
DESASTRES
Por Alfredo Bielma Villanueva
Por Alfredo Bielma Villanueva
Han pasado los años, tras las peripecias de rigor que implica una transformación social, una vez desterrado el culto a la personalidad los chinos han aprendido que los políticos no son dioses y China se ha convertido en una gran potencia económica que asombra al planeta. Mientras, acá en México seguimos con nuestra tradicional actitud hacia el trabajo con simulaciones e incumplimientos, con autoridades que asumen su responsabilidad como si en vez de abocarse a servir a la población esta tuviera que rendirles pleitesía por su supuesta entrega en el cumplimiento de sus obligaciones. Por ello, en tanto que el desarrollo económico de China es una realidad palpable, los pronósticos calculan 40 años para que nuestro país alcance ese estadio.
Desde siempre, el discurso oficial, zalamero como suele ser, afirma que “México es más grande que sus problemas” y que su riqueza mayor reside en el recurso humano que posee. Es similar a lo que dice Fidel Herrera Beltrán cuando afirma que “Veracruz está de pie”, una frase que al oído de quienes perdieron a sus familiares o de los afectados en su patrimonio debe sonar sin sentido alguno. Si Veracruz o México son más grandes que sus problemas es asunto de la retórica; que su riqueza estriba en el elemento humano queda fuera de toda discusión.
El mexicano es un pueblo solidario, presto siempre a participar en auxilio del compatriota en problemas. Con probada eficiencia ha dado muestras de estar muy por encima de la capacidad de respuesta de sus autoridades, ya federales, ya estatales. Lo demostró en la solidaria actitud frente a los destrozos provocados por el sismo del 19 de septiembre de 1985, lo comprueba siempre que los elementos de la naturaleza fustigan al conglomerado social. Ratifica esa actitud con la pronta asistencia a los damnificados por el huracán Karl en el Estado de Veracruz.
El huracán azotó severamente a la población veracruzana del centro del Estado, asolando a la conurbación más poblada, dejando daños incalculables y desafortunadamente un número aún desconocido de muertos a causa de las inundaciones que debieron ser previstas. Cualquier habitante de Jamapa, Medellín, Boca del Río, La Antigua, podría certificar que mientras veían por televisión el errático itinerario del huracán, nadie les alertó (excepto Conagua) sobre la posibilidad del tremendo golpe de agua que asolaría a la región.
No se trata de buscar culpables ante una contundente agresión de la naturaleza; todos hemos sido testigos que al menos con su presencia física y su investidura el gobernador ha estado pendiente de las labores de rescate y auxilio a los damnificados, como es su obligación, aunque exagerando los méritos de una protección civil que obviamente fue rebasada por las dimensiones del desastre. Ha sido gracias a la coordinación con el Ejército y la Marina que se ha logrado establecer un orden que permite la distribución de víveres y el trabajo de las brigadas médicas. Al margen de ocurrencias como la de suponer que los cocodrilos sueltos están domesticados, como si la genética de esos animales se transformara por el solo hecho de mantenerlos en cautiverio, de alguna manera se saldrá adelante para dar paso a la necesaria evaluación de los daños e iniciar la reconstrucción, como lo ofreció el presidente Calderón.
Por lo pronto, aparejado al lodo que dejó la inundación ya comienzan a ventilarse algunos asuntos que durante la presente administración gubernamental han permanecido en la opinión pública como rumores sotto voce, tal el referido a la obra pública veracruzana. Por caso, el Consejo Coordinador Empresarial Córdoba-Orizaba, según nota periodística, se refirió a las “pésimas obras realizadas en este sexenio, pues resulta increíble que en menos de dos años, varios puentes de la región de Atoyac, Amatlán, Carrillo Puerto, Cotaxtla, La antigua y Cardel, hayan sucumbido. Antes las obras se hacían con material de primera y con una ingeniería a prueba de todo fenómeno climatológico, la prueba son los puentes ferroviarios de de la barranca de San Miguel, el puente ferroviario de Atoyac, el puente carretero de Puente Nacional…antes se hacían bien las cosas, con material de primera, hoy es todo lo contrario, sólo se hacen obras temporales y con presupuestos inflados”, dijo Jesús Fernández Perroni, presidente del Consejo Coordinador Empresarial Córdoba-Orizaba.
En consonancia, el Presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), en Xalapa, Augusto Zamora Lara, declaró que es necesario trabajar en infraestructura física como en Protección Civil, y al referirse a los actos de rapiña enfatizó que “no están funcionando los sistemas, no hay control, no hay orden…evidentemente Seguridad Pública fue rebasada, esperemos que la Marina ponga orden, que haya disciplina en la asignación de las despensas…”
Mal y de malas para Veracruz. Por un lado, la población sufre considerables mermas en su patrimonio debido a un fenómeno natural, y por otro, un gobierno a punto de concluir su gestión con serios problemas financieros y en medio de una acentuada percepción ciudadana acerca de su ineficiente desempeño, acompañado por elevados matices de corrupción.
