía sobre el ejecutivo local, nada tan lejos de ese propósito pues se trata de una investigación acerca del desempeño gubernamental, un estudio de caso sobre la conducta de un político tradicional, con todo lo que esto ha implicado para el desarrollo (o subdesarrollo) político y económico de nuestro país.

Los tiempos han madurado, los plazos se han cumplido y cabe preguntar: ¿cumplió el gobernador Herrera Beltrán sus ofrecimientos? ¿Cubrió con su dinamismo físico las expectativas que sus promesas alentaron? Un juicio a priori pecaría de apresurado, por lo que se hace indispensable sustanciar una investigación con hechos de tal manera de estar en aptitud de formular una conclusión objetiva, una tarea que seguramente ya está en proceso. Mientras tanto, de acuerdo a los tiempos que corren, no está por demás recordar lo que hace seis años acontecía en torno al periodo postelectoral de septiembre de 2004.

En el referido libro se describe que la noche del día de la elección, en el noticiario nocturno de Telever, Rogelio Pano entrevistó al candidato del PAN a la gubernatura, Gerardo Buganza, cuando éste se proclamó triunfador en la elección, pero incurrió en el dislate de afirmar que no tenía aún las boletas que confirmaran su dicho. En pronta respuesta, Fidel Herrera se presentó en el mismo noticiario para anunciar su victoria. Ante las cámaras, desmintió a Buganza y lo retó a presentar las actas de escrutinio que decía tener, porque él, Fidel, si las tenía en su poder y comprobaban que Fidelidad por Veracruz había obtenido el triunfo (Por supuesto, Fidel tampoco contaba con la totalidad de las actas).

Al igual que ahora, hace seis años privaba la incertidumbre respecto de cuál sería el veredicto de los tribunales electorales. El sábado 25 de septiembre, en una comida con quienes participaron como candidatos a alcaldes y a legisladores locales del PRI, ganadores y perdedores, Fidel Herrera expresó: “Veracruz son palabras mayores...la elección no se vende, no está en venta, no se puede negociar y se tiene que respetar” Tal decía porque corría el rumor que el gobierno federal cedería el triunfo al PRI en Veracruz si la diputación de este partido votaba por las reformas fiscales propuestas por el Presidente. (Argumento parecido a los actuales).

Para el Secretario Ejecutivo del Instituto Electoral Veracruzano, Carlos Rodríguez Moreno, no había motivos para la anulación; aunque crecían los rumores en el sentido de que la decisión final iba a estar en el área del TRIFE y que esta institución, por ser de carácter federal, se decidiría por la anulación. En la agenda ciudadana se ventilaba el asunto del crédito por 3,500 millones de pesos que el Gobierno Estatal contrataría.

El 29 de septiembre, día de San Miguel, estando en El Limón, municipio de Alto Lucero, Herrera Beltrán recibió una llamada por la que le transmitían la noticia de que para el día siguiente se daría a conocer la decisión de la Sala Electoral y le pedían estuviera en disposición para acudir a recibir la ansiada constancia de mayoría. Quienes lo escucharon, lo oyeron decir: “esta ya la ganamos.” El 30 de septiembre, después de escuchar el proyecto resolutivo presentado por la magistrada presidenta María Concepción Flores Saviaga, los magistrados de la Sala Electoral del Tribunal Superior de Justicia, unánimemente declararon Gobernador electo a Fidel Herrera Beltrán… El resultado electoral quedaba de la siguiente manera: 962 mil 187 votos para Fidel Herrera; 936,902 votos para Gerardo Buganza y 785,437 votos, para Dante Delgado. Según este computo, la diferencia para el ganador fueron 25,283 votos.

Las primeras palabras de Fidel Herrera como gobernador electo fueron para anunciar que el fidelismo empezaría a partir del 1 de diciembre y comentar que deseaba hacer una reforma administrativa profunda…. “si esta fue la madre de todas las batallas, aquella va a ser la abuelita” decía, refiriéndose a la resolución del TRIFE.

En el frente panista se invocaban los antecedentes de Colima y Tabasco, Estados en donde con anterioridad se había anulado la elección para gobernador; Fidel Herrera expresaba su confianza en lo que resolviera el Tribunal Electoral de la Federación, “gané el 5 de septiembre, el 8 del mismo mes y el 30 de septiembre y tal parece que la elección hay que ganarla todos los días....los tribunales no sustituyen la voluntad de los electores, que son los que toman la determinación”.

De visita en Boca del Río, el magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Leonel Castillo González, declaró que ninguno de los siete magistrados que estudiaban el caso Veracruz se prestaría a reuniones ni en lo oscurito ni en lo clarito. Cuestionado sobre si el material periodístico hacía prueba, contestó: “se tiene un principio de prueba, tenemos una tesis de prueba de jurisprudencia en el sentido de que las notas periodísticas tienen valor indiciario, dependiendo de sus circunstancias también, de la fuente de que vengan, si se refieren a entrevistas o meras consideraciones personales del autor de la nota, son muchas características que se analizan.”

Para el 25 de octubre la tensión política continuaba elevada, se presentía en el actuar y el decir de los actores políticos pues mientras el Tribunal Electoral no resolviera los juicios de revisión la moneda estaba en el aire y campeaba el fantasma de la posible anulación del reciente evento electoral. Ante la incertidumbre Fidel decía: “no se descarta ni se encarta, interino o interina, todo está dentro de la conceptualización mas amplia de la democracia veracruzana”. A pregunta sobre el rumor de que Tomás Ruiz González pudiera ser interino, respondió: “pues le deseo muy buena suerte...en su Estado.” (Tal vez con esto aludía a lo que se comentaba acerca de que Tomás Ruiz era de Yucatán).

Al abordar el asunto de la integración de su gabinete, como Guillermo Zúñiga había externado que no era viable invitar al gobierno a políticos de otros partidos, Fidel dijo “cada cual tiene su criterio, él fue mi coordinador de campaña y tenemos puntos de vista que conciliaremos... hay para todos...”

El desenlace se produjo el 18 de noviembre cuando los medios dieron a conocer que el TRIFE confirmaba por unanimidad el triunfo electoral de quien fuera el candidato de la Alianza Fidelidad por Veracruz: Fidel Herrera Beltrán; en el mismo paquete resolvieron los casos de Oaxaca y de Tijuana. Como conclusión del análisis que hicieron los magistrados consideraron poco sustentables las reclamaciones del PAN y, aunque reconocieron que hubo apoyo del gobernador, este no fue determinante para cambiar el sentido del voto.

