VERACRUZ TURÍSTICO

Por Alfredo Bielma Villanueva



No cabe la menor duda, el turismo es una industria que todo país con recursos explotables para ese propósito debe aprovechar en la mayor medida posible; México tiene para ese ramo vastos recursos naturales, culturales e históricos aptos para el fomento y la promoción con fines turísticos entre los potenciales viajeros de todo el orbe. El turismo es una fuente inagotable de divisas cuando se saben aprovechar los recursos, entre ellos el humano, que bien capacitado para atender al visitante multiplica los beneficios que reporta la “industria sin chimeneas”.

Los Cabos, Cancún, Manzanillo, Huatulco, Acapulco, Puerto Escondido, Puerto Vallarta, Cabo Rojo, Veracruz, etc. son destinos playeros con elevada vocación turística y cada cual atrae visitantes según su capacidad económica y la información que se le hace llegar. Oaxaca, San Cristóbal, Querétaro, Guanajuato, Zacatecas, Morelia, Puebla, Guadalajara, la Ciudad de México, Veracruz, etc. son ciudades que ofrecen atractivos coloniales con gran sabor a historia y tradición. Sitios arqueológicos como Palenque, Montalbán, Chichén Itzá, Teotihuacan, Papantla, Los Tuxtlas (Tres Zapotes), Tenochtitlán, etc. descubren nuestra muy versátil historia precolombina en un gran mosaico cultural difícilmente repetible en otras latitudes.

En el Estado de Veracruz nos enorgullecemos de poseer, en el Norte, los vestigios de la Cultura Huasteca, cuya muestra más significativa la encontramos en la pirámide de Castillo de Teayo y su museo de sitio; de la Totonaca, en las extraordinarias Pirámides de El Tajín y sitios como Filobobos o el Señor de las Sombras, Mictlantecuhtli, en Tlalixcoyan, que dibujan el extenso territorio que cubrió esa misteriosa cultura aún no suficientemente explorada; qué decir de la Cultura Olmeca que pobló gran parte del sur veracruzano y allende sus límites, con sus monumentales cabezas de Tres Zapotes y Tenochtitlán, más una abundante riqueza de piezas encontradas casi a flor de tierra.

Por el gran atractivo de estas muestras se puede deducir la estrecha relación entre la cultura de los pueblos con la emigración con motivos turísticos, y la aventura del hombre por conocer lo que sus congéneres de antes y de ahora han sido capaces de construir. El turismo un eventual movimiento de migración en pos de conocimiento y diversión; por ello, el turismo es cultura.

En Los Tuxtlas, por ejemplo, el encuentro de la cultura conquistadora con la cultura Olmeca produjo un sincretismo que le da vida, fama y personalidad muy propias a esa bella región veracruzana, una de las más hermosas de México, del México mágico, en donde el misticismo moderno se confunde con las antiguas creencias que en mucho pueden estar expresadas en la estela conocida como “El Negro”, esa piedra que en uno de sus extremos muestra un rostro con caracteres negroides (nariz chata, pómulos salientes, labios gruesos etc.), y en la parte superior una oquedad que supuestamente servía para colocar en ella el corazón de las víctimas en ofrenda. Las características de esa piedra supuestamente cargada de energía pueden muy bien constatarse en el Museo de Sitio de Santiago Tuxtla, en donde se exhibe junto con otras muchas piezas representativas de la llamada “cultura madre”, la gran cultura Olmeca.

¿A quién no enorgullece la enorme riqueza turística de la Ciudad de Veracruz que, conjugada con el calor humano del pueblo jarócho, las efemérides históricas de la Conquista, la Reforma y la Revolución, forman el portaestandarte veracruzano?

El 11 de enero pasado el gobernador Duarte de Ochoa instaló la Comisión Ejecutiva para el Fomento del Turismo en Veracruz, con el propósito de impulsar esta rama de muy particular importancia en la actividad. De acuerdo a cifras proporcionadas por la Secretaría de Turismo Federal, Veracruz no se ha consolidado aún como un atractivo en el ámbito internacional pues sólo un 10% de sus visitantes proviene del extranjero, cifra muy baja si consideramos los atractivos aquí descritos. A esta Comisión Ejecutiva le corresponderá apoyar a la dependencia del Ramo en las obras de infraestructura carretera y urbana que faciliten imagen y transporte, para la implementación de los programas de Fomento y Difusión Turística.

No está por demás enfatizar que ningún programa alcanzará el éxito deseado si el reto no se enfrenta con la seriedad y el compromiso que el tema requiere. Para empezar, sería conveniente abandonar la viciosa práctica de hacer declaraciones vanas, tales como asegurar que a nuestro Carnaval acude un millón de personas y otros tantos en Semana Santa. Tales sofismas solo son buenos deseos, pero en realidad se reducen a mentiras sin sustento razonable. No obstante, sería deseable visualizarlos como metas alcanzables, cumpliendo los programas con acciones eficientes y eficaces, no con lirismos fatuos que nos evidencian como vulgares manipuladores de cifras que a nadie convencen.

En el pasado reciente fuimos testigos del indiscriminado uso y hasta abuso político de fiestas y tradiciones populares como el Carnaval, el Primer viernes de marzo en Los Tuxtlas, la Cumbre Tajín, la Semana Santa, la Candelaria en Tlacotalpan, etc. en las que invariablemente la actuación principal corría a cargo del gobernador del Estado, como si su presencia constituyera el imán de atracción para que la gente asistiera; dejémoslo en una cuestión de estilo, pero con el profundo deseo de que no se repita.

La estrategia fundamental para promover con éxito el turismo debe contemplar la correcta implementación de programas bien diseñados, cuya permanencia trascienda a la transitoriedad de los hombres que eventualmente desempeñan los cargos públicos; de esto último hace constancia la Cumbre Tajín, instituida por el gobernador Miguel Alemán y continuada por su sucesor, se espera que Duarte la instale definitivamente en la agenda turística nacional e internacional. En pocas palabras, requerimos de un programa turístico de Estado, aprovechando lo que la naturaleza, la tradición, la cultura y la historia nos han conferido; convertirlo en realidad no es difícil, mucho menos imposible.

alfredobielmav@hotmail.com
Marzo 2011