PERSPECTIVA
Por Alfredo Bielma Villanueva
Por Alfredo Bielma Villanueva
Hace seis años, por estas fechas, el PRI aseguraba su pronto retorno a Los Pinos, llevaba una marcha triunfal y el éxito coronaba sus victorias electorales, algunas como Veracruz y Oaxaca ganadas en la última instancia de lo electoral en el Tribunal de la materia. Ni el paso firme del titular del gobierno del Distrito Federal intimidaba al ex hegemónico partido, nada parecía oponérsele con firmeza, salvo sus propios errores. Tal cual decía Carlos Marx del capitalismo en el sentido de que éste llevaba en sí mismo las causas de su propia destrucción, pareciera que el PRI acarrea en su interior los genes que le impiden realizar procesos democráticos, lo que al final le generan serios trastornos que desequilibran su pretendida unidad monolítica.
Cuando en 2005 parecía cabalgar en caballo de hacienda hacia Los Pinos sobrevino aquel letal enfrentamiento entre su Presidente, Roberto Madrazo y la Secretaria General del Comité Ejecutivo Nacional, Elba Esther Gordillo. Por si fuera poco, a Arturo Montiel y otros ex gobernadores se les encendió la llama del procerismo y crearon el afamado TUCOM, que vino a dar el mate a la debilitada unidad cuando de fea forma se exhibieron las travesuras que Montiel había cometido en las arcas de la ínsula que gobernaba. Lo que siguió fue el arrollador paso de López Obrador, a quien en campaña su mesianismo ocasionó la debacle por el grito aquel de ¡Cállate Chachalacas!, dejando a la izquierda sin la oportunidad de gobernar éste sufrido y “jodido” país, porque el PAN aprovechó magistralmente la oportunidad que el propio “peje” le puso en bandeja.
Esa es la historia más reciente de una frustración priísta, es válido decir que forma parte de la historia más reciente de México, pues éste país no puede explicarse sin el concurso de ésa gran institución política que ha asombrado a los investigadores del acontecer sociopolítico en el orbe, Duverger, entre ellos.
Ya no encabeza el PRI el gobierno federal, pero gobierna en 19 Estados de la Federación y eso desmerece al calificativo de partido opositor que con frecuencia se le endilga. ¿Cómo pudiera ser opositor un Partido que gobierna en más de la mitad de los Estados de la Federación y, por si esto fuera poco, domina el Congreso? Lo anterior, que es ventaja, es también sustento de la corresponsabilidad que tiene en el estado que guarda el país. Escudarse en el argumento de la primacía de los programas federales ya no es soporte válido porque es el Congreso el que aprueba el presupuesto. En todo caso, si no vamos bien, la culpa habrá que atribuirla al PAN y al PRI, porque estos partidos unen los votos de sus correspondientes bancadas para aprobar Leyes y los Programas en el sentido que más les convenga. Ambos partidos comparten responsabilidad en la implementación del comprobadamente nocivo proyecto económico neoliberal, el PRI por haberlo diseñado e instaurado y el PAN por seguir aplicándolo.
Ahora, en la encrucijada que representa la elección de 12 gobernadores se ha atravesado, de pronto, el formato de la alianza entre PAN y PRD en Oaxaca, Puebla e Hidalgo. Una coyuntura partidista no imaginada hace apenas tres meses, lo que indudablemente ha preocupado a la dirigencia nacional del otrora partido invencible, no menos a su nomenklatura. El panorama ya es otro y en el futuro inmediato alcanzaremos a apreciarlo con mayor claridad.
En lo mucho por verse está el saber si Peña Nieto podrá soportar el peso de la delantera; si Beatriz Paredes sostendrá al PRI en el camino de los triunfos; si en la coyuntura Manlio Fabio Beltrones repunta aún más; si Ulises Ruiz logra sacar el triunfo en su Estado para tener derecho a la dirigencia del PRI; si los sucesos de Ciudad Juárez no le entorpecen la campaña al PRI; si Fidel Herrera entrega buenas cuentas de su proyecto personal en Veracruz para ser considerado, en realidad, como un prospecto una vez que entregue el poder y, sobre todo, obtener el apoyo de la nomenklatura de su partido en caso de que los vientos en su contra arrecien con la velocidad tempestuosa con la que suelen azotar los huracanes por estos lares.
alfredobielmav@hotmail.com
Marzo 2010
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