SEA POR DIOS Y VENGA MÁS

Por Alfredo Bielma Villanueva



La tremenda crisis económica y financiera por la que atraviesa nuestro país ha afectado en todos los ámbitos y a todos los sectores, a la población en general, tanto a los factores de la producción como a los diferentes ordenes de gobierno; de entre estos, quienes se dicen más afectados son los estados y los municipios, que no desaprovechan la oportunidad para culpar de todas sus angustias y de todos sus quebrantos al gobierno federal.


Como mucho de lo que está en juego es cuestión política habrá que entender, aunque no se comprendan, los lamentos de gobernadores y alcaldes porque fácilmente es posible advertir las filias de donde provienen y que difícilmente serán del PAN porque este gobierna federalmente. Con sobrada frecuencia el lamento se reviste de insana pretensión porque se intenta engañar al que se deje con el cuento de que si no hacen más obras es por el embrollo económico en el que los ha metido la federación. Mandan, esa es la palabra, a los diputados recién estrenados a declarar que van a legislar a favor del pueblo; que no permitirán establecer más impuestos, sobre todo aquellos que lesionen todavía más a la de por sí castigada economía de los más desprotegidos. Se oye hasta bonito, pareciera verdad, ojala fuera verdad, pero en México eso es demasiado bello para ser cierto.


En todo ese histriónico e histérico alboroto de lamentaciones se escuchan diferentes tonos y modos de enfrentar el propio infortunio. En Coahuila, por caso, el gobernador estableció una “fase roja” que consiste en implementar un programa de austeridad en el gobierno estatal y los municipales. Ayuntamientos como el de Ramos Arizpe se han visto en la necesidad de subastar bienes públicos para hacerse de recursos adicionales. Allá el alcalde Ricardo Aguirre Gutiérrez anunció la venta de vehículos y predios para recaudar, por lo menos, cuatro millones de pesos. En el aturdimiento provocado por este sismo económico el edil no se explica porqué padecen penurias si ellos son “el primer lugar nacional proporcionalmente en aportación de recursos a la Federación; en otras palabras, los coahuilenses somos los que ayudamos a mantener al país con mayor fuerza”; similar argumento se escucha en otras latitudes, lo cual produce confusión y como no hay a cual irle, para no errar es mejor acudir a una fuente confiable: el quién sabe.


En Jalisco los alcaldes dicen que el monto de sus participaciones ha caído un 70% y están diseñando programas de austeridad con recortes en el presupuesto y suspensión de obras y esperan el apoyo del gobierno del Estado para sobrevivir a la crisis y no suspender actividades. En Puerto Vallarta, “los funcionarios públicos de primer y segundo nivel y el alcalde acordaron no cobrar una quincena, la cual les será descontada en dos meses, a partir del próximo 15 de agosto. Bravo Carbajal- el alcalde- dijo que además se suspenderán algunas actividades en el puerto, como el concurso de fuegos artificiales y música, que hubiera implicado un gasto al ayuntamiento de 1.5 millones de pesos".


En el Estado de México el gobernador declaró que algunos de los 125 alcaldes se han acercado a su gobierno en busca de apoyo y atribuyó muchos de los problemas a la falta de previsión cuando la crisis era inminente, al exhortarlos a “innovar y ser más imaginativos” de plano dijo no poder auxiliarlos por falta de recursos.


En Veracruz, ya lo sabemos, no se habla de planes de austeridad, sino que se trata de explicar el impacto de la reducción de participaciones para justificar la bursatilización de las mismas, ahora que las vacas gordas de hace uno, dos y tres años se han esfumado.
Se trata, sin duda, de una actitud egoísta que piratea recursos del futuro en aras de designios que las explicaciones escuchadas no dejan muy claro. No era superflua la reflexión de un diputado priísta durante la comparecencia del Secretario de Finanzas al decir que “quedarán históricamente embarcados” los miembros de la actual legislatura si el procedimiento a aprobar tiene éxito o carece de él. Pero finalmente la disciplina se impuso, pero no evitó abstenciones y votos en contra con el inevitable reintegró de los fariseos de siempre.


Para nadie medianamente familiarizado con la función pública es un secreto que, por razones de coordinación fiscal, la Secretaría de Hacienda derrama participaciones a estados y municipios por miles de millones de pesos cuya aplicación se hace en la más completa opacidad. El titular de la Coordinación de Entidades Federativas de la Secretaría de Hacienda informó que las participaciones federales de este año serán casi 40 mil millones de pesos superiores a las de 2007 y que en 2008 los gobiernos locales obtuvieron 90 mil millones de pesos adicionales por concepto de participaciones respecto de 2007, era la bonanza en el precio del petróleo. Al caer la exportación y el precio del crudo se redujo drásticamente aquella proporción, una circunstancia que los gobiernos estatales y municipales debieron haber previsto para administrar sus gastos. Ahora se trata de sacar el recurso de donde fuere, hasta de las piedras.


Así lo comentó el ex gobernador veracruzano Agustín Acosta Lagunes en entrevista concedida en el Aeropuerto de Veracruz: “Díganme, quién le saca dinero a las piedras?; solamente Fidel Herrera y el señor” Haciendo gala de su tino de economista (mezcla de economista con ganadero dice de él en sus memorias López Portillo p. 1056), Acosta pretende erróneamente que el conocimiento de la economía solo es para iniciados y por ello recomienda “que los partidos políticos deben comprender la naturaleza de las finanzas públicas, y si no saben del tema, mejor deben guardar silencio”. Aunque el propio Acosta Lagunes confiesa que “ya está dado de baja y que está miope, no ve bien y por eso usa lentes”, allá ellos si atienden lo que les recomienda.


Desmemoriados serán quienes hayan olvidado que uno de los argumentos manejados como sustento para pedir el préstamo de 3 mil 500 millones que el gobierno de Alemán concertó con algunos bancos fue el de la retención de 5 mil millones de pesos que la federación debía al gobierno del Estado en materia de educación, y que cuando aquella pagara se recuperaría lo del préstamo. A pesar de que solo han transcurrido cinco años, pocos serán quienes recuerden que en el Congreso un diputado sureño dio lectura al dictamen que hace referencia al destino del dinero prestado; nada de aquello- que no sea la deuda-se hizo realidad. Pero los pueblos no aprenden, y no tienen porqué hacerlo porque como concepto son solo una abstracción; quienes sí tienen la responsabilidad y acaso la obligación de registrar lo ocurrido en el seno social son los actores políticos, los partidos, las ong´s, los periodistas comprometidos con la sociedad, los investigadores en la academia, los artistas, los literatos, los intelectuales, los antropólogos sociales etc., seres de carne y hueso, son, deben ser, la memoria social bajo cuya responsabilidad está la función de proporcionar a la masa una conciencia colectiva y advertir de los riesgos sociales que pueden sobrevenir en un entorno tan critico como el que vive el país.


Después del palo dado, en caso de prosperar esta otra bursatilización, oremos para que sea suficiente y no haya más endeudamientos porque el tramo de aquí a noviembre del 2010 tiene 14 meses que transitarán por más crisis y si el pretexto es hacer más obras, sea por Dios y venga más.


alfredobielmav@hotmail.com
Septiembre-2009