Por otro lado, en reunión con dirigentes y ediles panistas, Buganza Salmerón fue reconocido como “gobernador real y moral” de Veracruz, pues al PRI le propinaron una “verdadera madriza” Allí Buganza agradeció “el millón de votos” recibidos; prometió iniciar reformas al TRIFE, pues este “quedó debilitado”. Con lo sucedido en Veracruz, dijo, los magistrados “abrieron la puerta a la ley de la selva...” Duele, pero eso dijo.
Por su parte, el ya reconfirmado gobernador ofreció que abarataría el costo del Gobierno, que devolvería su rango de Dirección a la Secretaría del Trabajo y que los recursos que ejercía esa dependencia se destinarían para la creación de la Secretaría de Turismo. Prometió “un gobierno muy ordenado, muy metódico en el trabajo, disciplinado, para darle resultados a Veracruz.” Prometió: “No voy a robar ni un peso a nadie ni voy a permitir que roben: Voy a vivir ahí donde estoy rentando la casa a Escalera, voy a andar haciendo mis cosas. Pero no las tengo que andar diciendo. Esas son cosas que tienes que predicar con el ejemplo.” ¿Cumplió? That is the cuestion.


alfredobielmav@hotmail.com

Septiembre 2010

RECLUTAMIENTO POLÍTICO II

Por Alfredo Bielma Villanueva



En México, antes de la alternancia, las fuentes de reclutamiento político han sido el Partido Revolucionario Institucional y la Burocracia. Hay quien asegura, y no sin razón, que la permeabilidad y la movilidad social “ha sido mayor en la burocracia que en el partido o en el Congreso” por su tamaño y sus recursos. En “El Fin de una Era” se lee: “El título de “El Fin de una Era”, acompañado por el de “De la Hegemonía a la Oposición” quiere expresar el tránsito de un todopoderoso Partido que predominó en la arena política durante un largo periodo de la historia de México y que fue el conducto a través del cual la clase política mexicana recorrió los pasillos del poder, hasta la derrota que causó su salida de la Presidencia de la República en el año 2000.”

¿A partir de cuando el PRI dejó de ser la principal vía hacia el poder? ¿Cuántos de quiénes accedieron a cargos de relevancia política fueron efectivamente miembros militantes del Revolucionario Institucional? ¿La pérdida del poder del PRI inició acaso con la ruptura iniciada en 1986 e inicios de 1987 cuando se formó la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo? El desmantelamiento del Estado de Bienestar y el tránsito hacia la globalización económica ocasionaron la reacción del ala izquierda del priísmo, que exigió una discusión nacional sobre los cambios en el modelo económico y de paso reclamar cambios en los procedimientos internos del partido para dar mayor injerencia a las bases en la selección de candidatos a cargos de elección popular y en la elección de sus altos mandos directivos.

Pero todo había comenzado el 25 de septiembre de 1981, cuando el PRI “destapó la candidatura de Miguel de la Madrid Hurtado. El perfil de este precandidato distaba radicalmente del político tradicional, pues su procedencia al igual que la de Echeverría y López Portillo, era totalmente burocrática. Se estaba comprobando la hipótesis de que el Partido del gobierno ya no era el conducto único para ascender políticamente hasta la cúspide. “A menudo se cree que las prácticas de reclutamiento del gobierno mexicano cambiaron considerablemente a raíz del ascenso de Luís Echeverría a la presidencia. En lugar de una ruptura respecto de los años anteriores, desde 1970 se han acentuado tendencias evidentes desde antes. Aunque los criterios personales y políticos siguen desempeñando un papel decisivo en el reclutamiento político, los títulos académicos han adquirido más importancia como medio para asegurar el acceso a los niveles más altos del gobierno…la burocracia, que desde hace mucho tiempo ha sido la vía principal de ascenso en el gobierno, ha ganado importancia”* (El Fin de una Era)

“Un detalle que señalaba en toda su extensión el perfil de “tecnócrata” de Miguel de la Madrid se expresó en la composición de su gabinete en el que dos terceras partes de los Secretarios contaban con posgrados, la mayoría (62.4%) obtenidos en el extranjero y un 18.4% de la UNAM. “La mayoría de funcionarios del poder ejecutivo durante el gobierno de De la Madrid recibieron títulos universitarios en el extranjero (352) estudiaron en Estados Unidos. Por otra parte, 16.7% y 15.9% lo hicieron en Inglaterra y Francia, respectivamente…” un detalle que pudiera explicar por qué se afirmaba que el reclutamiento político era cada vez más elitista y alejado de las promociones del Partido del gobierno. * “ (op. cit).------------

“La formación de la Corriente Democrática en 1986 y su desprendimiento del partido le causó graves problemas al PRI en la elección presidencial de 1988. El origen de este movimiento se localizaba en las fuertes discrepancias entre los grupos que formaban el ala izquierda priísta y los denominados “tecnócratas”, recién llegados a la cúpula del poder por la vía del PRI, pero aplicaban recetas económicas dictadas por los organismos internacionales, muy distantes del modelo económico nacionalista que por décadas marcó el rumbo económico del país.” Op. cit.

Con estos antecedentes, en el orden nacional habría que analizar su proyección hacia los Estados de la Federación ¿el desplazamiento de los “políticos - políticos” por los llamados “tecnócratas” se refleja en provincia? ¿Son los “tecnócratas” menos aptos para dirigir la cosa pública o, por el contrario, constituyen un segmento de políticos-administradores mejor preparados para el diseño y la implementación de las políticas públicas?”. ¿En Nuevo León, Aguascalientes, Puebla, Veracruz, se refleja el advenimiento de una generación diferente a los tradicionales “políticos-políticos”?

En lo que concierne a los veracruzanos bien pudiéramos analizar el tema comparando, por ejemplo, los resultados entregados a la población por un gobernador cuyas características lo pudieran acercar al perfil de “tecnócrata”, como Agustín Acosta Lagunes y, por otro lado, los resultados obtenidos por un gobernador cuyo perfil encaja en el de los “políticos-políticos”, como Fidel Herrera Beltrán. De entrada, por lo que se ve, no existe punto de comparación, pero en el análisis científico social no hay prejuicio que valga.

Habría que intentarlo así sea someramente considerando tiempo y circunstancias; los presupuestos manejados por cada una de esas administraciones estatales, el personal burocrático empleado por cada gobierno, su gasto corriente, etc.

