PERSEVERANCIA

Alfredo Bielma Villanueva


“Nunca segundas partes fueron buenas”, dice la conocida sentencia que, como todas las de su tipo, expresan la sabiduría popular. Pero si a la sabiduría popular nos referimos también hay otro refrán que reza que “nadie experimenta en cabeza ajena”; este último dicho me recuerda al sentido común, que paradójicamente es “el menos común de los sentidos”.

Saber interpretar el pensamiento de las masas no es asunto de sabiduría porque, para empezar, habrá que descubrir si estas tienen pensamiento. No es lo mismo una expresión popular, o echa popular porque el pueblo la haya hecho suya. Sería la diferencia entre “famoso” y “popular”, que pareciéndose no son lo mismo.

La reflexión viene a cuento a propósito del programa radiofónico que la candidata perdedora del PRI a diputada federal en las elecciones de julio pasado ha inaugurado en una escuchada radiodifusora del puerto de Veracruz. Nadie ignora que ella busca ser de nuevo candidata, en esta ocasión para diputada local. Es una aspiración muy legítima, dada su condición de ciudadana veracruzana; aunque la fuente de los recursos por ella empleados para sus distintas promociones será cosa de sus adversarios averiguarlo, pues no deja de llamar la atención su curiosa condición de inagotables cuando no hay veneros particulares a la vista que los expliquen.

En política las estrategias para alcanzar un objetivo se extraen de experiencias pasadas o del particular entorno en que se trabaje. A las primeras se podría adjudicar la idea del programa inaugurado por la precandidata. Qué jarocho no recuerda el programa de noticias que por muchos años se transmitió en las tardes veracruzanas por una muy escuchada radiodifusora del puerto. Socorro Aubry era la locutora que a través de los años logró buena interlocución con su auditorio, su voz y presencia llegaron a obtener una aceptable convocatoria. Por esta condición fue tentada por el Partido de la Revolución Democrática para hacerla su candidata a Diputada Federal en las elecciones intermedias de 1997, obteniendo el triunfo por mayoría sobre el PRI y el PAN, aunque este último conservó la alcaldía del puerto.

En el reciente proceso electoral de julio pasado, el PRI lanzó como su candidata a diputada por Xalapa a Elizabeht Morales, una locutora de radio con bastante éxito en la capital veracruzana. Su identificación con los grupos menesterosos de las colonias marginales de Xalapa le dieron un indiscutible perfil ganador que ahora como legisladora federal no descuida y fomenta extendiendo la proyección de su imagen en la televisora del gobierno veracruzano; la pírrica militancia ganadora que tiene el PRI la tiene posicionada como una opción para la candidatura a la alcaldía jalapeña.

Tal vez la aridez que padece la campiña priísta obligue a este partido a repetir las mismas candidaturas, también puede deberse al deseo de quien manda en sus filas de promover a cuadros jóvenes en la política; porque bien requiere el PRI de sangre nueva que lo tonifique.

En política no es válido el argumento maniqueamente manejado de que un candidato perdedor no debería insistir en segundas oportunidades. Si así fuera Natividad González Parás, por ejemplo, no sería el actual gobernador de Nuevo León, pues seis años antes de su victoria fue derrotado para aquel cargo por el PAN. Vicente Fox no hubiera llegado a gobernador de Guanajuato y luego a la presidencia de la república si se hubiese atenido al argumento de candidato perdedor, pues recordemos que seis años antes Salinas le hizo tablas la elección y él no fue el gobernador de los “panzas verdes”, como políticamente se les llamaba a los guanajuatenses.

Ejemplos hay por doquier, el propio presidente Calderón fue derrotado en Michoacán cuando aspiró a ser gobernador de aquel Estado. Si nos atenemos al refrán que recuerda que una derrota enseña más que mil triunfos entonces observaremos cosas nuevas. La pregunta aquí es si a Carolina Gudiño le alcanzará el tiempo para, a través del programa radiofónico que ahora inicia, hacerse de imagen, convocar la simpatía de sus coterráneos y convencerlos de sus propósitos.

Por lo que se ve, el problema no será de recursos; cómo arropen esa candidatura para hacerla triunfar será asunto de alianzas o coaliciones, sino se hiciera así, en el resultado leeremos la cartilla: A.- Si pierde no es buena candidata y lo mediático no funcionó; E.- toda elección es a favor de alguien; I.- En toda elección también se vota en contra de alguien; O.- El PAN es invencible en Veracruz; U.-El PRI no puede ganar en Veracruz, diría Perogrullo. Poco vivirá quien no lo vea porque septiembre está doblando la esquina.




Enero 2007