DEPORTE Y POLÍTICA- PAN Y CIRCO
Alfredo Bielma Villanueva



La política y el deporte forman parte de un contexto en el que el segundo está sujeto a la orientación que la primera le imprima, estableciendo como prioridad las bases para conseguir y mantener la salud física y mental de la población. No hay subordinación del deporte a la política, no debe existir, pues ya en la práctica de su respectivo desarrollo, cada cual debe caminar por senderos diferentes, de lo contrario el deporte se corrompe al mantener sobre sí la ajena injerencia del interés político. Cuando esto último sucede obliga al deporte a seguir designios diferentes al armónico desarrollo del cuerpo y del alma.


El espectáculo para el entretenimiento siempre será útil, pues permite al individuo en sociedad un eventual alivio de las tensiones que la rutina y problemas existenciales como la fugacidad de la vida le ocasionan. Sirve como una evasión de la problemática que la vida cotidiana le impone.


De esta circunstancia se han aprovechado durante siglos los gobiernos para distraer la atención del pueblo respecto de los problemas que no se resuelven. Tal cual sucedía con la vieja fórmula del Imperio Romano, que sigue teniendo vigor, de presentar a la población los sangrientos espectáculos en el Coliseo de Roma. Basta un poco de pan y mucho circo, mucho espectáculo, aunque sea de mala calidad, para entretener a la plebe y mantenerla abstraída.


Schopenhauer afirmaba que “la vida oscila como un péndulo entre el dolor y el hastío”; para él, destinados al primero estaban los días de la labor semanal, excepto el domingo que era reservado para el “hastío”. Una visión pesimista, ni duda cabe, tal cual era su actitud ante la vida. Sin embargo, en el fondo de su planteamiento, sobresale una constante de la vida cotidiana moderna. ¿Qué sería del hombre sin el espacio para el entretenimiento? ¿En qué ocuparía su tiempo? ¿En vez de discutir resultados deportivos, acaso en buscar la manera de cambiar las cosas en la sociedad?


A esta estrategia, como práctica política, Nicolás Maquiavelo la consideraba una herramienta de dominio sobre la voluntad popular. Bobbio, la calificaba como instrumento manipulador de la conducta colectiva, y Rodrigo Borja como “una expresión de populismo ramplón que no siempre es efectivo”. Pan y Circo no es manejo nuevo, al contrario, rutinario esfuerzo de los gobiernos para entretener al pueblo alejado del acontecer político. Rústica, tradicional, no cara pero efectiva manera de entretener a las masas.


¿Qué sería del arte de gobernar sin la propiciatoria articulación del deporte con las labores del gobierno? Más pesada sería, sin duda, la carga de los gobernantes sin el auxilio del entretenimiento. En Veracruz los gobernantes han procurado siempre el estímulo al deporte profesional. En los tiempos de Murillo Vidal este reanimó al equipo de fútbol profesional e, incluso, apoyó a los promotores para crear el equipo de base ball “Los Cafeteros de Córdoba”; Dante Delgado impulsó a los “Tiburones”.


Pero ningún gobernante desea trascender como quien vendió un equipo deportivo. Patricio Chirinos asumió ese reto debido a los magros resultados que el Tiburones proporcionaba y a lo oneroso de su nómina que gravitaba sobre el presupuesto estatal. Miguel Aleman regresó la franquicia futbolera a Veracruz concesionado su manejo a un particular. Los resultados financieros de aquella administración del equipo ya los conocemos, pero futbolísticamente proporcionó algunas satisfacciones.


Ante los desfavorables resultados que tienen al equipo futbolero en la cola, apenas cerca de su Standard que es la media tabla para abajo, ahora ha declarado el gobernador Fidel Herrera la posibilidad de transferir el 49% de las acciones de esa empresa a manos de la iniciativa privada, en la que ya hay interesados en participar, conforme a lo declarado por el Ejecutivo Estatal.


Una decisión atinada, pues ya en 2005 había empresarios de México y de los Estados Unidos dispuestos a pagar el valor del equipo, que era de 90 millones de dólares, según declaró el gobernador en febrero del 2005 cuando informó que cinco grupos empresariales se interesaban en comprarlo: Juan Antonio Hernández, ex-propietario de Toros Neza; Jorge Vergara, de Chivas; Anuar Maccise, ex-dueño del Tampico Madero y un grupo de San Antonio, Texas. Ojala no sea demasiado tarde para hacer la operación pues el avalúo aquél por lo que se observa cubre con creces la medianía del equipo.


La participación de la iniciativa privada dará nuevos aires a la dirección del equipo; pues tomándolo como negocio seguramente lo reforzarán de manera adecuada para darle a la afición la calidad deportiva que merece.


En fin, la necesaria separación de política y deporte nos recuerda lo que Plinio el Viejo narró sobre Apeles, un pintor de mucha fama en la Antigua Grecia. El pintor, queriendo conocer la opinión del pueblo acerca de su obra la expuso a la crítica, quedando muy pendiente de lo que esta expresara. Así pudo escuchar el comentario de un zapatero acerca de que al zapato en una de las pinturas le faltaba un ojal, concediéndole autoridad al zapatero, de inmediato corrigió el detalle. Pero a continuación, engolosinado, el zapatero se refirió a las piernas pintadas en el lienzo a lo que Apeles respondió: "Ne supra crepidam sutor iudicet" (un zapatero debe limitarse a opinar sobre sus sandalias). Conseja que nos llega de aquellos gloriosos tiempos con la expresión que en México conocemos como "zapatero a tus zapatos". Que, por cierto, aún no terminamos de aprender.


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Abril 2007