¿REPUNTE PRIÍSTA?

Alfredo Bielma Villanueva


El Partido Revolucionario Institucional ha ganado las elecciones para gobernador en el Estado de Yucatán; recupera así una importante plaza que, por cierto, ha tenido vocación democrática pues de mucho tiempo atrás ha sufragado con madurez al diferenciar su voto. Tiene el pueblo de Yucatán vocación democrática y capacidad para elegir con discernimiento a sus gobernantes, allá han experimentado la alternancia y eso significa un gran paso hacia la madurez ciudadana.

Muchas son las causas de la derrota panista y de la victoria priísta, para empezar la raíz de la explicación se encuentra en la historia política de aquel Estado peninsular, que no tiene nada que ver con la de otras entidades de la federación; pretender tomar como punto de referencia la victoria del PRI en Yucatán o la derrota del PAN en ese Estado para traslaparla acriticamente a otras entidades sería comparar peras con manzanas, verdes unas, maduras las otras.

No ocurrirá seguramente de esta manera en el análisis que la dirigencia nacional priísta haga de este su afortunado resultado. Ya con anterioridad el PRI ha vivido experiencias alentadoras después del desastre del año 2000, pero por una equivocada lectura de los triunfos y de las derrotas no se previó lo que realmente ocurriría más tarde. Si se recuerda, hace seis años el PRI vivía la euforia de una sensible recuperación, cuando al frente de su Comité Ejecutivo Nacional estaba Roberto Madrazo pues, entre otras victorias, se recuperó la gubernatura de Nuevo León con Natividad González Parás, actual gobernador, quien había perdido la elección hacía seis años.


Medianamente enderezada la nave, ante el panorama optimista que se veía enfrente, quisieron “tapizcar” la milpa sin haberla sembrado y sobrevino al interior de las fuerzas priístas la intensa lucha por hacerse de la candidatura a la presidencia. Las divisiones que esta contienda ocasionó afectaron severamente el paso triunfal que terminó en una aplastante derrota en la elección presidencial.


Desperdiciaron así una ventaja que no supieron aprovechar por las innumerables pugnas al interior de sus filas copulares. El mal gobierno de Fox había provocado una fuerte decepción ciudadana que hubiera servido, en una estrategia correcta, para posesionarse políticamente. Pero se les fue el tiempo entre “Tucones” y “Elbazos” mientras enfrente las otras dos fuerzas significativas de la arena política se estaban preparando para la gran batalla.


En esas condiciones, las traiciones y la simulación partidista mucho tuvieron que ver en la derrota cuyo pronóstico estaba a la vista desde antes de iniciar la campaña. De allí el nada decoroso tercer lugar en la fatídica elección del 2006. Por ello, después del resultado electoral de Yucatán, Saltan a la mente varios interrogantes: ¿Es posible remontar las causas de aquella derrota a partir de la victoria priísta en un Estado? La respuesta depende de considerar en su totalidad las causas que hicieron posible el resultado, y sería incompleta y hasta errónea si no se reflexiona acerca de lo que sucedió en la parte opuesta.


Qué decidió la votación favorable al PRI: ¿una afortunada selección de su candidata o la división que se generó al interior de las filas panistas al escoger a su abanderado? ¿Puede por este resultado el PRI presumir de una militancia siempre activa y fiel? Para comprobar que no es así bastaría con revisar el resultado de elecciones que favorecieron al PAN en votaciones inmediatamente anteriores. Todavía en la elección presidencial pasada Yucatán fue de los Estados que mayor votación favorable aportó al triunfo de Calderón. ¿Por qué pierde ahora? ¿Repunte Priísta?


Son muchos los cuestionamientos que se pudieran hacer así como variadas las condiciones en cada uno de los Estados de la Federación, con circunstancias muy específicas que nada tienen que ver con una generalización simple y superficial. Yucatán no es Veracruz ni se parece a Baja California. En Julio este último Estado elegirá a su gobernador y muy probablemente el PRI se levante con una victoria, aún así habrá de tener mucho cuidado en manifestaciones de optimismos sin bases, aunque en la apariencia los triunfos se constituyan en cimientos para futuras victorias siempre será conveniente conocer las causas de la derrota del oponente. A lo mejor allí está la clave de los resultados aquí comentados..


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Mayo 2007