NO REELECCIÓN

Por Alfredo Bielma Villanueva


“En el mismo gabinete existen personas que aún ayer lo detractaron, llenándole de ridículo y acusándole de incapaz y ambicioso; otras personas, también muy allegadas y de influencia lo negaban y los más lo compadecían, así es que el pobre general Díaz no cuenta con una lealtad reconocida.

“Porfirio está amagado por sus mismos partidarios que en público protestan su lealtad y firmeza, y en secreto maldicen al caudillo que con sus desaciertos prepara un triunfo seguro a la revolución restauradora”.

Hasta aquí una cita del periódico La Orquesta, que criticaba la falta de acción del flamante gobierno de Porfirio Díaz cuando éste se había hecho del gobierno de la república después de derrocar a Lerdo de Tejada y no se le veía mas que un enorme apetito de poder, aunque le faltaba la aptitud para desempeñarlo. La prensa adicta al general, sobre todo El Monitor Republicano y El Siglo, regodeaban en sus escritos sobre el lema que había llevado al poder-tras dos revueltas- al nuevo gobierno: Sufragio Efectivo, No reelección, en aquel entonces de gran significado y de profundo contenido social por cuanto a que Juárez se había reelecto tres veces y Lerdo intentaba hacerlo cuando Díaz lo frustró.

Ya sabemos lo que sucedió con aquel titubeante inicio de gobierno de Porfirio Díaz, convertido más tarde en una feroz dictadura de poco más de seis lustros. Una ambición nunca simulada por buena parte de los gobernantes mexicanos que sucedieron al caudillo de los treinta años. Uno de los últimos que acariciaron el sueño reeleccionista fue Carlos Salinas de Gortari, quien pretendía hacerlo tras un periodo de un sucesor al que presumía a modo para realizar sus designios. Pero sus sueños fueron frustrados por Zedillo quien, por vocación democrática o simplemente por instinto de conservación, lo impidió. Lo cierto es que el proyecto salinista estaba programado para una vigencia de, por lo menos, cuatro sexenios, o “los próximos 24 años”, como se señaló.

Es éste un síndrome del político mexicano o simplemente vocación cultural de quienes en México acceden a una porción de poder, pues tal parece que renace cual ortiga en llano irrigado; los veracruzanos pudiéramos sospecharlo de ésa manera, según los síntomas públicos que se han venido manifestando en los últimos meses, en los que ha arreciado el rumor sobre la designación de un posible sucesor a modo del gobernante en turno. Una sospecha cuya sola propuesta ofendería a una ciudadanía medianamente educada para la política.

No sería dable poner en tela de duda ni regatear la indiscutible habilidad y malicia del actual gobernador veracruzano para hacer política a la mexicana. A su muy reconocida manera de ofrecer y en muchas ocasiones no cumplir, se agrega ahora el hecho de que, con un manejo patrimonialista del poder, ha arropado con canonjías a buena parte de los personeros de los medios de comunicación y a no pocos de la clase política veracruzana. Prácticamente los ha “cebado” y atraído hacia su proyecto o, al menos, los ha maniatado para alejarlos de toda tentación para la reacción. Sin duda, una buena estrategia, aunque arropada en recursos que por su origen debieran destinarse a las mejoras públicas y no sólo a las particulares.

Al observar el panorama nacional, en cuya arena política el Partido Revolucionario Institucional opera por todos lados para arrebatarle el poder al Partido Acción Nacional, no se advierte la manera en cómo ése proyecto pudiera ser impedido, en virtud de que el gobierno encabezado por Felipe Calderón luce pasmado ante la problemática nacional, y la izquierda sufre sus eternas luchas intestinas que le impiden competir con probabilidades de ganar. Además, está visto que detrás de la estrategia priísta está gran parte de su nomenklatura política, encabezada, entre algunos otros, por Salinas de Gortari que así retoma el camino que le obstruyó Zedillo, pero que reinicia ahora con renombrados bríos y en condiciones bastante propicias.

