Política
y Poder
Alfredo
Bielma Villanueva
Max Weber ha
sido uno de los sociólogos contemporáneos más prestigiados en la academia y
entre los estudiosos de las ciencias sociales, la política entre ellas. Como
todo buen científico social le arrancó verdades objetivas a la observación
metodológica de los sistemas políticos y de la sociedad contemporánea, de entre
su amplio repertorio selecciono asertos que reflejan realidades cercanas.
Uno de los
grandes aportes de Weber a la Ciencia Política es la formulación de una tipología
política, un análisis de los atributos que deben caracterizar al individuo
aplicado al ejercicio del poder. ¿Qué estimulo empuja al hombre a la
política? Le “Proporciona, por lo
pronto, un sentimiento de poder. La conciencia de tener una influencia sobre
los hombres, de participar en el poder sobre ellos y, sobre todo, el
sentimiento de manejar los hilos de acontecimientos históricos importantes
elevan al político profesional, incluso al que ocupa posiciones formalmente
modestas, por encima de lo cotidiano… ¿cuáles son las cualidades que le
permitirán estar a la altura de ese poder (por limitado que sea en su caso
concreto) y de la responsabilidad que sobre él arroja? Con esto entramos ya en
el terreno de la ética, pues es a esta a la que corresponde determinar qué
clase de hombre hay que ser para tener derecho a poner la mano en la rueda de
la historia”.
Sí, ¿a qué clase
de hombre le corresponde “poner la mano en la rueda de la historia”? Es
aparentemente obvio que no a cualquiera, aunque igualmente ha sido posible
comprobar a lo largo de la historia universal que las circunstancias coloquen a
un “cualquiera” en posición de jalar los hilos de la historia.
En su tipología
del político, Max Weber reflexiona: “Son tres las cualidades decisivamente
importantes para el político: pasión, sentido de la responsabilidad y mesura.
Pasión en el sentido de , de entrega apasionada a una
... Sin embargo “la pasión no convierte a un hombre en político
sino está al servicio de una y no hace de la responsabilidad para
con esa causa la estrella que orienta la acción. Por eso se necesita (y esta es
la cualidad psicológica decisiva para el político) mesura, capacidad para dejar que la realidad actúe sobre uno sin
perder el recogimiento y la tranquilidad, es decir, para guardar la distancia
con los hombres y las cosas. El es uno de
los pecados mortales de todo político… El problema es, el de cómo puede
conseguirse que vayan juntas en las mismas almas la pasión ardiente y la
mesurada frialdad. La política se hace con la cabeza y no con otras partes del
cuerpo o del alma. Y, sin embargo, la entrega a una causa solo puede nacer y
alimentarse de la pasión, si ha de ser una actitud auténticamente humana y no
un frívolo juego intelectual. Solo el hábito de la distancia (en todos los
sentidos de la palabra) hace posible la enérgica doma del alma que caracteriza
al político apasionado y lo distingue del simple diletante político
. La de una
en la
posesión de esas cualidades”.
“…Por esto el
político tiene que vencer cada día y cada hora a un enemigo muy trivial y
demasiado humano, la muy común vanidad, enemiga
mortal de toda entrega a una causa y de toda mesura, en este caso de la mesura
frente a sí mismo….” En último término, no hay más que dos pecados mortales en
el terreno de la política: la ausencia de finalidades objetivas y la falta de
responsabilidad, que frecuentemente aunque no siempre, coincide con aquella. La
vanidad, la necesidad de aparecer siempre que sea posible en primer plano, es
lo que más lleva al político a cometer uno de estos pecados o los dos a la vez”.
¿Quiénes de
entre los que actualmente aspiran gobernar Veracruz reúnen algunas de estas
características en momentos en que es urgente y apremiante rescatar a la
entidad del bache histórico en que se encuentra?
Tómese en
consideración que en el actual proceso electoral no sólo está en juego el
gobierno de 12 estados de la república, también se están configurando las
condiciones político electorales del 2018, y en este contexto Veracruz
representa una fuerza electoral nada despreciable, que lo convierte en un
apetitoso bocado por el que se deben emplear todos los mecanismos posibles para
retenerlo o ganarlo; porque es significativo que el padrón electoral
veracruzano representa una suma igual al de los padrones de por lo menos seis
de las entidades que estarán en juego en 2016.
En esta arena
política contienden diversos grupos: uno, el que gobierna, llegado al poder de
la entidad en 2004, con un bien diseñado propósito a cargo del jefe de ese clan
para trascender varios sexenios; Fidel “sabía que tenía como meta crear una
nueva generación de políticos para Veracruz, pero al principio no tenía claro
quién iba a sucederlo”…. “Javier ya como gobernador tiene muy claro quién nos
hizo… Ahorita las cosas se están acomodando…”, dijo a Edgar Hernández en
magnífica entrevista en 2011 el actual
presidente del PRI estatal. Este grupo rema contra la corriente, pues tras once
años de estéril gestión pública enfrenta el reclamo de una sociedad que se
siente defraudada, y esa es una realidad objetiva detectable a simple vista.
Al interior del
Partido Revolucionario institucional, en Veracruz destacan grupos forjados por
muchos años en la brega político-electoral, uno de ellos se concentra en
Vanguardia Veracruzana, una Organización Política que año tras año demuestra
capacidad de convocatoria, su líder moral, Amadeo Flores Espinosa, con su
reconocida socarronería aguarda el momento apropiado para la acción, y sin duda
pesa entre las filas del tricolor. No se requiere de dotes adivinatorias para
deducir cuál es su posición en esta encrucijada. Como esta, otras
organizaciones aguardan el momento apropiado para manifestarse.
Los senadores
veracruzanos del PRI, ya se ha dicho, son auténticos factores de poder; su
actitud ha sido muy clara, porque si bien no están divorciados del gobierno estatal
al menos han adoptado una prudente distancia respecto de la forma y el fondo con
los que se conduce la administración pública. José Yunes Zorrilla y Héctor
Yunes Landa compiten por la candidatura priista al gobierno de Veracruz, voces
calificadas en ese partido insisten en ubicarlos como los únicos, cualquiera de
ellos, que representarían una candidatura competitiva, y porque además implican
mantener la unidad partidista, condición sine qua non para que el PRI pueda
competir con posibilidades para ganar en 2016.
Porque enfrente
milita Miguel Ángel Yunes Linares, por el PAN y su posible alianza con el PRD.
No es perita en dulce, es un actor social cuajado en la brega político
administrativa, que lleva camino andado, y no solo por sus puntuales señalamientos
al gobierno del estado, de esos que a la población le gusta escuchar porque no
tiene oportunidad de pronunciarlos por sí misma, sino porque lo acompaña una
trayectoria de comprobada experiencia en el ramo al que se dedica. Además, quien
en esta entidad se convierta en vocero de la inconformidad ciudadana adelanta
vanguardias, lo que es un fenómeno fácilmente comprobable.
¡Ah! Citábamos a
Weber: “Aunque el poder es el medio ineludible de la política… y el ansia del
poder es una de las fuerzas que la impulsan, no hay deformación más perniciosa
que el baladronear del poder como un advenedizo o complacerse vanidosamente en
el sentimiento de poder, es decir, en
general, toda adoración del poder puro en cuanto tal. El simple , que también entre nosotros es objeto de un fervoroso culto, puede
quizás actuar enérgicamente, pero de hecho actuar en el vacío y sin sentido
alguno…”
29-
noviembre-2015.