¿FINANZAS SANAS? ¿EFICIENTE ADMINISTRACIÓN?

Por Alfredo Bielma Villanueva



Cuando a un gobierno le interesa poner un determinado tema en la opinión pública le basta con promoverlo intensamente durante algún tiempo en los medios de comunicación y la porosidad de la mente del ser colectivo hará el resto; es un procedimiento rutinario sin inconvenientes éticos o morales. El quid del asunto radica en conocer si existe un propósito subyacente a la promoción y si ésta se implementa con miras a obtener un beneficio para el bien común o solo intenta encubrir fallas de carácter administrativo o de peor naturaleza.


Para nadie es un secreto- refiérese esto último a quienes investigan la cosa pública en la academia o a quienes saben leer entre líneas y no se orientan por oficiosas y bien pagadas promociones-que las finanzas públicas veracruzanas-estatales y municipales no están en bonanza, a pesar de la bursatilización del 80 y el 20 por ciento, respectivamente, del impuesto a la tenencia vehicular. En términos generales, lo anterior no es una situación privativa del estado de Veracruz pues un buen número de entidades federativas padecen similares penurias, con la diferencia de que esa mayoría no ha acudido al recurso de la bursatilización que implica, aquí y en China, contraer compromisos financieros obligatoriamente pagables; en el llano habitualmente se le llama deuda.


Aunque el gobernador veracruzano ya ha informado que en tres años hizo lo que tenía planeado hacer en seis no es tiempo aún de evaluaciones, más aún porque con ese gran inventario de realizaciones convocó a los ayuntamientos a bursatilizar el 20% que les corresponde del impuesto a la tenencia vehicular “para hacer más obras”. Habrá que esperar los tiempos de la verificación de lo que se dice, porque “del dicho al hecho hay mucho trecho”, acostumbran decir los mal pensados del llano que, ya ve usted, nunca faltan.


De inicio, una evaluación tendría que tomar en cuenta- en la relación costo-beneficio- los miles de millones de pesos que el Congreso ha aprobado a la administración estatal para cada ejercicio fiscal y contrastar los montos destinados a la obra pública durante los años que lleva el actual gobierno con las realizaciones. Para bien de la transparencia toda valoración es conveniente, más aún para ilustrar si el gobierno de Fidel Herrera ha sido bueno, regular o simplemente malo, en términos de resultados, se entiende, no de imagen ni de apreciaciones.


En cuanto a la preparación de la conciencia colectiva para acondicionarla a un determinado tema, lo pudimos observar durante la semana que transcurre pues no pasó desapercibida la insistencia del gobernador por declarar un día sí y otro también que a mas tardar el miércoles (12 de agosto) el gobierno federal anunciaría la bursatilización de las participaciones, haciendo especial énfasis en hacer creer que la Federación se atenía a la experiencia veracruzana, como si en verdad aquí se hubiera inventado ese procedimiento y realmente fuéramos un paradigma en la materia. Aunque no hemos leído ni escuchado a ninguna autoridad hacendaria federal informar sobre el particular, lo anunciado por el gobernador veracruzano debe ser cierto porque en eso coincide con lo declarado por Peña Nieto quien ha afirmado que por la vía de la bursatilización del fondo de contingencia los estados podían recibir recursos adicionales.


No se ha dado el anuncio por parte de la federación pero el gobierno estatal veracruzano ya no pudo aguantar más y nos dio la lamentable noticia sobre la iniciativa de ley presentada ante el Congreso veracruzano para bursatilizar las participaciones federales y con ello poder acceder a recursos cercanos a los 6 mil millones de pesos, lo que afectará la disposición de esas aportaciones por un término de 15 años. Está por demás esperar que en el Congreso se abra un espacio para razonar la aprobación de esa iniciativa, sería como pedirle peras al olmo, porque seguramente será aprobada ipso facto en todos sus términos a través del obsecuente mayoriteo.


Para que haya carro completo el gobernador ha anunciado su exhorto a los ayuntamientos a seguir similar procedimiento, a pesar de anunciar que muchos no han terminado de ejercer los recursos de la bursatilización.



Para nadie es un secreto que el Estado de Veracruz está formado entre los más pobres de la Federación, de allí que su autonomía financiera alcance apenas un 13.8%, muy por debajo de 25 entidades cuya dependencia de la recaudación federal es menor; eso sí, ¡qué alivio!, estamos por arriba de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Campeche y Tlaxcala. Sólo para referenciar diferencias, Baja California Sur tiene una autonomía financiera de 51.7%. Esta condición, por sí misma, obliga a la ciudadanía veracruzana a exigir a quienes gobiernan a que procuren mayor eficiencia y más cautela en la administración de los recursos que una economía empobrecida como la veracruzana apenas puede aportar.


De nuestro costumbrismo viene a la memoria lo que ocurría en los cines de antaño cuando la proyección de la película era defectuosa, entonces desde “la gayola” se escuchaban las protestas, “¡Cáacaroooo!, se gritaba. Al fin de la película los cinéfilos regresaban a casa comentando las ocurrencias de la trama y su imperfecta proyección, nada más sucedía. Pero el caso que nos ocupa es de la vida real, actuante, y en honor a la transparencia, no estaría por demás que se explique a la población el puntual destino de los recursos que se obtendrán después de la indefectible aprobación del Congreso, así como el porqué se acude a esta medida cuando insistentemente se nos había dicho que había finanzas sanas, porque ahora resulta que toda la culpa se le imputa al Gobierno Federal, como si éste fuera la partera del cuento.


No vaya a sucedernos lo que ocurrió con Luís Echeverría en el inicio y fin de su gobierno cuando, para tomar distancia de su antecesor y benefactor, se quejaba con sufridos aspavientos que le habían dejado una deuda pública de 4 ,263 millones de dólares, y seis años después terminaba su decepcionante administración con una deuda de 16 mil millones de dólares, de ñapa un peso devaluado, de 12.50 a 25.50 por dólar, y de pilón el país en llamas.


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Agosto 2009