AUMARK-AUMAN-FOTON

Por Alfredo Bielma Villanueva


Cuando las acciones de un gobierno despiertan suspicacias es una señal que puede indicar su falta de credibilidad entre algunos sectores de la sociedad, o la implementación errónea de una estrategia por ineficacia o ineptitud, lo que repercute en desdoro de su imagen. En el caso particular del gobierno que encabeza Fidel Herrera Beltrán en Veracruz el grado de apreciación en ciertos estratos ciudadanos es, en términos generales, buena, particularmente cuando se hace referencia “a la cercanía con la gente”; pero ésta concepción es tan abstracta que pronto será influenciada por la cercanía del fin de ciclo. Porque es un gobierno que transita hacia su sexto año de ejercicio pronto se ubicará en el centro de las evaluaciones, para comprobar si ha existido congruencia entre el discurso y la realidad. Es un fenómeno recurrente y si quisiéramos ilustrarlo qué mejor que Vicente Fox, quien durante su mandato gozó de una elevada “aceptación” en la maleable opinión pública y apenas concluyó su presidencia fue remitido al rincón de los trebejos olvidados.

Por lo pronto, la ciudadanía veracruzana se mantiene expectante ante el próximo relevo de gobierno, y seguramente inquisitiva respecto de quién sucederá a Herrera Beltrán, olvidando, o, peor aún, ignorando, que es a ella a quien le corresponde decidirlo. Pero independientemente de cuestiones sucesorias, a la sociedad lo que inmediatamente le interesa es que quien gobierna compagine su discurso con los hechos y autentifique su praxis con beneficios colectivos; que haga un gasto eficiente para hacer rendir el dinero público; que no encubra o intente desaparecer la realidad con retorcidas filigranas retóricas.

Es un axioma el argumento de que toda acción de gobierno debe ser cierta, planeada, seria y ejecutada dentro de parámetros de eficiencia porque, de lo contrario, cuando desde el gobierno no se esmeran en trasmitir certeza y veracidad entonces se corre el riesgo de crear suspicacias. Un caso muy reciente nos puede servir de evidencia para éste aserto:

En días pasados se turnó a la Comisión de Hacienda de la LXI Legislatura del Estado la solicitud del gobernador para enajenar el inmueble, terreno y construcción en donde se localiza el Agrocentro Siglo XXI. El 20 de octubre la Comisión Permanente autorizó al Ejecutivo Estatal para proceder a enajenar aquel inmueble a título gratuito y transferirlo a la empresa Automotive Trucks, SA. de CV., fabricante de tractores, camiones y vehículos ligeros. Los motivos que promovieron este acuerdo legislativo se fundan en la plausible generación de empleos que propiciará la instalación de esta empresa. Lo cual es bienvenido en cualquier tiempo y lugar, sobre todo en épocas de crisis económica como la que atraviesa México.

Pero a continuación se produjeron lamentables confusiones que distorsionaron el propósito del Decreto. Por un lado, el coordinador de la fracción legislativa del PRI declaró que se habían pagado 200 millones de pesos por la transferencia: “Van a dar 200 millones por el Agro Centro, no es a título gratuito”, dijo. “Lo que haré es la aclaración que me hizo el gobernador de que el inmueble fue vendido por 200 millones, es venta a una empresa mexicana con capital chino.” (La empresa no es mexicana)

Pero esa versión fue corregida y aumentada por el Jefe de la Oficina del Programa de Gobierno, quien declaró que la enajenación del Agrocentro Siglo XXI no es a título gratuito, pues la empresa FOTON pagaría al Estado de Veracruz en especie. La contraprestación sería de “más de dos mil tractores, de los que mil serán entregados en el 2010 y mil en el 2011, “aunados a los 200 que ya fueron entregados al estado”.

¿Quién entre el Diputado priísta y el Jefe del Programa de Gobierno dice la verdad? O, para no herir susceptibilidades, ¿quién de ellos está en lo correcto? En ése contexto los diputados de oposición (los panistas, porque los otros ni pío dicen), piden al Ejecutivo estatal la entrega del Contrato de Compraventa correspondiente. Nada que esté fuera de lo normal, en una transparente relación de poder a poder.

Desde la sociedad civil también hubo reacciones, como la del presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, quien lamentó el mal manejo de la información por parte del Congreso local y la subsiguiente aclaración sobre la contraprestación. Lo cierto es que se corrió el borrego de que ante los cuestionamientos los inversionistas emigraban a Guadalajara.

El asunto está tan manoseado políticamente que difundieron que la referida inversión ya se perdió. Obviamente, resulta harto infantil pensar que una inversión de 2 mil millones de pesos pudiera dejarse ir por un diferendo fácilmente superable, porque la discusión no es en contra de la empresa, sino por el mal manejo del procedimiento y las dudas a que ha dado lugar.

Los empresarios Chinos difícilmente cambiarían de opinión ante una oferta tan substanciosa; sobre todo, como lo ha venido informando el gobierno del estado, cuando esta empresa ya está instalada en Coatzacoalcos y ha ensamblado tractores en las bodegas de consolidación de la Administración Portuaria Integral de aquella ciudad. Según noticias de abril pasado, esta empresa pronto se ubicaría en una superficie de ocho hectáreas en aquella ciudad, en la que se invertirán alrededor de 214 millones de dólares.

Como dato cultural habrá que agregar que FOTON tiene sus oficinas centrales en Beijing y cuenta con más de 28 mil empleados; su Departamento de Investigación y Desarrollo tiene oficinas en China, Alemania (a través de su aliado Daimler Chrysler), Japón y Taiwán. Sus directivos informaron en noviembre de 2008 -según boletín del gobierno de Veracruz- que por razones estratégicas la idea era instalarse en Coatzacoalcos para aprovechar el corredor transístmico Coatzacoalcos-Salina Cruz.

Bienvenida la inversión China, también todos los empleos que pueda crear, pero ello no obsta para que la opinión pública veracruzana se entere bien a bien si lo del Agrocentro fue donación gratuita, si fue a cambio de tractores o fue una compraventa por 200 millones de pesos. No es mucho pedir en un régimen político en el que el gobernante tiene la obligación, sin remilgos de ninguna naturaleza, de rendirle cuentas claras al pueblo.

¿Venta o Donación gratuita? He allí el dilema. El enredo es provocado por la tendencia de considerar, al contrario que en la geometría, que la curva es el camino más corto entre dos puntos. Por ello, no faltará quien pegunte: ¿Y el dinero apá?

alfredobielmav@hotmail.com

Octubre 2009