Cualquier mediano observador podrá percatarse cómo se han venido renovando los cuadros priístas del alto mando. El gobernador Peña Nieto es un caso paradigmático. ¿Quién era éste joven gobernador hace solo seis años? De muy cercano colaborador de Arturo Montiel, gobernador del Estado de México, fue catapulteado a su actual cargo, desde el cual fuertes grupos de interés lo han convertido en un polo político de referencia nacional. Los reflectores de la política se orientan hacia su figura cada vez que se hace necesario y no es casualidad el que haya estado cerca de los triunfos de los candidatos priístas a los gobiernos de Nuevo León, Aguascalientes y San Luís Potosí. Tampoco es aleatorio el que su Estado cuente con una de las bancadas legislativas más experimentadas en la actual legislatura federal y que de allí, por cierto, vaya a salir su sucesor, al que ya han perfilado ubicándolo en la presidencia de una de las Comisiones legislativas más importantes.

La misma estrategia que sirvió a Montiel para hacer gobernador a Peña Nieto, y la que este sigue para su posible sucesor, con algunas variantes la estamos viviendo en Veracruz en la ya evidenciada voluntad del gobernador Herrera Beltrán de hacer a su ex secretario de finanzas, ahora diputado federal, el candidato del PRI al gobierno de Veracruz, es decir, su sucesor en el cargo. Al menos así lo ha mandado decir con los apologistas a su disposición y, por si no bastara, es por todos muy conocida la ayuda que se le proporciona al presunto candidato a través de la prensa y de los canales políticos por los que transcurren las solicitudes para arropar al ya calificado como “delfín”; mote utilizado para describir las intenciones hereditarias de un cargo político en pleno siglo XXI.

En un plano meramente pragmático las intenciones hereditarias del gobernador veracruzano no tendrían ningún pero pues, como es lógico, qué mejor que dejar el cargo a un ex colaborador que sabe bien a bien el estado de las finanzas, pues es co responsable de las mismas. Sólo que en esa arena política participan otros actores con los mismos derechos que el presumiblemente señalado, y en el rango de experiencias lo aventajan considerablemente, lo que hace injusto que se les pretende escamotear la oportunidad de participar en igualdad de circunstancias. Porque nadie podrá negar que en las filas del PRI estatal tanto Héctor Yunes Landa, como José Yunes Zorrilla y Ranulfo Márquez Hernández aventajan con creces, en cuanto a experiencia, los merecimientos partidistas de Javier Duarte, “El Delfín” quien, por cierto, no por llevar el sello de la casa pierde el derecho a su legítima aspiración.

Nada oculta que las ideas de prorrogar mandatos son atribuibles a la condición humana. Pero, ¿La ciudadanía no cuenta? Desgraciadamente, como en los tiempos de Porfirio Díaz, hay poco “pueblo político”, entendido esto último como un sustrato poblacional preparado para oponerse a toda intentona que pretenda retrotraer la política a los tiempos en los que el Sufragio Efectivo, No Reelección era una bandera propia para enarbolar insurrecciones. Ya habrá oportunidad para comprobar en qué medida existe ése “Pueblo político”.

Quieran las circunstancias que impere un prurito democrático y se abran las apuestas con limpieza a una competencia justa, y que quien resulte el abanderado participe en la contienda electoral, mas que atenido a la compra de votos y en la ventaja que a estas alturas lleva el PRI sobre los otros partidos, en la confianza que el respaldo de sus bases le acredite y en su capacidad para convocar a los veracruzanos a votar a su favor.

alfredobielmav@hotmail.com

Noviembre 2009







“AJUSTE DE TARIFAS”

Por Alfredo Bielma Villanueva



El incremento a la tarifa del servicio de transporte urbano ha quedado en suspenso, toda vez que algunos sectores de la sociedad, indignados, protestaron por el imprevisto aumento, que en los tiempos que corren resulta tan dañino para el bolsillo de los veracruzanos como lo es para la salud del hombre el AH1N1. En realidad el incremento había sido puesto en operación desde el sábado 21 del presente mes cuando los usuarios del servicio, ya por inercia o bien por evitarse problemas, tuvieron que añadir un peso más al costo de su pasaje, que ese día amaneció en siete pesos.

