CAJA DE PANDORA


Por Alfredo Bielma Villanueva

Ni los más convencidos  y entusiastas apologistas, que sin duda los hay, se atreverían a afirmar que en Veracruz no tenemos motivos para preocuparnos. Con una onerosa deuda pública a cuestas como la que nos heredó el nada ínclito Fidel Herrera y una realidad social, política y económica rayana en la incertidumbre los veracruzanos no acertamos a ver la luz del otro lado del túnel. Desafortunadamente no bastan  para despejar las preocupaciones ciudadanas las  exageradas promesas del discurso oficial, una de ellas, la de terminar con el 50% de la pobreza pues es una meta hacia la que hasta ahora no hemos podido arrancar...y, como se advierten los acontecimientos, en este año difícilmente lograremos encaminarnos hacia ese objetivo.



La realidad nos lo confirma: de los seis años que cubren el término del gobierno encabezado por Javier Duarte de Ochoa el primero se gastó en reorganizar el aparato administrativo, en dilucidar la deuda pública y en diseñar y formular los planes y programas que avisaran del inicio de un nuevo gobierno a partir del segundo año del ejercicio. Pero los continuos ajustes en el personal encargado de las diferentes aéreas de la administración pública han contribuido a crear incertidumbres que provocan retrasos en el arranque y la implementación de las políticas públicas; obsérvese que no hubo un solo mes del primer año de este sexenio en que no haya habido remociones y cambios de servidores públicos.



Se afirma, y no sin razón, que mucho de lo que ahora ocurre en Veracruz es debido a la siniestra herencia del gobierno precedente, pues el legado lleva implícita la necesaria impunidad y ese es un expediente que de alguna manera seguirá gravitando de negativamente sobre la presente administración. Pareciera que a Duarte de Ochoa le tocó en suerte abrir la caja de pandora, de la que han brotado todos los males reflejados en la inseguridad pública, en la incertidumbre de los proveedores del gobierno por cobrar sus servicios, en la deficiente capacidad operativa para manejar la problemática política y en la vinculación con la ciudadanía, que presencia con creciente inquietud lo que acontece.



Colateralmente, debido a la fuerte embestida del crimen organizado el gobierno estatal se ha visto obligado a ceder cotos de poder a la federación a través del programa Veracruz Seguro, de esa manera sus márgenes de operación se ven reducidos a la obra pública que hasta el momento no es significativa.



Visto desde ese contexto, no es posible desligar el proceso electoral en curso ni el compromiso partidista que todo político adquiere para con quienes lo llevaron al poder. Por el número de votantes inscritos en el padrón electoral, el Estado de Veracruz es de vital importancia en el resultado, y no cabe duda que desde el centro otean con preocupación cómo se han reducido los márgenes de operación electoral. En este sentido es muy elocuente, y la experiencia histórica lo confirmará en su momento, de que cuando no se tiene en tiempos electorales disponibles los canales de información y de operación de un cuerpo tan importante como la corporación de tránsito municipal en un enclave relevante como es la conurbación Veracruz- Boca del Río, las acciones se reducen considerablemente y los números son susceptibles cambiar.



El más reciente affaire en el que se ha visto involucrado el gobierno veracruzano referente a los 25 millones de pesos con destino indescifrable para la opinión pública ha tornado las luces de ambarinas a rojo encendido. Si el pasado año no arrojó resultados favorables en la percepción ciudadana, el que cursa desde sus inicios se manifiesta preocupante.



Flota en el ambiente la pregunta acerca de si importa al gobierno estatal entregar buenas cuentas a su partido, porque es alarmante que en la lista de presuntos candidatos aparezcan nombres nada recomendables. Adicionalmente y por si fuera poco, el reciente nombramiento en la dirigencia de un sector tan importante como lo es la CNOP no cayó muy bien ni a la ciudadanía por aquello de la impunidad, ni a la membrecía, principalmente a la femenil, ¿cómo convocar al voto favorable con esos lastres, así quieren ganar? Es la pregunta.



Si bien en lo que corresponde a los candidatos al senado, en Veracruz el PRI tiene en José Yunes Zorrilla y en Héctor Yunes Landa una formula inmejorablemente ganadora, la mejor en muchos años, hasta lo que por ahora se ve, en las candidaturas a diputados el PRI queda mucho a deber; excepto Alejandro Montano, Charleston Hernández, Caballero Rosiñol, Adanery Medina González, Ángela María Perera Gutiérrez y Francisco Cesar Servín que la llevarán bien, en congruencia con nombre y trabajo previo, los demás estarán en pronostico reservado, por supuesto, también estará en función de la oposición que tengan. Si estuviéramos en la lógica de que el candidato presidencial jalará al resto de las candidaturas menos mal, sin embargo, Peña Nieto requerirá de formulas ganadoras que le arrimen, que le sumen votos.



Por otro lado, Felipe Calderón ha demostrado que las puede y bien, que, al margen de su condición de primer mandatario, cuenta con una experiencia electoral, partidista y política de primer orden, nada despreciable si se juzga que está dando una batalla casi sin equipo a su alrededor. Por supuesto, no es David contra Goliat (¿quién es quien?), pero aquellos que presumen que ya está ganada esta elección pudieran llevarse una dolorosa y desagradable sorpresa.



En Veracruz, aunque con aprietos, el PRI ha ganado las últimas elecciones, pero basta con una pequeña sumergida a los números para descubrir que en realidad la preferencia ciudadana está repartida en tres fragmentos, dos de ellos muy equiparables. Por otro lado, bien se sabe que en la actualidad las elecciones se ganan con dinero, pecaría de romántico quien supusiera que la simpatía, el carisma y la ideología llevarán parte protagónica. Un factor más a considerar consiste en que ya no está en Veracruz uno de los mejores mapaches del sistema político mexicano que, como sea, ganó elecciones con alto grado de dificultad, y curiosamente forma parte del dilema, ¿Este proceso electoral abrirá la Caja de Pandora? that is the cuestión



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Febrero 2012