Todo ello nos dará pie para proseguir con el tema de reclutamiento político y la integración del próximo gabinete estatal.

alfredobielmav@hotmail.com
Septiembre 2010

EL CENTENARIO EN 1910

La Nación está de fiesta.



Los campos se despueblan, y abandonados por sus moradores, se tornan solitarios y melancólicos, mientras los incansables ferrocarriles vomitan día y noche sus henchidas carretadas de rebaños humanos sobre la metrópoli, que cual inmenso imán, parece atraer y reconcentrar ella sola todo el regocijo y el bullicio.

La gran ciudad engalanada ostenta su vaporosa vestidura de festones, gallardetes, oriflamas y banderas tricolores.

Brillan como ascuas de oro las fachadas de los edificios, destacando sobre el oscuro cielo de la noche sus esqueletos luminosos, y riela sobre el llovido asfalto de los bulevares la luz de los millares de focos encendidos en los escaparates de las tiendas, denunciando la codicia del traficante que aprovecha la ocasión para pregonar su mercancía.

Una abigarrada muchedumbre, como enorme y desmesurada culebra, serpentea interminable por las avenidas, haciendo brillar sus escamas de oropel y sonar los cascabeles de su júbilo.

Los miles de rumores que produce la agitada vida de las multitudes, forman un mar de ruido, en el que se perciben sobrenadando las escandalosas fanfarrias de las bandas militares, el clamoreo de los repiques de las campanas, el estallido de cohetes y las notas estridentes de las trompetas de automóviles, formándose en conjunto un inmenso y ensordecedor murmullo de cascada que persigue los oídos sin descanso todo el día y por todas partes.

Todas las clases sociales conmemoran el Centenario.

Las clases oficiales, con sus asimilados los cortesanos y los aristócratas, como únicos actores y espectadores del programa de saraos y recepciones. Las clases burguesas como espectadoras de lo que puede alcanzarse a ver desde las aceras de las calles. El comercio como único cosechero en este vasto campo de reclamo y de venta al menudeo.
La plebe no ha sido invitada ni tiene lugar donde presenciar los festejos……….

Ese pueblo que no ha sido llamado a participar de los regocijos porque es pobre y su presencia nos causaría bochorno ante los extraños, tampoco ha sido llamado a compartir el recuerdo de nuestros héroes, con los oligarcas, ni él ha ido a reunírseles.

Y con razón. La conmemoración de todo aniversario es un balance moral. La conmemoración del centenario de nuestra independencia debe ser el grandiosos balance de nuestra vida autónoma, que todas las clases sociales deberíamos presentar a nuestros héroes como el homenaje más grato a su memoria.

Pero ese balance que en otras ocasiones podríamos haber hecho reunidos todos los mexicanos, en los momentos actuales, cuando aún sangran las heridas de la pasada lucha, es necesario que lo hagan por separado unos y otros, “estos” y “aquellos”.

ESTOS: los que sufren y trabajan.

AQUELLOS: los que lucran y dominan.

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“Estos”, eran los que al amanecer de aquel 16 de septiembre rodeaban a Hidalgo y los que sin más armas que su patriotismo y sin mas escudo que su fe, combatieron bajo el estandarte de la virgen de Guadalupe. “Estos” fueron los que acompañaron a Morelos en su genial y gloriosa carrera, y los que replegados en las montañas del Sur, esperaron indomables al lado de Guerrero.

“Aquellos”, fueron los que excomulgaron a Hidalgo y degradaron a Morelos, pero que más tarde consumaron la independencia con Iturbide, para recoger el fruto del sacrificio de los mártires insurgentes y asegurar la herencia del poder colonial.

“Aquellos” eran los que formaban la suntuosa corte de Su Alteza Serenísima, y “estos”, los que con Álvarez y Comonfort derrocaron la dictadura de Santa Ana.

“Estos fueron los que con Zarco y Mata escribieron las tablas de nuestra Ley y los que con Juárez hicieron la Reforma. “Aquellos” fueron los que llamaron a los ejércitos franceses para recobrar su poderío, y los que cuando lo vieron perdido para siempre, tuvieron la habilidad de convertir en su provecho las leyes liberales formando sus fortunas con los bienes de manos muertas y echando los cimientos de la actual oligarquía.

“Estos” fueron los que trajeron en hombros al caudillo de Tecoac, cuando prometía libertades y justicia, y “aquellos” los que después de recoger los más opimos frutos de la paz tuxtepecana, ahora conservan embalsamado para su propia conveniencia un régimen ya caduco, tal como los castellanos de la leyenda conservaban a su Cid después de muerto, para espanto de los moros.

“Estos” han sido los que en época de guerra han dejado regada su sangre en todos los campos de batalla, y “estos” son, en fin, los que en las luchas todavía más dolorosas con que se ha hecho la paz de que gozamos, han dejado girones de su carne en las rocas de las minas y en los abrojos de los campos; han sufrido la inicua servidumbre de la Hacienda o de la Fábrica; han llenado las mazmorras de San Juan de Ulúa, han recibido las traidoras descargas de la “Ley Fuga” y han visto perecer a sus hijos tragados a millones por ese ídolo insaciable, mil veces más feroz y sanguinario que Huitzilopochtli, que se llama el “contingente”. (La leva)

……………………………

¡OH progenitores augustos de nuestra amada Patria!

Hace un siglo que nos engendrasteis y se ha acabado ya la raza de los hombres de vuestro temple. Hace un siglo que nos disteis independencia y aún no aprendemos a defenderla. Hace un siglo que nos redimisteis y hemos perdido la dignidad de hombres libres, para caer en la abyección de los esclavos. Hace un siglo que nos liberasteis y aún llevamos colgando del grillete un pedazo de cadena de donde nos han sujetado nuestros tiranos cada vez que rendidos de fatiga nos hemos detenido a descansar a la orilla del camino.

¡OH mártires gloriosos de nuestra cara independencia!

Vosotros que fuisteis titanes por vuestra fuerza, santos por vuestras virtudes, héroes por vuestras grandezas y videntes por vuestra fe: dadnos vuestras virtudes para regenerar nuestra raza que agoniza; dadnos vuestra fuerza para resistir el empuje brutal que amenaza la independencia que nos disteis; dadnos vuestro valor para reconquistar las libertades que hemos perdido; dadnos vuestra fe para llegar a la fuente donde habremos de apagar esta sed infinita de libertad y de justicia que nos ahoga; y dadnos fuerzas, dadnos valor y dadnos fe para arrancarnos esta cadena que nos hiere y que nos sangra y nos hace tropezar a cada paso; esta cadena que vosotros rompisteis y que todavía llevamos arrastrando!