Acontecimientos como este producen reflexiones acerca del papel de la sociedad en tiempos de crisis y sus relaciones con el gobierno. Es reconocido que a través de los años, los gobiernos-los de la hegemonía priísta- generaron una serie de compromisos corporativos con diversos sectores de la sociedad, entre ellos prestadores de servicios a quienes mantiene cautivos en razón de que, para operar, requieren necesariamente del trámite público. Es el caso de los transportistas, con los que el gobierno establece una relación de conveniencia mutua pues, a cambio de concesiones y oportunas autorizaciones de tarifas, los empresarios otorgan servicio gratuito para el traslado de “contingentes” a los mítines multitudinarios de campañas y operan políticamente a favor del PRI. Un cliché que todos en México conocemos por su repetida ejecución.

Es una constante real el que nuestra sociedad no se caracteriza por tener una conciencia contestataria, y en cambio enfatiza a cada momento su conformismo a través de inercias sociales que se demuestran en la pasividad con la que acata las disposiciones gubernamentales, incluso aquellas que la afectan negativamente.

De ésta condición se valen los gobernantes para diseñar las estrategias que les permitan disimular decisiones impopulares, siempre cuidando que no les perturbe su “buena” imagen. Así parece que ha sucedido con el nuevo incremento a la tarifa del transporte urbano, eventualmente interrumpido, pero que-sin duda- ya ha sido acordado y sólo se esperará al momento propicio para empezar a aplicarlo.

Pudiérase estar equivocado en esta última apreciación, pero la forma en cómo opera sus decisiones el actual gobierno estatal-la curva es el camino más corto para llegar al destino final- permite la inferencia. La deducción proviene del siguiente antecedente:
En septiembre de 2008, cuando el Secretario de Gobierno en su carácter de presidente de la Comisión de Revisión de Tarifas del Transporte Público declaró sobre un aumento de tarifas, a 6 pesos, la general y a 4 pesos, la subsidiada ( un incremento de un peso para cada tarifa), se produjo la consiguiente reacción pública. Interrogado sobre el particular el gobernador declaró que él no había autorizado “ningún incremento de ninguna naturaleza, sí la integración de una Comisión Intersecretarial que con los prestadores del servicio, los concesionarios están revisando todo, veo algunos medios que una cantidad determinada ya, pero no es cierto, es algo que tengo que resolver todavía”.

Ante la insistencia reporteril, molesto, respondió a la pregunta: “¿Señor gobernador, la gente está que se infarta por el incremento en el pasaje con un peso mas?- Sí, yo también e igualmente los camioneros a los que les aumentó la gasolina, las llantas, las refacciones, pero lo de las tarifas es un tema muy delicado…” ¿Pero ya quedó lo del aumento, no?—“Qué no entiende que acabo de decir que todavía no, hay una Comisión Intersecretarial que encabeza el señor secretario de gobierno que me tiene que informar a mí, que soy el gobernador, el reporte de las negociaciones”. Como ya sabemos, a pesar de la supuesta “no autorización” el “ajuste tarifario” entró en vigencia y ha operado hasta ahora en que se prevé un nuevo incremento.

En ésta nueva edición, en el evento de despedida del viaje de los niños de la Superación Ciudadana, el gobernador declaró que no había ninguna autorización para incrementar el precio del pasaje, que por cierto ése día se empezaba a cobrar en los autobuses del servicio público. Explicó de las pláticas en las que los transportistas han expresado sus penurias por el aumento del costo de las piezas de refacción y del combustible. Nótese entonces la analogía del proceder de septiembre de 2008 con la actual y se podrá concluir su equivalente deducción.

En cuanto a los transportistas, que forman parte del mismo cuerpo social, habrá que abonar, en comprensión de la problemática que plantean, que el costo de refacciones y los incrementos al precio de los combustibles-Diesel, Gas y Gasolina- se han elevado impactando en sus costos de operación. Esa condición se refleja en sus ingresos, que en tiempos de bonanza resultan más que aceptables; no así en periodos de crisis, en los que junto con la población están padeciendo las de Caín. En estas circunstancias es cuando se produce una colisión de intereses entre el prestador del servicio y la población.

