CRONISTA DE XALAPA: JOSÉ ZAYDEN

Por Alfredo Bielma Villanueva



De suyo, el nombramiento de Cronista de la Ciudad de Xalapa constituye una distinción que mucho enaltece a quien lo recibe; destaca aún más, si el destinatario de esa gentileza reúne por sí el merecimiento para aceptarlo. En esas condiciones, la Ciudad, sus gentes, su historia, sus costumbres, su arquitectura, sus barrios, su cocina, sus bibliotecas, tendrán un agente de promoción de bastante altura y será a la vez una garantía de que la cultura emanada de la convivencia social estará a buen resguardo.
De altura, se dice, porque en este caso el Cronista de la Ciudad de Xalapa es José Zaiden Domínguez, xalapeño de cepa, un jalapeño ilustre e ilustrado a quien bien se le conoce como “Pepe”

Hay en la vida de las ciudades características que le son propias y la distinguen de otros conglomerados sociales. Xalapa, Veracruz, es irrepetible en el conjunto de las grandes ciudades veracruzanas, ya sea por su ubicación serrana o bien por su calidad de capital política de un Estado cuya prosapia revolucionaria le viene de Historia. Difícilmente habrá otra en el Estado que reúna en armonía la belleza y el talento; su donaire cultural nacido al pie de la cresta arbolada del Macuiltepetl y arropada por tenues nieblas y persistentes briznas la particulariza y le procuran un ambiente propicio para la lectura y la meditación.

Montada ahora sobre las faldas del majestuoso Macuiltepetl está rodeada por altas cumbres: el Cerro de Acatlán, vigía de Naolinco, al norte, El Pico de Orizaba, al sur, y la enorme mole del Cofre de Perote, al poniente; su privilegiada ubicación le permite mirar libremente al mar, por el este. Capital del Estado de Veracruz, nacimiento y sede de la Universidad Veracruzana (un significado motor de su crecimiento), esta ciudad es el crisol del Estado porque gran parte de sus actuales habitantes guardan el cordón umbilical en las diferentes regiones del largo territorio veracruzano y aún plus ultra.

Es ella, la Ciudad de las Ferias, la que huele a jazmín, la que a través de su ayuntamiento ha depositado en las dignas manos de Pepe Zaiden la responsabilidad de preservarla, guardando para el porvenir una copia fiel de su desarrollo. Sus antecesores en ese digno encargo, cada uno con la mesura y prestigios suficientes que los hizo merecedores para desempeñarlo, hicieron lo propio, y lo hicieron bien. Igualarlos en el desempeño es el reto, si es posible superarlos qué mejor, porque será por el bien de Xalapa.

José Zayden es todo un personaje jalapeño, para empezar, no es político. No en los términos acostumbrados, por lo menos. Es, sí, un ciudadano preocupado por su entorno social. Pertenece a innumerables asociaciones cívicas y clubes de servicio y en todas participa aportando presencia y actitud. Su actuación no es de membrete. Ha sido campeón nacional de ajedrez, y le cabe el mérito de haber traído a la ciudad de Xalapa el evento del campeonato mundial de Ajedrez en 1980, con Boris Sparki a la cabeza (campeón mundial de ajedrez), a quien por cierto el buen Pepe jugó una partida y le empató. En esto último, él lo confiesa, contó con la benevolencia del campeón del ajedrecismo mundial Es cinta negra en Karate; ha sido campeón de esgrima en su modalidad de sable y campeón de tiro, en la modalidad de rifle de alto poder. Posee una inigualable colección de fotografías del Xalapa que se nos fue (ya por el inexorable paso del tiempo y mucho porque no supimos resguardar el patrimonio de las huellas arquitectónicas que el hombre y el paso del tiempo habían dejado). Es filatelista y su colección compite entre las mejores; también es dueño de una colección de antiguas monedas mexicanas, misma que ya ha sido exhibida por el Ayuntamiento xalapeño.

Cuando los años mozos de José Zaiden, la arena “Xalapa” lo vio luchar enmascarado con el mote de “El Yeti”. Después de esa aventura inició otra como militante del Partido Revolucionario Institucional, esa militancia data de cuando éste partido mantenía la ideología nacionalista de la Revolución Mexicana y no el neoliberalismo económico que tanto ha perjudicado al país. Además, a Pepe le pesan los escrúpulos y esta condición le ha impedido escalar mayores posiciones políticas, que de la otra manera hubiera podido obtener con creces. No obstante, su vocación de servicio lo ha mantenido a flote en el escenario social y político de Xalapa y de esa manera su romántica y desinteresada entrega al servicio social es reconocida por buena parte de la ciudadanía jalapeña.

“Solidarios”, es su palabra favorita y acaso el distintivo que identifica su personalidad, entre las otras prendas, aparte de su alargada figura, que el tiempo- que no perdona- se ha encargado de encorvar.

Pero en el trabajo de un cronista es la sociedad la que debe quedar reflejada, no la anécdota personal. Por ello, las prendas de Pepe Zaiden no bastarán ni serán suficientes para el desempeño eficaz de sus funciones como Cronista de esta ciudad, si de parte del órgano oficial no encuentra apoyos y oídos prestos a escuchar sus propuestas, entonces ni él ni la encomienda saldrán adelante. Ojala haya correspondencia de voluntades entre el ayuntamiento que desea que la crónica citadina retome impulso con el irrenunciable espíritu de servicio que inspira al flamante Cronista de la Ciudad de Xalapa, a quien sus conciudadanos deseamos relevantes éxitos en la enaltecedora tarea que el ayuntamiento xalapeño ha tenido a bien conferirle.

alfredobielmav@hotmail.com
Noviembre 2009