(La anterior es transcripción fragmentada de un artículo periodístico de Blas Urrea-seudónimo con el que firmaba Don Luís Cabrera-, publicado en septiembre de 1910, mientras se celebraba el Centenario de la Independencia de México)


alfredobielmav@hotmail.com

Septiembre 17-2010


¿A QUIEN CREERLE?

Por Alfredo Bielma Villanueva



“Errar es humano, y echarle la culpa a otro es aún más humano”, dice el refrán que bien pudiera aplicarse en espléndida medida a la actitud del gobierno veracruzano y personeros que lo acompañan cuando intentan descargar culpas, omisiones, entuertos, ineficiencias y toda clase de pretextos en evasiva propia. Tal se desprende de lo que cotidianamente se observa en Veracruz al leer y escuchar que el gobierno no ha podido hacer más obras ni concluir las que tiene en proceso porque el gobierno federal le ha retenido lo que obligatoriamente le corresponde. No se tiene dinero en Veracruz para pagar débitos a infinidad de deudores porque el gobierno federal no ha remitido lo que corresponde a participaciones; se suspenden obras porque la federación retiene el dinero, etc., etc., etc. Lo peor es el empecinamiento por hacer creer a la población esa sarta de argumentos sin pies ni cabeza como si la ciudadanía veracruzana careciera de información y solo estuviera atenida a lo que desde el gobierno estatal se le informa, o desinforma.

Pero no es solo el discurso del gobierno estatal el que se pone en duda, también en el federal hacen olas en ese concierto de verdades a medias o subyacentes intenciones de escurrir el bulto, haciéndole honor con esta actitud a aquella sentencia que tanto se utiliza en la cotidianeidad del vulgo, de que cuando la partera es mala---- se echa la culpa a otros.

Ejemplos: La opinión pública veracruzana está más que enterada del desastre financiero por el que transita la administración pública de este Estado; las arcas están vacías debido a la indisciplina en el gasto y esto se refleja en la interminable cauda de proveedores que penan día con día por el pago a sus servicios. Para explicar ese entuerto se hace hasta lo imposible por derivar culpas hacia el gobierno federal, atribuyendo a éste su incumplimiento en la obligación de enviar las remesas que corresponden al Estado. Por su parte, desde la Secretaría de Hacienda responde que ellos están al corriente de sus encomiendas.

En lo que corresponde a la desastrosa inundación que asoló a poblados de las Cuencas de los ríos Papaloapan y Coatzacoalcos, en el Estado se quejan de que no han recibido los apoyos financieros provenientes del FONDEN; sin embargo, ya se informó que están a disposición del Estado 848 millones de pesos, solo que para completar los mil 704 millones destinados para remediar los daños el gobierno estatal tiene que aportar 856 millones, una suma que el erario veracruzano no alcanza a completar, según confesión del subsecretario de administración de la Secretaría de Finanzas, Antonio Ferrari. La revelación vino acompañada con el amago de una nueva deuda a través de hacer efectiva la bursatilización anunciada desde muchos meses previos a esta inundación. Un argumento que encubre lo que verdaderamente ocurrirá: la contratación de un crédito bancario que ronda por los siete mil millones de pesos que, según dice radio bemba, solo paliará los requerimientos para el cierre de la administración.

En respuesta a lo informado acerca de que la Secretaría de Desarrollo Social solo ha repartido 45 mil despensas y que la Administración Estatal ha entregado más de 400 mil, el Secretario de Desarrollo Social vino a Veracruz a aclarar que la dependencia a su cargo ya ha repartido 82,500 despensas, cada una calculada para sostener a cuatro personas durante una semana. No obstante, entre los afectados se escuchan continuos reclamos porque no han sido atendidos; no al menos como se proclama en los medios.
La insistencia de los partes oficiales en el sentido de que hay saldo blanco choca con la noticia que anuncia siete fallecidos directamente a causa de esta contingencia, tal y como lo demuestran las actas levantadas por el ministerio público. Son desgracias que desafortunadamente ocurren y que no se advertirían entre tanto daño, si no fuera por la tozudez gubernamental en parecer suficiente en la atención a los damnificados. Ello encubre el prurito que pareciera tener que ver más con la ávida pretensión del reconocimiento que con la auténtica preocupación de lo acontecido.

En el orden federal no cantan mal las rancheras. Se ve claramente en la anunciada detención de “La Barbie”, atribuida por las autoridades a labores de inteligencia, pero, por otro lado, la opinión pública pone en tela de duda esa versión al suponer una entrega pactada. A eso, el vocero gubernamental en materia de Seguridad Pública arguye que lo importante no es cómo se haya detenido al malhechor sino la detención misma. Olvida que un gobierno que se precie de democrático está obligado a rendir información fidedigna a sus mandantes y no embadurnar los hechos con sospechosas comunicaciones que vician aún más la desconfianza de la ciudadanía hacia sus autoridades.

En fin, en el diferendo Estado-Federación una de las dos partes dice la verdad en el asunto de las remesas, lo preocupante es la desconfianza de la población en el discurso oficial.

Entre todo lo anterior, lo único realmente inobjetable, plausible, es la participación de la Armada y del Ejercito, cuyos elementos han hecho posible la distribución de la ayuda estatal y federal, en una incansable labor revestida de heroico anonimato y desinteresado esfuerzo, sin esperar reconocimiento alguno, haciendo honor a su origen nacionalista y popular. También, por supuesto la convocatoria de la sociedad civil para recabar ayuda destinada a los damnificados de Tlacotalpan, como lo hace, por ejemplo, la Junta de Mejoras de Coatepec, al solicitar la donación de productos enlatados y no perecederos (pañales, leche en polvo, agua, papel sanitario, jabón, etc.), para lo cual instaló un centro de acopio en Cuauhtémoc # 75 de aquella bella ciudad.

En suma, el problema no es lo que se dice sino la desconfianza que priva respecto de las declaraciones provenientes del sector público. Esto último no deja de preocupar cuando justamente este 15 de septiembre celebramos el Bicentenario del Grito de Dolores, los doscientos años de haberse abolido la esclavitud, el inicio de una era como Nación independiente, de obtener por este hecho la calidad de ciudadanos libres. Confianza, transparencia y verdadero espíritu de servicio son asignaturas por resolver.
alfredobielmav@hotmail.com

Septiembre 2010



RECLUTAMIENTO POLÍTICO

Por Alfredo Bielma Villanueva



Un fenómeno social que ha sufrido el impacto de la transición y la alternancia es el reclutamiento político, un concepto que nos sirve para analizar la forma en cómo se renuevan los mandos político-administrativos, y conocer a quienes actúan en la arena política, su origen y su proyección, así como los porqués de su incorporación al tinglado de la cosa pública.

