SÍSIFO 2010

Por Alfredo Bielma Villanueva



El preocupante asunto de la inseguridad pública en Veracruz recuerda el mito del Sísifo de la mitología griega que, condenado a empujar una rueda cuesta arriba, al llegar a la cima ésta vuelve a caer obligándolo a repetir la acción indefinidamente. En nuestro caso el tránsito cuesta arriba parece un rito sexenal, ya por la incuria gubernamental en el desempeño de su responsabilidad, ya porque las dimensiones del problema simplemente lo ha superado; en el símil la rueda hace las veces de la retórica y de los floridos discursos.

“Efecto cucaracha”, “los malosos vienen de fuera”, “Veracruz es seguro y vive en paz” “pueden vivir tranquilos porque velamos por su seguridad”, “la basura nos la vienen a tirar de afuera”, “en Veracruz el que la hace la paga”, etc., ha sido la cansada cantaleta del discurso oficial que nos ha asegurado, sin convencernos, que éste Estado vive casi aislado del contexto nacional en materia de inseguridad pública.

Quizás, solo quizás, la tormentosa realidad haya comenzado a despertar a nuestras autoridades demostrándole que su visión está equivocada y que desde hace algunos años las “cucarachas” llegaron para quedarse; ésa es al menos la percepción pública, porque se constata todos los días en “levantones” y crímenes por doquier. No obstante, a estas alturas ya no se sabe qué es más preocupante, si la indolencia oficial o su obstinada resistencia a reconocer la lacerante realidad.

Tocadas por el impacto de los últimos acontecimientos que han estremecido a la sociedad, organizaciones ciudadanas de diferentes ramas de la producción y de servicios han pedido al gobierno que el ejército intervenga; es un requerimiento que en el fondo lleva un subliminal y amargo reproche a las autoridades, como si ya no les concediera crédito alguno en el desempeño de la defensa social. Pero es también una prueba de que la memoria colectiva es frágil, porque habrá que recordar que el 13 de febrero de 2009 se informó desde el palacio de gobierno que para redoblar la vigilancia elementos del ejército mexicano iban a patrullar a pie en algunos puntos de la entidad. Entonces se atribuyó el anuncio a la explosión de un artefacto atrás de las instalaciones de Televisa Veracruz.

Es tan endeble la memoria popular que a estas alturas ya nadie recuerda que apenas en septiembre de 2008 algunos de los firmantes de la carta del martes pasado dirigida al gobierno signaron el Plan Veracruz 10 que contiene puntos estratégicos anunciados con toda pompa y a cuyo observancia se comprometieron.

En ese entonces se informó a la población veracruzana de los diez puntos “estratégicos de acción que tienen por objetivo el que instituciones públicas se transformen en un solo Sistema Integral de Seguridad Pública, destaca la depuración y fortalecimiento de las instituciones de seguridad y procuración de justicia; la instalación de un observatorio ciudadano”, incluía la creación de un centro estatal de confianza que evaluaría la honestidad de los policías y la designación de un juez de control en el Tribunal Superior de Justicia que se encargaría de los procesos judiciales en materia de delitos graves como el homicidio, el secuestro y pederastia.

Previamente a la firma del Plan Veracruz 10 se proclamó que “no vamos a permitir que se asienten para siempre ni por periodos largos en nuestro territorio, vamos a dar la batalla, cueste lo que cueste, con la ley en la mano, para que aquí en Veracruz la ley se respete”. Al menos, como suele acontecer, suena bonito, pero solo ha sido ruido, muy pocas nueces, porque el delito permanece instalado aquí en un elevado sitial de impunidad.

También se informó, 23 de septiembre de 2008, que se habían detectado 14 puntos vulnerables en la entidad y enfáticamente escuchamos: “aquí no se vale rajarse. El que tenga miedo que se vaya, porque nos corresponde a las autoridades asumir nuestro papel, no podemos pedir la denuncia ciudadana anónima y la colaboración a ciudadanos indefensos que no tienen ni el equipamiento ni la responsabilidad de cumplir con un deber”. Tan bonito que se antojaba aplaudir.