Es cuando el gobierno tiene que intervenir sopesando el interés de las partes, de tal manera que las afectaciones y los beneficios se correspondan entre sí. Pero en vez de concientizar a la opinión ciudadana sobre el necesario aumento y asegurarles mejoras en el servicio público se insiste en la cantaleta de la elevación del precio del diesel, las gasolinas y el gas culpando de ello al gobierno federal. También se arguye el mismo argumento del año anterior, que no por válido no implica engaño: aumento de tarifas a cambio de la modernización de unidades del transporte público de pasajeros; capacitación de los chóferes para evitar los múltiples atropellamientos, etc. Las mismas promesas, que en realidad no se cumplen, pues ni los chóferes serán capacitados ni las unidades de transporte serán “modernizadas”; eso esperará hasta el nuevo aumento y a que el Instituto Veracruzano del Transporte notifique que no ha expirado y que para algo debe servir.

Lo único seguro es el ajuste tarifario; no hay vuelta, porque indefectiblemente, cuando los estudiantes y la ciudadanía en general menos se lo esperen, lo ejecutarán. Lo tienen que aplicar lo más pronto posible para que no se entrevere con los tiempos electorales; tiempos de acarreos, esos sí “gratuitos”. Nada nuevo bajo el sol.

alfredobielmav@hotmail.com
Noviembre 2009






CRONISTA DE XALAPA: JOSÉ ZAYDEN

Por Alfredo Bielma Villanueva



De suyo, el nombramiento de Cronista de la Ciudad de Xalapa constituye una distinción que mucho enaltece a quien lo recibe; destaca aún más, si el destinatario de esa gentileza reúne por sí el merecimiento para aceptarlo. En esas condiciones, la Ciudad, sus gentes, su historia, sus costumbres, su arquitectura, sus barrios, su cocina, sus bibliotecas, tendrán un agente de promoción de bastante altura y será a la vez una garantía de que la cultura emanada de la convivencia social estará a buen resguardo.
De altura, se dice, porque en este caso el Cronista de la Ciudad de Xalapa es José Zaiden Domínguez, xalapeño de cepa, un jalapeño ilustre e ilustrado a quien bien se le conoce como “Pepe”

Hay en la vida de las ciudades características que le son propias y la distinguen de otros conglomerados sociales. Xalapa, Veracruz, es irrepetible en el conjunto de las grandes ciudades veracruzanas, ya sea por su ubicación serrana o bien por su calidad de capital política de un Estado cuya prosapia revolucionaria le viene de Historia. Difícilmente habrá otra en el Estado que reúna en armonía la belleza y el talento; su donaire cultural nacido al pie de la cresta arbolada del Macuiltepetl y arropada por tenues nieblas y persistentes briznas la particulariza y le procuran un ambiente propicio para la lectura y la meditación.

Montada ahora sobre las faldas del majestuoso Macuiltepetl está rodeada por altas cumbres: el Cerro de Acatlán, vigía de Naolinco, al norte, El Pico de Orizaba, al sur, y la enorme mole del Cofre de Perote, al poniente; su privilegiada ubicación le permite mirar libremente al mar, por el este. Capital del Estado de Veracruz, nacimiento y sede de la Universidad Veracruzana (un significado motor de su crecimiento), esta ciudad es el crisol del Estado porque gran parte de sus actuales habitantes guardan el cordón umbilical en las diferentes regiones del largo territorio veracruzano y aún plus ultra.

Es ella, la Ciudad de las Ferias, la que huele a jazmín, la que a través de su ayuntamiento ha depositado en las dignas manos de Pepe Zaiden la responsabilidad de preservarla, guardando para el porvenir una copia fiel de su desarrollo. Sus antecesores en ese digno encargo, cada uno con la mesura y prestigios suficientes que los hizo merecedores para desempeñarlo, hicieron lo propio, y lo hicieron bien. Igualarlos en el desempeño es el reto, si es posible superarlos qué mejor, porque será por el bien de Xalapa.