En la colaboración inmediatamente anterior escribimos que a partir de la presidencia del Lic. Miguel Alemán Valdez se produjo el radical relevo de los mandos públicos federales con el traspaso de estos a una nueva clase política, encabezada fundamentalmente por civiles escolarizados. Mencionamos también que el arribo de Luís Echeverría a la presidencia de la república había sido un relevo atípico debido a que personificaba un reclutamiento proveniente de las filas de la burocracia administrativa y no de la partidista. Cinco lustros más tarde sobrevino la etapa conocida como de los “tecnócratas”, iniciada con Miguel de la Madrid y proseguida al pie del guión por Carlos Salinas de Gortari, su gran gurú.

El periodo presidencial de Miguel Alemán se constituye en un eslabón que une dos etapas políticas, la del militarismo en el gobierno y la de políticos, formados en aulas universitarias, unos y en los sindicatos, las organizaciones campesinas y en las filas del partido oficial, que por efectos del corporativismo ingresaron a la política, los otros. Por supuesto, aunque aparte, allí también encajan aquellos que se iban formando en cargos burocráticos y que por su especialidad tenían escasa competición. Esta es una de las razones por las que los escasos economistas que había en México (la escuela de economía de la Universidad Nacional se había creado en 1929 y convertido en facultad hasta 1935) eran inmediatamente incorporados a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

A través del reclutamiento podemos observar con meridiana claridad la creación, evolución e integración de las élites del poder y de las redes tendidas para conservarlo y aún proyectarse en el tiempo. “Como confirmación del relevo generacional en la nueva clase política mexicana Miguel Alemán integró su gabinete con amigos y conocidos desde las aulas universitarias. De 107 colaboradores de alto nivel, 88 de ellos (84%) poseían títulos universitarios, de los cuales 45 (56%) coincidieron en las aulas de la UNAM con el presidente, 40 de ellos en la Facultad de Derecho”. (Puede leerse en el libro escrito por quien esto suscribe: “El Fin de una Era”, editado por el Colegio de Veracruz y que próximamente será presentado).

Miguel Alemán extendió una red de poder de gran alcance, territorial y temporal. Ha sido el ex presidente que concentró más poder entre los grupos financieros, económicos y políticos, con gentes que le eran afines. Salvo Cárdenas, cuya influencia ideológica trascendió con creces a su sexenio, ningún otro ex presidente permaneció en las redes del poder como Miguel Alemán Valdés. Largo sería ejemplificar los porqués de este fenómeno pero basta una somera muestra:

Entre muchos otros, promovió como gobernador de Guanajuato a José Aguilar y Maya (1949-1955), quien en el siguiente gobierno federal fue Procurador; A Antonio Carrillo Flores lo nombró Director de Nafinsa (1946-1952), después ocupó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (1952-1958), fue embajador en los Estados Unidos (1958-1964), Secretario de Relaciones Exteriores (1964-1970) y Director de la CFE (1970-1972). Adolfo López Mateos, senador (1946-1952); Coordinador de la campaña de Ruiz Cortines a la presidencia de la república, en 1952, Secretario del Trabajo 1952-1958 y Presidente de la República (1958-1964).

Gustavo Díaz Ordaz, senador (1946-1952); 1958-1964, secretario de gobernación y 1964-1970 presidente de la república; Fernando López Arias, senador (1946-1952); Secretario de Patrimonio 1952-1953; Procurador General 1958-1962; gobernador de Veracruz (1962-1968). Algunos más de no menor importancia: Donato Miranda Fonseca, senador (1946-1952), Secretario de la Presidencia en el gobierno de López Mateos y en esa instancia aspiró a ser presidente de la república; Fernando Casas Alemán, Jefe del Departamento del Distrito Federal con Alemán; Gabriel Ramos Millán, Carlos I Serrano, Andrés Serra Rojas, Rogelio de la Selva, Antonio Ortiz Mena, y muchos etcéteras más que explican cómo a través de esa red de amigos y ex colaboradores el ex presidente Alemán extendió el radio de su influencia más allá de su mandato pues a su vez cada cual era un reclutador de prospectos a los cargos políticos y de la administración pública. Con Miguel Alemán, se decía en la etapa más optimista de su gobierno, la Revolución se bajó del caballo para subirse a un Cadillac.

Ahora bien, ¿a partir de qué sexenio de gobierno el reclutamiento comenzó a procurarse desde áreas distintas al Partido? porque “Un detalle que señalaba en toda su extensión el perfil de “tecnócrata” de Miguel de la Madrid se expresó en la composición de su gabinete en el que dos terceras partes de los Secretarios contaban con posgrados, la mayoría (62.4%) obtenidos en el extranjero y un 18.4% de la UNAM. “La mayoría de funcionarios del poder ejecutivo durante el gobierno de De la Madrid que recibieron títulos universitarios en el extranjero (352) estudiaron en Estados Unidos. Por otra parte, 16.7% y 15.9% lo hicieron en Inglaterra y Francia, respectivamente…” un detalle que pudiera explicar por qué se afirmaba que el reclutamiento político era cada vez más elitista y alejado de las promociones del Partido del gobierno”. (El Fin de una Era)

Para cerrar el tema, no concluirlo, cabe la pregunta ¿con la llegada de los tecnócratas a la cima del poder el reclutamiento se abastece de fuentes ajenas al Partido privilegiando las del Banco de México y la Secretaría de Hacienda?

En esa lógica, a partir de la alternancia y en pleno proceso de transición, el fenómeno descrito ¿es perceptible actualmente en el Estado de Veracruz? En base a ¿qué criterios se apuntala el reclutamiento de colaboradores para integrar el próximo gabinete del gobierno veracruzano encabezado por Javier Duarte de Ochoa? Un expediente que bien vale otro capítulo.

alfredobielmav@hotmail.com

Septiembre 2010



EL RESPLANDOR DEL PODER

Por Alfredo Bielma Villanueva




Como un suspiro pareció a quienes colaboraban en el gobierno el tránsito de los años pues se encontraban ya en las postrimerías de la administración. Como ocurre en estos casos cada quien buscaba la manera de avanzar o de permanecer en el cargo al cambio de gobierno. Ya conocían el camino que era relacionarse con los hombres de mayor cercanía al candidato, halagarlos con buenas comidas y apoyos subrepticios, como vehículos o pago de cuentas de hospedaje, llegado el momento se cobrarían con creces los gastos. Conocer al candidato era importante, sí, pero lo más práctico era establecer nexos con sus colaboradores más cercanos. Así lo hicieron César y sus amigos, la estrategia no fallaba.