También escuchamos decir: “tenemos que dar un paso al frente los que hayamos estado en la función pública o los que ya no estemos, es un tema de nuestros hijos, de nuestra familia, de los que quieren vivir en paz, corremos riesgo sí, nos atrevemos a tener comentarios adversos sí, pero los que queremos a la nación, a nuestra ciudad, queremos aferrarnos a dónde estamos, sería muy fácil que todo mundo salga despavorido y que sigamos generando una psicosis innecesaria, por eso estamos dando un paso al frente, para que se den cuenta que estamos arraigados en nuestra ciudad”.

Largo sería enumerar en detalle cada punto, sólo algunos: “establecimiento del Procedimiento Sistemático de Operaciones; la puesta en marcha del Sistema Inteligente de Monitoreo y Vigilancia… Instalación del Observatorio Ciudadano. De conformidad con el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, comprometemos la creación de un mecanismo plural, representativo de los distintos sectores de la sociedad, para la planeación, seguimiento y evaluación del desempeño de las acciones en materia de seguridad, a fin de verificar el cumplimiento de los objetivos propuestos. Este Observatorio coadyuvara a fortalecer, con la participación de la sociedad civil, el sistema de denuncias contra la corrupción y la mala actuación de los servidores públicos”.

Cuando se firmó el compromiso estuvieron los representantes del Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática, Convergencia y Partido Verde Ecologista, entonces ofrecieron estar pendiente del cumplimiento de estos puntos para que no se quedara en la etapa de la retórica; pero fue sólo eso, la declaración del momento porque está visto que ya nadie se acuerda de lo que firmaron.

Si realmente se desea aterrizar propuestas bien valdría exigir una evaluación pública de lo conseguido hasta ahora con la aplicación de aquellos 10 puntos, y para empezar que el responsable del Observatorio Ciudadano, si lo hay, informe de sus actividades a la ciudadanía tal cual fue el espíritu de su creación.

En diciembre de 2009, Mario Vázquez Raña en entrevista al gobernador Herrera Beltrán (OEM 5-XII-09), le preguntó: “Señor gobernador, hay críticas de que algunos estados no han utilizado los recursos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública. A Veracruz le autorizaron 475.3 millones de pesos para este año, ¿se ha ejercido toda la partida, es suficiente?” Contestó: - Los recursos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FOSEG) asignados este año para Veracruz son insuficientes, Mario, para satisfacer la demanda del gasto público en infraestructura, equipamiento, evaluación, capacitación y operativos de combate a la delincuencia y al narcomenudeo.

Señor gobernador, ¿cómo está el tema de la inseguridad y el narcotráfico en su entidad? ¿Es cierto que "Los Zetas" se han apoderado del estado? - “Es completamente falso. Veracruz ha hecho la parte que le corresponde en su lucha contra todas las bandas criminales, cualquiera que sea su origen, denominación o giro de actividades. De ello da cuenta el sacrificio de policías estatales y municipales en el combate a las bandas de delincuentes. La sociedad, los padres de familia y mi Gobierno participan en estrecha colaboración con las autoridades federales y municipales, especialmente la PGR, las secretarías de Marina y Defensa Nacional. Nuestra vinculación con el general Galván es muy cercana y en la gran mayoría de los puestos de dirección de Seguridad Pública y de Tránsito hemos nombrado a acreditados militares para que se hagan cargo de la responsabilidad”.

Con todo y la insuficiencia de recursos, Veracruz exhibe un elevado subejercicio en la aplicación de recursos para seguridad pública ya que en 2009 dejó de utilizar un 48.1%. El 6 de enero del presente año se publicó en el Diario Oficial de la Federación la distribución de los 6 mil 916 millones 800 mil pesos correspondientes al Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública de los Estados y el Distrito Federal (FASP), de ellos, este año el Estado de Veracruz recibirá 332 millones de pesos.

A solo 5 meses de terminar el presente ejercicio gubernamental queda la incómoda sensación de una gran deuda del gobierno para con la sociedad, sobre todo cuando se acababa de anunciar que la seguridad de los capitalinos estaba garantizada. Por el próximo relevo de gobierno ya se observa al Sísifo social aprestándose a subir la rueda en la pesada cuesta de una sociedad insatisfecha e inconforme. Pero, menos mal, se nos informa que el 92% de la población veracruzana apoya al gobierno estatal, señal de que vamos bien…

alfredobielmav@hotmail.com


Junio 2010