PRECAUCIÓN, POLITICOS DECLARANDO

alfredobielma@hotmail.com


Es una frase muy conocida aquella que refiere que, ante la solicitud del hombre, cuando una mujer dice que no, prácticamente está declarando un sí. De la misma manera, la experiencia que se vive cotidianamente en la relación entre sociedad civil y el gobierno obliga a ver con detenimiento el verdadero sentido de su decir cuando los políticos, al argumentar con sus ya muy tradicionales eufemismos, establecen su posicionamiento respecto de una problemática determinada.


Ejemplos sobran: ante la dinámica sucesión de acontecimientos de todo tipo al interior de nuestras sociedades pecaríamos de optimistas si deseáramos que se recuerde lo acontecido hace casi tres años, cuando el presidente Vicente Fox nos visitó haciendo un periplo que incluyó los puertos de Veracruz y Coatzacoalcos-Minatitlán con el propósito de “rendir” su quinto informe, como informador itinerante en un “encuentro ciudadano”. Advertimos entonces que no nos fuéramos con la finta respecto de lo que diría Fox acerca del famoso Proyecto “Fénix” y de los “hallazgos” petrolíferos en el Golfo de México, de los que ya se decía que se estaban perforando. A cualquier ciudadano parecerá increíble que a esos niveles de responsabilidades públicas haya gran capacidad para la mentira, pero en contrario obra la constancia de los hechos que demuestran que eso y más es posible cuando del poder político se trata.


Por este y otros muchos ejemplos que ocuparían un espacio interminable debiéramos siempre tomar con reservas las declaraciones de los políticos.


Abundando: quién no recuerda aquel famoso spot de octubre de 2007 en el que Calderón aparecía declarando que no se incrementaría el precio de la gasolina, aún cuando el Congreso ya había aprobado la reforma fiscal que contenía el incremento al precio de ése carburante. O de aquella expresión del presidente Calderón cuando anunció que la crisis económica de los EEUU no nos afectaría; todo para terminar acordando la aplicación de un programa especial para contrarrestar los efectos de la recesión americana.


En los Pinos, en septiembre de 2007, fue cuando por primera vez el Presidente habló a los priístas de la intención de abrir PEMEX al capital privado, un anuncio prematuro que abrió el debate que calienta ánimos, sobre todo porque han transcurrido seis meses y apenas se hizo público el diagnóstico sobre la empresa, siendo, como es, un tema de prioridad nacional. En cambio, se ha dedicado a cabildear en la opinión pública transmitiendo a través de spots la impresión de que las reservas se agotan y que es necesario empezar a perforar el fondo marino, deslizando la idea de la necesidad del capital privado para comprar la tecnología adecuada.


Mientras el gobernador de Veracruz se pronunció a favor de la privatización de algunos sectores de la industria petrolera bajo “esquemas estratégicos inteligentes”, el coordinador de los senadores priístas, Manlio Fabio Beltrones, declara que la fracción priísta en el Congreso no está de acuerdo con la reforma constitucional, ni con los contratos de riesgo “y de privatización ni hablar”. Gamboa Patrón dijo que el PRI ya ha fijado su posición: “Jamás permitiremos la posibilidad de incluir los contratos de riesgo, ni la participación de capital privado en actividades reservadas al Estado por la Constitución”. (El Universal 26-III.08) ¿Divergencias al interior del PRI o estrategia desviacionista respecto de la verdadera intención, en connivencia con el gobierno calderonista? Al menos en la cúpula priísta no se avizoran desacuerdos reales sobre éste tema, caminan con el gobierno a cuestas; pero hay un amplio sector de priístas que ya se han manifestado auténticamente en contra del propósito oficial.


(El gobernador veracruzano ha declarado ahora: “no a la privatización, sí a la autonomía fiscal y financiera, sí al desarrollo de la tecnología, sí a la explotación racional y a la industrialización adecuada y sí a las nuevas energías, tendríamos que estar con la propuesta del gobierno") la Jornada 31-III


Dentro de su papel, Héctor Larios, coordinador de la fracción panista en la cámara de diputados dice que“Todo gobierno, absolutamente todo gobierno, tiene derecho de utilizar los medios de comunicación a favor de generar una opinión que acepte las propuestas del propio gobierno…” y no oculta la predisposición para hacer posible la inversión privada. La razón de esta postura debe buscarse en la fuerza política de los empresarios, que en nuestro país y fuera de él son un factor de poder; no se olvide que muchos políticos acuden a ellos para el financiamiento de sus campañas en pos de cargos públicos (Kamel Nacif, por ejemplo), de allí que cuando arriban al puesto tienen el compromiso de favorecerles con negocios o con espacios públicos para sus recomendados.


El denominador común de esta disputa nacional lo encarna AMLO y los legisladores perredistas con la actitud beligerante conque han expresado su activa oposición al ahora aparentemente frustrado proyecto presidencial sobre la apertura al capital privado. En carácter de fuerza opositora, si bien Manlio Fabio Beltrones ha metido a su partido, a pesar de su condición de tercera fuerza, a participar protagónicamente en la discusión de los temas nacionales, a Andrés Manuel López Obrador habrá que atribuirle el que la nación esté metida en el asunto, propiciar que el debate se inserte en la agenda pública y que la sociedad participe con su opinión, rescatándolo de la exclusiva conveniencia de los actores políticos y del gobierno.


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