COSTO-BENEFICIO

Por Alfredo Bielma Villanueva



En México no es muy común hacer un detenido análisis del costo-beneficio de una gestión político administrativa. Evaluar los resultados de un gobierno no es tarea fácil si se pretende hacerlo con objetividad intentando en lo posible hacer a un lado los inevitables juicios de valor y la imprescindible toma de posición de quien se encarga de llevarlo a cabo. Hablamos, claro, del común de los ciudadanos, no precisamente de técnicos especializados en la materia.

Un gobierno es un fenómeno político y al fenómeno político lo conforman muchas variables, la economía entre ellas, y qué decir de la percepción ciudadana. En un corto comentario periodístico es difícil abarcar todo el universo del análisis sobre un gobierno, porque al enfocar sus resultados debe separarse la paja que con mucha frecuencia pretende diseñar una gran obra. Más aún, debe resistirse a escuchar las versiones de avances que con frecuencia no se sustancian en hechos. Si los progresos proclamados no se encuentran en tierra firme, entonces el investigador, para efectos de su análisis, metodológicamente debe separar de entre lo real aquello que carezca de sustento fáctico y, en todo caso, si la profusión de lo mítico es munificente, dedicarle un capítulo a parte pues dará la medida de la simulación con la que se actuó, esta es también una variable importante.

Sin perjuicio del recuento de obras, colateralmente se deben atender a todo tipo de percepciones ciudadanas, sin desatender el hecho de que toda conciencia colectiva es voluble y proclive al pronto olvido o a la inocente entrega. La corrupción y la impunidad, que parecen ir de la mano, deben tener capítulo especial, considerando, como dijera Don Agustín Yañez en “Las tierras flacas”: “El escándalo que se armaría si un pobre llanero saliera queriendo comprar sus avíos con monedas de oro. De ratero no lo bajarían. La desconfianza le cerraría las puertas aquí como en los pueblos. Ya dice el dicho: quien pobre anocheció y rico amaneció ¿de dónde lo cogió?”. Investigar cuántos llaneros que integraron un gobierno pudieran ser motejados de nuevos ricos y, sobre todo, la actitud que para con ellos adopta una sociedad materialista y consumista como la actual, que seguramente los calificará de “triunfadores”.

Puntualizados estos factores de la investigación, seguidamente habrá que apartar un capítulo relativo a las obras realizadas con el presupuesto estatal, distinguiéndolas de las municipales que no por pequeñas dejan de formar parte de una gestión política que implica uso de recursos públicos. De igual manera, distinguir las obras que la federación construye, de esta manera podemos obtener un mejor acercamiento al desempeño del gobierno observado.

Un punto de importancia que de ninguna manera puede soslayarse es la transparencia con la que se condujo la administración analizada; también la rendición de cuentas; pero no la amañada, no la que dice cuentas alegres, sino la que expresa una realidad que consta. ¿Puede un gobierno ser democráticamente transparente cuando su principal preocupación es la de acallar criticas a través del afamado “chayote”? Un gobierno debe explicar a la sociedad sus acciones sin velarlas con el grueso manto del silencio impuesto al único conducto del que la sociedad dispone para enterarse: la prensa libre, porque a través de ella la ciudadanía tiene el derecho de evaluar el ejercicio gubernamental y exigirle cuentas del dinero que le depositó.

En el caso de los veracruzanos, por ejemplo, cabría la pregunta: ¿qué obras de importancia entregará a la población veracruzana el gobierno de Fidel Herrera Beltrán? Aparejada con otra interrogante: ¿se corresponde la medida de las obras con el recurso económico de que se dispuso para ello? Por la cortedad del espacio de que se dispone, a grosso modo se pudiera cotejar el momento de la suma de cada ejercicio fiscal con los resultados de un gobierno pues, como es bien sabido, una administración estatal tiene una duración de seis años, con sus correspondientes ejercicios fiscales traducidos en dineros que la población aporta, recursos públicos cuya aplicación exige un informe detallado.

El gobierno de Miguel Alemán ejerció en el último año de su ejercicio 41 mil millones de pesos, aproximadamente. En 2005, el primer año del ejercicio gubernamental de Fidel Herrera se ejercieron $42,645,182,674.00 (cuarenta y dos mil seiscientos cuarenta y cinco millones ciento ochenta y dos mil seiscientos setenta y cuatro pesos 00/100 MN.). Para el siguiente año, 2006, el gasto total del Gobierno del Estado ascendió a la cantidad de $48, 950, 000,000.00 (cuarenta y ocho mil novecientos cincuenta millones de pesos 00/100 M.N.). Un sustancial incremento respecto del ejercicio anterior, sin considerar la aportación extraordinaria del gobierno federal devenida de los excedentes petroleros. Para el año 2007, la cantidad presupuestada fue de $52, 750, 000,000.00 (cincuenta y dos mil setecientos cincuenta millones de pesos 00/100 MN.)-

Para el año 2009 el aumento en el presupuesto de egresos fue considerable, pues ascendió a 62 mil 290 millones de pesos y para 2010, el último año de esta administración estatal asciende a la cantidad de $70, 250, 000,000.00 (setenta mil doscientos cincuenta millones de pesos 00/100 MN.) Debe aclararse que el incremento en el monto presupuestal sucesivo se debe mas que nada a las aportaciones federales que, por ejemplo, en 2009 fueron de 56, 562 millones, 613, mil 232 pesos, mientras los recursos propios del Estado fueron de 2,671 millones, 646,218 pesos. En 2010 hubo un incremento en los ingresos propios del Estado que llegó a 3, 339 millones, 500 mil pesos que, con los 61, 847 millones 361 mil 826 pesos aunados a los remanentes de años anteriores, dan la cantidad de 70 mil millones para 2010.

Así pues, desde el razonamiento de obtener resultados con la aplicación eficiente de los recursos, a mayor monto mas resultados, nos debe dar la medida de un gobierno, considerando que los beneficios deben equipararse al costo, o sea "pasar de un estado menos satisfactorio a otro más satisfactorio". La condición social, política y económica de los más de siete millones de veracruzanos nos pudiera proporcionar un criterio para conformar un veredicto sobre el gobierno iniciado el 1 de diciembre de 2004 y que concluirá el 30 de noviembre de 2010. Usted ¿Qué opina?

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010