PERINORTE

Por Alfredo Bielma Villanueva

Es un hecho que los sufridos habitantes de la ciudad de Xalapa seguirán a la espera de que algún milagroso acontecimiento haga ver a las autoridades la necesidad de resolver el grave problema en que se ha convertido el tráfico vehicular, un fenómeno que ha incidido negativamente en calidad de vida de los xalapeños.

A una ciudad que ha crecido exponencialmente como Xalapa, no se le atiende como debiera. Sus estrechas calles riñen cotidianamente con el crecido número de vehículos. Sin vías alternas que desfoguen en horas pico las calles congestionadas, se evidencia la ingente necesidad de nuevas vías porque existen zonas que son peligrosísimos cuellos de botella; un bloqueo y nos envuelve el caos.

Históricamente, en materia de pavimentación de avenidas en Xalapa desde añejos tiempos cada gobernador ha hecho su aporte. Don Ángel Carvajal, que sustituyó a Don Adolfo Ruiz Cortines cuando este se fue a ocupar la Secretaría de Gobernación con Miguel Alemán, amplió al ancho que conserva actualmente la calle principal, Enríquez; Don Antonio  M. Quirasco construyó el fabuloso Puente Xalitic suspendido sobre los lavaderos del afamado Barrio.

 Rafael Murillo Vidal amplió al ancho actual la Avenida Xalapa, pues entonces la carpeta asfáltica de la carretera de entrada a Xalapa por el panteón xalapeño era solo de ocho metros; además, construyó  el túnel bajo el parque Juárez y la Avenida Ignacio de la Llave para darle continuidad con la nueva carretera a Coatepec que acortó la distancia hacia aquella región del sur. También pavimentó el primer tramo de la avenida que lleva su nombre hasta el cruce con lo que ahora es el Circuito Presidentes. Rafael Hernández Ochoa pavimentó la Avenida Américas; Agustín Acosta Lagunes prolongó la pavimentación de Murillo Vidal hasta la carretera, también la Avenida Ruiz Cortines y amplió al ancho actual la Avenida Lázaro Cárdenas, prolongándola de la salida a Banderilla hasta el aeropuerto El Lencero. Fernando Gutiérrez Barrios por su corta estancia de dos años al frente del gobierno no registró obra pública en Xalapa, aunque inició el edificio del CEM. Su sucesor, Dante Delgado, apoyó al ayuntamiento para hacer el camellón de la avenida Xalapa en su diseño actual ya alterado por algunos cortes, amplió el último tramo de la avenida 20 de noviembre hacia Palo Verde, construyó el Arco Sur y el Circuito Presidentes. Patricio Chirinos construyó el Puente Macuiltépetl para salir a Banderilla así como la ampliación del tramo carretero hacia esa población. También le correspondió ensanchar a cuatro carriles la “nueva” carretera a Coatepec. Miguel Alemán Velasco construyó el Puente Ánimas, apoyó a Reynaldo para construir el puente bajo 20 de noviembre, prolongando el circuito presidentes hasta maestros veracruzanos; ensanchó la salida a El Castillo. Fidel Herrera apoyó a Ahued para construir los puentes de la avenida circuito presidentes, sobre la Avenida Murillo Vidal y sobre Rebsamen, construyó el Puente Murillo Vidal, también el distribuidor vial de las trancas; el Puente Chedraui Caram y el de Jardines de Xalapa estos últimos ya con David Velasco en el Ayuntamiento.

Como se puede observar, cada gobierno ha dejado huella en la infraestructura vial de Xalapa; sin embargo, no ha sido suficiente por las razones que bien conocen los urbanistas que han analizado la problemática de esta gran ciudad y que un neófito en la materia no sabría explicar de la manera en como ellos lo hacen.

Empero, no se requiere ser un experto en Desarrollo Urbano para deducir que hace falta a Xalapa la construcción de grandes obras que resuelvan para muchos años los problemas de su crecimiento vehicular y poblacional. (Como dato cultural apuntemos que circulan por las estrechas calles jalapeñas más de 150 mil unidades automotores, de las cuales 6 mil 146 son taxis).  Resolverlo será posible si los gobernantes piensan en grande, con obras como en su tiempo lo fueron la ampliación de la Avenida circunvalación prolongándola hasta el aeropuerto, o la pavimentación de Ruiz Cortines o la ampliación de la Avenida Xalapa, o la Avenida Américas o el Túnel bajo el Parque Juárez, o el Circuito Presidentes, etc.

Es tal la problemática xalapeña que importantes grupos representativos de esta ciudad  se preocupan por apuntar posibles soluciones. Así se observa en el Plan de Trabajo que presenta  el economista Carlos Luna Escudero a sus asociados en la Coparmex-Xalapa, a cuya presidencia aspira. Entre sus propuestas destacan la de construir un Corredor Industrial y el llamado Perinorte, un proyecto este último que  Fidel Herrera tuvo en sus tiempos la oportunidad de construir pero por alguna razón fue postergado. Hubiera sido una obra de dimensiones diferentes a las realizadas, aunque sin demérito de estas, a las que más bien hubiera cumplimentado a la perfección.

Las propuestas de Luna Escudero son de tomarse en cuenta porque provienen de un representante de la academia y del sector productivo, ese que aporta sustanciales recursos de los que se nutre el fideicomiso del 2%, cuya creación obedeció precisamente al propósito de financiar obras de infraestructura y equipamiento a los grandes centros urbanos.

Por el bien de la capital del estado ojala el gobierno y el sector privado de la economía  pudieran coordinar esfuerzos para hacer realidad, no tan solo el Perinorte que de suyo sería extraordinario, sino también otra obra de similares dimensiones por el poniente de la ciudad que sirva de cinturón vial a esta gran ciudad y poblaciones circunvecinas.
Como habitantes de Xalapa bien nos convendría aprovechar la propuesta que hace la Coparmex sobre el Perinorte y apoyar al gobierno en un proyecto orientado a su realización. Esa sería la forma efectiva de resolver el grave problema vial y de vialidad de Xalapa. Si bien soñar no cuesta nada, es la hora de decisiones realistas.


Abril 2011