José Zayden es todo un personaje jalapeño, para empezar, no es político. No en los términos acostumbrados, por lo menos. Es, sí, un ciudadano preocupado por su entorno social. Pertenece a innumerables asociaciones cívicas y clubes de servicio y en todas participa aportando presencia y actitud. Su actuación no es de membrete. Ha sido campeón nacional de ajedrez, y le cabe el mérito de haber traído a la ciudad de Xalapa el evento del campeonato mundial de Ajedrez en 1980, con Boris Sparki a la cabeza (campeón mundial de ajedrez), a quien por cierto el buen Pepe jugó una partida y le empató. En esto último, él lo confiesa, contó con la benevolencia del campeón del ajedrecismo mundial Es cinta negra en Karate; ha sido campeón de esgrima en su modalidad de sable y campeón de tiro, en la modalidad de rifle de alto poder. Posee una inigualable colección de fotografías del Xalapa que se nos fue (ya por el inexorable paso del tiempo y mucho porque no supimos resguardar el patrimonio de las huellas arquitectónicas que el hombre y el paso del tiempo habían dejado). Es filatelista y su colección compite entre las mejores; también es dueño de una colección de antiguas monedas mexicanas, misma que ya ha sido exhibida por el Ayuntamiento xalapeño.

Cuando los años mozos de José Zaiden, la arena “Xalapa” lo vio luchar enmascarado con el mote de “El Yeti”. Después de esa aventura inició otra como militante del Partido Revolucionario Institucional, esa militancia data de cuando éste partido mantenía la ideología nacionalista de la Revolución Mexicana y no el neoliberalismo económico que tanto ha perjudicado al país. Además, a Pepe le pesan los escrúpulos y esta condición le ha impedido escalar mayores posiciones políticas, que de la otra manera hubiera podido obtener con creces. No obstante, su vocación de servicio lo ha mantenido a flote en el escenario social y político de Xalapa y de esa manera su romántica y desinteresada entrega al servicio social es reconocida por buena parte de la ciudadanía jalapeña.

“Solidarios”, es su palabra favorita y acaso el distintivo que identifica su personalidad, entre las otras prendas, aparte de su alargada figura, que el tiempo- que no perdona- se ha encargado de encorvar.

Pero en el trabajo de un cronista es la sociedad la que debe quedar reflejada, no la anécdota personal. Por ello, las prendas de Pepe Zaiden no bastarán ni serán suficientes para el desempeño eficaz de sus funciones como Cronista de esta ciudad, si de parte del órgano oficial no encuentra apoyos y oídos prestos a escuchar sus propuestas, entonces ni él ni la encomienda saldrán adelante. Ojala haya correspondencia de voluntades entre el ayuntamiento que desea que la crónica citadina retome impulso con el irrenunciable espíritu de servicio que inspira al flamante Cronista de la Ciudad de Xalapa, a quien sus conciudadanos deseamos relevantes éxitos en la enaltecedora tarea que el ayuntamiento xalapeño ha tenido a bien conferirle.

alfredobielmav@hotmail.com
Noviembre 2009

LUCES ROJAS

Por Alfredo Bielma Villanueva


Al igual que hace seis años, también ahora existe un apreciable número de aspirantes al gobierno del estado, algo que en materia política suele acontecer normalmente en Veracruz. En este contexto, aquí no padecemos miserias porque somos una ciudadanía politizada, una característica que no necesariamente implica ser muy duchos en política, a juzgar por como nos ha ido en la solución de los problemas colectivos.

A simple vista, es posible observar la riqueza del recurso humano en el panorama que conforma el abanico partidista estatal, en el que por cierto nada tiene que ver la ideología que supuestamente postula cada partido o los individuos que en ellos militan. En la práctica, el proyecto ideológico de Dante Delgado poco pudiera diferenciarse, por ejemplo, del de Miguel Ángel Yunes Linares del PAN, o con respecto de quienes militan en el PRI, Héctor Yunes Landa, José Yunes Zorrilla, Ranulfo Márquez Hernández, Javier Duarte, etc. Las discrepancias son, si acaso, de carácter, de temperamento, de actitud ante la función pública, pero difícilmente encontraremos una diferencia en la cepa ideológica de cada cual; es decir, desde este enfoque su militancia partidista es absolutamente indistinta con respecto a sus programas de acción. En los tiempos que corren, el denominador común que los identifica entre sí es su aspiración a suceder a Fidel Herrera Beltrán en el gobierno de Veracruz.

Debido a que todo análisis político tiene como referente principal el Poder, y siendo que quien gobierna en Veracruz es un militante del PRI, los reflectores se enfocan con mayor insistencia hacia éste partido, más aún cuando lleva una marcha electoral triunfadora, sin dejar de lado que cada elección es distinta una de otra, inclusive en el mismo contexto sociopolítico.