En aquel otoño de aireados atardeceres, tanto Gustavo como César tenían sendos compromisos para entrevistarse con amigos del entrante gobernador del Estado, que en una semana más tomaría posesión de su encargo y aquellos eran mencionados como sus futuros colaboradores. Andaban en búsqueda de trabajo, reubicarse era urgente, no quedar fuera del presupuesto era lo prioritario.

El primero de diciembre de cada seis años, la hermosa capital provinciana se adorna con luces políticas multicolores, tantas como plural es la concurrencia que acude en tropel al rito de encumbramiento de la nueva estrella del firmamento sexenal. El dios del trueno, el dispensador de canonjías, el que decidirá el destino de muchos que, según su suerte y la cultura imperante, cambiarán de status social. Día de jolgorio, noche de fiesta en algunos hogares, luz y sombra, alegría y esperanza contra nostalgia y tristeza; ilusiones frustradas y sorpresas enojosas; anhelantes augurios de una nueva vida. Los flamantes servidores públicos ¿tendrán acaso preocupación por la responsabilidad adquirida? ¿Temor de no poder cumplir cabalmente con la población lo que el nuevo gobierno se comprometió realizar?

Las imágenes del día captadas por cámaras de videos serán transmitidas por la T.V. en noticiarios especiales y en los horarios de rutina. Aplausos, abrazos políticos con sus respectivas palmadas, halagos fáciles para quienes llegan, indiscretas y hasta hostiles críticas para el sol que se oculta, Quetzalcóatl que ya se va sin posibilidades de retornar; aquel que justo seis años antes era el non plus ultra, el salvador, el guía, el único capaz de mantener para su partido el bastión provinciano, ahora era calificado como el burgués alejado del pueblo. ¡Qué contraste con el que ahora iniciaba un gobierno, sol radiante que nacía, pero también Tlatoani perecedero, seis años, a lo mas. Por el momento esto no importa ni viene al caso, la muchedumbre, fiel a su costumbre, glorifica al que llega; del que se fue ni rastro en sus mentes, ese es astro que ya no alumbra, al dejar el poder se convierte en un asteroide opaco, en un árbol hojoso que no da sombra, un árbol en el otoño de su vida política.

Pero, ¿no es acaso esta una película de intensa repetición? por supuesto que sí, aunque, como la serie de James Bond, o “lo que el viento se llevó” interpretado por diferentes actores; los actores secundarios y los extras repiten, aunque de estos últimos algunos llegan a ser actores principales y hasta estrellas; los papeles se intercambian pero, finalmente, son los mismos que antes aplaudieron y ahora reprochan.

Pareciera que la cegadora luz con la que el poder recubre al que poder estrena, aturde a quien lo contempla y lo enceguece de tal manera que, súbitamente, deja de notarle los múltiples defectos que poco antes le encontrara.

¡Cuán especial el día de la ascensión!, los apretujones que se forman para lograr del iluminado una mirada o un saludo, por muy fugaz que este fuere, son fenomenales, tanto que muchos pierden la figura para obtenerlo; ¿conque fin? conseguir trabajo, permanecer en él o lograr canonjías para los negocios.

Después del tumulto que se forma en torno a la ceremonia de toma de posesión, César y Gustavo acudieron a la tradicional cafetería ya colmada de políticos, entreverados jóvenes y veteranos, vinculados por la idea de o mantenerse o escalar posiciones en la administración pública. A ese heterogéneo conjunto de seres humanos lo único que les importaba era el más inmediato de los futuros, mientras más halagüeño mejor. Los tres amigos se levantaron, despidiéndose Edmundo, quien tenía que viajar de regreso a la capital de la república, la añorada morada que no cambiaría por nada, no sin antes desear a sus amigos la mejor de las suertes en la augusta tarea de sobrevivir políticamente y recomendarles visitar, cuanto antes, al nuevo gobernador al que, como al sol naciente, en los inicios de su gobierno es posible todavía verlo y, quizá hasta tutearlo, antes de que el resplandor de su luz lastime sus pupilas, como ocurre con el astro rey a medida que asciende en el firmamento…………………


Ya en camino, César se decía que el Darwinismo social se hace más evidente en la feroz lucha por conseguir escalar políticamente; pensaba que la sobrevivencia del mas fuerte en política se traduce en la aptitud para evadir la intriga, para mantenerse incólume tres o cuatro horas, o más, en las antesalas, hacer las llamadas telefónicas que sean necesarias y no cejar en el intento hasta obtener la presa; mañanas, tardes y noches son propicias para este esfuerzo, no hay horario que valga; el horario, el tiempo y las condiciones las impone el que tiene la capacidad para otorgar los minúsculos cotos de poder que debe repartir, según sus propios intereses y los que las circunstancias impongan.


-------------------------------------- En política, cuando se anda en pos de un trabajo, la antesala es una observancia casi ineludible. Sólo quienes han ascendido a cierto nivel tienen el privilegio de evadirla, de allí, de ésas truculentas “horas nalgas” han emergido infinidad de los “políticos” que caminan por las calles, con celular a la oreja, como perdonando vidas.


(Fragmentos del libro “El Resplandor del Poder”, de la autoría de quien esto suscribe, editado por CONACULTA y el Instituto Veracruzano de la Cultura, de próxima presentación)

alfredobielmav@hotmail.com

Septiembre 2010


PERMEABILIDAD POLITICA

Por Alfredo Bielma Villanueva



Uno de los fenómenos más recurrentes en la política es la entreveración generacional de los actores que en ella participan; es como biología política, porque en ella hay un inicio y un final, convertido a veces en retiro involuntario ocasionado por condiciones desfavorables y hasta adversas, ajenas incluso a la actividad del participante. Lo que acontece en el lapso comprendido entre el inicio y la conclusión de una trayectoria política-que habitualmente es intermitente- puede atribuirse a variados factores: talento, dedicación, constancia, suerte, carencia de escrúpulos, amiguismo, nepotismo, deslealtades, traiciones, etc. El universo en el que se produce la acción es la sociedad, con la que se mantiene una relación dialéctica, pues se interactúa con ella impactándola a través del factor predominante de la acción política: el poder, sin duda, un factor sine qua non en la ecuación.

