¿HIPOCONDRÍA SOCIAL O TERCA REALIDAD?

Por Alfredo Bielma Villanueva



En los hechos, quien sea el que vaya a tomar el relevo del actual gobernador se encontrará con un Veracruz cuyo portafolio de necesidades rebasa con mucho la disponibilidad financiera de que pudiera echarse mano para resolver en lo inmediato los ingentes problemas que agobian a la población veracruzana.


Un campo en problemas, una industria incipiente y un sector de servicios plagado de ineficiencias y de corrupción es el panorama más que palmario que encontrará el nuevo gobierno veracruzano a partir del 1 de diciembre del presente año. Con sus correspondientes enfoques, quienes aspiran a gobernar Veracruz conocen la problemática estatal y sin duda saben lo que encontrarán.


Dante Delgado, porque ya fue gobernador del Estado, es senador de la república y se ha mantenido en permanente contacto con la realidad veracruzana y sus gentes; Miguel Ángel Yunes Linares, al igual que Dante, mantiene permanente contacto con la problemática estatal, pues prácticamente no se ha ido de Veracruz; ambos han convivido con la realidad veracruzana, han formado parte de equipos de gobierno y han gobernado, Dante de manera directa y Miguel Ángel operando una buena diversidad de acciones en tiempos de Chirinos. Javier Duarte, está en el noviciado, a diferencia de sus contrincantes su experiencia se limita al actual gobierno, aunque fue quien realmente operó las acciones en el ramo de finanzas y presupuesto. Cada cual tendrá su propio observatorio que le irá conformando la visión necesaria para arrostrar la problemática que en el puebleo de campaña irán recogiendo.


En el campo encontrarán que arroceros, piñeros, cañeros, vainilleros, tabacaleros, cafetaleros, citricultores, ganaderos, etc., penan por colocar sus productos y encontrar los canales de comercialización más adecuados para obtener mejores ganancias. Los ganaderos se han mantenido en el atraso porque sus prácticas pertenecen al más rancio estilo de una ganadería extensiva, caduca y carente de competitividad. En nuestra principal industria, la azucarera, es difícil ignorar la irresoluta problemática de los ingenios porque el precio del azúcar pende de las famosas cuotas de importación y está sujeto al mercado exterior. Nadie ignora que Ingenios como La Concepción y el San Miguelito, por ejemplo, sobreviven por el apoyo gubernamental y que muchas factorías funcionan con cascarones. Tampoco es posible soslayar el drama cotidiano que vive la inmensa mayoría de los jubilados azucareros, a quienes el Sindicato Nacional por obra de prestidigitación desapareció el fideicomiso que les garantizaba regularidad en el pago de sus pensiones.


En turismo se ha hecho verdadero esfuerzo por mantener viva la vocación turística de Veracruz. Festividades como la de El Tajin, iniciada con gran visión por Miguel Alemán Velasco ha tenido aceptable continuación; pero el carnaval de Veracruz mantiene su nivel de años atrás y no crece al ritmo de otros, del de Mazatlán, por ejemplo. La instalación hotelera se concentra en la conurbación Veracruz- Boca del Río, el incremento en número de cuartos en seis años ha sido pírrico y el turismo que nos visita sigue siendo mayoritariamente el de horchata y jícama, una realidad inocultable.
El relevo gubernamental encontrará el enorme reto de cargar con el primer lugar de obesos, con casi un millón de diabéticos, con elevado número de enfermos de sida, con preeminencia del cáncer de mama y cérvico uterino, con una infraestructura hospitalaria cuyo crecimiento cualitativo no se continuó, pues es poco lo avanzado de 2004 a la fecha; para comprobarlo, basta con visitar los hospitales de Oluta, Soteapan, Zongolica y el recién construido en Las Choapas, entre otros.


La infraestructura carretera está para llorar, cualquiera que viaje a los estados vecinos podrá comprobarlo tan sólo al ingresar a territorio veracruzano. El norte del Estado sigue clamando debido al olvido oficial, sus carreteras vecinales hacen fila entre las peores de la república. Las reiteradamente anunciadas autopistas México-Tuxpan, Tampico-Tuxpan, el Túnel sumergido de Coatzacoalcos, son pendientes importantes; la culpa de ello ahora que no se han concluido la tendrá, por supuesto, el gobierno federal.
Para acabarla de fastidiar, el Estado de Veracruz ha perdido capacidad de crédito, que es uno de los motivos por los que la bursatilización de las participaciones no ha prosperado; la deuda al IPE debiera preocupar a su Consejo Directivo; la deuda pública heredada será de antología y, adicionalmente, como nunca antes, los municipios dejarán deprimidos sus presupuestos con deudas que dificultarán la operación financiera-administrativa de los ayuntamientos por venir, muchos de ellos no podrán siquiera acudir a nuevos créditos.


En estas condiciones es ingenuo pensar que podamos parar la fuerte emigración de nuestras capas más menesterosas de la población. Más aún, lejos estamos siquiera de pensar que los que están afuera, a su regreso, encuentren un Veracruz en condiciones de procurarles ocupación. Los “juarochos” que se apuntan para regresar, aparte de que no encontrarán trabajo, por lo mismo, serán materia codiciada del deseo electoral.


En el colmo del acabóse, ya ni siquiera circo, pues los “Tiburones” por una pésima dirección se convirtieron en charales y los “Halcones”, tan sobrevaluados, vuelan a ras de piso.


Parece un cuento de terror, desafortunadamente no es lirismo ni paranoia; agradaría que esta fuera una visión equivocada, producto de una acentuada hipocondría social. Pero la realidad es terca y se empecina en aparecer con andrajos, destruyendo apariencias que difícilmente podrían disfrazar la verdad. Una realidad que se aferra a sustentarse en cifras que si bien son susceptibles de retocar, no es posible ocultar.


Ese es el Veracruz de hoy, el que en su peregrinar encontrarán los aspirantes al gobierno de esta ínsula que se niega a ser presa del interés egoísta de la insensible clase política. ¿Quién obtendrá el favor ciudadano? El corto lapso que nos separa del 5 de julio próximo recomienda paciencia para no pretender adivinar lo que a poco sabremos.


alfredobielmav@hotmail.com
Marzo 2010