PROMESAS INCUMPLIDAS

Por Alfredo Bielma Villanueva




Ya para nada deben sorprender las continuas y cada vez más frecuentes protestas que vecinos de diferentes comunidades de la entidad han venido manifestando en señal de inconformidad debidas a las innumerables promesas no cumplidas por el actual gobierno del Estado. Era bastante predecible que así sucediera, porque una característica sobresaliente de los gobiernos populistas y mediáticos es la excesiva expectación que despiertan entre los gobernados que, como es el caso veracruzano, viven ávidos de que al fin sus múltiples problemas les sean resueltos.

Ya hemos comentado con alguna frecuencia en este espacio que cuando se privilegia la imagen sobre la implementación seria y eficiente de los programas de gobierno el resultado es decepcionante. Cuando una obra pública se anuncia con reiterada insistencia, con el propósito de magnificar los logros sin sustento en la realidad, se propicia el encubrimiento de malas artes de gobierno y no se está ante actos de auténtica realización de obras sino de mero alumbramiento de fuegos fatuos, que como tales fatuos son.

No es hablar de situaciones inexistentes, tampoco ocasión para el comentario artero, son datos duros, demostrables, para comprobarlo bastaría con referirnos a algunos acontecimientos, los más recientes, como irrefutables testimonios del incumplimiento gubernamental a promesas reiteradas, en ocasiones frívolamente orientadas a obtener el aplauso fácil. De las variables de este gobierno, esa ha sido una constante.

La reciente protesta de las autoridades de Tatahuicapan cerrando la presa Yuribia es incontrastable evidencia del incumplimiento gubernamental; la pavimentación de la carretera Luz del Barrio a Tlalnehuayocan ha devenido en fantasiosa. Innumerables veces (desde el 15 de octubre de 2006) se ofreció la pavimentación de la carretera Cosamaloapan a Acula, todavía el 14 de mayo de 2008 el alcalde de Villa Acula se quejaba de que aún no habían iniciado la reparación del camino; sin embargo, el 3 de agosto de 2009 este tramo carretero se anunció como una de las obras realizadas por la presente administración, pero en los hechos prosigue hecho un desastre. La pavimentación de la carretera de 6.8 kilómetros, que va de Tierra Nueva a Sabaneta del municipio de Hueyapan de Ocampo, ofrecida hace dos años sin duda se quedará en promesa, a pesar de que a raíz de la protesta campesina de hace unos días se ofreció iniciarla el próximo 16 del mes en curso, una mentira más porque si acaso mandarán una maquina para aparentar mientras culpan al fin de la gestión para no concluirla.

El lunes pasado, habitantes de las comunidades Cuahuitzil, Acatitla y los Encinos, de Chicontepec, tomaron el Palacio Municipal en reclamo a la Comisión Estatal del Agua porque esta “inauguró obras que ni siquiera se han iniciado” y porque a pesar de sus protestas ni el Orfis, ni la Contraloría, ni la Secretaría de Finanzas han actuado para esclarecer el fraude. En el norte del Estado hay decenas de casos por este estilo.

Empero, no deja de sorprender la actitud gubernamental en su tendencia a inaugurar obras sin concluir, tal cual es el libramiento de Cardel cuyo inicio fue anunciado desde marzo de 2008 con un costo de 460 millones de pesos para un largo de 7 kilómetros (los contratistas conocerán las razones del elevado costo), y en julio de 2009 se dijo que solo “faltaban 50 metros para su inauguración”, ahora, inconcluso, se nos dice que ha costado 450 millones de pesos. Para esta obra, el pago a 12 propietarios por derecho de vía fue de 16.5 millones de pesos. A fines de abril del año en curso se aseguró que se inauguraría el 17 de mayo, mas no fue así porque entonces faltaba mucho para su conclusión. Finalmente se inauguró el 7 de agosto, una obra que no entra en servicio porque le falta un tramo por construir y habrá que ver a cuanto equivale su costo. El elevado costo de esta obra seguramente se debe a que en ella se utilizó tecnología de punta, un cliché en el vocabulario de quienes de esto se encargan.

Según las autoridades del ramo contagiadas del lenguaje hiperbólico, en el Puente del Bicentenario en Xalapa se utilizó tecnología de punta “como la usada en países como los Emiratos Árabes”, así se dijo, aunque usted no lo crea. Todavía más, se llegó a presumir que “ha merecido la visita y el reconocimiento de ingenieros alemanes”. Si es verdad que vinieron, pena ajena habremos causado, pero todo se hace con el propósito de crear la idea de que es una gran obra, y que, con todos los defectos que ha demostrado, incluyendo su costo, una ingenua población se tragará ese cuento.

Tan fuera de serie fue ese proyecto que, según se ve, no incluyó la construcción del puente peatonal en un crucero que necesariamente iba a suspenderse; por ese ligero olvido, cuando la inauguración, ante la protesta pública se ofreció la construcción de un puente peatonal sobre la calle Veracruz y se dijo que costaría “alrededor de 3 millones de pesos, el cual se tendrá en menos de 20 días…”. Aquí la tremenda audacia consiste en hacer una promesa en la capital del estado, a una población escamada y cansada de mascaradas ya que el famoso puente va para largo.

Es sabido que al término de un gobierno estatal no faltan oficiosos que, por agradecimiento o simplemente por lambisconería, a veces incluso a petición expresa del “homenajeado”, inician una serie de “reconocimientos” al gobernante que se va; en este caso el motivo sería, quizás, por la “gran obra” que dejará, porque según el dicho deja un Veracruz pujante, y hasta en el extranjero se han percatado-quizás hasta asombrado- de la forma “en cómo se gobierna en este Estado”, etc. etc. En esa lógica se inscribe el recorrido del Secretario de Comunicaciones de Veracruz por las obras del libramiento vial, aunque esta no sea producto de la gobernanza local. Porque, hay que decirlo, el libramiento de Xalapa no es siquiera iniciativa del gobierno actual, es un proyecto iniciado en tiempos de Alemán (se recordará aquella discusión sobre si pasaría por el sur dañando el bosque de niebla o por el norte, tal como ha quedado).El gobierno actual participó, eso sí hay que reconocerlo, en el pago de los derechos de vía, tal cual le corresponde en obras de esta naturaleza, que por cierto ha sido concesionada para su construcción y posterior administración a una empresa extranjera. Querer formar una idea diferente de la realidad es intentar engañar y eso no debe ser permitido por una ciudadanía que sabe de lo que se trata y está cansada de tanta simulación.

Cuánta razón tenía Abraham Lincoln: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”.

alfredobielmav@hotmail.com

Agosto 2010