Por necesidad biológica las sociedades se renuevan, ya por evolución, ya por revolución. En ocasiones los cambios, como los partos, resultan dolorosos; véase sino el caso de la Revolución Francesa y sus sucesivas etapas desde el Directorio, el Terror, el Consulado, el Primer Imperio, la Revolución de 1848, hasta la Tercera República en 1870 cuando se consolidó el movimiento iniciado en 1789. De igual manera, nuestro país tuvo que transitar por un largo proceso a partir de 1808 con la propuesta independentista de Francisco Primo y Verdad, síndico en el Ayuntamiento de la Ciudad de México, transitando sucesivamente por el Grito de Dolores, la consumación de la independencia en 1821, la pérdida de más de la mitad de nuestro territorio en 1847, la patriótica intransigencia juarista contra la invasión francesa y el Imperio, la Dictadura porfiriana y, otra Revolución, en 1910, que se consolidó en la Constitución de 1917, el Pacto Social que ahora nos organiza y rige.

Como se puede advertir, nada en la sociedad permanece estático, todo es movimiento continuo. Tal ocurre con las generaciones que se ocupan del poder, nunca desaparecen de tajo, se entreveran en relevo, aunque llega un momento en el que el reemplazo marca el final de una etapa. Así lo demuestran los diferentes ciclos de nuestra historia. Si nos avenimos a la tesis de que al hombre lo definen sus circunstancias, entonces concluiremos que el relevo generacional lo dictan las condiciones político-sociales del entorno, no un individuo en lo particular.

Hombres como Juárez, Porfirio Díaz, Madero, Zapata, Villa, Carranza, Obregón, Calles, etc. actuaron en concordancia a su época y fueron producto de la misma. Quienes iniciaron y dirigieron los destinos del país en la etapa armada de la Revolución Mexicana fueron producto de sus circunstancias particulares y de grupo. En el interminable e incesante concierto social, casi en paralelo a la actividad revolucionaria, estaba naciendo otra generación y una más ya se encontraba en las aulas. La llamada generación de 1915, por ejemplo, matizada fuertemente por el grupo de los llamados “siete sabios”. Entre estos, dos fundarían partidos políticos: Manuel Gómez Morin, el PAN y Lombardo Toledano, el Partido Popular, ya eclipsado.

Cuando desaparecen los grandes actores militares del movimiento armado: Zapata, Carranza, Villa, Buelna, Benjamín Hill, Francisco Serrano, Arnulfo Gómez, Obregón etc., quedó Calles para cerrar el círculo y entregar el relevo a Lázaro Cárdenas quien, junto con Ávila Camacho, cerraron el ciclo de los militares en el poder en México. Ya para entonces se habían formado el Partido Nacional Revolucionario y su sucesor el Partido de la Revolución Mexicana, que encauzaban al país hacia un régimen de instituciones, en substitución de los caudillos, de los “hombres necesarios”. En el curso del cauce partidista se fueron formando los nuevos políticos, los que no olían a pólvora pero que fueron auspiciados por la generación militarista, aunque ya preparados en aulas universitarias.

En las cámaras legislativas, en el gobierno de los Estados, en los pasillos de la administración pública, en las organizaciones obreras, campesinas y populares cabildeaban los nuevos líderes de México. Ellos, esa nueva generación, llegaron con Miguel Alemán Valdez a la cabeza. Antes de él, excepto Portes Gil, todos los presidentes fueron militares, de Carranza a Ávila Camacho. Al político veracruzano le correspondió liderar el cambio generacional desde la presidencia de la república. Este fenómenos es posible observarlo en la integración de la Cámara de Senadores (1946 a1952), correspondiente al periodo de gobierno alemanista. En esa cámara legisladora ocuparon curules dos de los relevos presidenciales del futuro: Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Allí también un gran porcentaje de senadores que en lo subsiguiente encabezarían gobiernos estatales: Fernando López Arias, en Veracruz, Gómez Maganda en Guerrero, Teófilo Borunda, en Chihuahua, Corona del Rosal, en Hidalgo, entre muchos otros.

Tocó a Gustavo Díaz Ordaz cerrar el ciclo de esa generación, pero a su vez abrir otro, buena parte del cual se incubó en el senado de la república de su sexenio e integró su gabinete, también nutrió gubernaturas de los Estados: Rafael Murillo Vidal, en Veracruz, Carlos Loret de Mora en Yucatán, Manuel M. Moreno en Guanajuato, Manuel Bernardo Aguirre, en Chihuahua, Hermenegildo Cuenca Díaz en Baja California (aunque falleció en el intento), Eulalio Gutiérrez, de Coahuila, Carlos Sansores Pérez, Campeche, Gonzalo Bautista O´Farril, Puebla etc. En esa Cámara, por cierto, el sistema político dio cabida a tres diputados constituyentes: Alberto Terrones Benítez, Juan de Dios Bojórquez y Jesús Romero Flores.

Al fin del mandato de Díaz Ordaz se abrió paso a un relevo atípico, Luís Echeverría Álvarez que, formado en la burocracia, llegó a la presidencia de la república sin haber desempeñado previamente un cargo de elección popular. Pero, sin duda, el movimiento estudiantil de 1968 obligó a Echeverría a aperturar el camino de la política a las generaciones de jóvenes que se habían acumulado en las filas de aspirantes ante el control monopólico de los puestos públicos en manos de los viejos actores.

Todo madura a su tiempo, difícilmente en este sentido puede haber una intromisión extralógica de un solo individuo, en política casi nada es producto del azar. En México, durante muchos años cada sucesión de gobierno, relevo presidencial o en los estados, implicó reemplazos entreverados de personajes, son los que le “atinaron” al bueno, “al tapado”. Los factores que pesaron son: amiguismo, complicidades, recomendaciones, lealtades, “pago de facturas”, etc. todo atribuible al sistema político.