Un día sí y al otro también escuchamos y leemos que la candidatura del PRI al gobierno estatal ya está decidida y que no existe Plan B. Las versiones basan sus supuestos en el dicho y la actitud del gobernador, quien con mucha antelación ha señalado a Javier Duarte como si éste fuera ya el candidato. Al dicho se asocia una inocultable voluntad de apoyo, pues es evidente el gasto realizado en promoción de imagen para hacer aparecer al diputado cordobés como el procurador de los futuros beneficios económicos del Estado.

En ésa actitud Herrera Beltrán da la impresión de ser un gobernante que, sin ambigüedades, desea prolongar sus designios de poder más allá del mandato constitucional, al suponer en Duarte de Ochoa la maleabilidad a modo. Al menos ésta es la apreciación pública, que por cierto en nada ha venido favoreciendo al destinatario del respaldo, ya por considerarlo como el producto de una imposición, ya por identificarlo como el designio de una instancia continuista.

Olvidan, quienes suponen una candidatura ya decidida, que las condiciones sociopolíticas actuales no son las mismas de cuando en el PRI la voluntad presidencial era incontestable. Se inclinan a pensar que ahora los gobernadores son quienes deciden, lo cual es una verdad, pero a medias. Si bien es cierto que los gobernadores llevan mano en la designación del candidato de su partido, la franquicia no les pertenece en modo absoluto, no al grado de capacitarlos para una decisión unilateral sin cortapisas.

Suponiéndonos en la hipótesis de que el pretendido candidato único no creciera ¿insistiría el gobernador en su postulación? Y si así fuera ¿Acaso, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI no intervendría para corregir el despropósito? Recordemos que está en juego la gobernación de Veracruz, no cualquier cosa. Además, Fidel Herrera se juega su futuro político inmediato y mucho más. Razones de mucho peso sobran para pensar que sería hasta infantil no contar con una candidatura alterna.

Si bien el gobernador ha llevado al extremo su aparente decisión a favor de un candidato único, la lógica más pura plantearía que debería existir un Plan alterno porque el escenario esta muy complicado y anuncia que pronto pudieran empezar a encenderse las luces rojas. Primero, porque, un arranque temprano no siempre resulta bueno, pues lleva el peso de la delantera y en éste caso carga con el prejuicio de ser una posible imposición y, segundo, porque al gobernador se le acaba el gas. Entendiendo por esto último el hecho de que su próxima salida del gobierno le va restando capacidad de convocatoria.

Para evitar posibles reconvenciones acerca de parcializar el análisis, conviene para ése propósito recordar que los gobernadores de Oaxaca e Hidalgo ya han señalado a posibles candidatos a sucederlos, ambos refieren a seis aspirantes cada uno; paradójicamente en nuestro Estado, más poblado y aparentemente más politizado, sólo se habla-oficialmente- de uno.

Pero, por si no bastara el riesgo de que el precandidato aparentemente puntero se “gaste” habrá que agregar el deterioro al que será sometido el gobierno del estado en los próximos días, semanas y meses. Como siempre ocurre, pronto se empezarán a conocer los detalles de la administración estatal en turno, muchos ya se conocen y andan en los corrillos políticos. Pronto observaremos las crecientes protestas de quienes se llamarán engañados por no recibir los beneficios prometidos; no pasará mucho tiempo para que el lenguaje hiperbólico que ha caracterizado al actual gobierno se vea cuestionado por el manejo financiero que deja una deuda descomunal, inocultable a pesar de los sofismas que se intentan para explicar que no existe deuda alguna. Se sabrán de caminos y carreteras recién abiertos que no resisten el paso de las semanas por el pésimo material utilizado en ellas; la Brecha Huasteca, tan promocionada, aún luce inconclusa y la región norte-antes ilusionada-cobrará caro el desengaño. La inseguridad pública permanece como un expediente sin resolver; y muchos etcéteras más. Y lo peor: ya no hay tiempo para promesas adicionales que encuentren credibilidad.

Por si fuera poco, los índices de “fidelidad” empezarán a ponerse a prueba una vez que empiece la repartición de candidaturas a diputados y alcaldes porque los no beneficiados con la postulación seguramente practicarán el consabido transfuguismo político.

