SINERGIAS
Alfredo Bielma Villanueva


No es que se quiera que suceda; no es deseable que ocurra; no es conveniente que pase y, sin embargo, como no es producto de deseos personales a modo, ocurre. Lo que está acaeciendo en algunas partes del territorio nacional no es para ignorarlo ni intentar ocultar lo que para la población es un muy obvio. Al margen del criterio más que ligero con el que los hombres del gobierno foxista observan el acaecer nacional, la problemática amenaza con convertirse en un auténtico huracán de cuyas lamentables consecuencias habremos de cuidarnos. Argumentar falazmente con expresiones pueriles que los dichos de López Obrador son delirios tropicales, sin poner cuidado en las probables consecuencias, es desconocer el sentido de los acontecimientos políticos y, por lo mismo, absoluta incompetencia en la comprensión e interpretación de los movimientos ciudadanos.

Con Oaxaca convertida en un polvorín por el inicial descuido en las negociaciones y el muy probable conflicto pos electoral de Chiapas es evidente que no se puede descuidar ningún brote de inconformidad o de protesta que pudiera convertirse en elemento de discordia social. Así se trate de Estados, como el de Veracruz, en el que en apariencia nada grave ocurre, o al menos nada fuera de lo normal, comparado con el contexto nacional. Sin embargo, no dejan de llamar la atención los brotes de inconformidad y de protesta surgidos en la última semana: bloqueos de carreteras en el sur, por campesinos de Pajapan, que reclaman la reparación de sus caminos; en el centro, bloqueo en la carretera a Paso del Macho y a las instalaciones de la Alcoholera de Zapopan quejándose de la contaminación que esta factoría provoca en los ríos de la región y en el norte protesta de maestros y ciudadanos de Chicontepec, exigiendo la destitución del alcalde de aquel municipio.

El gobernador Fidel Herrera Beltrán aún no completa los primeros dos años de su mandato. Ha recorrido palmo a palmo el territorio veracruzano, como el dice, acercándose a la gente y, que se recuerde, sólo Dante Delgado ha actuado con el dinamismo que ahora muestra Fidel. Tiene un estrecho contacto con los medios en los que se difunde con profusión la actividad diaria que desarrolla. Saluda a niños, a jóvenes estudiantes; se retrata con quien se lo pide, desfila con ancianos, camina por las calles de la ciudad, visita pueblos y junto con los alcaldes inaugura obras, ha desmitificado el otrora distante puesto de gobernador. Por los tiempos que corren que bien que así sea pero…en términos de conciencia ciudadana ¿en qué medida ha servido esa su muy característica y particular forma de gobernar? ¿Realmente ha llegado al grado de que la población se identifique plenamente con su gobierno? ¿Es suficiente la visita y el dialogo para mantener contenta y tranquila a una ciudadanía cada vez más urgida de soluciones de fondo en los problemas sociales? ¿Puede en estos tiempos ser suficiente el comentario de prensa favorable respecto del político para convencer a los grupos necesitados de esperar a que lleguen los beneficios ofrecidos?

Muchas otras interrogantes más se pueden formular, pero antes habrá que explicar el porqué de las preguntas. Los veracruzanos estamos en el antecedente de que en el año 2004, cuando se llevaron a cabo las elecciones para elegir a quien gobernaría nuestro Estado el resultado fue bastante apretado entre los candidatos del PAN y del PRI. Recordamos cómo el veredicto final tuvo que ser procesado por las instancias institucionales que determinaron que el ganador había sido Fidel Herrera Beltrán; este proceso y el voto ciudadano a su favor legitimaron aun más la función que ahora desempeña. Sin embargo, la suma de los votos en contra es mayor que la que lo favoreció y es a estos ciudadanos a los que habrá de convencer de que su gobierno será de resultados positivos. Fidel Herrera ha hecho hasta lo inimaginable para lograrlo. ¿Lo ha conseguido?

Al menos, en lo más inmediato, con el incremento salarial concedido a los maestros se ha superado una instancia que pudo haber generado problemas. Se abre empero la puerta para que la burocracia negocie en similares términos el incremento que solicitará cuando le toque turno. La pregunta es si el presupuesto aguantará pues no hay que olvidar que el gobernador ofreció a los campesinos un incremento del 7% en el presupuesto de 2007 de los recursos destinados para el campo.

Es temprano para realizar una evaluación, pero son preocupantes los signos de inconformidad social y la manera en cómo están brotando. Los medios nos lo dicen todos los días, es cuestión de analizarlos. Por ejemplo, en tono jocoso, se comenta en Acayucan la forma en cómo algunos ciudadanos han llevado la cuenta de los días acumulados a partir de que en campaña Fidel Herrera Beltrán ofreció la construcción de un campo deportivo. Hasta hace 20 días, celebrando los dos años de aquel ofrecimiento con la partida de un pastel, un enviado por el ejecutivo estatal fue con el aviso de que, ahora sí, se cumpliría aquella promesa. Efectivamente las máquinas estaban trabajando en el lugar. Poco después, aparece en un medio electrónico una carta remitida al director del muy concurrido sitio de Internet “Gobernantes. Com” por el alcalde de Tlacotepec de Mejía en donde este solicitaba públicamente una audiencia con el gobernador para recordarle el ofrecimiento de la construcción de dos puentes para algunas comunidades del municipio aquel. Dice el munícipe en su carta que a él y al gobernante “no los bajan de mentirosos” por el no cumplimiento de lo ofrecido. Una semana después el alcalde de Catemaco viene a Xalapa acompañado por su ayuntamiento para recordar que los ofrecimientos del ejecutivo no se han concretado aún.

Recientemente, el columnista político Luís Velásquez del Diario Imagen, refiriéndose al hecho de que, según información proporcionada por el Seguro Social en el Estado de Veracruz se han perdido empleos de enero a junio del presente año, escribió: “Pareciera que el Plan Estatal de Desarrollo está en una crisis de ingobernabilidad (en materia de empleos), sin rumbo ni destino, y lo que es peor, sin resultados concretos y específicos.
Por un lado, la estadística del Seguro Social es alarmante, primero, porque estamos en el segundo año de gobierno y en el 2007 habrá elección de alcaldes, síndicos y regidores y de diputados locales”.

Algo ocurre que lamentablemente no está bien cuando, por un lado, el gobernador empuja y jala en un intenso afán que aspira a resolver los problemas y por el otro una parte de sus colaboradores que o no entiende su trabajo o no sabe como desempeñarlo. Vale citar por ejemplo lo que hace algunas semanas el encargado de la Junta Local de Caminos casi en tono festivo informó en el sentido de que ya tenía 20 millones de pesos para reparar las carreteras estatales. Aún siendo un neófito en la materia, la inferencia lógica es que dicha cantidad no alcanza ni para bachear el profuso número de hoyos que todos los días encontramos en las principales ciudades de la entidad, la capital por delante.

De todos modos, no hay duda de que al gobernador y a Veracruz alguien le falla pues es elemental que a un ofrecimiento del titular del ejecutivo se le de el seguimiento correspondiente, aunque sea para informarle que ya hay una larga lista de pendientes por resolver. Para ello se requiere por supuesto de una actitud responsable y solidaria, ajena al chambismo, para decirle al gobernador lo que está sucediendo.

2006-08-28

alfredobielma@hotmail.com