En lo que viene habrá que esperar que los seguros contra desastres se hagan efectivos para que, sumados a los del FONDEN, sirvan para la pronta reconstrucción y se alivie así sea en parte los daños materiales de infinidad de familias veracruzanas. No está por demás señalar que todo gobierno estatal tiene la obligación normativa de contratar Bonos Catastróficos que aseguren a la población contra riesgos. Es decir, no es un asunto de previsión gubernamental sino un mandato de ley.
Sin embargo, pocos gobiernos estatales acatan el ordenamiento que los obliga a contratar seguros contra riesgos; por las torrenciales lluvias que sufrió Monterrey se pudo comprobar que el gobierno de Nuevo León en apego a la Ley contrató seguros de riesgo; en Veracruz el gobernador ha insistido públicamente en que su gobierno fue previsor y contrató seguros contra desastres, por lo que se supone que a estas alturas ya debe estar gestionándose su cobro para cuanto antes aliviar en parte los perjuicios causados por el huracán “Karl”. Pronto sabremos si el gobierno veracruzano cumplió con la norma de riesgos y efectivamente contrató los Bonos correspondientes.
Ciertamente, no importa el color del gato siempre que demuestre capacidad para cazar ratones. En el arte de gobernar importan los resultados, porque estos están por encima de la retórica y de la demagogia. Ahora que los telones están a punto de caer, cuando la población veracruzana ya observó la actuación de los actores de la arena política, frente a un panorama que avisa el enorme endeudamiento que pesará sobre administraciones venideras, sin que haya obra pública de infraestructura que se corresponda con el excesivo gasto público, cabe reflexionar porqué a Veracruz no le ha ido bien, aunque terminemos por coincidir con León Tolstoi cuando afirmaba que era más fácil hacer leyes que gobernar.
alfredobielmav@hotmail.com
Septiembre 2010
Imagen de CELIA ÁLVAREZ
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Aquel consejo que diera Manuel Barttlet al gobernador acerca de la rápida transición de los años en un periodo de gobierno pareciera estar confirmándolo-¿o padeciéndolo?- Fidel Herrera ahora que está a escasos dos meses de abandonar el cargo, que obtuviera hace seis años tras una cerrada contienda electoral por cuyas incidencias tuvo que resolverse en la última instancia que para estos casos tiene establecida la normatividad electoral.
En México, antes de la alternancia, las fuentes de reclutamiento político han sido el Partido Revolucionario Institucional y la Burocracia. Hay quien asegura, y no sin razón, que la permeabilidad y la movilidad social “ha sido mayor en la burocracia que en el partido o en el Congreso” por su tamaño y sus recursos. En “El Fin de una Era” se lee: “El título de “El Fin de una Era”, acompañado por el de “De la Hegemonía a la Oposición” quiere expresar el tránsito de un todopoderoso Partido que predominó en la arena política durante un largo periodo de la historia de México y que fue el conducto a través del cual la clase política mexicana recorrió los pasillos del poder, hasta la derrota que causó su salida de la Presidencia de la República en el año 2000.”
Los campos se despueblan, y abandonados por sus moradores, se tornan solitarios y melancólicos, mientras los incansables ferrocarriles vomitan día y noche sus henchidas carretadas de rebaños humanos sobre la metrópoli, que cual inmenso imán, parece atraer y reconcentrar ella sola todo el regocijo y el bullicio.
“Errar es humano, y echarle la culpa a otro es aún más humano”, dice el refrán que bien pudiera aplicarse en espléndida medida a la actitud del gobierno veracruzano y personeros que lo acompañan cuando intentan descargar culpas, omisiones, entuertos, ineficiencias y toda clase de pretextos en evasiva propia. Tal se desprende de lo que cotidianamente se observa en Veracruz al leer y escuchar que el gobierno no ha podido hacer más obras ni concluir las que tiene en proceso porque el gobierno federal le ha retenido lo que obligatoriamente le corresponde. No se tiene dinero en Veracruz para pagar débitos a infinidad de deudores porque el gobierno federal no ha remitido lo que corresponde a participaciones; se suspenden obras porque la federación retiene el dinero, etc., etc., etc. Lo peor es el empecinamiento por hacer creer a la población esa sarta de argumentos sin pies ni cabeza como si la ciudadanía veracruzana careciera de información y solo estuviera atenida a lo que desde el gobierno estatal se le informa, o desinforma.