Pronto sabremos si la experiencia política de Fidel Herrera lo lleva a buen término en el próximo proceso electoral; conoceremos también si consolida su proyecto político con Duarte al frente y evita las amenazantes fisuras al interior de su partido.

Como se recordará, hace seis años el gobernador Alemán protegió a su candidato al gobierno estatal, Fidel Herrera, encartándose con elementos a los que podía disuadir sin problemas y encubrir su decisión con signos aparentemente democráticos. Sin embargo, no pudo evitar las escisiones que provocaron la salida de Yunes Linares y Tomás Ruiz principalmente, porque Gustavo Carvajal, a pesar de su inconformidad, no representó problema alguno. Esto hizo Alemán con un candidato ya formado políticamente y con experiencia en lides electorales, de tal manera que en adelante éste pudo conducirse, aunque no sin problemas, en la selección de candidaturas adyacentes a la propia.

He aquí la gran diferencia, porque de inicio se duda que Duarte, en caso que él sea el candidato, vaya a manejar a su conveniencia las candidaturas para ayuntamientos y diputados. Sería un mal comienzo ver a un candidato al gobierno estatal copado por decisiones que, debiendo corresponderle, provengan de otra fuente. Una mala señal que sus adversarios aprovecharían para señalar la intermediación política a que estaría sometido el candidato priísta.

Por otro lado, rico en recurso humano: Héctor Yunes, José Yunes, Ranulfo Márquez, Javier Duarte, Adolfo Mota Hernández, Reynaldo Escobar, etc. para sólo citar a seis por el PRI, ¿cuál sería la razón de insistir en sólo uno? Estas, entre otras reflexiones saltan a la vista de cualquier observador del acontecer político veracruzano. Y aún hay más.

alfredobielmav@hotmail.com








AUMARK-AUMAN-FOTON

Por Alfredo Bielma Villanueva


Cuando las acciones de un gobierno despiertan suspicacias es una señal que puede indicar su falta de credibilidad entre algunos sectores de la sociedad, o la implementación errónea de una estrategia por ineficacia o ineptitud, lo que repercute en desdoro de su imagen. En el caso particular del gobierno que encabeza Fidel Herrera Beltrán en Veracruz el grado de apreciación en ciertos estratos ciudadanos es, en términos generales, buena, particularmente cuando se hace referencia “a la cercanía con la gente”; pero ésta concepción es tan abstracta que pronto será influenciada por la cercanía del fin de ciclo. Porque es un gobierno que transita hacia su sexto año de ejercicio pronto se ubicará en el centro de las evaluaciones, para comprobar si ha existido congruencia entre el discurso y la realidad. Es un fenómeno recurrente y si quisiéramos ilustrarlo qué mejor que Vicente Fox, quien durante su mandato gozó de una elevada “aceptación” en la maleable opinión pública y apenas concluyó su presidencia fue remitido al rincón de los trebejos olvidados.

Por lo pronto, la ciudadanía veracruzana se mantiene expectante ante el próximo relevo de gobierno, y seguramente inquisitiva respecto de quién sucederá a Herrera Beltrán, olvidando, o, peor aún, ignorando, que es a ella a quien le corresponde decidirlo. Pero independientemente de cuestiones sucesorias, a la sociedad lo que inmediatamente le interesa es que quien gobierna compagine su discurso con los hechos y autentifique su praxis con beneficios colectivos; que haga un gasto eficiente para hacer rendir el dinero público; que no encubra o intente desaparecer la realidad con retorcidas filigranas retóricas.

Es un axioma el argumento de que toda acción de gobierno debe ser cierta, planeada, seria y ejecutada dentro de parámetros de eficiencia porque, de lo contrario, cuando desde el gobierno no se esmeran en trasmitir certeza y veracidad entonces se corre el riesgo de crear suspicacias. Un caso muy reciente nos puede servir de evidencia para éste aserto:

En días pasados se turnó a la Comisión de Hacienda de la LXI Legislatura del Estado la solicitud del gobernador para enajenar el inmueble, terreno y construcción en donde se localiza el Agrocentro Siglo XXI. El 20 de octubre la Comisión Permanente autorizó al Ejecutivo Estatal para proceder a enajenar aquel inmueble a título gratuito y transferirlo a la empresa Automotive Trucks, SA. de CV., fabricante de tractores, camiones y vehículos ligeros. Los motivos que promovieron este acuerdo legislativo se fundan en la plausible generación de empleos que propiciará la instalación de esta empresa. Lo cual es bienvenido en cualquier tiempo y lugar, sobre todo en épocas de crisis económica como la que atraviesa México.

