LA RESACA
Por Alfredo Bielma Villanueva


Tras la emergencia viene la calma, un sosiego que debiera ser de prudente observancia de las indicaciones sanitarias por cuanto a que lo que está en juego es la salud pública y porque en tratándose de epidemias, dicen los que de esto saben, después del primer brote sobreviene un “rebote” que en ocasiones resulta más peligroso sino se toman las medidas preventivas adecuadas. La reacción de las autoridades mexicanas para impedir la propagación del virus parece que han sido las correctas a juzgar por los resultados obtenidos hasta ahora y no debe tirarse por la borda el comportamiento maduro y solidario del ente colectivo.


La etapa que prosigue es la de relajar ciertos controles pero se tiene la confianza en que la ciencia y la tecnología estarán vigilantes de todo lo que acontezca acerca de este fenómeno de salud en México y en el mundo. Epidemiólogos, virólogos, químicos, biólogos y demás especialistas en la materia estarán pendientes en sus respectivas áreas de trabajo para encontrar las vacunas correspondientes que controlen y ataquen al virus recién mutado. Por su parte, la Secretaría de Salud distribuyó entre los Estados 242 mil 182 dosis del antiviral Oseltamivir que ha probado su eficacia curativa contra el virus de influenza AH1N1, seguramente las autoridades veracruzanas de salud informarán cuántas le fueron remitidas.


Al regresar a la relativa “normalidad” retornamos también al molde social y político que conforma nuestro entorno cotidiano. Por esa razón inmediatamente empezamos a escuchar las voces interesadas acerca de qué autoridad lo hizo mejor en la contingencia; qué político está mejor posicionado en la opinión pública según sus reacciones de mando ante la crisis de salud que acabamos de enfrentar. Ya se habla de que Ebrard ganó extraordinarios puntos y se sugiere que superó al presidente Calderón y a Peña Nieto, como si lo sucedido hubiera consistido en una pasarela de lucimiento personal y no de acciones sopesadas al amparo de recomendaciones científicas y de estrategias de gobierno en tiempos de crisis.


Pero son tiempos electorales, tiempos de campaña en los que abiertamente o con disimulo se envían mensajes y se propinan golpes al adversario. Pudiera ser por esta razón por la que el tema de Granjas Carroll sigue vigente en columnas políticas de los diarios impresos y sitios de la web. Por lo pronto ya nos enteramos que el permiso para que esta industria se instalara en el Valle de Perote fue expedido en tiempos del gobernador Patricio Chirinos. Esto último no tendría nada de particular si por el momento las ya famosas granjas no cargaran con el peso de la maledicencia pública y la sospecha aún no despejada científicamente de ser el origen del virus que acongoja actualmente al planeta.


Según las especificaciones que las autoridades sanitarias imponen para autorizar el funcionamiento de este tipo de negocios, la empresa cumplió con los requisitos reglamentados. Pero en todo caso, si bien Chirinos autorizó la instalación, los subsiguientes gobiernos han ratificado su anuencia para su operación. Incluso fue avalado por el gobernador actual cuando en la primera semana de su ejercicio-diciembre de 2004- Fidel Herrera Beltrán estuvo en Totalco, en la Granja de Cerdos Carroll, en donde “dijo a los presentes en esa reunión que había llegado la “hora de Perote” (…) “Allí, sobre la marcha, el gobernador dispuso que de inmediato se realizara un programa que vinculara a la producción de cerdos con la agricultura para que esta suministrara los insumos que aquella requiera. Prometió también restaurar la parroquia del lugar, reconociéndole calidad de patrimonio cultural”. (Del Libro “Recuento de un Estilo” p. 107, Xalapa, 2006).


Se ignora si los colaboradores del ramo agropecuario del gobierno veracruzano procedieron a cumplir con el ofrecimiento del gobernador implementando el programa que “vinculara la producción de cerdos con la agricultura”, acaso los pobladores lo sabrán, pero se ha informado que la empresa misma, quizá en correspondencia al posible daño ecológico producido por su funcionamiento, apenas en octubre pasado “aportó 500 mil pesos para apoyar la campaña Fidelidad Forestal (en Veracruz, por ocurrencia folclórica, a todo programa se le etiqueta como Fidel”), según escribió en El Universal Carlos Macías Richard en un artículo de 29 de abril al que intituló Influenzas Veracruzanas.


Es dura la resaca y sus consecuencias, porque habiendo estado en el ojo del huracán la comunidad La Gloria del municipio de Perote frecuentemente se producen alusiones periodísticas, como la de Carlos Loret de Mola en El Universal el pasado 5 del presente mes: “Se cansó de usar al niño Edgar Hernández, el “caso cero” de esta influenza; guió reporteros a su casa, gestionó entrevistas, donó ambulancia y cuando la mamá empezó a cuestionar por qué se tuvo que enterar en TV de que su hijo tenía A (H1N1) cambió la política y exigió a los medios respeto a la privacidad del menor”.


Pero al margen de las procacidades políticas preocupan las deficiencias institucionales de nuestro sistema de salud que han quedado al descubierto y que son de todos conocidas. Ya se sabe que la Red de Laboratorios de Salud pública no funcionó con la eficacia requerida, según declaraciones del Dr. Juan Ramón de la Fuente a Reyes Razo en OEM: “Lo que sucedió no es que no existieran los laboratorios. ¡Existen desde hace mucho tiempo! Son la Red de Laboratorios de Salud Pública que crearon secretarios de Salud que me antecedieron en el cargo. Yo mismo la amplié. Y por lo menos ¡dos! de esos laboratorios, uno en la Ciudad de México, otro en Veracruz, tenían la infraestructura necesaria para hacer las pruebas que nos permiten tener una alta certidumbre en el diagnóstico de alguien que pueda tener un virus de esta naturaleza. ¿Porqué no funcionaron desde el principio esos laboratorios?, ¿Faltaban reactivos?... pues esas son las respuestas que la sociedad mexicana debe conocer.” ¿Alguien en el Sector Salud veracruzano tendrá la bonhomía de informar?


Iniciamos una semana en la que se pondrán a prueba las nuevas medidas implementadas por el gobierno federal y los estaduales. En época de crisis como esta de salud para la sociedad mexicana lo importante es sentirse protegida, segura de que está a buen resguardo. Sobre todo los niños que, ajenos a las travesuras que algunos de sus mayores gustan en desplegar, transitan por la vida inocentes y confiados en el decir y hacer de sus servidores públicos.


alfredobielmav@hotmail.com
Mayo 2009