LA ALDEA: DEL DICHO AL HECHO

Por Alfredo Bielma Villanueva


Si “veinte años no es nada”, tal y como canta el Tango, seis años lo son menos, sobre todo cuando se lleva a cuestas una responsabilidad de carácter público y se está obligado a gobernar bien, al menos en lo que da la capacidad para hacerlo. La reflexión viene a cuento porque los veracruzanos ya estamos nuevamente en la etapa de elegir, como hace seis años, 2004, a un nuevo gobernador. De si el que se va cumplió a cabalidad con su deber lo dictaminarán los hechos; la fría realidad acompañada con la tersa e impasible dicción de los números.


Para quienes nos interesamos en el acontecer político de Veracruz queda la ocupación de analizar lo más sosegadamente posible si Fidel Herrera Beltrán fue un gobernador de hechos o si se perdió en la vacua vorágine del lirismo ensordecedor. Atemperar el juicio con el respaldo de los hechos es la mejor forma de serenar el análisis. Habrá de hacerse, tiene que hacerse si en verdad queremos un cambio en la actitud y la conducta de la clase política. Por lo pronto, para ir acomodando el criterio y saber donde estamos parados, bien sirve un muy breve recuento, por razones de espacio incompleto, de acontecimientos y dichos de hace seis años.


El 5 de febrero de 2004, Fidel Herrera reconocía la labor del gobernador Alemán: “mientras la nación marcha a la banca rota, cierra plazas de ocupación en el sector de la maquiladora, el campo empobrece. En Veracruz hay aliento, inversiones en el sector de petroquímica, generación de la energía eléctrica…Veracruz avanza.”.


El 5 de octubre de 2004, el gobernador Alemán convocó a una rueda de prensa en la “Casa Veracruz”, el tema principal fue el crédito que por 3,500 millones de pesos iba a contratar su gobierno con la banca comercial. Antes de iniciar la conferencia de prensa Miguel Alemán informó que entregaría un Veracruz de primer mundo…”

En noviembre de 2004, el gobernador electo, Fidel Herrera Beltrán, se comprometió con los alumnos del Instituto de Estudios Superiores Valladolid, de Xalapa, a duplicar el Producto Interno Bruto en el Estado durante el primer bienio de su gobierno, a través del crecimiento industrial en Veracruz. .” (DX. 10 de noviembre-04).


Según el imponderable dicho de los políticos el gobernador electo no tenía que preocuparse por el analfabetismo, pues la señora María del Carmen Pinete Vargas, directora del IVEA en tiempos de Alemán, se ufanaba de que en Veracruz era cada vez más difícil encontrar una persona analfabeta (sic).


Todo iba bien, según el propio gobernador entrante, porque Miguel Alemán “encontró una crisis generalizada en la industria azucarera, en la cafeticultura y la ganadería pero ahora hay un Veracruz que tiene infraestructura legal y material, hay obra realizada en educación, salud, comunicación y vivienda”.


Después, casi el paraíso, ya en 2005: “porque los contribuyentes están pagando sus impuestos, quizá como pocas veces se había hecho en alguna parte del país.”(resic). Había pequeños detalles, claro, como el demérito del Proyecto Fénix devenido en triste “Gavilán”, pero aún así habría más petroquímica en el sur del Estado, según dijo Fidel. Por cierto, por él nos enteramos que el Gavilán es un ave que habita en el sur de Veracruz y que en inglés se le conoce como sparrow hawk. “Es decir, que el mítico fénix se transforma en un real y vivo Gavilán Veracruzano”. Lo que nos recuerda a don Daniel Cossio Villegas cuando escribía: “No sólo se tiene la impresión de que hablar es para Echeverría una verdadera necesidad fisiológica, sino de que está convencido de que dice cada vez cosas nuevas, en realidad verdaderas revelaciones”.


Lamentablemente aún no podemos volar directo de Veracruz a Madrid, porque no se concretaron los detalles difundidos por aquel boletín del 22 de septiembre de 2005 que comunicaba el fin de la gira del Gobernador Herrera Beltrán por España en donde conversó con directivos de la línea aérea “Air Madrid”, para un posible vuelo directo entre la capital española con Veracruz que ya se publicitaba como un gran logro de aquel lejano periplo.


Del boulevard norte, de 17 kilómetros de la Central de Abastos a Banderilla que tanta tinta gastó ni sus luces. Aún no se olvida que la señora De la Miyar anunció que antes del 15 de noviembre del 2005, día del primer informe, el gobernador estaría dando el banderazo de inicio de la construcción del bulevar del norte de Xalapa “La Sedere ya contrató a la compañía y se llevan 8 kilómetros ya, está a seis carriles, a 650 millones de pesos, pero puede hacerse a cuatro y reducir el costo”, dijo. (Imagen- 25-VII-05).


Como para que no cundiera el pánico, el gobernador Herrera Beltrán declaraba: “Veracruz es más fuerte que los 6,500 millones de pesos de su deuda”. Respaldaba el dicho en la confianza del contribuyente en su gobierno “tenemos una recaudación superior a lo presupuestado… ¿en qué parte del mundo te dice el contribuyente quiero pagar mis impuestos? Este es el factor confianza. El ciudadano sabe que su dinero está siendo aplicado escrupulosamente, que hay transparencia, que hay honradez. Ese es un valor que hay que cuidar todos los días” (14-XI- 2005).


Pero la testaruda realidad decía que los ingresos para ese ejercicio fiscal fueron de $ 43 mil 800 millones de pesos, mientras que en el ejercicio previo habían sido de 44 mil 500 millones de pesos, lo que indicaba una disminución de la recaudación estatal. De aquel gran total, se recibió de la federación el 94.6%; el complemento 5.4% fue del Estado, o sea 2,380 millones de pesos, incluidos los 947 millones del impuesto del 2% a la nomina. Respecto de los egresos, se informó que el gasto de capital fue menor al año en 627 millones de pesos.


En descargo habrá que reconocer que aquel 2005 fue un año difícil para el gobernador Herrera Beltrán, porque enfrentó a una oposición beligerante que le discutió espacios políticos y administrativos. Aunado a esta circunstancia, 2005 fue un año de aprendizaje, pues nunca serán lo mismo los pasillos del cabildeo legislativo que la maraña administrativa y no hay escuelas para gobernador.


Entonces, si en el primer año poco se hizo, habría que analizar los dos restantes del primer trienio para comprobar si efectivamente en tres años se realizó lo de seis. Verificación que no resulta imposible porque el tiempo ya transcurrió y el campo de investigación allí está, a la vera del camino y cualquier curiosidad sociológica lo resuelve. ¿No cree usted?


alfredobielmav@hotmail.com
Enero 2010