Pero a continuación se produjeron lamentables confusiones que distorsionaron el propósito del Decreto. Por un lado, el coordinador de la fracción legislativa del PRI declaró que se habían pagado 200 millones de pesos por la transferencia: “Van a dar 200 millones por el Agro Centro, no es a título gratuito”, dijo. “Lo que haré es la aclaración que me hizo el gobernador de que el inmueble fue vendido por 200 millones, es venta a una empresa mexicana con capital chino.” (La empresa no es mexicana)

Pero esa versión fue corregida y aumentada por el Jefe de la Oficina del Programa de Gobierno, quien declaró que la enajenación del Agrocentro Siglo XXI no es a título gratuito, pues la empresa FOTON pagaría al Estado de Veracruz en especie. La contraprestación sería de “más de dos mil tractores, de los que mil serán entregados en el 2010 y mil en el 2011, “aunados a los 200 que ya fueron entregados al estado”.

¿Quién entre el Diputado priísta y el Jefe del Programa de Gobierno dice la verdad? O, para no herir susceptibilidades, ¿quién de ellos está en lo correcto? En ése contexto los diputados de oposición (los panistas, porque los otros ni pío dicen), piden al Ejecutivo estatal la entrega del Contrato de Compraventa correspondiente. Nada que esté fuera de lo normal, en una transparente relación de poder a poder.

Desde la sociedad civil también hubo reacciones, como la del presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, quien lamentó el mal manejo de la información por parte del Congreso local y la subsiguiente aclaración sobre la contraprestación. Lo cierto es que se corrió el borrego de que ante los cuestionamientos los inversionistas emigraban a Guadalajara.

El asunto está tan manoseado políticamente que difundieron que la referida inversión ya se perdió. Obviamente, resulta harto infantil pensar que una inversión de 2 mil millones de pesos pudiera dejarse ir por un diferendo fácilmente superable, porque la discusión no es en contra de la empresa, sino por el mal manejo del procedimiento y las dudas a que ha dado lugar.

Los empresarios Chinos difícilmente cambiarían de opinión ante una oferta tan substanciosa; sobre todo, como lo ha venido informando el gobierno del estado, cuando esta empresa ya está instalada en Coatzacoalcos y ha ensamblado tractores en las bodegas de consolidación de la Administración Portuaria Integral de aquella ciudad. Según noticias de abril pasado, esta empresa pronto se ubicaría en una superficie de ocho hectáreas en aquella ciudad, en la que se invertirán alrededor de 214 millones de dólares.

Como dato cultural habrá que agregar que FOTON tiene sus oficinas centrales en Beijing y cuenta con más de 28 mil empleados; su Departamento de Investigación y Desarrollo tiene oficinas en China, Alemania (a través de su aliado Daimler Chrysler), Japón y Taiwán. Sus directivos informaron en noviembre de 2008 -según boletín del gobierno de Veracruz- que por razones estratégicas la idea era instalarse en Coatzacoalcos para aprovechar el corredor transístmico Coatzacoalcos-Salina Cruz.

Bienvenida la inversión China, también todos los empleos que pueda crear, pero ello no obsta para que la opinión pública veracruzana se entere bien a bien si lo del Agrocentro fue donación gratuita, si fue a cambio de tractores o fue una compraventa por 200 millones de pesos. No es mucho pedir en un régimen político en el que el gobernante tiene la obligación, sin remilgos de ninguna naturaleza, de rendirle cuentas claras al pueblo.

¿Venta o Donación gratuita? He allí el dilema. El enredo es provocado por la tendencia de considerar, al contrario que en la geometría, que la curva es el camino más corto entre dos puntos. Por ello, no faltará quien pegunte: ¿Y el dinero apá?

alfredobielmav@hotmail.com

Octubre 2009