No podía ser diferente en Veracruz, en donde al llegar al gobierno estatal un político de la generación de salida aprovechó el impulso del relevo que ya se venía dando para dar oportunidad a reemplazos nuevos en mandos medios. Como sus predecesores, Fidel Herrera entreveró la experiencia con el noviciado de sus colaboradores al designar en cargos de primer nivel a gentes de edad madura, algunos incluso con más años que él. La permeabilidad en política es un fenómeno correlativo de la capilaridad social, un tema que merece comentario aparte.

alfredobielmav@hotmail.com
Septiembre 2010



EL CENTENARIO EN 1910

Por Alfredo Bielma Villanueva


En 1910, el Programa de las fiestas del Centenario arrancó oficialmente el primero de septiembre con la inauguración del Manicomio General; no se sabe si el hecho llevaba mensaje subliminal alguno pero con ese evento comenzó la fiesta nacional organizada por la dictadura. El día dos se programó recibir en el Museo Nacional la Pila Bautismal de Hidalgo y se inauguró la Exposición Japonesa en el Pabellón de Historia Nacional. También se inauguró la Exposición de Higiene. El día tres se colocó la primera piedra de la Cárcel General en San Jerónimo Atlixco. El día cuatro se celebró la fiesta del Comercio, la Banca, la Industria y un desfile de carros alegóricos. Continuó con un Garden Party en el café de Chapultepec y cerró con un baile en el salón de Cristales del mismo café.

El día cinco se inauguró la Estación Sismológica Central de Tacubaya. Los embajadores especiales presentaron al presidente de la república sus credenciales y cerró con una conferencia en le Exposición de Higiene. Al día siguiente, el seis, hubo una procesión infantil en honor a la Bandera; se programó la presentación de credenciales de los enviados especiales con categoría de ministros. El día siete se inauguraron dos escuelas superiores en la Plaza de Villamil, mientras en Palacio continuaba la entrega de credenciales de los enviados especiales. El día 8 se dio una fiesta en el Colegio Militar de Chapultepec en honor a los niños héroes. En el ministerio de Relaciones Exteriores se agasajó al cuerpo diplomático y a los enviados especiales.

No se encontraba entre los atendidos por el cuerpo diplomático mexicano el enviado de la hermana república de Nicaragua, el laureado poeta Rubén Darío.

Poco antes, en abril de ese año, 1910, había fallecido Don Ignacio Mariscal, quien venía fungiendo como Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Porfirio Díaz. De inmediato, el grupo de los científicos se apresuró a cabildear a favor de Enrique C. Creel, ex embajador de México en los Estados Unidos, de origen norteamericano, potentado industrial chihuahuense emparentado con la familia Terrazas, latifundistas de abolengo. El mundo oficial de México conocía la simpatía de este par de “Científicos” hacia los republicanos estadounidenses con Taft de presidente, por lo que no extrañó el nombramiento de Creel en tan importante cargo. Sin embargo, causaba escozor porque recuérdese que en ese entonces la Constitución establecía que a la falta del Presidente y del Vicepresidente, el ministro de Relaciones era el avocado al cargo.

El 6 de septiembre llegó a Veracruz a bordo del buque “La Champagne” el escritor americano más famoso de su tiempo: Rubén Darío; traía la representación del gobierno nicaragüense presidido por el General José Santos Ayala, repelido por el gobierno imperial americano por su actitud independentista contra el destino manifiesto.

Parecido a aquel “comes y te vas” que Fox recomendó a Fidel Castro para no enfurecer al poderoso vecino del norte encabezado por el también inefable George W. Bush, en la ocasión en comento el gobierno de la dictadura se apresuró a avisar a Rubén Darío que las puertas de Chapultepec no estaban abiertas para él. Ante esa admonición el poeta se detuvo en Xalapa, en donde los estudiantes y la gente de la cultura le rindieron los honores que correspondían a sus reconocidos lauros. La plutocracia gobernante nada tenía que ver con la libertad de los pueblos que el insigne poeta simbolizaba, no obstante, su presencia fue como un adelanto a los acontecimientos que se desarrollarían a partir del 18 (muerte de los hermanos Serdán en Puebla) y 20 de Noviembre de ese año.

Acá, en la apacible provincia deambuló el vate nicaragüense por algunos días; hasta esta apacible ciudad de estrechos límites, al pie del magnífico e imponente Macuiltepetl, al que poco a poco empezaba a escalar talando sus arborescentes faldas, solo llegaba el comentario sobre el boato de las fiestas patrias. Así, se sabía, por ejemplo, que el día 11 se colocaría la primera piedra del monumento a Washington en la Plaza de Dinamarca y que por la noche el Dictador ofrecería una elegante cena en Palacio Nacional al cuerpo diplomático y a representantes especiales de las naciones amigas.

El programa de los festejos incluía, el día 12, la inauguración del edifico de la Escuela Normal para Maestros y un banquete ofrecido por la delegación de los Estados Unidos. El día trece se inauguró la estatua de Humboldt en el atrio de la Biblioteca Nacional. El 14, la embajada americana ofreció un almuerzo. El día 15 inició con felicitaciones al presidente de la república con motivo de su cumpleaños, después, un desfile y fuegos artificiales frente al Palacio Nacional, recepción en palacio y la ceremonia oficial del “grito”.

El día 16 se inauguró la Columna de la Independencia. El 17 fue la entrega del uniforme de Morelos, un obsequio del Rey de España; se develó el retrato de Carlos III en el Salón de Embajadores; más tarde, inauguración del parque popular de Balbuena. El 18 se inauguró el monumento a Juárez. El 20 colocación de la primera piedra del monumento a Garibaldi e inauguración del nuevo palacio municipal. El 22, solemne inauguración de la Universidad Nacional, fiesta en Chapultepec e inauguración de los nuevos lagos. El 23, colocación de la primera piedra del Palacio Legislativo. Garden- Party en Xochimilco a los maestros de escuela. Rumboso baile en Palacio Nacional.----El 26, inauguración de la fachada del túnel de Tequixquiac. Día 28, inauguración de la Fábrica de Pólvora de Santa Fe. El día 30, inauguración del ensanche en la Penitenciaría. El programa cerró con un gran baile organizado por la Comisión Nacional del Centenario.

Tal fue el programa oficial del Centenario de la Independencia de México. Por las “obras” inauguradas entenderemos el grado de desarrollo alcanzado por el país después de treinta largos años de oprobiosa dictadura, esa de la que algunos trasnochados gustan en ejemplarizar como el paradigma que se requiere para que este país salga adelante, “como en Chile con Pinochet”. Para desfigurar ese despropósito, bastaría con recordarles que la Penitenciaría fue agrandada porque ni allí, ni en San Juan de Ulúa, ni en los campos henequeneros de Yucatán, ni en los febriles sembradíos de Valle Nacional, cabían los inconformes contra el gobierno.

Rubén Darío tampoco cabía en unos festejos en los que el gran ausente era el pueblo, bastante ajeno al boato oficialista y completamente ignorante del significado de aquellas fiestas, ya por su penuria económica, ya por su bajísimo nivel educativo. Y ahora celebramos el Bicentenario.

alfredobielmav@hotmail.com
Septiembre 2010