Como un suspiro pareció a quienes colaboraban en el gobierno el tránsito de los años pues se encontraban ya en las postrimerías de la administración. Como ocurre en estos casos cada quien buscaba la manera de avanzar o de permanecer en el cargo al cambio de gobierno. Ya conocían el camino que era relacionarse con los hombres de mayor cercanía al candidato, halagarlos con buenas comidas y apoyos subrepticios, como vehículos o pago de cuentas de hospedaje, llegado el momento se cobrarían con creces los gastos. Conocer al candidato era importante, sí, pero lo más práctico era establecer nexos con sus colaboradores más cercanos. Así lo hicieron César y sus amigos, la estrategia no fallaba.
Uno de los fenómenos más recurrentes en la política es la entreveración generacional de los actores que en ella participan; es como biología política, porque en ella hay un inicio y un final, convertido a veces en retiro involuntario ocasionado por condiciones desfavorables y hasta adversas, ajenas incluso a la actividad del participante. Lo que acontece en el lapso comprendido entre el inicio y la conclusión de una trayectoria política-que habitualmente es intermitente- puede atribuirse a variados factores: talento, dedicación, constancia, suerte, carencia de escrúpulos, amiguismo, nepotismo, deslealtades, traiciones, etc. El universo en el que se produce la acción es la sociedad, con la que se mantiene una relación dialéctica, pues se interactúa con ella impactándola a través del factor predominante de la acción política: el poder, sin duda, un factor sine qua non en la ecuación.
En 1910, el Programa de las fiestas del Centenario arrancó oficialmente el primero de septiembre con la inauguración del Manicomio General; no se sabe si el hecho llevaba mensaje subliminal alguno pero con ese evento comenzó la fiesta nacional organizada por la dictadura. El día dos se programó recibir en el Museo Nacional la Pila Bautismal de Hidalgo y se inauguró la Exposición Japonesa en el Pabellón de Historia Nacional. También se inauguró la Exposición de Higiene. El día tres se colocó la primera piedra de la Cárcel General en San Jerónimo Atlixco. El día cuatro se celebró la fiesta del Comercio, la Banca, la Industria y un desfile de carros alegóricos. Continuó con un Garden Party en el café de Chapultepec y cerró con un baile en el salón de Cristales del mismo café.
El día cinco se inauguró la Estación Sismológica Central de Tacubaya. Los embajadores especiales presentaron al presidente de la república sus credenciales y cerró con una conferencia en le Exposición de Higiene. Al día siguiente, el seis, hubo una procesión infantil en honor a la Bandera; se programó la presentación de credenciales de los enviados especiales con categoría de ministros. El día siete se inauguraron dos escuelas superiores en la Plaza de Villamil, mientras en Palacio continuaba la entrega de credenciales de los enviados especiales. El día 8 se dio una fiesta en el Colegio Militar de Chapultepec en honor a los niños héroes. En el ministerio de Relaciones Exteriores se agasajó al cuerpo diplomático y a los enviados especiales.
Poco antes, en abril de ese año, 1910, había fallecido Don Ignacio Mariscal, quien venía fungiendo como Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Porfirio Díaz. De inmediato, el grupo de los científicos se apresuró a cabildear a favor de Enrique C. Creel, ex embajador de México en los Estados Unidos, de origen norteamericano, potentado industrial chihuahuense emparentado con la familia Terrazas, latifundistas de abolengo. El mundo oficial de México conocía la simpatía de este par de “Científicos” hacia los republicanos estadounidenses con Taft de presidente, por lo que no extrañó el nombramiento de Creel en tan importante cargo. Sin embargo, causaba escozor porque recuérdese que en ese entonces la Constitución establecía que a la falta del Presidente y del Vicepresidente, el ministro de Relaciones era el avocado al cargo.
El día 16 se inauguró la Columna de la Independencia. El 17 fue la entrega del uniforme de Morelos, un obsequio del Rey de España; se develó el retrato de Carlos III en el Salón de Embajadores; más tarde, inauguración del parque popular de Balbuena. El 18 se inauguró el monumento a Juárez. El 20 colocación de la primera piedra del monumento a Garibaldi e inauguración del nuevo palacio municipal. El 22, solemne inauguración de la Universidad Nacional, fiesta en Chapultepec e inauguración de los nuevos lagos. El 23, colocación de la primera piedra del Palacio Legislativo. Garden- Party en Xochimilco a los maestros de escuela. Rumboso baile en Palacio Nacional.----El 26, inauguración de la fachada del túnel de Tequixquiac. Día 28, inauguración de la Fábrica de Pólvora de Santa Fe. El día 30, inauguración del ensanche en la Penitenciaría. El programa cerró con un gran baile organizado por la Comisión Nacional del Centenario.

