TRANSPARENCIA

Por Alfredo Bielma Villanueva



En entrevista con Mario Vázquez Raña, -Octubre 2006-, muy en su estilo, Fidel Herrera aseguraba que la deuda que tenía el Estado de Veracruz se había logrado colocar con el respaldo del Deutsche Bank: “ya está vendida, así es que ya ni se inquieten ni hagan ofertas porque ya se colocó. De hecho los mismos bancos que estaban adentro también compraron una parte, y se colocó en condiciones de mucha fortaleza”. (…) Asombrosamente, como consta en la entrevista, aseguró que “sin eso no hubiéramos hecho el libramiento, ni el túnel sumergido, ni la barra de Tampachichi, ni la México Tuxpan, ni la Tuxpan Álamo, ni hubiéramos reparado escuelas”. Los comentarios al margen salen sobrando porque cualquier veracruzano sabía que nada de eso era cierto pues obras como el libramiento en ese entonces se encontraban en etapa de proyectos y aún no se habían licitado.

Bueno, también en el estilo fideliano, tampoco era cierto que a esa fecha ya estuvieran colocados los certificados bursátiles por 6 mil 300 millones de pesos respaldados por el 80% de los ingresos de la recaudación del Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos, porque fue hasta el 29 de noviembre cuando se informó oficialmente de la colocación referida. Entonces se dijo que 3 mil 100 millones se destinarían para las obras ya citadas y se dejaría cubierta la deuda que a esas alturas ascendía a 3 mil 119 millones de pesos.

El 11 de diciembre del mismo 2006 Herrera Beltrán alardeó al recordar que alguien-según él- dijo cuando la campaña que “Fidel es un buen candidato, pero un pésimo administrador por su populismo”…pero “ahora responde al demostrar que es un buen financiero y un buen administrador”. (¿?¡!)

En la euforia por la Bolsa y la ansiedad por obtener recursos por adelantado “para hacer más obras”, en abril de 2007 se colocó en la Bolsa el Fondo Veracruz. Entonces el gobernador Herrera Beltrán dijo: “Al igual que los rendimientos que se generan en las inversiones en cuentas bancarias, los rendimientos del Fondo Veracruz serán orientados al servicio de la población veracruzana, con la diferencia de que estos rendimientos serán mayores y por lo tanto así también las obras y beneficios para el Estado”.

Después de lo anterior siguió la bursatilización del 20% correspondiente a los municipios; el discurso oficial afirmaba: “se construiría obra pública y se cambiaría el rostro y las circunstancias de Veracruz”, y se podría llevar adelante el proyecto de modernización de Veracruz, “aquí no hay mentira la bursatilización permite aplicar la acción de los ingresos futuros”. Con este esquema, se decía, se obtendrían recursos para los siguientes tres años, que de otra manera pasarían diez administraciones municipales para recibirlas; en cambio, con ese dinero se harían obras que modernizarían al Estado de Veracruz.

Sobre este asunto se puede escribir muchísimo más pues es una operación financiera que se presumió acarrearía beneficios palpables a la población veracruzana. La reiteración sobre este tema radica en una inocultable realidad: los beneficios de infraestructura que los 1 500 millones de pesos obtenidos por la bursatilización del 20% municipal del impuesto a la tenencia no se ven por ningún lado, ni en Xalapa, ni en Veracruz, ni en Córdoba, ni en Cosquihui, ni en Banderilla, ni en Hueyapan de Ocampo, ni en Ixtazoquitlán, ni en La Antigua, ni en Zozocolco, ni en Minatitlán, ni en Acayucan, ni en Catemaco, ni en muchísimos etcéteras más. Lo único cierto ahora es que diez administraciones municipales no recibirán los ingresos referidos y que tampoco Veracruz esta modernizado, ¿o sí?

Por el contrario, y eso sí es una cruda realidad, hay una preocupante deuda pública municipal, si se juzga por los resultados de su aplicación y porque nunca como ahora las administraciones municipales padecen anemia económica y difícilmente podrán realizar acciones de beneficio colectivo, no al menos en su primer año de ejercicio.

Sin embargo, los contribuyentes veracruzanos, los empresarios entre ellos, tendrán que soportar nuevos y más gravosos impuestos, que sin duda pagarán. Pero priva en el importante sector de la producción la inquietud acerca del destino que se le dio al dinero público. Porque si de algo estarán seguros los empresarios es que no hay transparencia ni señal alguna que les indique, que se les informará bien a bien, en donde está invertido el dinero de su aportación del 2% a la nómina, un gravamen sustancialmente incrementado por la nueva Ley recientemente expedida.

En una democracia que se precie de serlo el concepto de rendición de cuentas cobra primordial importancia, más aún cuando en el “gobierno cercano a la gente” no existió correspondencia entre el discurso oficial y la realidad. Por lo pronto, el actual gobierno aún es joven y debe estar más ocupado en buscar la forma de allegarse recursos para solventar los adeudos heredados e iniciar la implementación de políticas públicas que le permitan hacer presencia. Pero esa tesitura no obsta para que se vaya pensando en cómo informar oficialmente a los veracruzanos lo que ya se sabe en vox populi.

Como el rumor no es un buen consejero, bien valdría al pueblo veracruzano escuchar de la esfera gubernamental cuánto se debe; a cuanto asciende la deuda publica, la directa y la “indirecta” y si hay voluntad para ejercitar acción penal en contra de las decenas de ex alcaldes que “se fueron al monte” con el dinero de sus conciudadanos. Se espera que así ocurra porque este Estado de la Federación no debe convertirse en el reo de ineficientes políticos que desfachatadamente aspiran a posiciones más elevadas, seguramente para seguir medrando con el esfuerzo de los demás.

alfredobielmav@hotmail.com
Enero 2011