LA CÁPSULA DEL TIEMPO

Por Alfredo Bielma Villanueva



“La historia es la mentira encuadernada”
Enrique Jardiel Poncela




El 30 de noviembre pasado, el todavía gobernador de Veracruz en su último día de desempeño depositó en la cima del emblemático e imponente Macuiltépetl, una “cápsula” que contiene diversos documentos, entre otros aquellos relativos a los festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución, los seis informes de gobierno del mandatario, sus “mensajes relevantes”, el reconocimiento de los gobernadores agrupados en la conago al gobernador Herrera Beltrán, etc., todo ello avalado en la lectura del acuerdo leído por el secretario del gobernador. Así, sin más crédito que el de los presentes, pírrico bagaje, se conservan documentos que relatan un período de gobierno y que podrán ser abiertos hasta el 30 de noviembre de 2110, para el asombro de quienes se interesen en cómo fue este tiempo. Como si fuera el soplo del aroma de un perfume de gardenias.

Pareciera una suposición especulativa, pero alguien en algunas de las generaciones venideras seguramente se sorprenderá por el hecho de que desde la sociedad civil nadie haya levantado el dedo para cuestionar las motivaciones que movieron al exgobernador Herrera Beltrán a encapsular documentos que, según lo que se publicó, dan fe de lo acontecido durante su gobierno. Lejos está de ser la nuestra una sociedad participativa, pero admira la indiferencia adoptada por este conglomerado social respecto del contenido de una cápsula de tiempo que ahora reposa en la cima del Macuiltepetl sin cuestionamiento alguno, a pesar de la experiencia vivida durante los seis años de una gestión gubernativa que no se caracterizó precisamente por el buen crédito de su discurso.

Puesto que la famosa cápsula contiene detalles de estos tiempos que a todos nos involucra ¿por qué no se dio fe notariada de su contenido ante la presencia de representantes de los diversos sectores de la producción, del pensamiento, de la comunicación social, de la cultura y del político no adscrito al sector público? Si su contenido es relativo a los resultados de un gobierno y es la cabeza de este quien promovió su trascendencia en el tiempo, conlleva una carga de sospechosa parcialidad, luego entonces era indispensable someter la idea a consulta ciudadana e implementarla con la participación plural de una sociedad con esta característica.

No sea que transcurrido el tiempo nuestra descendencia encuentre que en algún momento de la historia veracruzana, de México y del planeta, existió un genio de la política que transformó un Estado que aparecía en las estadísticas con una elevada marginación, con crecido número de población en pobreza alimentaria y pobreza de patrimonio, en una potencia agrícola e industrial; con infraestructura de primer mundo; autopistas de ocho carriles; con servicios de salud solo comparables con lo mejor del planeta; con un grado de educación por encima de los parámetros exigidos por la OCDE y un presupuesto destinado a este ramo mayor que al 8% del producto interno bruto recomendado por la UNESCO; que abatió el analfgabetismo; con una industria azucarera cuya producción abastecía al país y sobraba para la exportación de tal manera que cañeros y azucareros veracruzanos eran la envidia de toda la clase obrera y campesina nacional por sus elevados ingresos; que el café veracruzano superaba al de Brasil; que, gracias a su atinada política de promoción turística, Can Cun y Acapulco nos pedían consejos acerca de cómo hacerlo porque que en solo seis años se construyeron ¡182! nuevos hoteles.

Además, ¿qué es lo que se inscribe sobre los actores políticos de oposición y aún de quienes fueron formados a su amparo? porque está visto que después de la del autor principal la inteligencia ajena no existía. Que era tan fregón el gobernador que hasta el gobierno federal le “copiaba” sus programas exitosos, como el “esquema” de la bursatilización; que al término de su bonancible administración dejó a su sucesor 9 mil 300 millones de pesos; que no dejó deudas y que enfrentó a los reporteros cuando estos preguntaban por los acreedores que penaban por cobrarle al gobierno retándolos a que le dijeran dónde estaban estos. Se encontrará también que a un obsecuente diputado se le ocurrió decir que “con la administración de Fidel Herrera queda claro que Veracruz es un ejemplo de hacia dónde debe dirigirse la República”. Que hubo un gobernador tan fuera de serie que al unísono sus pares congregados en una organización denominada CONAGO le hicieron un reconocimiento a su extraordinaria labor. Que en tres años cumplió con un plan programado a seis años.

En ese mundo más que virtual ahora, pero que tomarían como realidad en el 2110, pudieran encontrar que ese gobernador combatió la corrupción a fondo y que durante su periodo de gobierno castigó a los infractores de cuello blanco hasta por sustraer un bolígrafo; que extinguió el porcentaje dadivoso para conseguir contratos de obra pública y que durante su mandato el que le hizo la pagó.

Perséfone, la historia, está colmada de mitos, uno más que importaría; y hasta en el colmo del conformismo se dirá que no debiéramos preocuparnos por algo que ya no veremos. Por supuesto que ya no seremos testigos de lo que encierra realmente la susodicha cápsula, pero también es cierto que mucha población veracruzana es testigo de cargo respecto de la finiquitada administración encabezada por Fidel Herrera Beltrán y que sin duda es difícil que allí se encuentre alguna constancia del desastre financiero ocasionado por esa administración; de la deuda que hereda y del desbarajuste administrativo que provocó un exponencial gasto corriente. Mucho menos que ahora obliga a su sucesor a crear disposiciones impositivas-como el reemplacamiento- para allegarse fondos extras que permitan al gobierno salir adelante.

Tal como se vieron las cosas bien valdría abrir la cápsula para conocer su contenido, dar fe notariada de ello y, si dice la verdad, volver a encapsular. O ¿acaso habrá alguien que se conforme con lo informado acerca de ella? Yo tampoco.

alfredobielmav@hotmail.com

Diciembre 2010