MEJOR SER QUE PARECER



Se antoja poco probable que el surrealismo político mexicano encuentre parangón en otras latitudes del planeta, no al menos en los términos de la conducta que cotidianamente observamos en nuestra clase política. Pero está visto que en materia de conductas políticas no todo está dicho y que habrá tantos despropósitos como audacia haya en quienes los profieren.


La resiente ronda de reuniones con alcaldes, organizadas por el Instituto de Desarrollo Municipal y el Órgano de Fiscalización Superior iniciada en Poza Rica, sirvió para que el Secretario de Finazas del gobierno estatal aprovechara la ocasión para ventanearse públicamente; no desperdició esa oportunidad de oro puesta en bandeja y pontificó ante alcaldes del norte, centro y sur veracruzano la lucha contra la corrupción :“En Veracruz, dijo, no daremos cabida a ningún acto de corrupción, tratase de quien se trate. El Gobernador ha sido claro al mencionar que en Veracruz nadie esta por encima de la ley y aquel que la quebrante será severamente sancionado”.


De paso recordó a los alcaldes que los sueldos de los ediles tienden a escaladas escandalosas, que para nada corresponden a los beneficios que la colectividad recibe por su ejercicio. Dineros públicos, dinero de todos, que están bajo su encomienda sin que haya poder alguno que controle y supervise con eficiencia ése manejo.


Está el Orfis para evitar dispendios y desviaciones, se dirá; así lo establece la normatividad al menos. Solo que en la realidad este órgano de verificación ha dejado mucho que desear y no desquita su muy onerosa existencia, si se juzga por los resultados. En cada relevo municipal, en cualquier ciudad o cabecera municipal corren diversas versiones de los malos manejos de los alcaldes; se presentan constancias públicas reflejadas en la inopinada y repentina concentración de bienes por los ediles salientes, y nunca ocurre nada que suspenda ése fenómeno. Pruebas, se pide a una población que cotidianamente las acredita y que observa cómo ésa solicitud de constancias huele a burla porque están a la vera de todos.


Por esta razón mueve a dudas el exhorto de Duarte Ochoa cuando habla de evitar actos de corrupción; sobre todo porque en el mismo equipo de gobierno al que él sirve hay casos poco transparentes. Pruebas, se pedirá. Pena daría tener que restregarlas cuando es vox populi el nombre de los involucrados.


Habría que escuchar los comentarios de los alcaldes ante el exhorto del Secretario de Finanzas para que se moderen los sueldos edilicios. ¿”Por qué no empiezan por casa”? fue una de las expresiones. ¿”Y las mochadas del porcentaje, no son corrupción?” fue otra de ellas. “Y que con la Junta Local de Caminos”, ¿“Y qué con el famoso asunto de las toneladas del material AC20 que petróleos mexicanos entregó al gobierno estatal para pavimentar caminos, cuyos vales dizque fueron entregados a algunos alcaldes, pero que en realidad se permutaron por despensas a cambio de su firma simulando haber recibido aquel material, y que bastaría con investigar en donde están los caminos pavimentados para descubrir la verdad? ¿La Contraloría?, ni sus luces, pues han transcurrido más de seis meses de su última afirmación en el sentido de que pronto habría resultados sobre el cumplimiento de las observaciones sobre éste particular, y más bien parece que el suspenso es para que el tiempo diluya el asunto.


Debe estar enterado el Secretario de Finanzas de la percepción ciudadana acerca de la corrupción burocrática en todos los niveles. Si no fuera así, conviene que lea lo que expresó el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, quien dijo que antes de proponer topes salariales debe cumplirse con la transparencia y pidió hacer públicos los sueldos de los servidores públicos. También aseguró que lo de la regulación es solo “un discurso mediático” Muy didáctico, el Vocero de la Arquidiócesis declaró que los ingresos de los servidores públicos son como los sueldos de los meseros que “tienen un sueldo bajito, pero lo bueno son las propinas”, “así que consideró que la propuesta que se planteo desde el Poder Ejecutivo al Poder Legislativo no será más que discurso mediático”.


Las funciones de duarte de Ochoa son delicadas pues administra dinero ajeno y a cada paso debe mantenerse atento, como aclarar lo de los más de 7 mil millones de pesos que la Secretaría de Hacienda manejó como deuda del Gobierno estatal, por ejemplo. De cualquier manera las reuniones sirvieron al Secretario Duarte para placearse y darse baños de pueblo, es obvio que él representa una carta a jugar en la sucesión de gobierno, efectiva o de desperdicio quien sabe, porque otras son las de relleno.


Bien por lo que pedía el César, pero ocasiones hay en que es preferible ser, en vez de parecer.


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Abril-2008