PARALELOS

Por Alredo Bielma Villanueva




Lo dicho, “la historia, cansada de crear, se repite”. También se ha afirmado que, si bien los fenómenos sociales son aparentemente repetibles, en esencia no es así; la razón estriba en que por muy parecidos que se presuman nacen en condiciones diferentes, las más con distintos actores, otras con los mismos pero en diferente papel, y con variables que les imprimen su peculiar influjo.


Para demostrarlo, el método didáctico más elocuente es la ejemplificación con acontecimientos de los que la realidad es prodiga. En Veracruz podemos extraer un caso cuya historicidad ilustra vehementemente lo que aquí se escribe, ya por lo reciente de su acaecimiento, ya porque los actores del episodio están vigentes y podrían negar o ratificar lo asentado, ya por su descarnado realismo. Finalmente, lo que aquí interesa es exponer elementos que nos proporcionen concluyentemente la oportunidad de entender parte de la realidad política del momento.


Para interpretar con objetividad todo acontecimiento político siempre será conveniente el acopio de información verídica y suficiente. De esta manera se conocerá el porqué de las acciones, al margen del discurso. Por su frescura en el acaecer de nuestro tiempo, evitando en lo posible los juicios de valor, enfoquemos un caso que pudiera dar meridiana luz sobre el presente que nos toca asistir como testigos:


Hace seis años, por estas fechas, Miguel Yunes Linares, que aspiraba a ser candidato del PRI al gobierno del Estado, acusaba al gobernador Miguel Alemán “de actuar parcialmente a favor de Fidel e hizo pública una relación de gastos de hospedaje de las estancias de Herrera Beltrán en el puerto de Veracruz, con cargo a la Secretaría de Gobierno……” Fue aquella de 2004, como la actual, una contienda con candidato anunciado, aunque la parafernalia obligaba a los rodeos correspondientes. Se sabía que “En noviembre del 2003, en una reunión en la que estuvieron presentes Roberto Madrazo, Héctor Hugo Olivares, Gustavo Carvajal, Fidel Herrera, Tomás Ruiz, Miguel Ángel Yunes y el Gobernador de Veracruz Miguel Alemán Velasco se llegó al acuerdo de incluir a otros aspirantes al gobierno de Veracruz. Así, el gobernador había incorporado a la contienda pre-electoral a su Secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, quien por cierto no tenía mucho tiempo en ese puesto; al Secretario de Seguridad Pública de su gobierno, Alejandro Montano Guzmán; al Secretario de Educación y Cultura, Juan Maldonado Pereda; al Secretario de Salud, Mauro Loyo Varela; al Sub-secretario de Gobierno Jorge Uscanga Escobar, Eduardo Andrade, Guillermo Zúñiga Martínez. En total once pre-candidatos a la gubernatura veracruzana. Aunque el Estado de Veracruz siempre se ha caracterizado por su prolífica creación de políticos, este crecido número de aspirantes, considerados oficialmente como tales, se convertía en un hecho inédito en la historia de las sucesiones políticas en el Estado”. (se puede leer en Recuento de un Estilo).


Finalmente, el candidato fue Fidel Herrera y en protesta Miguel Ángel Yunes se fue a apoyar abiertamente a Gerardo Buganza. Este perdió por decisión en los Tribunales e inconforme ofreció “que recorrería no sólo poblaciones del Estado de Veracruz sino de toda la República, para recuperar “lo que nos han robado”. (op. cit.) Testificaron ese aserto Miguel Ángel Yunes Linares, Francisco Barrios, Gerardo Priego Martínez, Alejandro Vázquez Cuevas, José Ramón Gutiérrez de Velasco, entre otros.
Seis años más tarde, los términos, no las personas, han variado:


Después de no ser el elegido como candidato al gobierno del Estado, Gerardo Buganza se retira del PAN porque ya no cree en él. En un lapsus que puede denotar inocencia, cinismo o autoengaño se queja de un injusto trato para favorecer a Yunes, pero reconoce que en su momento para favorecer a su campaña en 2004 consintió en sacrificar a su amigo Danilo Alvizar y a otros precandidatos con el propósito de que Yunes se sumara a su proyecto.


Buganza renunció a su partido por no haber sido el favorecido a pesar de haber estado de acuerdo en que el candidato fuera de unidad, pues no les convenía la división. Con su nueva actitud se sitúa justamente en lo que López Dóriga vaticinó el 18 de febrero: “con la advertencia de Buganza de que si no es él, romperá con el PAN para que Fidel siga ganando, claro”.


El 19 de febrero los integrantes del CEN panista votaron: 25 por Yunes, 10 por Buganza y 5 por Bueno Torio, con dos abstenciones. El 3 de marzo, “con genuino dolor” renunció Buganza a su militancia panista porque "parece que lo importante para el PAN sólo es ganar elecciones". Se refirió a los infundios en su contra como “vulgares mentiras” que “enlodaron mi prestigio”. Sólo que en entrevista confiesa que le pidió para él a Fidel Herrera la candidatura del PRI “para que hubiera un ex panista en el PRI y un ex priista en el PAN, no me da vergüenza”.


Ahora, por lo que se ve, Gerardo Buganza está convertido en uno de los activos más apreciables del priísmo por la “raja” que seguramente éste le sacará. El anterior es un juicio de valor al que habrá que darle puntual seguimiento con el propósito de comprobar su veracidad o desecharlo como el producto de una apreciación errónea. Lo cierto es que con esta breve exposición podemos dar base a la tesis que sostiene que la condición humana es una de las variables insoslayables en cualquier análisis de lo político cotidiano, que aporta información sobre la repetición de fenómenos que, sin embargo, no son iguales.


Cualquiera que vaya a ser la actuación inmediata de Gerardo Buganza, si bien afectará para bien o para mal su entorno inmediato, para la investigación del sociólogo o del politólogo es interesante conocer los efectos que produzca; dentro de lo subjetivo, bien lo decía Winston Churchill: “Los hombres y los reyes deben juzgarse por los momentos críticos de sus vidas”.


alfredobielmav@hotmail.com
Marzo 2004